El pantalón aun siendo una prenda imprescindible en el traje no recibe la misma atención que la chaqueta. Esto es un hecho como demuestra que, en la mayoría de las sastrerías, tanto nacionales como internacionales, se externalice su confección. Tampoco el cliente le da toda la importancia que se merece; importancia que disminuye si cabe más de tratarse de un pantalón de sport que no pretende acompañar a corbata alguna.
Sin embargo, el cliente cada día está más informado y pasa más tiempo en internet explorando aquellas cosas que le gustan. Hoy infinidad de plataformas tipo Instagram, Pinterest e infinidad de blogs ponen a su disposición cortes y detalles de pantalones hasta bien recientemente desconocidos. A pesar de insistirme constantemente gente del sector y patrocinadores de la importancia de formar parte de todas esas plataformas y redes sociales, soy rara avis y ni tengo, ni nunca he tenido Instagram, twiter, Facebook etc. Al parecer esto me está cerrando muchas posibilidades de expandir esta página, y finalmente mi nombre. Pero entre nosotros, no tengo interés alguno ni en tener “followers”, ni gente que de una manera u otra siga lo que me gusta o deja de gustar. Y no sé porqué, pero estoy convencido de que a la larga el ser un desconocido en estas plataformas será más una ventaja que un inconveniente.
Precisamente por no seguir a tanto creador de tendencias que circula por la blogosfera, diseñé sobre papel el pantalón de sport que acompañó a la chaqueta Bentley en el reportaje de Fuera de Serie.
El pantalón está cortado teniendo en cuenta, obviamente, su claro carácter informal y pensándose en vestirse de una manera casual. Esto se nota en su pernera estrecha y en detalles como las pletinas frontales. Aunque probablemente se pudiera pensar que no merece mucho la pena hacerse un pantalón de pana a medida, pues su resultado no diferiría mucho de uno bueno de RTW, la hechura y los detalles que se pueden incorporar podrían justificarlo. Y justificar además su sobreprecio. La hechura con los pantalones de sport es igual de importante que la de los de traje. O incluso pudiera ser más, pues partes de este, como el trasero, no quedan ocultas tras la chaqueta.
Como en las sedas, las cachemiras etc. hay panas y panas. Esta de Holland & Sherry tiene bastante cuerpo, es muy suave y no parece que fuera a perder su volumen rápidamente. El color se sale del típico beis aportando un nuevo color al armario de invierno.
Si el color no es muy frecuente, mucho menos lo es el forro interior, forro que llama la atención más en vivo que incluso en las fotos. Es el mismo forro el utilizado para forrar la cintura que el de los bolsillos laterales. El fajín del pantalón, aunque recuerde a los trajes de otra época, consigue una comodidad extra. Es como tener un plus que sostiene la barriga. Además, el tener varios puntos de sujeción, tanto los apliques metálicos como los botones del cierre y la bragueta dan la sensación de repartir el tirón por todos ellos.
Los bolsillos traseros son marca de la casa, consiguiendo una forma muy característica sello de Joaquín Fernández. Para ganar un poco de contraste Joaquín, cosió los ojales en un rojo que resaltaba suavemente sobre el granate del pantalón. La misma forma de las solapas de los bolsillos traseros la encontramos en el bolsillo cerillero frontal.
La cintura me parece de lo más interesante que me ha hecho Joaquín últimamente. Bastante ancha, algo que también se traduce en un plus de comodidad, con una pletina corrida y con forma recta que luego se curva para terminar abotonada con dos botones paralelos. Una cintura como esta se merece mostrarla y no taparla con cinturón alguno. Por ello mismo, no cuenta con pasadores para él. No obstante, se han puesto dos grandes pasadores para proporcionar las dos curiosas pletinas. Y digo curiosas porque, en contra de lo que es lo normal, estas no aparecen ni en los laterales ni en la parte trasera. Por el contrario, aparecen en la parte frontal y sobre la propia cintura, y no debajo de esta como suele ser frecuente.
Todo en el pantalón está muy cuidado como demuestra la propia elección de los botones. Se escogieron de diferentes colores sin más propósito que buscar un bonito contraste de colores; contraste que por otro lado solo apreciará el propietario del pantalón. Aunque quizás sea ahí donde resida el encanta del bespoke.
El Aristócrata