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BROOKS BROTHERS SUSPENDE PAGOS

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Beverly Hills, Londres, Milán, Tokio… eran solo algunos de los lugares donde podía adquirirse un estilo que ha marcado la forma de vestir de generaciones. Cuando cierra un pequeño comercio cierta tristeza se apodera de nosotros, pero cuando una de las tiendas más emblemáticas del mundo se ve obligada a suspender pagos el mensaje es francamente preocupante.

Durante la pandemia del Covid tanto en esta página como en medios especializados se hablaba de un cambio de hábitos. Todos los análisis se podían englobar en uno: “la ropa ya no es prioridad”. O al menos no lo era como antes de la llegada del virus.  
Hoy, a las puertas de la salida de aquella situación, aquella afirmación parece que vino para quedarse. Y hasta la mismísima Brooks Brothers, toda una institución en EEUU, lo ha tenido que admitir e intentar recomponerse antes de echar el cierre definitivo. La gente, sobre todo el hombre, aunque también la mujer, ya no visten para sentirse guapos frente a ellos o frente a los demás. Lo hacen por necesidad, pero sin mayor interés en la ropa escogida. Cualquier cosa parece valer. Ni a quien la viste ni a quien la contempla parece importar mucho.
Las prioridades cambiaron con el encierro y este demostró que con muy poco se podía afrontar el día a día de la oficina desde casa. Meses después se volvió escalonadamente a la oficina física, pero el concepto de arreglarse había cambiado. Al ya entonces imperante relajamiento en el vestir se le unió cierta dejadez, dejadez admitida y compartida cada vez por más gente. Y hoy es el día que mientras vayas aseado el qué se vista no importa mucho. 
Y esta nueva forma de entender la vestimenta no parece que vaya a revertirse golpeando directamente en todo tipo de comercios, grandes y pequeños, artesanales e industriales. La sociedad ha terminado dando por bueno la dejadez en el vestir y dicha dejadez ha pasado incluso a ser tendencia, si entendemos tendencia como algo seguido de manera muy importante por un gran sector de la población.
El que Brooks Brothers tenga que replantearse su futuro puede en España tocarnos de lejos, pero su mensaje es bien cercano. Si la tienda que ha vestido a más de 40 presidentes de Estados Unidos y que ha sido una de las más emblemáticas del mundo ya no despierta interés ni en su país natal, qué va a ser de otros comercios especializados o de dimensiones e historias más humildes. La increíble tienda de cinco plantas de Valentino de la Quinta Avenida de NY busca fórmulas a contrarreloj para salirse de un alquiler al que le quedan varios años de vigencia. Primark, empieza a echar números pues no le salen…
Dice el refranero español que cuando las barbas de tu vecino veas cortar pon las tuyas a remojar. Y es que en España también tenemos muchos Brooks Brothers. Un paseo por Serrano, Ortega Gasset y demás calles premium de Madrid alertará de la multitud de tiendas que permanecen cerradas o de locales que se alquilan. Y esto no es exclusivo del mercado premium, para ejemplo el de Primark.
También la facilidad que tanto grandes como pequeñas marcas dan para comprar vía página web hace que las visitas a nuestra tienda física cercana disminuyan. Cierto que años atrás era difícil plantearse comprarse una camisa o unos zapatos sin ni siquiera probárselos. Sin embargo, hoy todos hacemos compras vía internet, y también de ropa. 
Y es que si a esta nueva sociedad que da la espalda a cuidar el vestir se unen los nuevos hábitos la situación para el sector es preocupante. Nos referimos concretamente al teletrabajo. Esta fórmula de trabajo remoto no hará sino aumentar. Demostrado estos meses que funciona, las empresas han visto una manera interesante de ahorrar en metros de oficina. Cierto que las reuniones presenciales seguirán produciéndose, pero, con seguridad, cada vez con menor frecuencia. Consecuentemente la necesidad de contar con un amplio y cuidado armario cada vez será menor. 
Quienes tengan la oportunidad de entrevistar a recién licenciados habrán comprobado como su escala de valores ha cambiado respecto a la de los que veinte años atrás nos incorporábamos al mercado laboral. Sus preocupaciones pasan más por conocer flexibilidad de horarios, teletrabajo, ambiente laboral y otras cuestiones no tan importantes en nuestra época. Y esto solo irá a más.
Cierto que otras crisis se han superado, pero en esta además de sobreponernos a la crisis financiera hay que hacerlo a la de valores. El cambio está siendo muy rápido pero seguro que varios de nuestros comercios preferidos aguantarán todavía unos, esperemos, años antes de llenar sus metros cuadrados de una otra ropa o de cualquier otro producto con el que salir adelante.
En definitiva, la nueva sociedad tiene unos valores, preocupaciones o intereses diferentes y en su manera de aproximarse a la ropa también esto se nota. Toca admitirlo lo antes posible e intentarse adaptar a estos nuevos tiempos. Nuevos tiempos que, mejores o peores, llevan intrínseco un enorme cambio en la forma de entender el vestir.

El Aristócrata

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