Llamando a la puerta se encuentra un nuevo otoño que este año está previsto sea más caluroso y lluvioso de lo que fue en años anteriores. Esta nueva estación viene a quedarse en nuestra casa para solo marcharse tras escuchar a los Niños de San Ildefonso cantar el gordo de Navidad.
Durante estos tres meses que tenemos por delante experimentaremos muchos cambios, los días se acortarán, disfrutaremos de más horas de oscuridad, las temperaturas bajarán y las lluvias - esperemos acierten las predicciones - harán su aparición.
Una de las notas que siempre ha diferenciado a los hombres mejor vestidos ha sido su facilidad para transmitir a sus conjuntos los colores de cada estación. Quizá sea precisamente por todas las tonalidades que emergen ahora por lo que el otoño es, junto a la primavera, la época más interesante para disfrutar de nuestro armario. Al contrario del invierno y del verano donde vestimos de manera parecida a las estaciones precedentes, el otoño y la primavera rompen sin titubeos con los meses anteriores.
Venimos de semanas de calor donde los colores vivos, los tejidos ligeros y los cortes más desestructurados fueron los protagonistas. Ahora, por el contrario, es tiempo de empezar a abrigarnos y cambiar todo aquello por tonalidades cálidas y por tejidos más abrigados. Sin embargo, no debemos adelantar el calendario y empezar a vestir como lo haríamos en pleno invierno. ¡Ya habrá tiempo de disfrutar de los pantalones de pana, los trajes de franela y los abrigos de lana!.
Un otoño caluroso, como el que se espera este año, puede permitirnos en las horas de sol vestir incluso a cuerpo. Cuando lo hagamos con traje durante esas horas en las que el sol todavía calienta, una larga pashmina mezcla de cachemira y seda puede darnos una protección extra introduciéndola por dentro de la chaqueta. Oculto el sol, una parka desestructurada o un liviano abrigo tipo gabardina nos protegerá del frío sin ser ningún incordio.
A la hora de vestir de sport, un cárdigan puede hacer las veces de abrigo. Para los momentos más frescos, o cuando aún vistiendo de sport se busque algo de formalidad, una americana será siempre una opción segura. En dichos momentos y por la noche podremos también prescindir del abrigo sustituyéndolo por una chaqueta tipo Tweed. Una camisa a cuadros y un jersey de pico rematarán elegantemente este conjunto. De preferirlo, un acolchado sin mangas nos protegerá en las templadas noches que seguro todavía veremos en septiembre y octubre.
Volvamos a la vestimenta de traje. Los trajes de tejidos conocidos popularmente como de entretiempo son más que suficientes para aguantar los primeros días de frío del nuevo curso académico. Los tejidos tipo estambre o gabardina son muy agradecidos con estas temperaturas de transición. Los colores serán todavía algo más alegres que los de puro invierno siendo las tonalidades cálidas como la verde ciprés, la marrón arcilla o incluso la más atrevida granate muy acordes con el otoño.
Estos colores son todos apropiados también en la vestimenta sport – sobre todo en los jerséis y pantalones. A esta paleta de colores podremos añadir, siempre hablando de la vestimenta informal, otros como los caqui, los verde botella, los mostaza o los berenjena. Es precisamente cuando vestimos de sport cuando más fácil es incorporar tonalidades y prendas típicas de cada temporada. Bufandas, pashminas, americanas con estampados tartán, jerséis con diseños Fair Isle o suéteres más abrigados de punto grueso son todas opciones que harán claramente un giño a este otoño.
Ante las posibles lluvias que acechan en el horizonte, nada mejor que un paraguas de calidad, artesanal a ser posible, no necesariamente negro y que contara con un bonito agarradero de madera se antoja como un interesante compañero.
El Aristócrata