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BESPOKE XVIII: SI UNA IMAGEN VALE MÁS QUE MIL PALABRAS...

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Estimados lectores,

Como continuación del último artículo donde se narraba la confección de un esmoquin a medida hoy queremos publicar un resumen de todo el proceso.

Espero que eso que se dice de que una imagen vale más que mil palabras sea también aplicable a este caso y que disfrutéis tanto del video como de las imágenes y la música que lo acompaña.

 
El Aristócrata

CHATTING AWAY WITH ENRIQUE LOEWE

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A las ocho de la tarde del día 19 de octubre, se añadía un nombre más a la lista de insignes invitados del Club Privado El Aristócrata. Con toda puntualidad, enfundado en un traje azul marino con raya diplomática azul, camisa blanca y corbata azul, Enrique Loewe Lynch bajaba las escaleras que daban a uno de los salones del Hotel Intercontinental de Madrid para hablar de artesanía, lujo y buen hacer. El salón, algo más reducido que aquellos lugares dónde se dieron las últimas ponencias, permitió eliminar los ya habituales micrófonos para permitirnos hablar con mayor cercanía, resultando cómodo y acogedor, además de un estupendo escenario en el que hablar de una de las marcas con más historia que tiene nuestro país. 

Nacido en 1941 en Madrid, Enrique Loewe es la cuarta generación de su familia, familia que desde la fundación de la casa en 1846 ha estado al frente de la misma. En 1965, tras haberse graduado en Ciencias Económicas por la Universidad Complutense de Madrid y ampliado sus estudios con una sólida formación humanística, entra a trabajar en la empresa familiar con su padre, Enrique Loewe Knappe. Durante este tiempo, Enrique fue Director de Producto, Director General y finalmente, Presidente de la Compañía. 

Fue durante sus años en Loewe cuando la casa experimenta una gran expansión nacional e internacional, debida no en poca medida a su persona. Favoreció la creación del prêt-á-porter femenino propio y la creación de una línea de hombre, promoviendo la búsqueda de señas de identidad en la marca inequívocamente españolas reflejadas, entre otros artículos, en las corbatas y los pañuelos. Introduce además a Loewe en la perfumería de lujo, llegando a alcanzar en este sector una posición líder. En estos años, Loewe se distingue como marca española de reconocido prestigio a nivel mundial. 
La casa celebra su 150 aniversario y pasa a formar parte del grupo LMVH en 1996. Enrique Loewe es designado Presidente de Honor de la casa, representando a la empresa en actividades de relaciones públicas al máximo nivel tanto en el ámbito nacional como internacional. 

Enrique Loewe centra su actividad en la Fundación Loewe, creada en 1988 gracias a su impulso y vocación para institucionalizar el apoyo que Loewe venía ofreciendo a la cultura ya desde la década de los 50. Ostenta su presidencia hasta el 2013, año en que se jubila y pasa a ser Presidente de Honor de la fundación, cuya dirección asume entonces su hija Sheila Loewe. La fundación desarrolla sus iniciativas en campos como la poesía, la música, la danza y el diseño, con un carácter preferentemente educativo, de salvaguarda del patrimonio y estímulo a la creatividad. Reconocida "por su carácter altruista, sus propuestas arriesgadas y la rigurosa realización de proyectos de calidad", en septiembre de 2003, S.M. El Rey Don Juan Carlos entrega a la Fundación Loewe, la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, máximo galardón nacional que distingue la trayectoria de personas y entidades relacionadas con el teatro, la música, la literatura, el arte, la moda y la tauromaquia. 
La ponencia, el centro de la reunión, fue sin duda fascinante. Seguramente (o al menos yo), el club esperaba oír hablar de puntadas, cuero y buen hacer. Y buen hacer hubo, sin duda, pero de una forma sorprendente. El club tuvo la oportunidad de disfrutar de toda una clase magistral acerca del vestir y lo que representa. Se habló de la moda como reflejo de una época, de una actitud, y sobre todo de su contexto sociológico, planteando el ponente al club muchas cuestiones que, aunque seguro sus miembros han considerado ya individualmente, nunca se habían considerado bajo el prisma, moldeado por el conocimiento y la experiencia, que compartió con nosotros el señor Loewe. La ponencia fue, por lo tanto, además de una clase magistral de moda, algo que tocó todos los aspectos que afectan a la misma, convirtiéndola en una magnífica lección de política, historia, psicología y sociología aplicadas al vestir. 

Parte fundamental fue lo dicho acerca de la calidad y el buen hacer, máximas que son, en buena parte, unas de las razones de existencia del club. Dijo el ponente que la calidad no es necesariamente el objetivo, sino el resultado lógico del buen hacer, la atención al detalle y la pasión por lo que uno hace ya que si uno pone todo el empeño en algo que le apasiona, el resultado será bueno. 
No menos interesante fue la disertación acerca del lujo. Qué es, que representa y el concepto que se tiene del mismo. El señor Loewe nos habló de un lujo material y caduco, que él considera anticuado, y un lujo actual, más abstracto, el lujo de lo inmaterial. Tiempo y verdad fue aquello que él describió como el verdadero lujo, entendiendo que hay conceptos ya anticuados y superficiales que hay que dejar de lado y entender el lujo como algo más profundo, más relacionado con las experiencias que con lo material. 

Se trató además, ya en forma de conversación, el producto nacional. Se habló acerca de escaparatismo, diseño y formas de vender, pero sin duda el centro de este argumento fue que no es tanto el producto, sino la forma en que se trata, y que el "visual merchandising" es aquello que separa, fuera del producto, a los productos de lujo de los que no lo son. En torno a este tema, apareció un tema que terminó por ser fundamental y recurrente: la dignidad. Esto se resumía en que un producto menos caro no tiene por qué tratarse peor, y que la clave está en darle dignidad y buen aspecto. Y es que en muchos lugares se encuentra uno con que un producto que no es de lujo termina "expuesto como el pescado en una lonja", en palabras del propio Enrique, y eso es lo que quita dignidad al producto. 
Tras tratar estos temas, los miembros del club pasamos a la habitación contigua, donde nos esperaban distintas bebidas a base de un estupendo ron, ya fuera sólo o en cóctel, cortesía de Ron Barceló Imperial. Pudimos además degustar un Jamón Ibérico de bellota Fisan Gran reserva recién cortado por un maestro cortador. Ya entonces y entre el licor y el jamón, los miembros del club nos unimos en informal conversación tratando toda clase de temas con el señor Loewe, teniendo oportunidad de hablar con más cercanía con el invitado. 

Javier Valencia

10 CLAVES DE ESTILO

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Estimados lectores,

Mientras termino el artículo en el que estoy trabajando me gustaría compartir con vosotros un ensayo que escribí sobre estilo para una publicación con la que colaboré durante varios años: 

Si la globalización de la mediocridad en el vestir hace que sea francamente difícil encontrar caballeros elegantes todavía resulta más complicado cruzarse con algún señor que posea ese aire tan especial y difícil de definir que no deje a nadie con indiferente. 

A veces es una combinación de prendas inesperadas, otras una forma de caminar y otras sencillamente una seguridad especial cuando se trata de vestir, por ejemplo, unos pantalones vaqueros rotos con una vulgar camiseta. Pero lo que está claro es que hay caballeros que desprenden con su manera de vestir un aire difícil de definir pero que dejan huella en el ojo educado allá por donde pasan.

Si bien ser elegante está al alcance de toda persona con un mínimo de sensibilidad, que se deje guiar adecuadamente y que sepa acudir a las fuentes adecuadas a la hora de hacerse con las prendas de su armario, el estilo es mucho más difícil de alcanzar si no se ha nacido y crecido rodeado de él. No obstante, desde aquí queremos echar una mano a aquellos caballeros que no se contentan con ser solo elegantes y quieren, con su manera de vestir, convertirse en caballeros únicos.
1. No es lo mismo tener estilo que seguir las tendencias de cada temporada. Cuando hablamos de diferenciar nuestra manera de vestir con la del resto de caballeros no nos estamos refiriendo a hacerlo llamando absurdamente la atención. Vestir un traje de chaqueta sin calcetines o dos tallas pequeño no es vestir estilosamente es sencillamente hacer el ridículo. 

Recuerda al escoger tu look más transgresor que si de ser inmortalizado en una instantánea al cabo de los años te puede dar vergüenza lo en ella fotografiado es mejor no arriesgar ya que seguramente no fuera muy acertado aquel impulso inicial. Siempre será más acertado vestir entonces de manera elegante y dejar los experimentos para otro momento. 

Igualmente, es importante recordar que dejarse llevar por las modas del momento solo consigue mandar mensajes de inseguridad. ¿Cómo te puedes fiar de alguien que está cambiando continuamente su forma de vestir? 

2. Incorpora a tus looks prendas que choquen entre sí pero que no sean antagónicas. Mezcla prendas a priori pertenecientes a diferentes conjuntos pero que cobren algún sentido de vestirse lejos de su ambiente natural. Por ejemplo, una americana cruzada puede quedar francamente estilosa de combinarse con un vaquero. Unos monkstrap de piel vuelta darán un toque especial a un traje azul marino. Sin embargo, esto último, por ejemplo, nunca se debería hacer con unas zapatillas de deporte; esto mejor déjaselo a los actores de Hollywood del S.XXI.  
3. Recuerda que no eres ni Beau Brummell, ni el Duque de Windsor ni Giovanni Agnelli. La fama, el dinero y el éxito social permite que siempre haya alguien que califique como revolucionario en ciertos caballeros lo en otras personas sería solo considerado como algo ridículo. Por ello, piénsate mucho el escoger para tu traje azul marino unas Panama Jack amarillas; seguro que hay muchas más opciones más estilosas y seguras.  

4. Si no se tiene una fuerte personalidad mejor no correr riesgos y centrarse en vestir sencillamente de forma elegante. Por el contrario, de contar con gran seguridad en uno mismo, no nos importará ser criticado por esa, cada día mayor, masa uniformada que desconoce, entre otras muchas cosas, que hay vida más allá del azul marino y del gris marengo y que no pasa nada, por ejemplo, por vestir un traje cruzado diplomático de color marrón oscuro. 

5. El estilo se puede cultivar. Qué duda cabe que si se ha nacido con ese don especial que te pongas lo que te pongas te quede siempre bien todo será más fácil. No obstante, lo más habitual es que sean los años, y tu ambiente, los que vayan definiendo tu estilo. 
De tener ocasión y acudir a Florencia al Pitti seguro que observaremos a caballeros que con gran acierto rompen las normas establecidas y crean combinaciones de prendas, diseños y colores que sean de nuestro agrado. De regreso a nuestro país se podrán poner en práctica lo que allí nos gustó y reforzar nuestro concepto del estilo.  

6. No forcemos nuestro look y transmitamos naturalidad de movimientos. De “disfrazarnos” solo conseguiremos que se nos note nuestra inseguridad con el conjunto escogido y que con las miradas exteriores dicha inseguridad no haga otra cosa sino que crecer.  

7. Resulta fundamental conocer la forma, las proporciones y las medidas más puristas de cada conjunto para, de romperlas, saber hasta qué punto se está introduciendo un cierto estilo a nuestro look o por el contrario solo se está haciendo el ridículo.  

8. Juega con los complementos. Los complementos como el pañuelo de bolsillo, una pashmina, o un calcetín de color pueden ayudar a romper la monotonía de los conjuntos clásicos aportando un toque especial, y diferente, a todo el atuendo. 
9. Olvídate de lo que se ve en las pasarelas; hay muy poco aprovechable. Huye de las tendencias de los gurús de la moda; la mayoría de ellas son sencillamente absurdas. ¿Alguien en su sano juicio puede considerar estiloso un traje amarillo, una camisa negra o unas deportivas con tachuelas?  

10. Sé tú mismo. Todos llevamos dentro un “duende” más inconformista y dandi que la que sacamos al exterior. Sólo siendo tú mismo y mostrando al exterior tu concepto interior de estilo te sentirás cómodo con el resultado y será solo entonces cuando estarás en disposición de transmitir ese aire tan difícil de definir que solo los hombres más estilosos desprenden a su paso. 

(Ninguna de las fotos de este artículo son propiedad de elaristocrata.com por lo que si alguien tiene los derechos sobre las mismas y desea que no aparezcan le rogamos nos lo comunique)

El Aristócrata

REFLEXIONES DESDE SANTIAGO SOBRE LA MODA MASCULINA

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Estimados amigos, 

Os dejo una pequeña entrevista que me realizó el periódico La Voz de Galicia con motivo de una conferencia que di hace unos días sobre las claves de la moda clásica masculina en el Círculo Financiero de Santiago de Compostela. El acto fue posible gracias al patrocinado y a la organización de la joyería Jael y de la casa relojera Baume & Mercier. 

El Aristócrata

LA SASTRERÍA ESPAÑOLA

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Estimados amigos,

Les dejo un link de la entrevista que hace ya un tiempo me realizó la página americana “A Suitable Wardrobe” pero que se publicó el pasado fin de semana. En ella hablo de como creo yo que se encuentra hoy la sastrería española.

http://asuitablewardrobe.dynend.com/2013/10/el-aristocrata.html

Un saludo

El Aristócrata

EL CLUB PRIVADO DE El ARISTÓCRATA VISITA LA FÁBRICA LOEWE

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A las once de la mañana, los miembros del Club Privado El Aristócrata se reunían en el exterior de la tienda de Loewe sita en la esquina entre Serrano y Goya. De allí partimos hacia Getafe, sitio que puede, a priori, no tener relación alguna con los anteriores eventos ni con el Club, pero allí se encuentra la fábrica de la marca española y adjunto a ella, el museo que contiene gran parte de la historia de la casa. 

La mítica casa se caracteriza por sus artículos de la piel los cuales destacan por la excelencia alcanzada en ciertas fases del proceso de confección como la unión de madera con el cuero, algo que se consigue de manera que es imperceptible.

Conocer la historia y evolución de la forma de trabajar de la marca española mediante su museo y fábrica, y descubrir cómo ha cambiado a lo largo del tiempo es algo que, al estar ambos espacios unidos se torna verdaderamente agradable para el visitante, ya que en un momento uno puede pasar de haber visto una maleta de finales del siglo XIX a las modernas instalaciones en las que se manufacturan las nuevas piezas. Privilegio si cabe mayor si tenemos en cuenta que este museo no está abierto al público y el Club fue invitado por parte de su Dirección a conocerlo.
La existencia de un "Museo Loewe" se debe a que, como se nos explicó, no hubo hasta hace poco un afán de preservación de la historia de la marca, y es mucho lo que se ha perdido. La labor de ese museo es, precisamente, recuperar la historia de la firma, definiéndolo como un centro de documentación.
A través de la visita al museo nos guio la señora Flor Fernández, encargada del mismo y conocedora de la historia de todas las piezas que allí se encontraban. La Sra. Flor nos llevó a través del museo, relatándonos la historia de la marca mediante las piezas que allí se conservan. Pudimos ver las piezas metálicas utilizadas para marcar el logo, pertenecientes a distintas épocas, maletas, abrigos...todo aquello que Loewe ha fabricado a lo largo de su historia está representado en este espacio. Igualmente, nos deleitamos con productos diversos de distintas épocas todos ellos expuestos en un mismo espacio. 

Esto nos permitió apreciar la evolución de un mismo producto a lo largo de los años, ya fueran gabardinas dispuestas por orden cronológico, el mítico bolso amazona así como las diversas reinterpretaciones del mismo hechas por los directores creativos que han pasado por Loewe o los grandes cambios que han sufrido las maletas desde 1910.
Tras visitar el epítome de la historia de la casa, nos condujeron a través de la fábrica pudiendo así conocer el proceso de fabricación, paso por paso, de las conocidas piezas de la que ha sido y es la marca más conocida española en el universo del lujo mundial. Pudimos apreciar cómo, a pesar de la industrialización, los procesos más cruciales de la manufactura los realizan artesanos experimentados, algunos de los cuales tienen ya más de 40 años de experiencia en su campo. 

Dentro de la fábrica pudimos también ver el almacén de materias primas, unas pieles que se han sometido a un cuidadoso proceso de selección: únicamente el cinco por ciento es aceptado. Allí se almacenan todo tipo de pieles, de cocodrilo a vacuno y en los más variados colores que uno pudiera imaginarse. 
Ya fuera de la fábrica y de vuelta en Madrid, disfrutamos de una copa de champán mientras el personal de tienda nos presentaba sus últimos productos, y ver por nosotros mismos el galardonado escaparatismo, y la cuidada presentación de las tiendas en las que tanto hincapié hizo el Sr. Enrique Loewe en la anterior reunión del Club. 

Tras la visita a la tienda nos trasladamos al otro establecimiento que Loewe tiene en la misma calle, con el fin de ver los productos destinados al hombre, más abundantes en la misma. Allí pudimos apreciar de la mano del Responsable de Marketing de Loewe los zapatos de la casa, sus corbatas y otros productos orientados exclusivamente al cliente masculino así como su sección de sastrería donde hasta los muestrarios de las diferentes casas están forrados en piel. 
Por todo esto y sobre todo por el enorme interés que desde Loewe se puso en hacernos las diferentes visitas a los diferentes espacios de la casa lo más agradables posibles queremos desde el Club Privado de El Aristócrata dar las gracias al personal encargado de la fábrica y las tiendas por su exquisita atención y magnífico trato. 

Javier Valencia
Arqueólogo

BESPOKE XIX: THE BESPOKE TIE

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"Worn for amusement, a tie is noble; when imposed, it is vulgar" Gianni Cerutti 

Creo que todos estaremos de acuerdo en que si hay un complemento expuesto abiertamente a la vista de todos ese es la corbata y bastaría este hecho para que se cuidara su elección con un esmero especial. 

Es curioso, sin embargo, que a pesar de su importancia no se le suela dar la importancia que se merece. Y esto se aprecia fácilmente viendo como son muchos caballeros los que la escogen fijándose en su diseño pero sin apenas prestar atención a la calidad de su tejido. Como mucho, y no siempre, la mayoría de los señores se limitan a fijarse en que en la etiqueta se mencione que su futura corbata será 100% de seda; cosa que como ya hemos mencionado en esta página no suele ser así ya que la mayoría de las corbatas cuentan con una entretela, en el mejor de los casos de lana aunque en la mayoría sintética. 

Y si poco nos fijamos en el tipo de seda con la que está confeccionada nuestra corbata todavía resulta más difícil dar con alguien que se fije en la calidad de su corte, el tipo de pintura del dibujo o la terminación de su cosido. 
Otro reto con el que nos encontramos a la hora de adquirir una nueva corbata es intuir cómo quedará el nudo y si el largo de la propia corbata será excesivo. Seguramente todos prefiramos unas corbatas de nuestro armario a otras por conforme nos queda el nudo sin que por ello el diseño de estas sea el que más nos guste. A veces también ocurre, sobre todo a los que vestimos tirantes, que la corbata que nos gusta no está cortada pensando precisamente en nosotros, esto es en un corte más alto del pantalón, y esa corbata da como resultado un nudo excesivamente grueso o si no un extremo demasiado largo. 

De no ser profesional del sector, el reconocer una buena seda de otra no tan buena no es tan fácil y se necesitará de experiencia para no errar en la elección. Es cierto que hay pequeños trucos que nos pueden ayudar como dar un pequeño pellizco y asegurarnos que ese pellizco desaparece de manera rápida. Pero qué duda cabe que será educando el tacto como más seguros podemos estar de acertar en la elección. Es exactamente igual que con las telas del traje ya que aunque en estas aunque en muchas ponga que son 100% de lana cuando tocamos telas de diferentes casas o muestrarios nuestras manos llegan a sentir sensaciones muy diferentes.
Y desgraciadamente, como ocurre también con los zapatos, será su forma de envejecer quien mejor nos diga si nuestra elección fue la correcta o no. Y si erramos en la elección si bien será tarde para dar marcha atrás no lo será para descartar esa marca de nuestra lista de marcas preferidas. 
Obviamente la mayoría de estos problemas, si no todos, se solucionarían fácilmente si tuviéramos la opción de tocar la seda extendida sin todavía estar montada la corbata. Igualmente, si pudiéramos ser nosotros quienes eligiéramos la longitud de la misma, una caída determinada escogiendo un determinado peso, la medida a la altura del nudo etc. evitaríamos la a veces ingrata sorpresa que nos regala el espejo al vernos reflejados en él con nuestra corbata por primera vez. 

Y esto como parece lógico solo puede conseguirse de confeccionarnos nuestras corbatas a medida según nuestros gustos, fisionomía y preferencias. En España hace ya bastantes años todavía se ofrecía este servicio en alguna camisería de prestigio pero hoy, al menos que yo conozca, no existe ningún sitio al que acudir si de hacernos una corbata a medida se trata. 

El resurgir de la moda masculina más atemporal ha traído como consecuencia el regreso y resurgir de varias marcas algo olvidadas así como el nacimiento de otras que no se atrevían a dar el paso por el temor a no encontrar una demanda a sus productos.
Y una de estas casas que se han animado a dar el paso y ofrecer este servicio prácticamente extinguido es Passagio Cravatte. 

En esta página durante sus seis años de vida siempre nos hemos hecho eco del trabajo de grandes artesanos y hemos dejado al margen las marcas de hombre más conocidas pero también más comerciales. Por el contrario, hemos preferido hablar del trabajo, por ejemplo, de Laszlo Vass o de François-Paul Journe que hacerlo de alguna de las conocidas marcas del universo del lujo por tener, desde mi punto de vista, un nivel de cuidado y calidad de mano de obra muy inferior a las aquí tratadas y, en definitiva, por no estar acorde con la filosofía de esta página. Y eso que propuestas no han faltado. 

Y precisamente por la personalización, la artesanía y el nivel de la mano de obra empleada hemos escogido la casa de corbatas artesanales Passagio Cravatte como la protagonista de nuestro artículo de este mes. 

Al contrario de lo que ocurre con las marcas más relevantes, Passagio Cravatte nace en este Siglo, concretamente en 2010, de la mano de Gianni Cerruti y Marta Passaggio. Y nace con el firme propósito de recuperar el proceso ancestral de la realización de corbatas a medida en la Nápoles de comienzos de 1900.
A pesar de haber vivido en Robbio, Gianni viajaba con frecuencia a Nápoles donde entró en contacto con varias costureras que a pesar de realizar su trabajo ya en diferentes sastrerías de la ciudad en su haber tenían el haber cosido corbatas artesanales durante una parte importante de su vida. Y junto a ellas empezó su andadura en un pequeño taller a las afueras de Milán. 

Aunque el incluir en su oferta corbatas RTW podría oxigenar en sus comienzos las finanzas de Gianni, este era de la opinión de que esas corbatas terminarían intoxicando la reputación de su línea bespoke ya que la calidad nunca podría ser la misma. Y por esta sabia decisión hoy pueden vanagloriarse de ser la única marca de corbatas que hace en exclusiva corbatas a medida sin ofrecer ninguna corbata o accesorio RTW. Además de corbatas a medida lo único que desde PC se ofrece a sus clientes son pañuelos de bolsillo, corbatas de lazo y pañuelos tipo Ascot: todos ellos a medida según las preferencias de cada uno de sus clientes.
Tampoco tienen tienda física ya que además del importante gasto que esto supone no tendrían productos terminados que vender. En todo caso, el cliente que allí se acercara sólo vería unas cuantas telas y un taller. Y parece lógico que el tener un taller donde no necesitas estar en contacto permanente con el cliente, como si ocurre en una sastrería por el tema de las pruebas, no importa tanto donde esté situado.

A pesar de no tener tienda física muchos de nosotros conocíamos ya esta casa antes de verla en estas páginas. Y esto es, como ha ocurrido también con muchas sastrerías y camiserías internacionales, por la gran ayuda que ha brindado internet a aquellos artesanos que sí se han dado cuenta de su potencial y por el boca a boca de sus clientes.
El que Gianni haya dado el paso de iniciar esta aventura y ofrecer corbatas a medida seguramente tenga mucho que ver con el hecho de que a pesar de su corta edad sea un adicto a la sastrería, la camisería y la zapatería a medida más exclusiva siendo fácil encontrar prendas suyas en blogs y páginas especializadas.
Y cuando uno intenta hacer de su pasión su modo de vida, da igual el campo del que se trate, los resultados tarde o temprano terminan aflorando. Y en este pequeño pero apasionante mundo de la vestimenta masculina a medida ocurre lo mismo.
Esto lo podemos apreciar tanto en su trabajo, algo que veremos más adelante, como en la elección tan esmerada que hace de los tejidos. Sus sedas se caracterizan por estar pintadas a mano y por ser el 90% de ellas vintage con entre 30 y 60 años de historia. 

Esto hace a sus sedas muy especiales ya que hoy apenas ya no se hacen ni tampoco quedan restos de sedas de aquella época. Sin embargo, esto es un plus para los clientes de la casa ya que estos se aseguran además de contar con una pieza histórica también contar con la certeza de que será prácticamente imposible encontrarse con una corbata de un tejido igual al suyo.
Como nos comenta Gianni mientras charlamos a duras penas con él, Gianni hace magníficas corbatas pero está claro que no el inglés todavía no es lo suyo, esto le supone todo un problema ya que cada día le resulta más difícil conseguir dichas telas. Además, no son pocas las veces que tiene que decir a un cliente que ha visto alguna de sus tejidos en alguno de sus amigos que ya no lo tiene disponible. De hecho, con el mismo tejido, por política terna de la casa, no se cosen más de cuatro corbatas.
Uno de los diseños más populares entre sus clientes son aquellos que triunfaban en los años 30 entre los caballeros ingleses. Igualmente, han conseguido, algo de lo que Gianni se siente particularmente orgulloso, poder ofrecer una seda tipo malla que solo se fabrica en dos fábricas en todo el mundo ya que las máquinas que las hacían han desaparecido prácticamente y ahora este tipo de seda se hace ya de manera industrial. 

Uno de los servicios más exclusivos que ofrecen desde PC es el diseño junto al cliente de un estampado concreto para su corbata. El cliente escoge entonces un motivo concreto, un dibujo o ese diseño que le gustaría tener en su corbata y el equipo de PC lo hará realidad en forma de tejido. Igualmente, si el cliente lo prefiere puede pedir a PC que le diseñen uno limitándose el cliente a dar unas cuantas pautas básicas como puede ser una batalla, una ciudad, un hecho histórico etc. 
El proceso de confección de una corbata a medida es, guardando las distancias, bastante similar al de un traje o una camisa. El cliente después de escoger la tela, tela que además de la seda puede ser de, por ejemplo, lana, cachemira o incluso de vicuña, tiene que decidirse por la textura final de la corbata; textura que se consigue jugando con los pliegues de la misma o con el tipo y grosor del interior de la misma. 

Una vez se tenga clara la textura final que se desea, el cliente debe especificar las medidas que quiere para su corbata. En estas medidas tiene que indicar el largo total de la misma, la anchura de la pala así como de la parte donde se hace el nudo. Igualmente, si quiere que esta termine con una forma que no sea la triangular también es el momento de pedirlo. El proceso termina con la elección por parte de su futuro propietario, de ser su deseo, del tipo de grabado de sus iniciales; iniciales que se cosen, como no podría ser de otra manera, a mano; algo esto último muy complicado al ser la seda de las corbatas muy fina y delicada.
Este grabado puede no solo ser de unas iniciales sino también de un escudo de familia, de un nombre completo o de una fecha especial. Y podrá hacerse no solo con hilo de seda sino incluso con hilo de oro, plata o platino.
Una vez decididos todos estos puntos, se realiza el patrón de la corbata en papel de seda el cual se pasa a la tela, se dibuja y se corta la seda que terminará dando lugar a la corbata. El proceso de cortado de las corbatas se realiza en la inmensa mayoría de las corbatas a laser debido a la precisión y rapidez del mismo.

No obstante, siguiendo con el objetivo de elaborar sus corbatas según la tradición ancestral napolitana, en PC se cortan todas a mano. El cortador junta con un pin los diferentes trozos de seda cortados y se lo deja a la costurera para que la cosa. Solo cuando Gianni la revisa personalmente y le da el visto bueno éste da el ok para que la costurera le cosa la etiqueta de la casa.
El proceso de cosido a mano en la corbata es tan fundamental como lo es en una chaqueta ya que si bien en la mayoría de los casos hasta las mejores casas corbateras cosen a máquina sus corbatas, en las corbatas verdaderamente artesanales se prefiere hacerlo a mano ya que la seda se tensa menos y se consigue un aspecto más mullido y blando en la parte donde aparece el cosido. Terminada ya la corbata el propio Gianni la plancha; proceso este el de planchado que Gianni define como fundamental ya que puede arruinar toda la belleza de la mano de obra empleada en la corbata.
Una de las corbatas que más fama ha dado a esta casa italiana ha sido su conocida corbata de siete pliegues. Según comenta Gianni, PC es la única marca que hace corbatas de siete pliegues con una sola pieza de seda para lo que necesita la friolera de 2mx1.5m de seda por corbata. 
La mayoría, según adelanta, las hacen uniendo tres piezas de seda; algo mucho más económico y sencillo. Y otras por su lado son vendidas como de siete pliegues cuando verdaderamente son de cuatro. Gianni mantiene que basta ver una corbata napolitana de hace cien años de siete pliegues para ver claramente la enorme diferencia con las que se realizan hoy incluso en esta misma ciudad. Y esto fue otro de los motivos que le animaron a empezar esta aventura: volver a ofrecer a los amantes de lo intemporal y exquisito aquellas corbatas tan especiales.
No obstante, además de las exclusivas corbatas de siete pliegues, PC también ofrecen corbatas de cuatro pliegues, también en una sola pieza de seda, y de seis pliegues. Igualmente, hacen corbatas “sencillas” con una sola pieza de seda sin forro alguno y dejando ver la parte interna de la seda escogida; algo últimamente bastante frecuente entre las mejores casas de corbatas. Este último tipo de corbata aporta una elegancia extra además de una gran ligereza y nos recuerdan a los mejores pañuelos de bolsillo al llevar los extremos de la pala rematados a mano. 
Como decíamos al principio el no tener un establecimiento de cara al público complica el proceso de conocer el cliente el producto en detalle. Por ello Gianni está en pleno contacto con su cliente y le hace llegar aquellos muestrarios de tejidos que más le pudieran gustar y le aconseja tanto sobre el tipo de construcción mejor para su corbata como en las medidas más adecuadas para él. Ni que decir tienen que una vez que el cliente tiene su patrón tanto el proceso como la duración del mismo se reduce en gran medida y cada vez que quiera una nueva tela solo tendrá que escoger el nuevo dibujo y esperar el mes reglamentario que se demorará la construcción de su corbata. De esta forma al tener claro la tela, su textura y su dibujo se evita encontrarse con las típicas sorpresas que aparecen al comprar una corbata por internet donde solo se ve la foto de la corbata terminada.
Como ocurre con los sastres italianos e ingleses más laureados, Gianni también se desplaza a diferentes ciudades, sobre todo americanas, asiáticas y ahora también de la antigua Unión Soviética para atender personalmente a sus clientes.
No obstante, a aquellos que lo prefieran siempre pueden quedar con él en su taller de Milán; algo esto último francamente recomendable para quienes quieran volver por unos minutos al Siglo pasado y observar a sus artesanos terminando la última corbata del inolvidable Enrico Caruso.
Quiero terminar este artículo agradeciéndolo a Gianni su disponibilidad en recibir y enseñar su manera de trabajar así como todo el proceso de confección de una corbata a medida artesanal a todos los lectores de este blog que pasen por Milán. 

El Aristócrata

OFERTA ESPECIAL DE NAVIDAD PARA LOS LECTORES DE WWW.ELARISTOCRATA.COM

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Estimado lector, siento informarle que todas las corbatas de Passagio Cravatte han sido ya vendidas. Gracias por su interés.
Dear reader, I am sorry to inform you that all Passagio Cravatte ties are already gone. Thank you so much for your interest.
Estimados amigos, 

Con motivo del próximo aniversario de esta página, y ya van seis, y con la cercanía de la Navidad he pensado que nada mejor para celebrarlo que ofrecer a los lectores más fieles un producto especial con el que festejar estas fechas tan señaladas. 

Mientras especulaba qué producto podría ser, la única cosa que tenía clara es que tendría que ser algo lo más acorde posible con la filosofía de esta página. Igualmente, quería que fuera tan especial y artesanal que no fuera fácil conseguirlo en el comercio tradicional. Además, esperaba que los interesados se pudieran hacer con él a un precio mucho más interesante que el de mercado. 

Y tras haber podido comprobar en persona el gran trabajo de Gianni, de Passagio Cravatte, creo que el poder contar con una de sus increíbles corbatas sería una suerte para cualquier amante del bespoke más artesanal. 

Desgraciadamente el tiempo que lleva hacer cada corbata impide poderlas ofrecer a todos los interesados y que estén listas en Navidad. Por ello, muy a mi pesar, solo los primeros 20 interesados podrán hacerse con una de estas piezas de arte. 

Las 20 corbatas serán francamente especiales ya que hemos conseguido que Gianni nos ofrezca varias sedas de increíble calidad y con diseños vintage imposibles de encontrar hoy en día. Igualmente, de cada muestra aquí expuesta solo se hará un máximo de tres corbatas. Por ello, si tres de ustedes escogen la misma tela el cuarto tendrá que elegir otra. 

Además de tener una seda increíble al tacto y con un diseño vintage, la corbata contará con tres pliegues; algo muy poco frecuente hoy en día. Serán totalmente artesanales, sin intervención de máquina alguna, y hechas según la tradición ancestral napolitana. 

Y como no podría ser de otra manera, todas ellas serán hechas a medida

Para ello, además de indicar la tela preferida, hay que especificar el largo total deseado de la corbata, la anchura de la pala (9cm, 8.5cm etc), así como el tipo de entretela (gruesa, media, fina o, si se prefiere, de una medida de grosor concreto). Igualmente, aquellos que lo deseen podrán especificar una anchura específica en la parte donde se realiza el nudo (para ello habría que indicar partiendo de la parte más ancha, la pala, entre qué centímetros se realiza el nudo). Por experiencia personal, lo más sencillo es copiar las medidas de aquella corbata con la que nos encontremos más contentos. 

Para terminar, los futuros propietarios de estas 20 corbatas podrán escoger dos iniciales que se bordaran a mano en su corbata. Para estas iniciales podrán indicar el color del hilo así como el lugar donde les gustaría que fueran cosidas. 

El precio de cada corbata con envío incluido será de 135€; precio muy competitivo de compararse con el de estas mismas corbatas de hacernos con ellas en alguno de los pocos establecimientos que las ofrecen en Italia. 

Para evitar problemas, solo las veinte primeras peticiones serán atendidas. Sólo si alguna de estas veinte primeras compras no llegara a concretarse se daría paso al interesado número veintiuno. Los interesados deberán hacérmelo saber a través de mi email elaristocrata@elaristocrata.com para enviarles los datos de Gianni y se puedan poner ya en contacto con él para indicarle la tela escogida, las medidas y las iniciales y abonarle directamente el importe de la corbata.

Esta iniciativa la mantendremos todos los años por la misma fecha e intentaremos seguir ofreciendo un producto único en condiciones inmejorables. Las telas entre las que elegir son:

El Aristócrata

EL PAÑUELO DE BOLSILLO, II PARTE

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Este mes quería compartir con vosotros algo que siempre me ha llamado la atención desde prácticamente cuando escribí en www.elaristocrata.com el primer artículo sobre el pañuelo de bolsillo. Curiosamente ha sido aquel artículo el que mas lectores ha tenido en el computo general de los cinco años de existencia de esta página. Y sin embargo su uso sigue siendo, tanto antes como ahora, algo meramente testimonial. 

Como apuntábamos el mes pasado, el pañuelo de bolsillo es junto a la corbata el complemento cuyas medidas guardan menor proporción con su importancia. 

No vamos nuevamente a apuntar la máxima de que si las chaquetas se hicieron con un bolsillo a la altura del pecho fue sencillamente pensando en que estas albergaran un pañuelo de bolsillo. Tampoco insistiremos en que nunca un conjunto estará completo si este no se hace acompañar de un pañuelo bien conjuntado. Ni siquiera hablaremos del gran toque de distinción que aporta a quien lo viste. Y por supuesto no volveremos a nombrar que debido a las circunstancias actuales donde el buen gusto brilla por su ausencia, quien viste un pañuelo de bolsillo denota una marcada personalidad que le hace ajeno a las miradas menos cultivadas. 

En esta ocasión nos limitaremos a observar el toque tan especial que este pequeño trozo de seda, cachemira o lino principalmente aporta tanto a las chaquetas más formales como a las más informales. 
Cuando nos cruzamos con alguien lo primero que vemos de él es su rostro y una parte de las prendas que lo franquean. Concretamente es el cuello de la camisa, el nudo la corbata y los hombros de la chaqueta lo que suele abarcar esa primera mirada al rostro de la persona en cuestión. Por este motivo es por el que se dice que son estas tres prendas y concretamente esta pequeña parte de cada una de ellas las que hacen las veces de marco para la foto final de nuestro rostro. 

Solo si la curiosidad o el interés que en nosotros hayan podido despertar las prendas mencionadas o su particular forma de combinarlas hará por lo general que prestemos atención al resto del traje o a, por ejemplo, los zapatos. 

 Igualmente, de cruzarnos con un caballero con un pañuelo de bolsillo, esté este mejor o peor escogido, con bastante seguridad seguiremos investigando el resto del conjunto. Y esto se debe a que por norma general aquellos caballeros que se molestan en escoger por la mañana un nuevo pañuelo suelen cuidar el resto de las prendas de su atuendo con especial atención; incluso de haberse decantado por un sencillo pañuelo de lino blanco. 
Aunque ahora entremos a estudiar en más detenimiento sus texturas, diseños, tamaños y combinaciones, me gustaría apuntar que todo aquel que hoy tiene la valentía de enfrentarse a esa legión uniformada del traje gris y azul que acampa en nuestras calles y se enfunda un pañuelo de bolsillo, gozará siempre del respeto de la minoría de paladar más educado; y si además lo hace de forma elegante o estilosa también de su admiración. 

Me imagino que todos somos conscientes de las muchas ventajas de la nueva normativa que obliga a los dependientes masculinos del Corte Inglés a vestir con un uniforme puede traer consigo. No obstante, también me imagino que estaremos de acuerdo en que esto acabará con la personalidad y libertad de elección del atuendo por cada uno de ellos, libertad entendida obviamente dentro de unos parámetros mínimos acorde al puesto y al lugar de trabajo. A pesar del apoyo masivo que ha tenido esta decisión yo sigo pensando que habiéndoles hecho llevar un pin o una placa se hubieran conseguido los mismos objetivos. 

Y si el uniformar a los dependientes del Corte Inglés es una medida que marca un peligroso precedente, el observar como cada día es más frecuente el que una legión de empleados se plante la corbata corporativa para recibir a su jefe es además de una falta de amor propio también una soberana estupidez. ¡Me gustaría saber a mí cuantos CEOs de esos de los que hoy no se quitan la corbata corporativa ni para dormir si fueran despedidos por sus accionistas seguirían llevando esa corbata!. Si el sentimiento corporativo lo quieren conseguir las empresas uniformando de una forma u otra a sus empleados mal camino han tomado.
Aunque todo esto no parezca tener relación con el tema que este mes traemos a las páginas de www.elaristocrata.com sí lo tiene, y mucha, ya que parece ser que aquellos pasajes narrados en la famosa obra de Huxley, Un Mundo Feliz, están hoy más vigentes que nunca y salirse de los patrones que marca la sociedad como correctos no está permitido. Y esto se aprecia claramente cada día más en esta uniformidad impuesta de una forma u otra en el vestir. 

Si temerario resulta hoy escoger un traje de un color diferente al azul marino o a un gris marengo o unos calcetines que no sean negros tampoco parece que sea bienvenido el escoger un corte alejado del aburrido traje de dos o tres botones de hilera sencilla. 

Y es por todo ello por lo que resulta francamente fácil afirmar que el vestir hoy un pañuelo de bolsillo es todo un acto de valentía y si me lo permitís hasta de rebeldía frente a al uniforme y frente al señor de la corbata corporativa. Uniformes y señores que no conocen más allá del traje gris o del aburrido traje de hilera sencilla y que tan contentos pasan revista a sus tropas de empleados arrastrando los pantalones por el suelo, con unos horrorosos mocasines y con unos calcetines negros prácticamente tobilleros. 
Los que vestimos pañuelo de bolsillo en nuestro día a día no nacimos con él puesto y por lo tanto hemos necesitado un periodo de adaptación a él hasta que este ha pasado a formar una parte tan indispensable de nuestro atuendo tanto como lo hace la corbata. Y es esto precisamente lo debería animar a aquellos caballeros que saben de sus ventajas estéticas pero que no se atreven a dar el paso. Si también estos sintieron cierta inseguridad las primeras veces que se anudaron una corbata deberían pensar que el proceso de adaptación al pañuelo de bolsillo será similar. 

Para hacer más llevadero este proceso de adaptación ya hemos aconsejado en otras ocasiones empezar vistiendo un pañuelo blanco en esas ocasiones más formales, tipo una boda, donde a nuestro entorno más cercano le resultará menos chocante vernos con él. Y si además lo mostramos de una manera sencilla, por ejemplo de forma paralela al bolsillo, ganaremos de forma muy rápida la confianza necesaria para ya nunca desprendernos de él. 

Los pañuelos blancos con el ribete cosido en color son una opción normalmente muy elegante y también segura ya que el blanco además de aportar siempre elegancia, funciona bien con todos los colores. Y si hacemos que el color del ribete combine con alguno de los colores de las prendas de nuestro atuendo el éxito está prácticamente asegurado. 

También hay pañuelos de color no blanco y que cuentan con el ribete en otro, por ejemplo un pañuelo azul claro con el ribete en burdeos. Estos son también perfectos para iniciarse de una manera segura en la vestimenta del pañuelo. 

Tanto los blancos con el ribete de color como los de color solido con ribete en un color diferente son perfectos para mostrar la parte principal del pañuelo y el ribete de manera paralela a la costura del bolsillo de la chaqueta. Si como ocurre en cualquier pañuelo de calidad ese ribete ha sido cosido a mano queda francamente bonito mostrar las diferentes costuras sobrepuestas entre sí. 

Con esta última opción conseguimos por un lado la elegancia y sobriedad que proporciona el pañuelo blanco y al mismo tiempo imprimir un toque de color y estilo a todo el conjunto. 

Sin embargo, los que hemos probado esta opción si bien seguimos haciendo uso de ella en muchas ocasiones somos conscientes de que de usarla continuamente como nuestra única elección termina resultado aburrida y el introducir un pañuelo en la chaqueta por las mañanas acaba convirtiéndose en un acto demasiado monótono. 
No obstante, esto siempre será preferible a comprar uno de esos sets de corbata y pañuelo de idéntico color; algo que de atenernos a lo que se ve en muchas bodas de nuestra geografía española sigue teniendo un enorme éxito. 

Aunque en nuestro país todavía resulta muy difícil encontrar pañuelos interesantes de no acudir a las pocas tiendas que se han tomado la molestia de incluirlos en su oferta, las opciones que ofrece internet cada vez son mayores y ya son bastantes las tiendas, sobre todo italianas e inglesas, que nos permiten hacernos con estilosos pañuelos a través de sus páginas web. 

En un país como el nuestro donde la demanda es muy limitada, la oferta se ha visto obligada a adaptarse a tan escaso mercado y el encontrar hoy pañuelos en un tejido diferente a la seda es francamente complicado. Por ello, el acudir a internet para buscar pañuelos de bolsillo en otros materiales, como la cachemira, es hoy más que un capricho una necesidad. Y si además lo que buscamos son pañuelos de colores alejados de los azulones y rojos o incluso de un tamaño mayor y no queremos salir de nuestras fronteras internet se convierte en prácticamente la única opción a nuestro alcance. 
Casas como Turnbull & Asser, Rubinacci, Drake´s, Charvet, Jungmann & Neffe, The Armoury, o Al Bazaar ofrecen una variedad envidiable de pañuelos de bolsillo y si bien no todas los tienen en sus webs basta en muchos casos con enviar un mail o ser cliente de la casa para que te envíen las últimas novedades y hacerte con los que más te interesen. 

Son estas casas las que nos permiten escoger nuestros pañuelos en diferentes tamaños, colores y tejidos y lo que es más interesante si cabe, con diseños de lo más actuales y atractivos. Lo que nos permitirá jugar con tanto unos como con otros a la hora de mostrarlos en el bolsillo de nuestra chaqueta y a la hora de combinarlos con otras prendas del conjunto. 

Todo esto nos lleva a la conclusión de que si bien lo más importante a la hora de vestir el pañuelo de bolsillo es combinarlo correctamente, la elección del tejido según sea el de las prendas que lo franquean también es un punto muy importante a considerar. 
Decía Michael Hill durante la entrevista que le realizamos para esta página que las claves para acertar en la combinación de la corbata y el pañuelo eran escoger correctamente el color y la composición de ambas. 

Igualmente, cuando le preguntábamos cómo estar seguro de haber acertado en la elección del pañuelo de bolsillo apuntaba que de probar uno en concreto y convencernos el aspecto final que le daba al conjunto habríamos acertado. 

Y todo esto viene a poner en evidencia lo que siempre hemos mantenido aquí: el pañuelo de bolsillo no tiene porqué combinar con ninguna otra prenda si el resultado final del atuendo es harmonioso y estiloso. 

Es cierto que siempre será más seguro hacerlo combinar con alguno de los colores con los que cuente la corbata o la camisa que optar por otro donde los colores ni siquiera se insinúen entre sí. Pero no por ello de no haberlo hecho nos tendremos que haber equivocado obligatoriamente en nuestra elección. Solo el aspecto final del traje en su conjunto nos podrá hablar de lo acertado o erróneo de vestir ese pañuelo de bolsillo. 
Uno de los puntos que sí deberíamos considerar a la hora de su elección es la estación del año en la que nos encontramos. Esto termina resultando vital a la hora de decantarnos por un tejido u otro. Así por ejemplo, los pañuelos de cachemira son francamente agradables de vestir en las épocas más frías del año y los de lino especialmente agradables en los meses de más calor. 

A la hora de combinar los materiales de la corbata y del pañuelo debemos pensar también en el tejido de cada prenda. Así por ejemplo, las corbatas de punto, tan de moda hoy tanto en su terminación tradicional como en su versión knitted siempre combinarán mejor con pañuelos del mismo material o de lino y es una combinación que resulta muy agradecida en los meses más calurosos del verano. 

Los pañuelos de seda al igual que ocurre con las corbatas del mismo material se pueden vestir durante todo el año y nunca desentonarán con el resto del conjunto. 

Los pañuelos del bolsillo los podemos encontrar principalmente en dos medidas, de 30cmx30cm o de unos 45cmx45cm. Aunque optar por una opción u otra es también una cuestión de gustos y dependerá de cada caballero, los pañuelos de 45cm pueden dan más juego. 
Esto es debido a que estos por un lado nos aseguran que no terminarán escondiéndose en el fondo del bolsillo y por otro a que nos permiten jugar mucho más con la forma que queremos mostrar. 

Hace ya algún tiempo cayó en mis manos un pequeño manual que explicaba en detalle las mil y una maneras de mostrar un pañuelo de bolsillo. Sin embargo, el hecho de que siempre haya mantenido que es más natural mostrar el pañuelo tal y como cayó en el bolsillo por la mañana hace que esas formas tan estudiadas no me parezcan ni elegantes ni estilosas. 

Muchos somos los que estaremos de acuerdo que es la elegancia espontanea y poco estudiada la que mejores resultados proporciona. Por eso no somos pocos los que preferimos que el “rabillo” de la corbata no se introduzca por el pasador interior de esta o que el pañuelo de bolsillo no muestre una forma pensada. 

Por ello, la mayoría de las veces es mejor insertar el pañuelo en el bolsillo y colocarlo de forma rápida que dedicarle demasiado tiempo intentando mostrarlo de una manera determinada. Y si la espontaneidad que aporta ese pañuelo rápidamente colocado se suele transformar en estilo también el hacerlo así nos libera de tener que estar recolocándonos constantemente el pañuelo buscando su forma original; algo que termina dejando en evidencia a quien lo hace al demostrar que no se está muy familiarizado con su uso. 
Hoy los pañuelos más estilosos cuentan con diseños que nos permiten jugar con sus diferentes colores. Igualmente, hay pañuelos donde encontramos mezclados estampados claramente diferenciados. Estos son para mí los más socorridos y estilosos ya que permiten mostrar dos pañuelos en uno. El escoger para la parte principal del pañuelo un diseño con un color y el combinarlo con ese “segundo” pañuelo de otro color y estampado suele conseguir resultados sorprendentes. 

Igualmente, los caballeros que estén acostumbrados a vestir un pañuelo de bolsillo compartirán conmigo que el momento y el lugar donde se vaya a vestir hace que influya decisivamente en la manera de mostrarlo. Parece lógico que no sea igual la forma que este pueda adquirir de vestirse en un acto muy formal que en un ambiente puramente lúdico o festivo. 

Y si el momento y el lugar juegan un papel fundamental a la hora de optar por una u otra terminación no lo hace menos nuestro estado de ánimo. 
Hay veces en las que nos despertaremos y no estaremos muy eufóricos y consecuentemente escojamos un sencillo pañuelo de bolsillo con el ribete de color similar al de la corbata. Otras mañanas optaremos por algún pañuelo con algún diseño tipo paisley que combine con alguna prenda y otras, las más alegres, nos atreveremos con un pañuelo de colores más atrevidos o que a priori no tenga mucho que ver con el resto del conjunto y no nos importará hacerlo incluso el protagonista de todo el conjunto jugando con él y mostrándolo de manera sutilmente espontanea. 

En España resulta francamente difícil cruzarnos con caballeros que hagan oídos sordos a las críticas del intrépido “caballero azul marino” o a las del atrevido “señor gris marengo” o a las del orgulloso propietario de los castellanos “Hecho en República Dominicana” y se planten un pañuelo de bolsillo con diseños alegres y atrevidos. Sin embargo y a pesar de ello, no debemos sentirnos intimidados y no deberíamos dudar en llevarles la contraria. 

Y si los resultados de decantarse por un pañuelo de bolsillo a la hora de vestir de traje son más que visibles para los amantes del buen vestir, no lo son menos de hacerlo con una chaqueta de sport y unos pantalones casual. Es en este tipo de vestimenta, la mayoría de las veces alejada de los ambientes más formales, donde se puede dar rienda suelta a la imaginación y probar combinaciones, colores o formas que en nuestro lugar de trabajo o en nuestras tareas cotidianas estarían de más. 
A pesar de todo ello, todo tiene un límite y es precisamente este límite el que nos obliga a ser algo cautos y no abusar de él. Y este límite es el que aconseja, siempre bajo mi punto de vista, no vestirlo en el bolsillo del abrigo. 

Como su nombre “overcoat” indica, el abrigo debería ser la última prenda exterior y por ello mismo no tiene mucho sentido que hubiera todavía una más exterior al abrigo. Dicho esto, hay caballeros, como por ejemplo el mismísimo Príncipe Carlos, que han preferido en determinados momentos adornar su abrigo con un pañuelo de bolsillo. 

A pesar de que como hemos dicho anteriormente un bonito y bien lucido pañuelo de bolsillo puede convertirse en el protagonista de nuestro conjunto no debemos olvidar que no deja de ser un complemento. Por ello, tampoco debemos caer en el error de mostrarlo de manera llamativa u ostentosa como en esta foto hace Lapo Elkann. 
La elegancia siempre es discreción y por ello es importante saber donde está la línea que separa lo estiloso de lo vulgar. Una línea no siempre clara; sobre todo para no pocos fashion victims que de repente parecen haber descubierto este centenario complemento. 

Cuando se llevan ciertas actitudes al límite los resultados pueden dejar de ser estilosos y convertirse, como decimos, en algo vulgar. Por ello, una cosa es mostrar un bonito pañuelo de bolsillo bien combinado y otra muy diferente es que este parezca más una servilleta dentro de nuestro bolsillo que verdaderamente un pañuelo. Y aun pareciendo un pañuelo si sobresale tanto del bolsillo que todas las miradas se dirigen a él habremos con seguridad errado en nuestra elección. 
El pañuelo de bolsillo es en definitiva un complemento obligatorio en todo caballero medianamente elegante pudiendo aportar además un estilo difícilmente igualable por cualquier otra prenda del armario masculino. 

Ahora ya todo será cuestión de escoger uno hecho a mano, elegir el correcto tejido para el atuendo que vestiremos, saber combinar su color y mostrarlo de manera elegante y a ser posible también estilosa. 

El Aristócrata 

www.elaristocrata.com no tiene ni la propiedad ni los derechos de ninguna de las fotos aquí mostradas por lo que si su dueño desea que no aparezcan le rogamos nos lo haga saber para que inmediatamente sean retiradas.

BESPOKE XX: THE INVERNESS CAPE

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Esta vez no es mi intención describir el largo proceso de fabricación artesanal de un nuevo conjunto. Sin embargo, sí que no quería dejar pasar la oportunidad de compartir unas fotos que me ha hecho llegar la Sastrería Manuel Calvo de Mora.
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Desgraciadamente son todavía legión los que menosprecian nuestros productos y piensan que sus homólogos extranjeros son de mejor calidad. Y no solo lo vemos cuando de manera constante se adjudica a los ingleses e italianos la mayor de las pericias con la aguja sino que también lo vemos con productos tan españoles como el aceite de oliva o el vino. Es triste saber que muchos productores de aceite tienen que rotularlos con nombres que suenen a italiano o bodegueros que venden sus uvas para que ciertas bodegas extranjeras puedan cumplir con su anunciada producción anual. Quizás sin este complejo tan nuestro y con más amor propio ciertas situaciones que hoy vivimos no estarían siendo tan dramáticas. 
Y para demostrar que aquí también se saben hacer bien las cosas nada mejor que prestar atención a este capote de caza o Inverness Cape.
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Y aunque los recelosos con la calidad de nuestros productos aseguraran de haber visto estas fotos en alguna página extranjera que este abrigo habría salido por alguna de las conocidas sastrerías de Savile Row decirles que no solo no ha sido así sino que además lo ha hecho de la tan española calle Ayala de Madrid.
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Aunque de un rápido vistazo nos parezca que nunca habíamos visto este tipo de abrigo, con seguridad cambiaríamos de opinión si recordáramos a Arthur Conan Doyle, más conocido como el detective Sherlock Holmes. También Jon Pertwee en su papel en Doctor Who popularizó esta prenda. 
Ya decíamos cuando escribimos el artículo del esmoquin que Manuel Calvo de Mora es uno de los sastres, sino el que más, más polivalente de nuestro país; polivalencia que le permite además de ser todo un experto en prendas a medida de caza también en afrontar con la misma seguridad la realización de un frac o de una sencilla Teba.
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Para los que no estén familiarizados con este tipo de abrigo comentarles que fue concebido para combatir la lluvia y si bien nació a finales del S XIX cuando verdaderamente se popularizó fue a principios del S. XX. Si bien la inverness cape en sus comienzos contaba con mangas y una capa que llegaba hasta donde terminaban los brazos poco después sufrió una importante modificación que le quitó dichas mangas. Y es precisamente su especie de capote y el no contar con mangas estándar lo que diferencia este abrigo.
El poder proteger los brazos del frio y la lluvia tras este capote, pero sin tener que meterlos en las mangas, es de una enorme practicidad para cuando se requiere tener total libertad de movimiento en los brazos. Esta libertad se consigue también gracias a la parte superior del abrigo. Aunque el capote impide verlo, debajo de él hay una especie de chaleco con unas grandes sisas por las que se sacan los brazos que además de proteger del frio garantizan la liberta de movimiento de la que hablamos.
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Por ello, es por lo que este tipo de abrigo es muy popular entre los cazadores ya que si bien les protege del frio, los resistentes y abrigados tejidos tipo Harris Tweed se encargan precisamente de ello, también les permite empuñar el arma con plena comodidad o tener un acceso muy fácil al morral.
Sin duda alguna un abrigo de lo más interesante "made in Spain" y realizado con este cariño también muy bonito.
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Créditos: Colectivo Masentero
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El Aristócrata

La Satrería Española en EsRadio

NUESTRO CONCEPTO DE ELEGANCIA EN BACKSTAGE

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Estimados Aristócratas,

Os dejo una entrevista sobre nuestro portal y la moda masculina y donde comparto espacio con profesionales de la moda como Nieves Álvarez, Scott Schuman, Carolina Herrera o Pierre Corthay.

Al terminar la entrevista hay un apartado de comentarios en el cual os agradecería dejarais vuestros comentarios sobre vuestra conformidad o no con las repuestas.

Muchas gracias

El Aristócrata

BESPOKE XXI: EL DOS PIEZAS

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Nunca hasta la fecha habíamos traído a esta página un artículo donde se narrase la confección a medida de un conjunto de dos piezas. Y curiosamente lo tendríamos que haber hecho mucho antes ya que este tipo de conjuntos cada día están sustituyendo más a los trajes convencionales. 

No es que esto sea la situación ideal ya que muchos preferiríamos que los dos piezas convivieran solo de vez en cuando con los trajes y nunca llegaran a sustituirlos. Sin embargo, la relajación en las normas en la vestimenta masculina contradice nuestros deseos y hace que cada día los dos piezas tengan un mayor protagonismo. 

Dicho esto, debo admitir que teniendo en cuenta que en nuestro país parece que no existe otro traje que no sea el azul marino, la idea de que se cambiaran estos, por lo menos por el día, por elegantes y variados dos piezas me parece un soplo de aire fresco para el soporífero panorama actual español.

No obstante, en esta página tenemos la obligación de dejar claro que los dos piezas son un conjunto informal y que no se le debería dar uso formal alguno y, por el contrario, se deberían reservar para los Casual Fridays o para el tiempo libre. 
La variedad de tejidos tanto en composición como en diseños de las chaquetas de sport es enorme y esto permite jugar tanto con texturas que no serían de recibo en ambientes serios como con dibujos que pecarían de excesivamente informales hasta en una rutinaria reunión de trabajo. Sin embargo, los colores con los que podemos jugar es infinitamente mayor que los que permite el vestir más formal. 

En esta página ya hemos hablado de la Chaqueta de Tweed, que para mí es la chaqueta de sport por excelencia. Sin embargo, esta vez queremos hacerlo de otra chaqueta que aún siendo para mí algo menos especial es de todo punto obligada en el armario del caballero, entre otras cosas por su enorme versatilidad: la hoy mal denominada Blazer. 

Y empiezo el artículo de este mes explicando el porqué de lo erróneo de esta denominación recuperando algo que escribí para un periódico hace algún tiempo donde explicaba dicho error.
Como la mayoría de las prendas de vestir masculinas, la blazer tiene su origen en Inglaterra. Si hacemos caso a la historia, la aparición de la primera blazer se debe al Capitán de la fragata Británica H.M.S. Blazer quien en 1837 vistió a sus marineros con una chaqueta azul marino oscura cruzada con botones dorados para recibir la visita de la Reina Victoria. Fue tal el entusiasmo que la Reina mostró al ver esta chaqueta que la blazer se popularizó rápidamente entre los marineros de la época. 

Por su lado, la blazer de sola una hilera de botones tiene su origen en las chaquetas que los clubs de remo ingleses vestían en las regatas del S.XIX. Concretamente su popularidad se atribuye al club de bote Lady Margaret del St. John´s College de Cambridge. Fueron los clubs de remo de aquella época los que empezaron a personalizar esta chaqueta con estampados de rayas gruesas de colores, en muchos casos, no poco llamativas. 

Por ello, las chaquetas azul marino, con botones dorados y de hilera sencilla están más cerca de cualquier otra chaqueta de sport que de una auténtica blazer. Por lo tanto, si nuestra intención es presumir de contar con una genuina blazer esta debería ser siempre cruzada y contar con los seis obligados botones de latón o dorados. 
Como decíamos al comienzo del artículo, hay pocas prendas que sean tan versátiles como una sencilla chaqueta azul marino. Este tipo de chaqueta podemos vestirla tanto con unos vaqueros y unos mocasines como con un pantalón gris, una camisa de rayas, una corbata de punto y unos Tassel de ante. Es cierto que hay gente que incluso lo hace de forma estilosa con un vulgar polo pero el que no asome un puño por las mangas hace que no me convenza personalmente esta última opción. 

Igualmente, a los más viajeros, esta chaqueta les permite que en esos desplazamientos donde no se puede portar mucho equipaje la puedan vestir desde por la mañana de forma totalmente sport hasta por la noche acompañada por un pantalón de franela gris, una corbata y una camisa de gemelos y en ambos casos ir correctamente vestido. 

De la misma manera, debido a que las americanas, e incluso las blazers, estaban pensadas originariamente para un uso sport las podemos combinar con seguridad con corbatas de seda gruesa o de punto. 
E igual de fácil resulta su combinación con nuestros pantalones y zapatos. Respecto a los pantalones empezar apuntando que si bien la manera más actual de combinar la blazer tanto de botonadura cruzada como sencilla es con vaqueros, si nuestro objetivo es vestir un look algo más formal la mayoría de las prendas que llevemos deben perseguir ese mismo fin y deberían guardar cierta relación entre sí. De la misma manera, si buscamos un look de lo más informal no vestiremos, por ejemplo, vaqueros de vestir o camisas claramente destinadas a vestirse con traje. Aunque como ocurre en muchas ocasiones, el acertado estilo de ciertos caballeros justifica la omisión del cumplimiento de la mayoría de las recomendaciones aquí nombradas. 

Respecto a los zapatos, apuntar que con un conjunto formado por una buena americana, una elegante camisa y unos zapatos tipo botas Chelsea, unos Blucher color vino o unos Tassel de ante podremos ir desde de compras por la mañana por Jermyn Street hasta a la discoteca de moda por la noche. 

Dicho esto, para mí la combinación más formal, y en muchos casos también la más elegante, sigue estando reservada a la que se realiza con pantalones de franela de color gris. Si bien la combinación con un gris claro resulta muy bienvenida al producir un contraste de colores muy acertado, si buscamos un aspecto algo más formal deberíamos optar por una tonalidad más oscura de gris.
Hoy seguramente sea la americana azul la prenda más fácil de encontrar en cualquier tienda de caballeros y quizás por ello haya muchos lectores que no tengan del todo claro la necesidad de mandársela confeccionar a medida. 

El tiempo me ha demostrado que la sastrería a medida, de conservar más o menos el tipo con el paso de los años, es siempre una inversión de lo más rentable. Siguiendo precisamente este pensamiento y mi opinión de que el conjunto formado por una chaqueta azul y un pantalón gris siempre estará actual no dude en acudir a la sastrería Reillo para que fuera precisamente D. José María quien diera forma a mi idea de este conjunto. 

Para aquellos que no conozcan a D. José María Reillo les aconsejo que lean este artículo que publiqué allá por el año 2009. 
Y aquellos que ya le conozcan o que tengan la suerte de contar con alguna de sus creaciones seguro que entienden mi decisión de acudir nuevamente a él para darle vida a esta prenda. Después de echar un vistazo a los nuevos muestrarios que acababan de llegar y en contra de lo que suele ser lo normal empezamos definiendo lo que sería el pantalón dejando para más adelante la chaqueta. 

Y escogimos para nuestro pantalón un tejido de la casa Drapers. Como ya comentamos en el artículo que escribimos sobre el esmoquin, Drapers cuenta con una gran relación calidad-precio y suele ser una opción segura y duradera.
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Una vez decidida esta, y con la idea de darle al pantalón un toque algo diferente en lo que a su diseño se refiere diseñamos una cintura más ancha de lo normal y pensando en el uso que le íbamos a dar también con bastante refuerzo interior para que mantuviera su forma inicial y no se arrugara con facilidad al tener que pasar mucho tiempo con él sentados. Por darle un toque algo diferente, el botón lo corrimos hasta prácticamente donde empezaba la pinza del pantalón y adornamos la terminación con un pasador; pasador que aunque ciertos señores lo utilizan para anudar la cadena de las llaves nosotros lo pusimos exclusivamente por una cuestión puramente estética.
Aunque la informalidad de este conjunto seguramente admitiría de buen grado un cinturón yo me acostumbré hace años al uso de tirantes y no me termino de verme cómodo con un cinturón. Por ello, cortamos el pantalón con el típico talle inglés caracterizado por abrochar en la cintura, y no en la cadera, y por tener la parte trasera algo más alta que la delantera. En esta parte trasera realizamos el típico corte en la mitad para repartir el tirón de los tirantes por todo el diámetro de la cintura evitando de esta manera que se concentrara dicho tirón justo en la mitad del mismo y consecuentemente pudiera molestarnos. 

Al haber concebido este conjunto para ser usado en ocasiones informales, o mejor dicho no muy formales, escogimos para el pantalón un diámetro más reducido del que es normal en mis trajes completos. En concreto, probamos esta vez un diámetro de diecinueve centímetros pensando en hacerlo acompañar de zapatos no muy alargados que pudieran dar la sensación de contar con un pie de enormes dimensiones; algo desgraciadamente hoy muy común entre aquellos que se dejan llevar por ciertas modas.
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Como en todos mis pantalones, los botones en la bragueta se hacían imprescindibles como los bien se hacían bolsillos laterales paralelos a la costura del pantalón. Igualmente, optamos, como siempre, por dos cerilleras laterales; cerilleras que me sirven para separar las monedas de uno y dos euros de las de menor valor (todos tenemos manías y esta es una de las mías). Las pletinas laterales y la vuelta de cuatro centímetros completó su “informalidad” y el estilo que buscábamos. 
La chaqueta también la diseñamos pensando en que fuera a vestirse en alguno de mis largos viajes tanto con este pantalón como con otros conjuntos si cabe más informales. Y lo hicimos intentando darle un toque moderno en el interior pero manteniendo unas proporciones lógicas en el exterior evitando que terminara siendo una chaqueta de solo dos temporadas. 

Una de las cosas sobre las que influye más la moda es sobre el tamaño de las solapas. En pocos años hemos pasado de ver unas solapas estrechísimas y sin sentido alguno a otras ahora de unas enormes dimensiones sin con mucho más sentido. Igualmente, el largo de las chaquetas y los anchos de las bocas del pantalón también ha sufrido modificaciones a lo largo de los años.
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Es cierto que conforme va aumentando nuestro armario solemos probar nuevas cosas y arriesgar más. No obstante, si lo que queremos es una prenda que nos dure un largo tiempo de forma más o menos actual resulta mejor optar por medidas y proporciones algo más clásicas. De hacerlo así, ni nuestra chaqueta ni nuestro pantalón serán nunca los más actuales pero tampoco nunca pasarán de moda. 
El tejido que escogimos para nuestra chaqueta estaba firmada por la casa italiana de Biella Lanificio di Pray. Si bien era de 100% cachemira y tenía un muy buen tacto y me fue recomendado por D. José María reconozco que no la conocía. Debido a que muchos de vosotros me pedís con bastante frecuencia por mensaje privado que os recomiende una casa de telas para vuestro primer traje prefiero esperar y ver como envejece esta cachemira antes de recomendárosla. 

En contra de lo que es lo más habitual, es decir prestar atención prácticamente solo al exterior de la chaqueta, en esta ocasión quisimos que el interior fuera tan protagonista como el exterior.
LL
Aunque he probado chaquetas forradas, no forradas, con entretelas de invierno, de verano, sin ellas, etc. la experiencia me dice que si lo que buscamos es una chaqueta duradera y que además acepte de buen grado el maltrato que supone el que te acompañe en el coche, en el avión, a veces en la maleta etc, se debe optar por una chaqueta algo “armada”. Y entrecomillo la palabra armada porque con ella no me estoy refiriendo ni mucho menos a cargarla de hombros o de entretelas sino solo a forrar tanto el cuerpo principal como las mangas.
Sin buscar crear ninguna polémica os recomiendo que echéis un vistazo a las chaquetas que más os han durado o incluso mejor que más han durado a vuestros padres y observéis su construcción. Con casi total seguridad contarán con forro. Y es que el forro protege el interior de la tela de posibles enganchones y del roce continuo con tirantes, pantalón etc. 

Para este forro elegimos un rojo bastante fuerte que me gustó por su contraste con el azul marino de la chaqueta. Y con un tejido destinado a la confección de camisas de sport realizamos los vivos y el interior de los bolsillos. Ni que decir tiene que todo está rematado a mano y que no olvidamos reforzar el lateral del bolsillo, bolsillo realizado según unas medidas especificadas por mí, para que la entrada y salida constante de la cartera no terminara rompiendo sus extremos. 

El diseño exterior, aun guardando unas proporciones bastante lógicas, lo hicimos pensando también en vestir la chaqueta de forma independiente en un ambiente de sport. Para ello, optamos por unas mangas cómodas pero más estrechas que las de las chaquetas de mis trajes. Igualmente, reforzamos su aspecto sport cosiéndole tres bolsillos, 2+1, todos ellos con forma de media luna. Las solapas las ensanchamos algo más de lo que es frecuente en los trajes de calle pero sin llegar a ser excesivamente grandes.
La doble abertura trasera además de por comodidad también por estética fue la que escogimos para esta americana cuyos faldones acortamos un poco pensando precisamente en ese su uso más sport.
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Una de las cosas que incorporamos juntos D. José María y yo hace ya años a las chaquetas de sport fue el doble ojal en la solapa. Esto obviamente es algo puramente estético y no por contar con dos ojales la chaqueta es mejor. Si bien la moda, sobre todo en las casas especializadas en MTM, de coser un ojal de las mangas en un color diferente al resto no me gusta nada, sino más bien todo lo contrario, el contar con dos ojales cosidos a mano en la solapa es un toque personal que sí me parece gracioso. 

El prestar atención a estos detalles menores no significó para nada que dejáramos en segundo plano lo verdaderamente importante: la construcción de la prenda, su aire y la calidad de la mano de obra. 

Resulta difícil apreciarlo por las fotos pero la chaqueta apenas cuenta con entretelas en las solapas como tampoco en los costados medios. El no contar con dichas entretelas sobre todo en la parte lateral baja de la chaqueta no nos debe llevar a pensar que esto sea la panacea ya que aquellos que persigan que la chaqueta les caiga con aplomo y no les forme ninguna arruga con seguridad acertarán más de acudir a la sastrería más tradicional. 
Nosotros, por nuestro lado intentamos tanto buscar la duración de la prenda como también cierta comodidad extra sobre todo pensando en el uso al que la íbamos a destinar. Por ello, como hemos comentado, ni la entretelamos del todo ni tampoco la armamos mucho. Nos limitamos, por el contrario, a jugar con el peso considerable de la tela poniendo una entretela de verano en los costados altos y la estrictamente necesaria en las solapas para darles forma. 

Los hombros los reforzamos con un mínimo de hombrera. Concretamente deshicimos una hombrera estándar y nos quedamos con un tercio de su grosor inicial. Tercio que después de coser y planchar la chaqueta apenas se aprecia pero que resulta obligado si queremos que nos dure la chaqueta en óptimas condiciones a lo largo de los años y más sobre todo teniendo en cuenta el maltrato que recibirá. 

Precisamente, la resistencia extra que para este maltrato reclamaban las costuras se vio respondido con el doble picado que realizó D. José María, picado que en contra de lo que ocurre en muchas sastrerías de prestigio internacionales, en la alta sastrería española todavía se sigue realizando a mano. Este doble picado se realizó tanto en los hombros, solapas, bolsillos y frontales. 
Si bien en un principio pensé que solo un botón central podría quedar muy elegante al final me decanté por un 2+1 porque tras hacer diferentes pruebas frente a espejo no me convencía que una parte tan importante del torso quedara tan expuesta. 

Como contaba en un artículo que publiqué hace ya unos años en otro medio sobre la verdadera blazer, una de las concesiones más interesantes que te brinda esta prenda es la posibilidad de escoger entre multitud de botones personalizados. Los que tengan la ocasión de pasar por Londres les recomiendo que visiten la legendaria casa Benson & Clegg de Picadilly Arcade que cuenta con la distinción de proveedor de la Casa de Su Alteza El Príncipe de Gales de botones, emblemas y corbatas regimentales. Escoger entre sus más de 120 modelos de botones con seguridad no nos resultará nada fácil. 

Otra casa que cuenta también con botones para blazers muy interesantes, aunque en mucha menor cantidad, es Holland & Sherry. Fue precisamente uno de sus botones por los que finalmente nos decidimos. Concretamente escogimos un modelo cuyo tonalidad de oro viejo creíamos que combinaría bastante bien con el color y el aire de esta chaqueta.
Las tres pruebas de rigor, narradas aquí en diversos artículos, trajeron al mundo un conjunto que esperamos nos acompañe durante muchos años y en muy diferentes ocasiones. Y es que pocos conjuntos de dos piezas pueden alternar con tanta elegancia y tanta intemporalidad con nuestros trajes del día a día como el formado por una chaqueta azul marino y un pantalón gris. 

El Aristócrata

RICHARD ANDERSON Y EL CLUB PRIVADO DE EL ARISTÓCRATA

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El que El Aristócrata se haya convertido en una referencia del buen vestir tanto en España como en Latinoamérica ha sido una labor de varios años y en la que todos hemos contribuido de una forma u otra. 


La popularidad alcanzada por nuestro blog nos ofreció la posibilidad de durante tres años contar con una columna propia en el periódico económico on-line, www.extraconfidencial.com. La enorme acogida y repercusión que tuvo, y al parecer sigue teniendo, El Mayordomo nos brindó la posibilidad de escribir para la editorial Planeta el “Manual del Perfecto Caballero; normas básicas del buen vestir”; manual que sorprendentemente y teniendo en cuenta los tiempos que corren se encuentra en su tercera edición. 


Aunque la dificultad de encontrar el tiempo necesario para seguir publicando en dicho periódico un artículo semanal nos obligó a tener que dejar, no sin una gran pena, descansar al bueno de El Mayordomo Jeeves de sus labores semanales, en breve espero tener el placer de comunicaros la colaboración con otro medio pero esta vez escrito y de manera mensual. 

Cada nueva aventura ha representado un nuevo reto y el verlas funcionando siempre ha sido un gran motivo de orgullo. Sin embargo, siempre hubo algo que tanto yo como muchos lectores de esta página sabíamos que teníamos que llevar a cabo antes o después ya que representaba la cúspide de la verdadera esencia de este Blog. 

Y esto no era otra cosa que la creación de un espacio donde los lectores más apasionados por esta forma de vestir intemporal, clásica y varonil se pudieran reunir y compartir de forma presencial sus inquietudes sobre el buen vestir. 

Por ello, tres de esos lectores decidimos crear un Club que hiciera esto posible y que sirviera como medio para profundizar en esta nuestra pasión. El Club Privado de El Aristócrata. 

Aunque desde el mes de enero de 2012 todas las piezas encajaban ya en nuestro puzle la burocracia impidió que el Club fuera una realidad legal hasta prácticamente el mes de marzo del mismo año.

Como sabéis todos los que nos leéis habitualmente, se informó desde esta página de todos los pasos, así como de los requisitos a cumplir, para formar parte del mismo y en marzo de 2012, tras la presentación oficial del Club en el hotel Intercontinental de Madrid, se procedió a abrir el proceso de admisión de los primeros miembros. 

Hoy, treinta cinco caballeros, de diferentes edades y lugares de España, ya son miembros del Club Privado El Aristócrata. Este número se verá aumentado con quince nuevas incorporaciones el próximo año (se informará oportunamente a través de nuestro Blog sobre los pasos y requisitos) para situarlo en el definitivo número de cincuenta miembros. 

A lo largo de los pocos meses de vida de nuestro Club, las actividades se han sucedido conforme a lo que anteriormente había sido diseñado y hoy creo poder afirmar que nos podemos sentir orgullosos de lo que con él hemos conseguido en tan pocos meses. 

En tan escaso tiempo hemos tenido la suerte de reunirnos para escuchar de primera mano las apasionantes experiencias que se viven en un taller de zapatería a medida de la mano del artesano Norman Vilalta o conocer algo más del concepto de elegancia, exclusividad y lujo en el vestir que tiene el crítico de moda del Financial Times, el Sr. Simon Crompton, o el por qué hoy la sastrería napolitana es la referencia mundial; algo que nos contó quien seguramente sea el mejor representante de ese concepto napolitano, el Sr. Luca Rubinacci. 

Y fue precisamente la apasionante puesta en escena del Sr. Rubinacci la que nos obligó en pos de intentar dar cabida a las principales tendencias de la sastrería mundial ponernos en contacto con quien fuera el Head Cutter más joven en la historia de la mítica calle londinense de Savile Row: el Sr. Richard Anderson. 

Según él mismo nos contó durante su intervención, su andadura por Savile Row empezó cuando su padre leyó en enero 1982 un anuncio en la prensa local que decía: “Wanted, sixteen- or seventeen-year-old apprentice cutter for Savile Row firm. Energetic … Intelligent … Smart appearance …”. 

A los pocos días de aquella entrevista a la que acudió Richard Anderson entraba por la puerta del número 11 de Savile Row para firmar un contrato que le reportaría un salario de 2.000 libras anuales en la que es todavía considerada por muchos como la mejor sastrería, y también la más cara, de Savile Row: H Huntsman & Sons o como todo el mundo la conoce simplemente Hunstman.

Según las propias palabras de Richard si bien en un principio le sorprendió la severa disciplina militar que imponían los sastres más veteranos a los aprendices fue precisamente esa disciplina la que caracteriza luego el trabajo y la exquisita terminación de las prendas de las más prestigiosas sastrerías de Savile Row. 

Durante sus dos primeros años en Hunstman, Richard trabajó como “chico de los recados” para todos sus compañeros y era el encargado, entre otras cosas, de que no faltaran ni los cigarrillos ni los sándwiches a la hora del descanso. En palabras suyas “eras lo más bajo de todos los que estábamos allí pero gracias a ello pronto sabías si estabas hecho para esta profesión o no”. 

El tiempo pasó y con solo 26 años pero con nueve ya en la profesión ya tenía su propia agenda de clientes y no era extraño que fuera él el sastre que de Hunstman viajara a Estados Unidos para tomar medidas a sus clientes que allí residían. 

Con 34 años se convirtió en el Master Cutter más joven que Hunstman ha tenido en sus más ciento cincuenta años de historia. Record todavía no superado por ningún otro sastre de Savile Row. 

Al poco tiempo Hunstman cambió de manos y tanto Richard como su compañero Brian Lishak, sastre con más de cincuenta años de experiencia, la mayoría de ellos también vividos en Huntsman, decidieron comenzar una nueva aventura abriendo en el año 2000 su propia sastrería en el número 13 de Savile Row ya bajo el nombre de Richard Anderson Ltd. 

Habían pasado 19 años desde que Richard entrara por primera vez en la sastrería Hunstman y en el momento de abrir su propia sastrería podía presumir de ser ya toda una institución en Savile Row con solo 36 años. 

A Richard Anderson la prensa especializada le ha llamado “El Rey de Savile Row” y le ha definido como “más Huntsman que la propia Huntsman” algo que se reconoce en su predilección por las prendas tipo Tweed; tejido que le apasiona tanto en su versión más rustica tipo Harris como en los clásicos Shepherdis o en los Hounstooth o en los más formales Donegal o como en su preferido para las hacking jackets en el Herringbone. 

El haber continuado con el propio estilo que él y Brian Lishak hicieron característico de Hunstman, estilo donde se marca mucho la silueta, los hombros y se arma el frontal para dar bastante forma a la prenda, y el ser uno de los sastres preferidos por los clientes más jóvenes de la Row han situado a su sastrería en solo doce años como una de las de mayor éxito de todo Savile Row. 

Entre sus clientes conocidos han trascendido nombres como los de Keifer Sutherland, Benicio Del Toro, Simon Cowell, Henry Kissinger, Stewart Granger, Rex Harrison, Gregory Peck o Katharine Hepburn. 

Richard Anderson ha escrito el libro “Bespoke: Savile Row Ripped and Smoothed” donde narra sus apasionantes 19 años como aprendiz y sastre en Hunstman y ha aparecido en innumerables reportajes de la BBC. 

Todo esto fue para nosotros motivo más que suficiente para contactar con él y proponerle que acompañara a los miembros del Club Privado El Aristócrata en un paseo por la calle londinense y nos descubriese un poco más el apasionante mundo de la sastrería de Mayfair, el de Hunstman y el de la suya propia. 

Acostumbrados a reunirnos en los hoteles de lujo de la capital para esta ocasión recogimos el guante que nos lanzó el Sr. Ángel Casaña, Presidente del Club privado de fumadores Churchill Club, y nos emplazamos todos para recibir al Sr. Anderson en el número 48 de la Calle Capitán Haya. 

Este Club de fumadores es lo menos parecido al típico club de fumadores que muchos podríamos tener en mente y al contrario de aquellos, el Churchill Club rezuma modernidad, una decoración a cargo de Javier de San Luis, famoso por ser el responsable también de la decoración del Club Billionarie de Marbella, y un mobiliario más propio del mejor y más chic bar de copas de Cerdeña que el de un club clásico de fumadores. Cuenta además con los sistemas más avanzados de ventilación los cuales son los responsables de que sea imperceptible el olor a cigarro. Lujo provocador con piezas de VG Newtrend, firma de alta decoración y diseño italiana; en definitiva un paraíso para que sus socios disfruten de un exquisito gin-tonic mientras saborean un buen cigarro cubano. 

Con puntualidad inglesa el señor Anderson hizo su entrada en el Churchill Club a las 7 de la tarde donde fue recibido por el presidente honorario del Club de El Aristócrata: el Sr. José María Reillo. 

Comenzado el acto, D. Ángel Casaña tomó la palabra para presentar el Club Churchill y ofrecer pertenecer al mismo a los miembros que del Club El Aristócrata allí nos encontrábamos. 

El Sr. Reillo fue igualmente el encargo de presentar al Sr. Anderson a todos los allí presentes y para ello hizo un resumen del currículum del ponente así como una entretenida introducción tanto a la sastrería inglesa como a todo lo que esta ha contribuido e influenciado en todas las formas de trabajar la sastrería en el mundo. Igualmente, no dejó pasar la oportunidad de analizar de forma breve las principales diferencias entre esta y la italiana. 

En este acto preferimos en vez de que el ponente nos ilustrara con una charla sobre su trabajo pasar directamente a la ronda de preguntas; preguntas que yo encantado le fui formulando y que el Sr. Anderson, con exquisita educación y gran capacidad de comunicación, fue respondiendo una a una sin interés alguno en esquivar aquellas más comprometidas. 

Como algunos de vosotros sabéis últimamente he recibido varios correos de personas interesadas en la profesión de sastre y más concretamente en conocer cómo podían empezar a formarse en tan apasionante profesión. Y fue concretamente por esto por lo que no dudé en empezar el turno de preguntas pidiéndole al Sr. Anderson que nos contara algo más de cómo fueron sus primeros años en Hunstman. 

Si bien hoy la profesión de sastre puede parecer un oficio muy bien considerado y hasta en ciertos casos bien remunerado esto solo es una realidad, como pasa con la mayoría de las profesiones, cuando se alcanza un gran nivel de calidad y se da al cliente un servicio excepcional. Pero hasta que esto ocurre, como también pasa en el resto de oficios, hay que pasar un gran número de años trabajando muy duramente y recibiendo por dicho esfuerzo una contraprestación económica puramente testimonial. Y esto es así incluso en el caso de los sastres de Savile Row. 

Dos mil libras esterlinas hace treinta años no alcanzarían ni siquiera lo que hoy llamamos el salario mínimo interprofesional. Sin embargo, no fue óbice para que muchos chavales ingleses, entre los que también se encontraba el Sr. Richard Anderson, empezaran aquella andadura que no sabían ni siquiera si les conduciría a algún sitio. 

Si esas dos mil libras daban para poco más que pagarse el transporte al centro de Londres y poderse permitir ir al cine con los amigos los fines de semana, el hecho de verse obligado a ser el chico de los recados durante casi dos años dejaba patente si se estaba hecho para trabajar para una de las centenarias sastrerías inglesas o solo se veía como un mero medio de vida para alguien que no había podido o querido ir a la escuela. 

Y fue precisamente repartiendo esos cigarros y esos cafés entre el personal de Hunstman cuando Richard descubrió una disciplina, más que militar en sus propias palabras, que le alejaban de las distracciones de la calle y que le obligan a cumplir unas normas de comportamiento muy alejadas de las de un chico de solo diecisiete años pero que también le daban la base necesaria de constancia y seriedad que requería su profesión. 

Hoy nos cuenta Richard que la situación es algo diferente tanto para bien como para mal. Si bien antes era necesario anunciar una nueva vacante de aprendiz en un periódico local de gran tirada para que alguien se presentara a la entrevista, hoy se reciben currículums casi a diario. 

Ante esto nos comenta Richard que solo termina recibiendo a aquellos jóvenes que no se limitan a enviar su currículum sino que insisten llamando por teléfono o incluso presentándose en la propia sastrería superando el impacto inicial que supone para un chaval de tan escasa edad abrir la puerta que da paso normalmente a un entorno de madera y muy alejado a lo que estos adolescentes han vivido en sus casas. Y si todavía les queda coraje para echar en cara al Head Cutter el por qué no se les da una oportunidad entonces, y solo entonces, Richard les deja probar durante unos días. 

Pero igualmente, si antes cualquier principiante en el oficio requería de un sastre consagrado para que le diera la oportunidad de iniciarse, hoy las principales sastrerías londinenses, y no ya solo de Savile Row, tienen un programa financiado por el Gobierno Británico que concede becas a varios aprendices de la escuela de sastrería británica los cuales rotan por varias sastrerías algunos meses y aquellos que demuestren su valía son contratados al termino de dicha beca por alguna de las casas donde ha estado aprendiendo. 

Otra de las principales diferencias entre los sastres de entonces y los de ahora nos apunta Richard es el hecho de que hoy a la profesión de sastre le haya pasado en parte igual que a la de cocinero. De ser oficios sin mucho reconocimiento o hay sastres tanto en el Reino Unido como en Italia que considerados como auténticas estrellas; y lo mismo pasa con ciertos cocineros. Esto en el caso de los sastres británicos ha sido debido en gran parte al respaldo que desde el propio gobierno, la televisión, internet y la prensa especializada se les ha brindado ya que no hay que olvidar que independientemente de las modas del momento la sastrería británica ha sido la máxima responsable de la alta sastrería durante más de doscientos años. 

El tener entre nosotros a alguien que ha pasado más de veintiséis años trabajando en la mítica calle londinense nos obligaba a preguntarle por el pasado de esta calle, su presente y por qué no decirlo también por su incierto futuro. 

Obviamente era de esperar que el pasado que nos iba a contar Richard iba a ser lo más excitante de los tres momentos temporales por los que le acabábamos de preguntar. Y aunque el futuro, como ahora veremos, es esperanzador no cabe duda que el pasado de la Calle fue francamente apasionante.

Según compartió Richard con nosotros, durante sus años en Hunstman lo normal es que diez nuevos clientes entraran por la puerta de la sastrería todas las semanas. Y con semejante número de clientes, a los que había que sumar también los de la casa de siempre, había que estar preparado, y en todos los sentidos, para recibir en el mismo día a un Lord inglés, a un cantante de música rock o a un exitoso chico de veinte cinco años de una punto com. El coser para un elenco tan diferente, manteniendo el sello de la casa Hunstman, fue en palabras de Richard un bagaje y una experiencia que pocas sastrerías en el mundo pueden aportar a un sastre. 

No dejó de nombrar durante toda la charla a sus dos grandes mentores, el Sr. Brian Lishak y el Sr. Clive Gilke quienes junto a Richard no dudaron en abandonar Hunstman y abrir su propia sastrería cuando Hunstman cambió de manos. El nuevo accionariado tenía una visión muy diferente a lo que había sido Hunstman durante más de ciento cincuenta años y antes de ver hundirse todo aquello por lo que habían luchado, Richard, Brian y Clive abrieron su propia sastrería solo unos metros más allá de donde habían trabajado toda su vida. 

A la hora de tomar la decisión todos estaban de acuerdo en que deberían mantener la gran calidad y la depurada técnica de trabajo de Huntsman pero aportando a la propia tienda un toque algo más actual ya que reconoce que no eran pocos los clientes que se veían intimidados por la propia disposición de las dependencias de Huntsman. Para ello dejaron de lado los cuadros tradicionales, los suelos y paredes de madera, los trofeos de caza y los cambiaron por un ambiente mucho más relajado donde incluso se escucha en toda la tienda a través del hilo musical. Igualmente, aquellos clientes que en Hunstman se les rechazaba por pedir determinados cortes que iban en contra de la filosofía centenaria de la casa en su nueva sastrería eran recibidos y se les intentaba dar aquello que estaban buscando.

Savile Row ha sido para los amantes de la sastrería la Meca a la que acudir al menos una vez en la vida. Los que hemos tenido ocasión de estudiar otras sastrerías de prestigio como la italiana o en su tiempo la propia francesa observamos que sus grandes sastres han bebido de las fuentes de los ingleses y muchos de aquellos han aprendido el oficio en alguna de las sastrerías de Mayfair.

Obviamente sería engañarnos si mantuviéramos que el liderazgo de la sastrería de Savile Row sigue siendo tan aplastante como hace cien años. Por ello, le preguntamos a Richard que nos contara algo más de aquel pasado boyante de la Row, su presente y un futuro algo incierto y que pierde liderazgo frente a la sastrería italiana. 
Lo primero que nos apuntó es que independiente de que tanto una calle como otra lleven el nombre de Savile Row solo hoy una es la pura esencia de Savile Row o como el mismo Richard dice solo las sastrerías que están en la “sunny side” de la calle londinense. Esto difiere con lo que él se encontró cuando empezó a trabajar en SR ya que por aquel entonces a ambos lados de las calles se situaban las sastrerías y por eso mismo y a pesar de que estas compartieran espacio con oficinas y locales de otros tipos hace veinticinco años había más sastres en la Row que ahora. 

No dejó de recordar la apertura reciente de Abercrombie así como la que abrirá muy próximamente de la misma marca pero de niños en la “calle de los sastres”. Si bien no criticó el que esto haya podido pasar y haya puesto hasta cierto punto en jaque mate una historia de doscientos años sí comentó que esto es muy peligroso ya que ninguna sastrería podría nunca pagar los alquileres a los que sí pueden hacer frente las grandes superficies. 

Según nos comentó exceptuando el año 2008, año en que todo el sector sufrió un frenazo, cada año desde que abrieron en al año 2000 han conseguido trabajar más y esto les consta que es extensible a las principales sastrerías de la calle. 

Sobre el fututo solo tuvo palabras de grandes expectativas ya que el interés por la sastrería a medida ya no es solo propiedad de los grandes ejecutivos de la banca de sesenta años sino que cada día más los jóvenes tienen mayor interés en tener un traje de SR que cualquier otro de marca conocida pero de confección. Nunca ha habido más interés por la sastrería a medida que la que hay ahora y no duda en afirmar que independientemente de las modas pasajeras que hoy se puedan ver Savile Row sigue y seguirá por muchísimos años siendo el destino preferido de los amantes de la alta sastrería. 

Sobre el prototipo de cliente de Savile Row mantiene que hoy ya es muy difícil definirlo. Seguramente en los años 90 sí estaba claro pero ahora es de lo más variopinta. Por aquel entonces los más frecuente era encontrarse con un señor de unos sesenta años, de nacionalidad británica o americana y CEO de alguna empresa. 

En cambio hoy si bien lo que predomina son los grandes ejecutivos del mundo de las finanzas de entre cincuenta y sesenta años el cliente es mucho más joven, siendo muchos de ellos asiático y han cambiado los ejecutivos de grandes corporaciones por emprendedores del mundo .com. Igualmente, ahora cuentan con muchos clientes que nunca han vestido de sastre pero que sí lo han hecho de marcas Premium y ven en la sastrería a medida lo más in del momento. 

Uno de los momentos más apasionantes fue cuando explicó a la nutrida audiencia la Hacking Jacket y la forma de cortar esa chaqueta, lo que representa el ADN del estilo Hunstman y en última instancia el ADN del corte de Savile Row. 

Una chaqueta que difiere en gran medida, como vimos los que asistimos a la conferencia del Sr. Rubinacci, del concepto que de cómo debería ser una chaqueta tienen los sastres napolitanos. Para la corriente más extendida de Savile Row, la chaqueta debería contar con hombreras visibles, con solapas marcadas y donde se acentué la cintura del cliente. Con estas hombreras altas y marcadas y una cintura estrecha consiguen muscular el cliente así como hacerlo más alto y delgado. 

Dicho todo esto para él el traje perfecto es el que guarda un balance en todas las líneas y prendas y que además de la sensación de que apenas ha costado realizarlo a pesar de que lleve casi sesenta horas de trabajo. 

No obstante, debido a su gran interés al final del artículo reproducimos la descripción que el propio Richard hace de esta forma de confeccionar la típica chaqueta de Savile Row (para los más puntillosos apuntar desde ya, que esta chaqueta varia según sea la sastrería que la confeccione pero no por ello deja de ser en mayor o menor medida la más extendida y la que ha venido definiendo el estilo inglés durante más de doscientos años). 

Como era de esperar la conversación derivó de manera natural en la hoy mucho más aceptada chaqueta napolitana. En contra de lo que podría caber esperar de quien fuera el alma mater de Huntsman durante casi veinte años, Richard alabó la chaqueta napolitana, su funcionalidad, su ligereza así como su corte relajado. 

Sin embargo, él es partidario de un corte más conservador donde haya más horas de mano de obra y donde el trabajo en el pecho y en los hombros sea mucho más marcado. 

Aprovechamos igualmente para preguntarle si como muchos profesionales del sector atisban la sastrería terminará dominada por los italianos mientras que los ingleses pasaran a un segundo plano. Su experiencia y el aumento exponencial de clientes en Savile Row demuestran que esto ni nunca ha sido así, ni lo es ni lo será. Sin embargo, admite igualmente que los italianos llevan más de veinte años dominando la industria del RTW y esto no parece que tampoco vaya a cambiar ya que la confección inglesa es de mucha menor calidad. 

Ante la confusión reinante en nuestros días donde cualquiera que pueda tomar unas medidas y añadirlas a un fichero se denomina sastre le preguntamos al Sr. Anderson cuáles eran los atributos necesarios que un sastre debería tener para poderse denominar como tal. 

Cabría haber esperado como muchos sastres apuntan que fuera alguien que pudiera cortar, coser y terminar un traje, un abrigo, un chaqué, un esmoquin y un frac. Pero por el contrario y sin dudarlo, y tras apuntar que en la mayoría de las sastrerías de Savile Row cada profesional está especializado en una prenda concreta de cada conjunto, nombró “sólo” dos cualidades: alguien que sepa poner unas mangas y un cuello. Son concretamente estas dos operaciones las que muy rápidamente diferencian a un buen sastre de uno excelente. 

Según Richard en tres o cuatro años una persona con unas mínimas condiciones puede aprender a coser unos ojales, a picar unas solapas, a hacer un pantalón, a coser los bolsillos, a poner un forro pero solo aquellos que tienen unas condiciones excepcionales pueden terminar sabiendo poner las mangas y el cuello. En palabras textuales de Richard esto es lo que diferencia a los hombres de los niños. 

Seguramente todos conocemos personajes públicos que lucen trajes o esmóquines de perfecta hechura pero cuya imagen final no nos trasmite ninguna emoción ya que carecen de estilo y sentimos que le falta expresión a sus conjuntos. 

Por ello, uno de los grandes retos a los que se enfrentan hoy los sastres, y que deberían admitir para que su trabajo no nos dejara indiferentes, es que si vital es conseguir una buena hechura muy importante es también conseguir que su ropa hable y transmita emociones o dicho de forma más simple, que rezume estilo. 

Richard coincide con nosotros en este punto y apunta que efectivamente con la toma de veintiuna medidas, como es obligatorio en su sastrería, una buena hechura está prácticamente garantizada pero que el estilo es sin lugar a dudas mucho más difícil de conseguir. 

Sólo hablando con el cliente y llegándole a conocer se llega a tener una idea de cómo más le gusta verse Como es de esperar de alguien que ha dedicado toda su vida al oficio de sastre habrá habido prendas que le hayan supuesto un esfuerzo extra. Él destaca que normalmente los chaqués y las chaquetas de caza necesitan de una mano de obra más cualificada así como la ropa a medida de mujer la cual, por norma general, es más complicada de realizar. 

Richard Anderson es de los pocos sastres de todo Savile Row que se ha ganado la confianza también de las señoras que gustan de vestir de sastre y de no pocas estrellas de la gran pantalla. Según nos comenta la dificultad que implica vestir a una señora es bastante mayor que la de hacerlo a un caballero y son principalmente dos las partes críticas a la hora de conseguir una buena hechura: el pecho y la parte alta de la espalda. 

Son muy pocos los sastres que se han atrevido a lanzar una línea de ropa de confección; y los pocos que lo han intentado han sido en su inmensa mayoría italianos. Esto no deja de ser una pena ya que por norma general el corte más o menos clásico de los sastres más consagrados hace maravillas cuando se lleva a una línea confección. 

Y Richard ha sido uno de los pocos británicos de su oficio que hace algo menos de un año se lanzó a crear una línea de confección con un claro parecido a su línea bespoke

El que vendiera sesenta trajes en un mes de su primera colección le ha dado la razón a que este producto puede llegar a tener una demanda importante y ahora ya tiene preparada su temporada primavera-verano. Para ambas colecciones el propio Richard ha hecho los patrones para que sean cortados y dados vida n una factoría de Venecia. 

La inspiración británica de sus colecciones y el claro sello del número 13 de Savile Row ha sido muy bien recibido por los amantes del estilo más británico. Para su colección RTW, el propio Richard ha hecho los patrones que son cortados y dados vida en forma de trajes en una factoría de Venecia pero con una clara inspiración británica y con el sello claro de la casa de Savile Row número 13. 

No dejó de aconsejar a sus compañeros de profesión que allí se encontraban que apostaran claramente por internet y en concreto por los Blogs. Él mismo ha experimentado un claro aumento en el número de clientes desde que su trabajo empezó a tener repercusión en los Blogs de moda clásica más leídos. Y a estos también debe en gran parte el que la edad media de sus clientes se haya visto rejuvenecida.

A pesar del auge que ha experimentado recientemente la sastrería a medida, Richard es de la opinión de que hay muy pocos países que puedan presumir de contar con buenos sastres. Además de nombrar a los italianos tímidamente nos habla de algunos sastres alemanes y de algunos noruegos. Por el contrario, no duda en apuntar que la sastrería Norteamericana es prácticamente inexistente y que lo único bueno que hay allí lo hacen algunos aprendices de Savile Row que se han marchado allí a desempeñar su trabajo. 

Otra pregunta que parecía obligada y que les hemos hecho a todos los ponentes que han pasado por el Club era qué caballeros consideraba él como los más elegantes tanto vivos como difuntos. Richard destaca su cliente Gregory Peck quien desde su punto de vista llevaba la ropa con mucho estilo y realzaba todo lo que se ponía. Gianni Agnelli quien era un maestro en combinar diferentes prendas, colores y complementos. 

Nos sorprendió que no nombrara al Príncipe Carlos y por ello quisimos escuchar su punto de vista profesional. En su opinión, el Príncipe Carlos es un apasionado de la sastrería a medida y acude a varios sastres, todos de Savile Row, los cuales han sido capaces de crear para él un estilo muy definido con preciosidades de trajes cruzados. Para Richard, el chaqué con el que se casó con Camila Parker era sencillamente una pieza de arte y tenía la mejor mano de obra que nunca ha conocido.

Mientras transcurría la conversación de los hombres más elegantes dejó patente su discrepancia con la forma de vestir el nuevo James Bond tanto por hacerlo con modelos fuertemente influenciados por el momento temporal en el que se rodó la película perdiendo esa intemporalidad que ha caracterizado históricamente al agente secreto como por no vestir de sastre inglés. 

Como muestra de respeto a quien es considerado como una de las voces más autorizadas para hablar de los tejidos Tweed varios miembros del Club vistieron ese día con tejidos próximos a él. Para Richard este tipo de tejido nunca dejará de estar de moda y si bien antes lo normal es que su cliente dejara el traje diplomático el viernes para vestir alguna chaqueta de Tweed en su casa de campo, hoy lo más normal es que sus clientes la vistan desde con vaqueros hasta para ir a cenar entre semana. 

Concluido el acto tuvimos el privilegio de charlar con el Sr. Anderson y ver en primera persona varias creaciones que trajo a Madrid así como diferentes tejidos tipo Tweed de la mítica casa escocesa Holland & Sherry; una charla regada con un excelente Cordon Rouge y unos más que exquisitos canapés con los que nos obsequió la reputada casa internacional de delicatesen Casa Ortega.
  
 El Aristócrata

CERRADO EL PLAZO PARA HACERSE MIEMBRO DEL CLUB PRIVADO EL ARISTÓCRATA

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Estimados lectores, 

Aunque nos comprometimos a anunciar quince nuevas plazas para ser miembro del Club Privado El Aristócrata el día 20 del presente mes lo hacemos hoy por no tener acceso a internet durante ese día. 

Como ya se comentó en el artículo donde anunciábamos la creación de este Club, el Club Privado El Aristócrata es un espacio donde cada tres meses sus treinta y cinco miembros se reúnen para compartir su pasión por el vestir masculino y ese estilo de vida tan especial que ha estado siempre detrás de esta página desde el principio. 

La puerta está abierta para todos los que disfrutéis de este concepto de elegancia y de los pequeños placeres que brinda la vida; los cuales también tienen un papel importante en el Club. 

No hay requisito alguno previo para ser miembro del Club aunque el gran número de peticiones recibidas durante el año y la imposibilidad de conocer personalmente a todos los aspirantes hace muy difícil el que no nos equivoquemos en la elección final. 

Sí queremos apuntar que siempre será mejor recibido no solo los miembros del Club que acudan a las diferentes reuniones que se celebran a lo largo del año sino que también participan activamente con sus intervenciones en ellas. 

Igualmente, apuntar que por la propia esencia del Club estas plazas no están abiertas a aquellos caballeros que tengan un interés profesional directo o indirecto en el sector de la moda o en la vestimenta masculina en cualquiera de sus manifestaciones. 

A continuación se adjunta un formulario que deberá ser rellenado por todos los interesados en un plazo máximo de diez días desde hoy viernes 18 de enero. Este cuestionario es de obligada cumplimentación siendo motivo de descalificación el dejar campos en blanco. 

Aquellos caballeros que sean seleccionados recibirán un correo electrónico con los correspondientes estatutos del Club los cuales deberán ser aceptados. Igualmente, se les proporcionará un número de cuenta donde ingresar la cuota anual (cuota que se comunicará solo a los seleccionados pero que no deja de ser una cantidad testimonial). 

Finalmente indicar que aquellos caballeros que puedan aportar alguna recomendación de un miembro en activo tendrán prioridad a la hora de ser seleccionados. Sin otro particular esperamos recibir vuestras solicitudes antes del lunes 28.

PD El formulario se debe imprimir, rellenar y enviar escaneado antes del 28 de Enero a la dirección secretariaclubelaristocrata@gmail.com

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El Aristócrata en la voz de Galicia

EL ARISTOCRATA.COM SE RENUEVA

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Hoy estrenamos un nuevo formato de página web. A día de hoy llevamos publicados más de 120 artículos y no resultaba fácil localizar muchos de ellos. Por ello, encontrareis en la cabecera de la página un menú que os permitirá navegar en busca de dichos artículos con bastante facilidad.

Dentro de las pestañas destaca “Bespoke” donde hemos englobado los 21 artículos publicados sobre dicha temática a fecha. En “Recomendaciones del Vestir” aparecen los reportajes sobre pautas para intentar jugar con la elegancia intemporal y en “Artículos de Opinión” disecciones sobre diferentes conceptos relacionados con la moda clásica masculina.
He agrupado en el apartado “Press” todas mis intervenciones radiofónicas realizadas a la fecha así como diversas apariciones en prensa. En “Entrevistas” iré colgando los encuentros mantenidos con los más reputados artesanos tanto nacionales como extranjeros.
Como no podía ser de otra manera, he añadido un apartado de“Relojería” que el año que viene espero poder completar con crónicas sobre las pocas casas manufactura que quedan en la actualidad. Debido a que muchos de vosotros me pedís los links de los videos que voy subiendo todas las semanas he decidido irlos archivando desde esta semana en el apartado “Videos”.
También hay un apartado de acceso restringido para los miembros del Club Privado El Aristócrata (CPdEA) donde se comunicarán las noticias referentes al mismo.
Finalmente, comentaros que como algunos os habréis dado cuenta todos los días se sube una foto con una nueva combinación de prendas, un coche clásico o cualquier otra temática que creo os pudiera interesar. “The Video of the Week”, “The Quote of the Week”, “The Woman of the Week” “The Dish of the Week” seguirán actualizándose puntualmente todos los domingos.
Y para todos aquellos que queráis podéis suscribiros a la web usando el cuadro que aparece en la columna de la derecha y recibiréis una notificación cada vez que se publique un nuevo artículo.
Espero que os guste este nuevo diseño.
El Aristócrata
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