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CAMPS DE LUCA

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Tenemos el placer de compartir con vosotros el primer video oficial de la casa sartorial francesa Camps de Luca quien nos lo ha hecho llegar directamente como detalle antes de que lo envíen en próximas semanas al resto de medios del sector.


Para quienes no lo sepan comentar que el taller Camps de Luca lo crearon el sastre italiano Mario de Luca y el sastre español Joseph Camps en 1969.


El resto es historia….


El Aristócrata

LA GABARDINA, MÁS DE CIEN AÑOS DE HISTORIA

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Estimados amigos,

Como muchos de vosotros sabéis colaboro desde hace un año con la revista Gentleman expandiendo el concepto de elegancia intemporal que guía esta página. Y aprovechado dicha colaboración quiero compartir con vosotros un artículo que escribí en dicha revista hace ya unos meses: “La Gabardina, más de 100 años de historia”.

Reza un conocido dicho popular inglés que el vestir un abrigo diferencia a los adultos de los niños. Y las estadísticas demuestran que precisamente ese adulto no duda en escoger la gabardina como el primer abrigo de su armario.

El otoño es, junto a la primavera, la estación del año donde esta legendaria prenda alcanza su máximo esplendor ya que sus suaves temperaturas permiten que brille con luz propia. No obstante, y a pesar de que la tela de gabardina no abrigue demasiado hoy se puede encontrar con todo tipo de forros, desde acolchados hasta de piel, en muchos casos removibles, lo que ayuda a alargar su vestimenta a prácticamente todo el año.

La gabardina coge el nombre del tejido con el que está confeccionada y hoy, al contrario de lo que ocurría en sus orígenes, ya no solo termina por debajo de las rodillas sino que se puede encontrar tanto por encima de estas, en forma de un tres cuartos, o en tamaño de chaquetón. Igualmente, al clásico color beis se le han unido otros más alegres como el azul marino, el verde o el burdeos.

Dos son las características principales que diferencian a esta prenda intemporal presente en el armario del Gentleman desde 1880. Por un lado, su característico tejido impermeable resistente al viento, al agua y a la nieve y por otro su inconfundible diseño de origen militar.

En su diseño original esta prenda contaba con botonadura cruzada, un gran cinturón, diez botones de generosas dimensiones, anchas solapas, grandes bolsillos donde poder guardar desde mapas hasta prismáticos y múltiples anillas de acero desde las que colgar objetos tan necesarios en el campo de batalla como una cantimplora, un par de botas secas, una espada o incluso una granada. Fue precisamente su uso militar el que hizo que a esta prenda se la conozca en su tierra natal con el nombre trench coat o abrigo de trinchera.

Tres marcas, Mackintosh, Burberry y Aquascutum, todas ellas inglesas, fueron las grandes responsables de la popularidad alcanzada por la gabardina y de que hoy, más de ciento treinta años después del primer abrigo de trinchera, esta prenda se haya convertido en todo un imprescindible en el armario del Gentleman.

Aunque en 1823 Charles Mackintosh inventa el primer tejido impermeable uniendo varios trozos de tela con caucho, habría que esperar hasta 1830 para que el propio Mackintosh popularizara con ese tejido su primer abrigo. Si bien aquel abrigo no dejaba pasar el agua, tenía el inconveniente de que no transpiraba. Este problema quedó solucionado cuando Aquascutum, en 1853, crea un tejido resistente al agua, transpirable y lo que no era menos importante sin olor a caucho. El éxito de esta nueva gabardina le valió a Aquascutum ser elegido responsable de los abrigos del ejército británico de la Guerra de Crimea.

Sin embargo, tendremos que esperar hasta 1880 para ver el nacimiento de la primera gabardina tal y como la conocemos hoy. Fue concretamente Thomas Burberry quien crea para los granjeros ingleses el primer abrigo de algodón, cien por cien resistente al agua, respirable y de gran comodidad y ligereza. La obligatoriedad de contar en la campiña inglesa con una prenda resistente al agua fue conseguida por Burberry impermeabilizando el hilo con el que después se tejía la tela logrando de esta manera que el agua resbalase por la superficie del abrigo pero sin llegar a penetrar en él.

Fue tal el éxito de la aquella gabardina que la Oficina de Guerra Inglesa le encargó el desarrollo de un modelo específico para sus soldados. Su fama en el campo de batalla primero y en la ciudad después hizo que las gabardinas se conozcan popularmente en el país que las vio nacer todavía hoy como burberries.

Si a Thomas Burberry se le debe la aparición del conocido abrigo de trinchera, a la Primera Guerra Mundial le corresponde la fama por este alcanzado. Aunque las prendas conocidas como gabardinas se empezaron a usar por las tropas de Garibaldi en 1861, la Primera Guerra Mundial marca un antes y un después en el diseño de esta prenda. Aquel diseño con amplios bolsillos, de hilera cruzada, con cinturón con cierre en acero, cinchas en los hombros y anillas metálicas en forma de “D” se mantiene hoy plenamente actual.
Durante la Segunda Guerra Mundial, la popularidad alcanzada por aquel abrigo de los oficiales británicos hizo que los soldados americanos, rusos, franceses, alemanes y holandeses lo empezaran también a vestir convirtiendo al abrigo de trinchera en la prenda obligada del campo de batalla.

Si los soldados ingleses fueron los responsables de su diseño e incipiente popularidad, los actores de Hollywood de los años 30 y 40 fueron los que hicieron que la gabardina traspasara fronteras. La aparición de esta acompañando a gánsteres y chicos duros creó una estampa que todavía hoy perdura. Humphrey Bogart en Casablanca, el teniente Colombo, Dick Tracy o el Inspector Clouseau terminaron de convertir en mito a esta histórica prenda.
Si hay una prenda que puede presumir de llevar más de 100 años estando de moda y siendo un referente en su categoría, esa es la gabardina. Hoy la continua actualización de su diseño y sus nuevos colores así como su enorme versatilidad hacen de la gabardina una prenda imprescindible en el armario del Gentleman sin que ya para ello el cielo tenga que amenazar lluvias.

El Aristócrata

TENDENCIAS: EL ACOLCHADO

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No deja de ser curiosos observar lo cíclicas que son las modas. Lo que hoy parece ser lo más moderno y actual al año siguiente es algo ya totalmente desfasado. Y esta temporada los conocidos popularmente como plumas se erigen como protagonistas de los atuendos de sport. 

No obstante, lo más sorprendente de este fenómeno es el hecho de que no son pocas las prendas que tras pasar unos años de esplendor y pasar a lo más recóndito de nuestro armario varios años después vuelven a adquirir la gloria de antaño. 

Y esto es precisamente lo que le ha ocurrido a la prenda que hoy traemos a esta página: el acolchado o como se le ha conocido toda la vida el “plumas” o el “plumífero”. 

El comienzo de los años 90 fue la época dorada de esta prenda. Se podía ver desde en chaquetas que llegaban hasta la cintura hasta otras que se extendían prácticamente hasta la rodilla. 
Si bien los plumas se siguieron viendo en muchas estaciones de esquí durante el post-ski su presencia en las grandes ciudades pasó a ser prácticamente testimonial. 

Sin embargo, de unos años atrás marcas italianas como Fay, Moncler o Canada Goose empezaron a popularizar nuevamente esta prenda y sus ciudadanos no dudaron en protegerse del frío de manera elegante con estos ligeros pero calurosos abrigos. 

Tras el éxito de estas casas otras muchas, la mayoría italianas, copiaron la idea y el modelo de acolchado liso brillante, en sus más diversos colores, pasó prácticamente a ser una seña de identidad del país. 

En España han tenido que pasar varios años para que estas chaquetas hayan empezado a volver a las calles de nuestras ciudades y que incluso ciertas marcas nacionales se hayan interesado por ellas y nos hayan permitido hacernos con ellas sin necesidad de pagar un dineral. 
Básicamente encontramos tres modelos entre los que poder escoger: las chaquetas que se alargan hasta la cintura, los abrigos que descansan por debajo de esta y los chalecos sin mangas. 

Es importante tener en cuenta que aunque en Italia resulta bastante frecuente encontrar a caballeros que hacen acompañar a sus trajes de ellas, este tipo de abrigo está destinado a un uso puramente informal y no se debería sacar a pasear acompañado de corbata. 

Los acolchados que no se alargan más allá de la cintura son mis preferidos. Y lo son porque no te limitan en nada la libertad de movimientos y porque concuerdan perfectamente con la vestimenta más informal a la que desde mi punto de vista se debería destinar este abrigo. 

Hay también algunos plumas que sin llegar justo hasta la cintura quedan algo por debajo de esta y son también muy interesantes. Sin embargo, aquellos otros que llegan casi hasta la rodilla si bien cobran todo su significado para ir a cenar después de un día en la nieve no creo que sean adecuados para vestirlos en la ciudad. 
Hasta no mucho tiempo atrás estos se limitaban a ser unicolores y sin diseño alguno más allá de su característica forma que nos recuerda al inconfundible Bibendum. Con el paso de los años las colecciones de las principales casas se han ido refinando y si bien durante los últimos tiempos ha sido la terminación brillante una de las más demandas hoy la variedad de modelos ha traído consigo algunos de gran belleza y mejor terminación. 

Es importante tener en cuenta a la hora de hacernos con uno de estos abrigos que como tendencia que son ni son particularmente baratos ni deberíamos esperar a poderlos usar durante varias temporadas seguidas. Por ello, hay que estar seguro del limitado uso que le podemos dar en un país como el nuestro con contadas semanas de frio, antes de desembolsar por los de más renombre cifras cercanas a un cover coat bastante decente. 

Dicho esto, y más allá de la marca del acolchado, lo que establecerá el precio final de este será el tipo, y la cantidad, de plumas que lleve en su interior. Si su interior estuviera relleno de plumas de oca el precio final triplicará fácilmente el de otros tipos de plumas o el de aquellos rellenados con plumas artificiales. La diferencia entre la pluma de oca y el resto se aprecia fácilmente en el calor que unas y otras desprenden y en la facilidad de mantener o no la forma originaria del acolchado a lo largo de los diferentes usos. 
Uno de los acolchados que más juego pueden dar son aquellos que no cuentan con mangas. Los chalecos de plumas además de aportar a muchos conjuntos de sport un toque interesante también pueden darnos esos grados extras de calor pero con la misma comodidad que si fuéramos en pantalón y jersey. 

Si bien yo recomendaría vestir estas chaquetas de nilón y de plumas de oca sobre un jersey o una camisa hay quien también se atreverá a hacerlas acompañar, incluso a los plumas sin mangas, de una chaqueta de tweed. 

Se escoja uno u otro se debería evitar optar por aquellos que contaran con grandes logotipos o marcas. Como hemos apuntado en varias ocasiones a no ser que te patrocine una marca hacer publicidad gratuita de ella ni tiene sentido ni las prendas destinadas a tal efecto cuentan con la elegancia de sus homólogas. 
Si tenemos en cuenta que en breve empezarán las rebajas y que todavía tenemos por delante bastantes semanas de mucho frío sería bueno plantearnos hacernos con uno de estos plumas sin olvidar, no obstante, que puede ser que después de este invierno nunca más volvamos a utilizarla. ¡Cosas de la moda! 

El Aristócrata

El Aristócrata en Intereconomía

CARTA A LOS REYES MAGOS DE ORIENTE

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Estimados Reyes Magos, 

Os estaba haciendo mi lista de regalos con mi estilográfica preferida pero he pensado que quizás fuera más efectivo en vez de echarla al buzón como en años anteriores publicarla aquí y ver si así este año la leíais con mayor interés y me hacíais algo de caso. 

Al contrario que otros años este quiero abrirles a sus Majestades de Oriente el abanico de opciones para que puedan elegir aquella que les sea más fácil conseguir o que les resulte más cómoda de transportar.

Para ello he elegido 10 regalos que ni son difíciles de conseguir ni les quitarán mucho espacio en sus alforjas. Además tampoco este año quiero pedirles ninguna marca concreta para que puedan escoger cualquiera de las opciones que les sugiero sin necesidad de tener que pagar un alto precio por ellas. 

1- Un acolchado 

Su enorme comodidad proporcionada por su increíble ligereza y el calor que proporcionan sus plumas de oca se me antoja como una gran opción para acompañarme una vez terminadas las divertidas jornadas de esquí que todavía quedan por disfrutar este invierno. 
Sus múltiples bolsillos ayudan a poder meter en ellos todos los objetos que podemos necesitar para salir a disfrutar de un rato de descanso y además hacerlo sin ni siquiera darnos cuenta de que llevamos encima la cartera, el móvil o las llaves. 

2- Un elegante y efectivo kit de afeitado 

Mientras no se consiga un producto que evite el tenerse que afeitar todos los días no nos quedará más remedio que incorporar esta actividad a nuestra rutina diaria. Y ya que la vamos a dedicar muchos minutos a lo largo del año qué mejor que hacerlo con un producto de calidad y de atractivo aspecto.
Aunque las maquinillas eléctricas de afeitar cada vez consiguen un mejor resultado, el apurado que proporciona la clásica cuchilla todavía no ha sido superado por ninguna de ellas. Y con seguridad nuestra tez agradecerá el tacto de una brocha de pelo natural. Quien no se atreva con el afeitado natural de la barbera siempre podrá optar por los acoples de cuchillas más extendidos en el mercado. Estas últimas maquinillas de cuchilla a pesar de no tener el encanto de la navaja se confeccionan también en materiales de lo más interesantes y atractivos. 

Recordarles a sus Majestades que no se olviden de un buen jabón y un fresco bálsamo calmante sin perfume para completar el kit

3- Una anónima maleta de viaje 

Siempre me he preguntado qué es lo que ven los amantes de LV para pasear el monograma de la casa francesa con ese orgullo con lo que lo hacen por las salas VIP de los aeropuertos de medio mundo. 
Yo queridos Reyes Magos, quiero, aunque sea solo para diferenciarme de tan curiosa fauna, una maleta que no lleve logo alguno y si lo tiene que llevar que solo yo y los verdaderos entendidos de complementos de viaje sepan a la casa a la que pertenece. Y si además de ser cómoda en su transporte y ligera en sus desplazamientos puede aguantar con entereza el maltrato que le supondrá acompañarme por las ciudades y los suelos maltratados de mi querida África me sentiré francamente agradecido con sus Majestades. 

4- Unos guantes de piel

Por muy llenas que tengáis las alforjas de los camellos seguro que un pequeño hueco me podéis hacer para unos bonitos guantes de piel. Guantes negros tengo ya alguno por lo que os agradecería si me consiguierais unos de color marrón claro. 
Sabéis queridos Reyes de Oriente de mi pasión por los coches y las motos clásicas por lo que tampoco me importaría si me trajerais unos guantes perforados de conducir. 

5- Unos estilosos gemelos

Sé que me vais a decir que no sabéis qué es lo que hago con tantos gemelos pero la verdad es que teniendo en cuenta que los uso como mínimo cinco días a la semana seguro que también encuentro el momento para lucir estos nuevos. 
Mis gustos poco han cambiado desde aquel primer juego que ya hace años atrás os pedí por lo que seguro que acertaréis en esta ocasión también. Solo recordar que no me atraen especialmente los de metales preciosos y sí los que tienen un diseño más discreto e intemporal. No olvidéis que aunque me gustan más los que cuentan con terminación doble, los ojales de mis camisas son algo estrechos y están cosidos a mano por lo que no me gustaría tener que forzarlos para hacer pasar por ellos un gemelo de grandes dimensiones. Por ello, si preferís esta vez regalarme un gemelo de terminación sencilla lo entendería. 

6- Un decantador de diseño 

Reconozco que algunos de mis hábitos no son todo lo saludable que os gustaría. Pero teniendo en cuenta que me “machaco” bastante durante la semana creo que me puedo permitir de vez en cuando disfrutar de una buena botella de vino. 
Sabéis que no sabe igual el mismo vino en un vaso de plástico que en un vaso de balón de Waterford. Y tampoco se desliza con la misma elegancia por un oxigenador instantáneo que por un decantador de diseño de Sèvres o de cristal de Baccarat. 

No me cabe duda de que sois conocedores de que independientemente del vino que decante este sabrá mejor si se disfruta en buena compañía por lo que si el decantador lo hicierais acompañar de un bonito juego de copas seguro que le daré un mayor uso ☺. 

7- Un reproductor de música 

Y si una botella de vino sabe mejor de beberla con la persona querida, mejor lo hace todavía si se acompaña de una buena música. 
Hoy la fusión entre diseño y utilidad es cada día más frecuente, y hasta necesaria, por lo que no dudéis en regalarme si así es vuestro deseo un reproductor de diseño especial que me permita disfrutar de mis canciones más melódicas en mis tardes de lectura y me ayude a terminar a la noche mi rutina deportiva. 

8- Una fragancia bespoke 

Mis queridos Reyes si es cierto eso que nos decís de que cada uno de nosotros es único no entiendo porqué os empeñáis en traerme todas las Navidades el mismo perfume que usan mis amigos. 
Yo que siempre me he creído eso que nos contabais quiero que me regaléis un perfume que sea acorde a mi personalidad y a mis gustos y que cada vez que me lo ponga me evoque algo concreto o me transporte a mis divertidos años de juventud. Por eso, este año yo os diré los principios que quiero contenga mi perfume y vosotros deberéis conseguir mezclarlos de tal forma que el perfume resultante sea solo mi perfume y el de nadie más. 

9- Una bolsa de mano 

Cada día se me hace más incómodo llevar las cosas más necesarias en el abrigo o en traje. Entre la agenda, la cartera, el móvil, las llaves etc. las manos termino teniéndolas siempre ocupadas y los bolsillos de los trajes empiezan a estar tan llenos que eso de que un buen traje debería ser como una segunda piel hace que cualquier parecido con la realidad sea solo pura coincidencia. 
Sé que el hablar de una bolsa puede evoca la figura del metrosexual pero las bolsas en las que estoy pensando distan mucho de las que estos eligen. Son bolsas más cercanas a un maletín de documentos que a una bolsa llamativa, con logos o de generosas proporciones. 

10- Una chaqueta de fumar 

Estoy convencido que salir de casa en cualquiera gran ciudad española es mucho más dañino que fumarse de vez en cuando un cigarro. Sin embargo, parece que a ciertas personas no les molesta contaminar con el mortífero humo de sus motores diesel y sí en cambio les molesta que alguien lo haga en la privacidad de su hogar y sin molestar a nadie más que a él mismo.-

Sin embargo, por más que a los enemigos de la libertad individual les pueda molestar, un vaso de whisky o un cigarro de vez en cuando hace mucho menos daño que respirar todos los días el aire contaminado que “adorna” el paisaje de gran parte de nuestra España o incluso lo que hace beber el agua que sale de los grifos de medio país . Y aunque fuera más dañino, algo que no lo es, siempre he mantenido mi querido Melchor que cada uno con su cuerpo puede hacer lo que le venga en gana mientras no haga daño a nada ni a nadie. 
Por ello, si Sus Altezas pensaran como yo, les agradecería me regalaran una chaqueta de fumar con la que disfrutar del placer que supone fumarse un cigarro mientras la leña se consume lentamente en la chimenea o para que incluso la pueda utilizar para recibir en casa de forma elegante a mis amigos más especiales. 

Esperando que penséis que he sido bueno este año o que al menos me he esforzado en serlo dejo a vuestra total elección el regalo de la lista que escojáis. Y si no pensáis que lo he sido que no os quepa duda que intentaré serlo este 2014 para que los próximos Reyes ya no tengáis excusa para no obedecerme. 

El Aristócrata

REFLEXIONES SOBRE LA VESTIMENTA DEL HOMBRE DE HOY

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Estimados amigos,

Me gustaría dejaros el audio de una mesa redonda en la que fuimos invitados el sastre José María Reíllo y yo recientemente.

Aunque creo que la totalidad del mismo es interesante nuestra intervención comienza en el minuto diez.

Esperando vuestras siempre constructivas críticas, permitirme desearos a todos un Feliz 2014 y que consigáis todo aquello por lo que luchéis.

Un abrazo y gracias por seguir aquí un año más.



El Aristócrata

UN NUEVO PROYECTO: FUERA DE SERIE

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Estimados amigos,

Es para mí un placer informaros que a partir de este este mes empiezo a colaborar con el magazine Fuera de Serie; concretamente como responsable de los artículos de moda de caballero.

Aquellos que así lo deseéis podréis leer mis artículos los viernes en el Fuera de Serie que se entrega junto al diario económico Expansión así como los domingos en el mismo magazine que se distribuirá con el periódico El Mundo.

Un saludo para todos.

El Aristócrata

LIFESTYLE V: EL CABALLO ESPAÑOL

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Este mes queremos recuperar una vieja costumbre que teníamos en los primeros días de vida del blog. Como recordareis los lectores más fieles solíamos escribir de vez en cuando un artículo de lifestyle que se alejaba del leitmotiv de esta página. Hablamos de clubs ingleses, de sitios de vacaciones de ensueño, de hoteles aristocráticos, las carreras de Ascot y de temas que aún no tratando de moda masculina clásica sí eran de gran interés o si no lo eran al menos sí contenían gran belleza. Y hablando de belleza hoy queremos recuperar aquella vieja costumbre y hablar del que para mi es el animal más bello del mundo: el caballo español.

Ver un caballo español piafando en libertad mientras que con su cabeza levantada y su crin flotando en el aire se acerca a ti con tranco poderoso consigue sacarte de tu más hondo un sordo olé tan sonoro como el que solo saldría el ver a una mujer española de poderosa figura hacer su entrada allá donde el destino ha querido también a ti situarte. Y es que no hay nada en este mundo tan bello como la mujer española y el caballo andaluz.

El caballo andaluz es una raza de caballo originaria de Andalucía. Se trata de un caballo ibérico que está entre las razas equinas más antiguas del mundo. En España también se le conoce comúnmente como "caballo español" y se le denomina oficialmente "Pura Raza Española" (PRE), porque se considera que el andaluz es el caballo español por antonomasia, a pesar de que existen muchas otras razas equinas españolas.
Por suerte para nosotros, la enorme oferta de hobbies que hoy se nos ofrece hace muy difícil que exista alguien que no encuentre a qué dedicar su tiempo libre. El teatro, la lectura, la música, el deporte, los viajes y un largo etcétera bien merecerían vivir varias vidas para poder disfrutar de todas estas actividades en su plenitud.

De estos pasatiempos a los que yo personalmente dedico mas mi tiempo libre es al deporte y a viajar. La bicicleta, la natación y la carrera hacen que saque la lucidez necesaria para hacer bien mi trabajo. Los viajes por su parte son una fuente de continuo enriquecimiento tanto cultural como personal. Pocos libros enseñan con la profundidad y claridad como lo hace el compartir conversaciones con personas desconocidas y de culturas diferentes a la de uno.
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Algo tan sencillo como sentarte con un libro en alguna mesa de una concurrida calle de recóndito pueblo español o de una lejana ciudad africana mientras se observa el ir y venir de sus ciudadanos aporta una fuente de información y de descanso que ya les gustaría experimentar a todos esos VIPs que se recorren medio mundo en sus jets privados buscando el más exótico lugar donde pasar unos días. 
Igualmente, el saber, por ejemplo, que en cuarenta y ocho horas estarás en alguna sierra de la magnífica geografía española sobre una bicicleta de montaña disfrutando de un bonito paisaje y respirando aire puro hace que alargar las horas de trabajo entre semana no se convierta en ningún esfuerzo.

No obstante, el disfrutar de la naturaleza con un caballo es de esas sensaciones maravillosas que solo aquellos que la han experimentado pueden llegar a apreciarla. Y si ese caballo es un pura raza español la nobleza de la relación hace de ese momento algo que las palabras, al menos las mías, son incapaces de definir.

A los que nos gusta el campo la sola idea de dar un paseo a caballo bien solo o bien en compañía se antoja como uno de esos placeres terrenales por los que habría que pagar todo aquello que se nos pidiese. Y si además ese caballo es tu caballo y con el que has pasado largos ratos hablando, cepillándolo, domándolo, mimándolo e incluso llorándolo tus más íntimas tristezas el momento de volver con él a la cuadra ya con riendas largas hace que la sensación de tranquilidad, relajación y realización sea incomparables a nada en este mundo.
A pesar de la insistencia de ciertos ganaderos en cambiar la morfología histórica del PRE y convertirlo en un animal de postal pero totalmente inválido para el trabajo, el PRE es de las pocas razas de caballos cuya versatilidad la hace sino destacar en todas las disciplinas sí sacar en la mayoría de ellas una buena nota. Ya bien sea en la modalidad de doma clásica, en la doma vaquera, en el rejoneo, en el enganche o la alta escuela, la nobleza del PRE hace que hasta a aquellos que se acaban de acercar a este mundo, independientemente de la edad, con un poco de práctica puedan disfrutar de cualquier de estas disciplinas.

De todas las modalidades que existen, desde bastante pequeño he convivido en casa con la pasión de mi padre por el enganche y aunque reconozco que no lo veo con la misma luminosidad con que lo ven y disfrutan sus ojos sí me sirvió para conocer a este maravillo animal.

Yo por mi lado he preferido siempre el esfuerzo, la constancia y la pericia que requiere la doma así como la libertad que te proporciona la silla vaquera. Intentar conseguir un piafe o un passage armónico y constante requiere de muchas horas de trabajo y de mucho control personal. La frustración que conlleva el ver como no salen los ejercicios pronto se olvida cuando por fin lo consigues.
Una conocida amazona, Esperanza López, lo definió muy bien esta sensación cuando dijo que:

"Cuando estas ahí arriba y sientes como el caballo te lleva y se dirige hacia donde y como tú quieres ante cualquier pequeño movimiento de tus ayudas .....con una expresión elegantísima ..un movimiento ligero ...como si flotara .... Cuando sientes que tu caballo eres tu ...que te siente y tú lo sientes ...atento a todo lo que mandas a todo lo que piensas .... Cuando pasa todo eso ....entonces ¡SABES LO QUE ES LA FELICIDAD".

Igualmente, salir a correr en una fría mañana manchega unas liebres con tu caballo vaquero proporciona una alegría y liberación de adrenalina solo comparable a un técnico descenso de MTB. El galopar de manera ordenada en campo abierto, hacer piruetas, paradas a raya o sencillamente dar un paseo mientras charlas con un amigo es uno de los mayores placeres terrenales que el caballo pone a disposición de los humanos.

Y para hacer esto y mucho más tenemos como compañero al caballo español y como aliado a su incomparable nobleza. Quizás sean sus orígenes de caballo de reyes lo que ha hecho que tanta sea la nobleza que circula por su sangre. Es francamente difícil que un caballo español dé una coz buscando a alguno de nosotros o que a pesar de su enorme fuerza intente desalojarnos mientras trabajamos con él e intentamos que haga esos movimientos que realiza en libertad pero con nosotros encima. Y si esa persona es encima un niño es increíble comprobar como su amabilidad sólo se incrementa.
Con seguridad el PRE no es el caballo más fuerte ni el más resistente en deportes tipo salto o raid pero sus altos movimientos así como la gran expresividad de los mismos no es comparable tampoco a los siempre sincronizados pero aburridos movimientos de los caballos centroeuropeos.

Es amable con el jinete y no le importa aguantar sin protestar sus a veces confusas ayudas. Aprende con gran rapidez y al contrario de otras razas es de una amabilidad encomiable. No tarda en conocer la voz de su amo ni tampoco en pedirle la golosina después del trabajo. Es tal su nobleza que si su jinete le mandara que saltara al vacío obedecería su orden sin rechistar.

Cuando uno sale a trabajar el caballo al campo o sencillamente a dar un relajante paseo con él y observa como obedece sus ordenes y consigue lo que buscaba resulta difícil contener una sonrisa de satisfacción. Cambios del pie al tranco, piruetas, apoyos etc. son todos ejercicios que de conseguirlos ejecutar con precisión y sin estrés en el caballo hacen que el paseo de regreso a la cuadra ya con riendas largas aporte una sensación de bienestar difícilmente comparable a nada.
La historia ecuestre de España es tan longeva que hace que contemos también en este campo con maravillosos artesanos dedicados en cuerpo y alma a los complementos del caballo. Al contrario de lo que ocurre con la sastrería donde los mejores profesionales se encuentran casi en su totalidad en la capital, los guarnicioneros siempre han tenido un gran apego a su tierra y han preferido, también porque la mayor tradición se encuentra allí, quedarse en su Andalucía.

No obstante, esto no es problema para los que tenemos esta afición ya que siempre se siente un regocijo especial cuando te acercas al Puerto de Despeñaperros. Obviamente, hay zonas como la de Salamanca o la misma Valladolid donde existen también grandes profesionales y motivos más que suficientes para buscar otra escusa e ir en busca de una cabezada o unas buenas botas a medida. Pero sigue siendo Andalucía donde la afición del caballo está más extendida y donde al contrario que en otras zonas de España no se ve como algo elitista y sus ciudadanos, independientemente de su posición social, disfrutan de este hermoso animal de forma muy extendida.

Hoy las prendas técnicas de equitación ofrecen una serie de ventajas sobre todo por sus tejidos y elasticidad que hacen que ya no haya como antaño que acudir a la sastrería tradicional. Dicho esto, otra cosa muy diferente son los trajes cortos, la calzona o prendas como el siempre elegante marsellés donde la aguja de un buen sastre de toreros se nota en la terminación y comodidad de la prenda.
No obstante, hay que reconocer que en la disciplina de la doma clásica la calidad y terminación de los productos alemanes son los dueños de los mejores guadarneses. Dicho esto, en España podemos encontrar guarnicioneros capaces de hacer botas, cabezadas y sillas vaqueras a medida de perfecta terminación y a precios mucho más competitivo que sus homólogos extranjeros. Yo al meno ni dudé en acudir a un guarnicionero salamantino para hacerme con mis botas a medida de doma y tampoco lo hice cuando visité a otro moteño para hacerme los botos camperos, ni a un coriano para hacerme también a medida la silla vaquera. Después de una silla acorde a la morfología del caballo y al tamaño del jinete, son precisamente las botas las que hacen que el contacto con el compañero sea preciso o solamente un envoltorio donde dentro se mueve libremente tu pantorrilla.

Espero no haberos aburrido con todo esto y si lo he hecho dejarme intentar solucionarlo compartiendo con vosotros un poema de Juan Llamas dedicado a los vaqueros así como para aquellos que no la conozcáis la famosa plegaria que los caballos escribieron hace varios siglos a sus jinetes.

La mirada siempre en vela bajo el ala del sombrero, avivando con la espuela el tranco del compañero. Son dueños de tradiciones, vigías de abrevaderos, y están hechos de terrones lo mismo que sus abuelos. Son la esencia de la tierra, serenos de pilares de nuestra historia y orgullo de Andalucía. Heredamos sus chalecos, sus guayaberas de antaño, sus espuelas de ocho picos y las sillas que montaron. Que no se acaben los hombres que tienen sabor a campo, tueste de todos los soles y aroma de los cerrados. Que no se pierda esta raza que lleva traje campero. Que sigan por las veredas nuestros jinetes vaqueros. Que no se muera esa raza de nuestros viejos vaqueros. Que no tenga que llorarlos. ¡Que me muera yo primero!"
Plegaria del Caballo:
AMO MÍO: Permíteme que formule ante ti mi plegaria.

Después del trabajo y de las fatigas del día dame albergue en una caballeriza apropiada y limpia. Cuida alimentarme convenientemente y de mitigar mi ardiente sed; como no puedo comunicarte cuando tengo hambre, sed o estoy enfermo, te corresponde preverlo. Si tú me cuidas, puedo servirte más eficazmente, porque tendré más fuerza. Si dejo de comer, manda a examinar mis dientes.

No permitas que me corten la cola, pues es mi única defensa contra las moscas y los insectos cuyas picaduras me atormentan. Durante el trabajo háblame; tu voz es para mí más eficaz que las riendas y la fusta.

Acaríciame y enséñame a trabajar con buena voluntad. No me fatigues en las subidas ni me sobre frenes en las bajadas. No me cargues demasiado; de muy buena voluntad te sirvo hasta donde alcancen mis fuerzas, no olvides que estoy expuesto a morir en tu servicio en cualquier momento.

Mientras vivo, trátame con la consideración debida a un criado fiel y útil. Si no te entiendo inmediatamente no te desesperes ni me castigues, es fácil que no sea culpa mía. Examina mi rienda; puede ser que por estar enrolladas o torcidas, no transmitan correctamente tus órdenes, mírame las herraduras, para ver si me lastiman.

Querido amo: cuando por la edad me encuentre débil o inválido y ya no pueda ser útil, no me condenes a morir de hambre, y si fuere necesario, mátame tú mismo para que mis sufrimientos sean menores. 

Perdona haber ocupado tu atención con esta humilde plegaria, que te ruego no olvides, y que te la hago respetuosamente, invocando a aquel que nació en un pesebre.

Y para ahora sí terminar me gustaría que echarais un vistazo a este video que resume todo de lo que es capaz nuestro caballo español.
 

El Aristócrata

RESUMIENDO LOS PRINCIPIOS BÁSICOS DEL ESMOQUIN

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Estimados lectores, 

Esta semana quiero compartir con vosotros un artículo que escribí el pasado diciembre para la revista de la joyería Jael sobre el esmoquin. No es tan amplio ni tan profundo como los que escribimos en su día  pero resume bastante bien los principios básicos de esta prenda. 
Esperando que lo disfrutéis, recibid un cordial saludo: 

Aunque hay muchos momentos a lo largo del año en los que la vestimenta de esta prenda es bienvenida, es la Navidad la fecha que hace que este conjunto brille con una luz especial. 

El esmoquin, conocido por los británicos como dinner jacket o black tie y por los americanos como tuxedo o tux, es el atuendo perfecto para ocasiones festivas, de cierta solemnidad y siempre que el Sol se haya despedido a descansar. 

Su origen se remonta a 1860, cuando la mítica sastrería británica Henry Poole & Co confeccionó una chaqueta de fumar, smoking jacket, para que Eduardo VII lo vistiera en sus fiestas informales; y precisamente era esa informalidad la que hacía que el esmoquin en la época Victoriana y Eduardina estuviera reservado solo para las ocasiones más informales. Ya en los años 40 y 50 cambian las costumbres y el esmoquin se empieza también a vestir para asistir a fiestas formales, a cenas solemnes y para ir al teatro. Aunque en los años 60 y 70 su popularidad disminuyó, hoy, más de cuarenta años después, vuelve a estar de plena actualidad. 

La pregunta que más veces surge entre los que por primera vez van a vestir este elegante conjunto es la referente a cuándo se debe hacer. Hoy la respuesta a esta pregunta es bastante sencilla ya que en la mayoría de las ocasiones que se quiere que los invitados lo vistan se especifica en la invitación. Dicho esto, el esmoquin siempre será bien recibido en los estrenos y comienzos de la temporada de la ópera, en las cenas de los country clubs, en las de en la Casa Blanca, en actos de recolección de fondos, en el Cunard y en ciertas celebraciones como la “Debutante Ball”. Y siempre, por supuesto, de noche. 

Desgraciadamente, el desconocimiento general de las normas más básicas del buen vestir y las malas interpretaciones que de esta histórica prenda han hecho ciertos diseñadores, actores de cine y otros personajes públicos ha generado cierta confusión sobre las prendas y complementos que deberían acompañarla. 

En primer lugar, apuntar que solo el color negro o el conocido como azul medianoche son aceptados. La chaqueta puede ser tanto sencilla como cruzada. No obstante, se debe tener presente que la chaqueta de hilera sencilla obliga a cubrir la parte alta del pantalón con un fajín o con un chaleco; siendo el chaleco una opción más formal. Es importante también recordar que la chaqueta se podrá llevar abierta al ser un conjunto englobado dentro de los tres piezas, contará con solo un botón, sus solapas podrán terminar en forma redondeada o en punta, algo esto último más formal, y no lucirá ningún tipo de abertura trasera. 

El pantalón debe ser del mismo tejido y color que la chaqueta, siempre llevará raya y debido a la solemnidad del conjunto no admite vuelta. Por su lado, la camisa más elegante de esmoquin lucirá un cuello tipo diplomático, puños dobles, botones de nácar o, mucho mejor, botones joya y un frontal donde se puedan apreciar una especie de pliegues o piqué. 

Los zapatos más correctos son los conocidos como “opera pumps”. Estos han cambiado muy poco desde el S. XVIII y siguen siendo los más indicados para este atuendo. Sin embargo, si se prefiere se puede optar por unos zapatos Oxford en terminación charol. 

Los complementos adquieren en este conjunto una gran importancia. Así pues la pajarita o, de hablar correctamente, la corbata de lazo, es sencillamente obligatoria y no se debería caer en la tentación de dejarnos llevar por modas pasajeras y escoger en su lugar una corbata negra. Y debido al gran protagonismo de este complemento deberíamos aseguramos de que se trata además de una corbata de lazo de una sola pieza también de que esta no esté pre-anudada ni sea pre-ajustable. 

Los calcetines deben ser de seda negros como también negros deberían ser los obligados tirantes. Un pañuelo blanco siempre complementará acertadamente y con mucha elegancia nuestro esmoquin. Aunque de escogerse bien podría recargar excesivamente el esmoquin, a los amantes de la moda más intemporal seguro que no les importa rematar su esmoquin con una discreta flor blanca y un reloj de bolsillo de época. 

El Aristócrata

CONVOCATORIA NUEVAS PLAZAS CLUB PRIVADO EL ARISTÓCRATA

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Estimados lectores,

Comunicaros la apertura de diez nuevas plazas para ser miembro del Club Privado El Aristócrata.

Los interesados deberán rellenar el formulario que se encuentra en el link de más abajo y tras rellenar todos los datos enviarlo escaneado a la dirección secretariaclubelaristocrata@gmail.com

El plazo para enviar el formulario concluye el Domingo 2 de febrero.

Sin otro particular recibid un cordial saludo.
El Aristócrata

DECÁLOGO DE LA ELEGANCIA MASCULINA

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Decía Oscar Wilde que la sola manera de adquirir una elegancia perfecta, era teniendo una educación perfecta. Y precisamente es esa educación perfecta la que debería ser la aliada de nuestro Gentleman y la que le debería guiar a la hora de escoger su armario. Sin ella de poco le serviría a este hacerse acompañar por un impoluto traje de chaqueta o por unos zapatos ingleses hechos a medida ya que nunca habría armonía en su conjunto. 

Con seguridad el elegante dramaturgo inglés estaría de acuerdo también con nosotros en que vestir de una manera cuidada es toda una muestra de educación tanto para nosotros como para los demás. 

Antes de enumerar las que consideramos las claves de la elegancia del caballero debemos apuntar que es importante diferenciar lo que es un caballero elegante de lo que podría es otro con estilo. El estilo además de ser algo subjetivo no deja de ser una característica que no siempre resulta fácil de adquirir de no haber nacido con ella o si no se ha cultivado desde una temprana edad. Por el contrario, la elegancia tiene la enorme ventaja de que siguiendo las sencillas pautas que a continuación se expondrán cualquier persona la puede adquirir sin por ello tener que contar con un don natural. 

No obstante, la verdadera elegancia llevará tiempo conseguirla ya que todavía hay muchas notas que diferencian al hombre que es elegante del que sencillamente se esfuerza por serlo. Por ello, intentemos a toda costa que nuestra forma de vestir no parezca forzada y, por el contrario, transmitamos naturalidad. Al final se trata de ser nosotros mismos y no de vestirnos intentando parecer alguien que no somos. 
La elegancia es siempre sinónimo de discreción. Todo proceso de cambio lleva su tiempo y si ese proceso se intenta acortar y consecuentemente innovamos en nuestra manera de vestir de forma rápida podremos vernos escogiendo prendas demasiado llamativas o combinaciones sencillamente muy forzadas. Casi siempre un sencillo traje azul marino combinado con una camisa lisa azul clara y una corbata azul oscura suele ser mucho más elegante que un conjunto recargado de colores y diseños. 

En definitiva, se trata de pasar desapercibido pero sin dejar a nadie indiferente a nuestro paso. No olvidemos aquello que ya decía en el S. XIX el gran árbitro de la elegancia masculina, George Bryan Brummel, de que si alguien se vuelve para mirar tu traje es porque no vas bien vestido. Y es que en el vestir masculino la discreción y sencillez son siempre preferibles a la exageración y al exhibicionismo. 

Por todo ello, este mes queremos enumerar las diez claves principales que deberían aliarse con el armario del Gentleman para hacer de él todo un icono del buen gusto, la clase y el saber estar. 

1. Hacerse con un buen abrigo es invertir en elegancia y distinción 

A pesar de que las modas hayan impuesto hasta cuando se viste de traje la conveniencia de llevar prendas de abrigo creadas para fines muy diferentes, todo caballero debería contar en su armario con al menos un abrigo de corte clásico. 
Si bien un buen abrigo debería extenderse más allá de la rodilla, los que no se atrevan con este sí al menos deberían escoger uno que llegara casi hasta ella. Un abrigo clásico nunca pasa de moda y nos puede sacar de innumerables apuros tanto a la hora de vestir de traje como a la hora de hacerlo de sport. 

A pesar de que en los últimos tiempos hayan predominado acompañando al traje abrigos creados para aficiones como la pesca o la motocicleta, ninguno de estos podrán competir con la elegancia intemporal de un abrigo tipo Chesterfield, Covert o Crombie. Y si además nos atreviéramos a escoger nuestro abrigo en versión cruzada este además de protegernos con elegancia del frio lo haría también con mucho estilo. 

2. El traje cruzado es la mejor tarjeta de visita del auténtico Gentleman 

Aunque hoy en día los trajes de hilera sencilla se han apoderado de la mayoría de los armarios, un buen traje cruzado además de ser de una belleza muy superior es también infinitamente más estilos.
De darnos un paseo por alguna elegante calle italiana podremos comprobar como gran parte de ese inconfundible estilo que radian sus ciudadanos se debe a que estos no dudan en optar por este tipo de traje en su día a día. 

Hay muy pocos caballeros a los que el uso de una chaqueta cruzada les pudiera perjudicar. Si bien es cierto que a los señores altos y de espalda atlética les favorece más que a los de reducida estatura también estos últimos consiguiendo un corte acorde con su fisionomía, por ejemplo optando por una chaqueta cruzada del tipo 4x2, podrán disfrutar del placer que supone vestir un bonito traje cruzado. Y aprovechemos el frío que en breve se nos echará encima para dar entrada a conjuntos de tres piezas, conjuntos que también ponen de manifiesto el buen gusto de su portador. 

3. Los zapatos de cordones no solo son la base sino también los cimientos sobre los que descansa la edificación del palacio de la elegancia 

Si no dudamos en inaugurar esta sección hablando del imprescindible Oxford fue precisamente porque el zapato es la pieza clave de cualquier conjunto; bien sea este de sport o de chaqueta. Sin un zapato correcto y de calidad todo el esfuerzo puesto en el resto de las prendas será en vano y el conjunto final quedará deslucido. 
De querer buscar una elegancia intemporal, escojamos para nuestro traje un zapato de color negro. Y si además de esa elegancia le pedimos a nuestro conjunto que aporte un toque de frescura introduzcamos otros colores en nuestro calzado próximos al coñac o al chocolate. 

Dejemos los mocasines para las ocasiones menos formales y por el contrario otorguemos el protagonismo al siempre correcto Oxford y a modelos tipo Derby o de hebilla. Y nunca olvidemos que si en una prenda hay que hacer un esfuerzo económico extra esa son los zapatos. Un zapato de calidad, de cuidarlo con cariño, durará muchos años en nuestro armario por lo que tengamos siempre en cuenta la famosa frase de Sir Henry Royce, fundador de Rolls-Royce, “quality is remembered long after price is forgotten”. 

4. Elegancia y hechura personalizada son sinónimos en el diccionario del buen vestir 

El caballero elegante sabe que la marca que lleve su ropa es secundaria; es la hechura de esa ropa que se ajusta a él como solo lo haría una segunda piel a la única que le da importancia.
Una chaqueta que produzca una arruga al abotonarla o que tenga un largo excesivo, unas mangas que en su caída produzcan arrugas, un cuello desbocado o unos pantalones donde se abran las pinzas son prendas que no tendrán cabida en su armario. 

Por el contrario, un traje entallado, que no estrecho, un pantalón que caiga a lo largo de toda la pierna sin mostrar arruga alguna y que descanse sólo ligeramente en el zapato, unas mangas que permitan asomar un par de centímetros la camisa, un corte que disimule su hombro caído y una buena mano de obra que denote la calidad del trabajo son los detalles en los que se fijará al escoger las prendas de su guardarropa. 

5. Vestirse conforme la hora del día denota clase y conocimiento de las normas esenciales que aplican en la elegancia masculina 

Una de las cosas que elevaron la década de los años 30 al altar de la elegancia fue el conocimiento que los caballeros de entonces tenían de las normas que aplicaban a la vestimenta masculina y más concretamente su sapiencia sobre la paleta de colores a utilizar dependiendo de si vestían de día o de noche. 
Aunque hoy parece que no se hace ninguna distinción en la selección de colores haya o no luz solar, los caballeros más entendidos y elegantes pondrán de manifiesto con sus correspondientes elecciones en qué momento del día se encuentran. Intentemos por lo tanto no abusar del azul marino y reservémoslo para las ocasiones de tarde y para aquellas más formales. En su lugar demos entrada por la mañana a trajes grises, Príncipe de Gales o diplomáticos no muy oscuros. 

Igualmente, aprovechémonos de la relajación que se experimenta hoy en el vestir e incorporemos a nuestro armario conjuntos de dos piezas independientes. Si una blazer azul y un pantalón gris marengo es siempre una opción segura, la vestimenta de chaqueas de tweed en invierno aporta un toque de color y frescura muy bienvenido. Las de cachemira por su parte incorporan una nota de lujo y una pincelada de buen gusto. 

6. Mezclar correctamente los estampados no debería ser complicado de seguir con atención unas cuantas normas básicas 

El combinar correctamente los tres estampados principales, esto es, cuadros, círculos y rayas en las tres prendas principales, traje, camisa y corbata, no siempre resulta tarea fácil pero conseguirlo, sin embargo, termina siendo algo fundamental para dar con la correcta armonía del conjunto. 
Lo más sencillo es empezar combinando trajes, camisas y corbatas todos ellos lisos para poco a poco ir introduciendo algún diseño en alguna de estas tres prendas. Si más adelante decidiéramos, por ejemplo, escoger dos prendas con el mismo diseño intentemos que dicho diseño sea de diferentes medidas en cada una de esas dos prendas. 

Si por el contrario combináramos dos diseños diferentes, por ejemplo, círculos con cuadros o rayas con círculos, se debería intentar que estos diseños guardaran proporción en su tamaño. Así pues, las camisas con pequeños cuadros siempre combinan mejor con corbatas de círculos pequeños, los trajes diplomáticos de líneas marcadas y separadas siempre quedan mejor con corbatas de lunares grandes, acentuados y espaciados entre sí. No obstante, es importante recordar que si no se tiene una gran destreza combinando diseños el incorporar en un mismo conjunto varios estampados no siempre dará el resultado esperado. 

Y no olvidemos que las camisas a cuadros grandes se deberían reservar para el campo y no para la ciudad. 

7. Admitámoslo, sin pañuelo de bolsillo no hay elegancia posible 

Resulta muy difícil hablar de un conjunto elegante si este no se hace acompañar de un pañuelo de bolsillo. A pesar de que la timidez impide a muchos caballeros adornar su chaqueta con un pañuelo de bolsillo, parece lógico que si las chaquetas se siguen confeccionando con un bolsillo a la altura del pecho es para que estas se hagan acompañar por este intemporal complemento. 
Un sencillo pañuelo de lino blanco colocado en forma paralela a la costura del bolsillo y donde sus extremos, preferiblemente rematados a mano, se sobrepongan entre sí nos servirá tanto para vestir de forma elegante en el día a día como para hacerlo correctamente en un acto formal. Será solo cuestión de tiempo el acostumbrarnos a su vestimenta y el que poco a poco le vayamos introduciendo nuevos colores y diseños. 

Se escoja un color u otro lo que sí resulta importante es olvidarse de aquellos “packs” que se venden con una corbata y un pañuelo de idéntico color. Siempre resultará más elegante buscar una prenda del conjunto con el que hacer combinar el pañuelo o sencillamente hacernos con uno de un color y un diseño que, aun cuando no coincida con el de ninguna otra prenda, sí aporte un toque de estilo y complemente bien al atuendo final. 

8. El color de los calcetines sí importa 

Seguramente muchos de nosotros en algún momento llegamos a pensar que lo más sencillo, y seguro, era optar siempre por calcetines negros independientemente del color del que fuera nuestro traje. Otros a lo mejor han estado escogiendo el color de su calcetín según era el de sus zapatos. Puede que optar por una u otra opción nos quitara una preocupación pero ello no significa que alguna de ellas fuera la opción más elegante. 
Y no lo es porque siempre resultará más elegante que escoger un calcetín negro o del mismo color que el zapato el hacerlo coincidir con el color de nuestro pantalón. De no encontrar para nuestros calcetines exactamente la misma tonalidad del color del pantalón resulta recomendable elegirlos con un tono ligeramente más oscuro al de los pantalones. 

Aunque en ocasiones puede conseguir resultados muy estilosos combinar el color de los calcetines con los de otra prenda del atuendo, por ejemplo, con los de la corbata, asegurémonos antes de hacerlo en que ese tono del calcetín combinaría con el del traje aun cuando no se llevara ninguna otra prenda de su mismo color. Y si la elección del color de los calcetines es importante no lo es menos asegurarse de que estos no estén viejos y lleguen siempre hasta la rodilla. Pocas cosas resultan menos estéticas que al sentarse mostrar unas piernas “desnudas”. 

9. Conozcamos aquellos colores que más nos favorecen y disfrutemos con ellos 

Es curioso observar como las señoras antes de comprarse un vestido se sobreponen este con el objetivo de que el espejo les chive si ese color les favorece o no. Sin embargo, nosotros, los varones, nos limitamos a escoger nuestra ropa prestando solo atención a su diseño o a su corte pero sin pararnos a pensar si su color nos beneficia o no. 
Como norma general indicar que deberíamos intentar trasmitir los colores de nuestra piel y de nuestro pelo, así como el contrate entre ambos, a las diferentes prendas de nuestro atuendo. Una persona rubia quedará favorecida escogiendo corbatas de tonos cercanos al amarillo o al crudo, camisas blancas o de un azul pálido y trajes claros. Por el contrario, a una persona de pelo moreno le favorecerán más los tonos oscuros en su corbata como, por ejemplo, el verde militar o el burdeos, camisas donde predominen los tonos azules marino y los trajes grises y azules oscuros. 

Una vez se tenga claro cuál es la paleta de colores más adecuada para nuestro caso se deberá prestar atención al contraste de colores entre, principalmente, el traje, la camisa y la corbata. Los caballeros con un contraste acentuado, por ejemplo, los señores de pelo oscuro pero de tez clara, deberán asegurarse de transmitir dicho contraste a estas prendas.

Una camisa blanca o azul clara con una corbata de color oscuro será siempre una opción que les favorecerá. Por el contrario, de ser de tez oscura pero también de pelo oscuro se deberá optar por tonos oscuros en estas prendas y siempre con un contraste similar al que hay entre el oscuro de nuestra tez y pelo. Esta regla aplica igual, pero a la inversa, a los señores de pelo y tez clara. 

10. Conozcamos nuestro físico y escojamos el corte que resalte nuestras virtudes mientras oculta nuestros defectos 

El que las personas altas no deberían vestir el mismo tipo de corte que las de contenida estatura y el que las personas gruesas no deberían fijarse en la hechura de las prendas de los señores delgados es una de las reglas básicas del buen vestir.
Como norma general apuntar que las personas de complexión gruesa deberían seguir las mismas pautas que las personas de reducida estatura, es decir, ambas categorías de caballeros deberían escoger cortes y diseños que crearan un efecto óptico de figura alargada. Así pues, camisas a rayas, trajes diplomáticos, colores sólidos y oscuros y prendas sin diseños marcados deberían ocupar la mayoría de las perchas de su armario. Ambos perfiles de caballeros deberán olvidarse de los diseños a cuadros. 

Igualmente, los caballeros de baja estatura deberían abusar de alguno de los secretos de los mejores asesores de imagen y hacerse con corbatas que no terminaran más abajo del comienzo de la cintura del pantalón, con pantalones que no descansen de forma visible sobre el zapato ni que cuenten con vuelta, con chaquetas más cortas que lo normal y con corbatas que no acentuaran su reducida estatura no debiendo ser estas más anchas en la pala de ocho centímetros.
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Por su lado, los caballeros de complexión fuerte deberán huir de las prendas entalladas, escogerán trajes con chaleco y no olvidarán nunca unos tirantes para hacer que su pantalón no termine descansando por debajo de la barriga dejando esta expuesta al exterior. De tener también un rostro grueso sus camisas tendrían que contar con un cuello con puntas alargadas.
Si estas diez normas son el ABC del Gentleman de hoy, este tampoco debería olvidarse de la importancia de buscar un equilibrio entre la elegancia, la naturalidad, el buen gusto y la sobriedad. Igualmente, vestir según el lugar y las personas con las que se compartirá el espacio o la estación del año resulta de vital importancia. Y por supuesto recordar siempre que la elegancia se pone de manifiesto no solo cuando se viste de traje sino también cuando de hace de sport. 

El Aristócrata

LAS VENTAJAS DE VESTIR COMO UN GENTLEMAN

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Decía el Conde de Chesterfield que el estilo es el ropaje del pensamiento y que un pensamiento bien vestido, como un hombre bien vestido, se presenta mejor.

Seguramente de seguir con nosotros, a nuestro Conde no le hubiera importado tampoco admitir que si bien el hábito no hace al monje, la imagen exterior puede convertirse en una poderosa tarjeta de visita. Y es que, tanto antes como ahora, aunque las apariencias puedan engañar, y mucho, el ir elegantemente vestido lleva implícito una serie de presunciones como éxito, gusto y posición social, características todas ellas que de utilizarse correctamente pueden ser de gran ayuda tanto en las relaciones personales como en las profesionales.
Amigos admitámoslo, hay puertas, y no solo la de los bares o restaurantes de moda, que se abren o se cierran según sea sencillamente el aspecto de quien a ellas llama. ¡No será justo no, pero es lo que hay!

Y es que además de evitar un…disculpe que no le abriese es que tenía usted pinta de sospechoso, un cuidado aspecto habla por sí solo de quien se ha tomado la molestia de que su presencia le distinga. Además, el vestir correctamente no debería ser considerado como una señal de esnobismo sino sencillamente como una muestra de deferencia hacia las personas que nos rodean.
Somos vistos antes de ser escuchados. Innumerables estudios demuestran que el ser humano se forma una opinión de sus semejantes en cuestión solo de segundos siendo además muy difícil que llegue con el tiempo a cambiarla. Y esa opinión se crea según la imagen que se proyecta al exterior.

Y es precisamente la imagen exterior la que hará que, por ejemplo, te den entrada al local de moda, te reciba el responsable de un comercio o sencillamente se detenga alguien en la calle a indicarte como encontrar una dirección.
Decía el irrepetible Oscar Wilde que no hay una segunda oportunidad para una primera impresión. Aunque solo fuese para presumir de conocer la obra del dramaturgo británico se debería tener presente que la superficialidad de las relaciones humanas obliga a vigilar tanto el contenido como el continente del mensaje. No solo son las palabras, sino también los gestos, la mirada y, por supuesto, el atuendo lo que dan forma a dicho mensaje.

Y es que hay gestos tan tristemente extendidos como el desabotonarse el botón del cuello de la camisa, el desprenderse de la chaqueta al sentarse en la mesa o el seguir llevando los calcetines de la Primera Comunión que pueden hacer que no se presente esa segunda oportunidad.
La uniformidad en la vestimenta del caballero español de la que hablábamos el pasado mes unida a la timidez y a la falta de información hace que los pocos que saben escoger un buena hechura para su traje, combinarlo con los calcetines adecuados – los calcetines, por cierto, se eligen según el color del pantalón y no del zapato – e imprimir un interesante toque de estilo a su conjunto con un pañuelo de bolsillo, destaquen sobre el resto muy fácilmente.

El Gentleman del S. XXI sabe que hay muchas opciones antes de escoger unos aburridos calcetines negros, que los zapatos en tono chocolate aportan un toque especial al traje de la mañana, que los trajes cruzados son mucho más elegantes, además de estilosos, que los de hilera sencilla, que el uso de tirantes tiene innumerables ventajas estéticas y que la gran oferta de corbatas permite que combinándolas correctamente se consiga un nuevo look todos los días.
Y por supuesto el Gentleman del S. XXI huye de marcas y estridencias y prefiere que su elegancia destaque por su conjunto artesanal y no por parecer un hombre anuncio. Sabe que las palabras elegancia e intemporalidad forman su binomio perfecto y por ello es la sencillez, y no el ser prisionero de las modas pasajeras, la característica que le distingue. Porque es precisamente esa elegante sencillez la responsable de algo de lo que solo él es capaz: pasar desapercibido pero sin dejar a nadie indiferente.

El Aristócrata

LA ATEMPORALIDAD DE LA MODA MASCULINA CLÁSICA

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Estimados lectores,

Mientras termino de preparar un apasionante artículo describiendo todo el proceso de fabricación de un Hunting Bowler me gustaría compartir con vosotros un artículo que escribí para el suplemento Fuera de Serie del periódico El Mundo hace unas semanas.

...Antes de empezar a llenar de apasionantes historias las hojas de nuestro diario, nos gustaría escribir un prólogo al que poder acudir cuando los fantasmas de la moda se acerquen a nosotros intentando convencernos de seguir sus deseos. 

El escritor británico Oscar Wilde se atrevió a apuntar muy acertadamente ya en el S. XIX que la moda era una forma de fealdad tan intolerable que era necesario cambiarla cada seis meses. Y a pesar del tiempo transcurrido desde que aquel gran dandi nos dejó, su afirmación sigue hoy plenamente vigente. 
Siempre me he preguntado qué sentirán los seguidores de las modas del momento al contemplar esas fotos suyas tomadas hace diez años. O incluso me inquieta, si cabe más, saber lo que pensaran en sólo un par de años los que hoy hacen suyas las propuestas que presentan los más conocidos gurús de la moda. Sin embargo, cuando uno observa aquella manera de vestir de actores como Cary Grant o Sean Connery en su papel de James Bond se da cuenta de que aquellos “viejos” conjuntos son hoy, más de cincuenta años después, mucho más actuales que los que se vieron el año pasado en cualquier conocida pasarela. 

Sin lugar a dudas aquellos trajes bien agradecerían una cierta actualización pero incluso sin ella todavía hoy serían mucho más ponibles que los que aquella moda pasajera de la que hablaba Oscar Wilde intenta imponernos. ¿Acaso se puede ver hoy ya una propuesta de un frac como los que lucía Fred Astaire en la gran pantalla?. 

Unos Oxford ingleses hechos a medida, una corbata napolitana cosida a mano, un traje de tres piezas de lino, un abrigo beis cruzado de pelo de camello, etc. son todas ellas opciones que nunca pasarán de moda y que separan al verdadero amante de lo exquisito de esa víctima de la moda al que le dictan qué tiene que vestir cada temporada. 
A pesar de que todo lo anterior pudiera conducirnos a pensar que es precisamente la moda la que decide el armario del hombre del S.XXI, los hechos nos regalan una realidad bien diferente. Hoy las sastrerías, camiserías, zapaterías así como las casas de lujo de complementos específicos para el hombre viven un momento de auge solo comparable al que conocieron antes de la llegada de la confección industrial. Los paladares educados y el hombre elegante saben diferenciar perfectamente la calidad, la personalización y la exclusividad de los productos artesanales e intemporales. 

Otro de los personajes que más influyeron en la vestimenta de su tiempo, el Conde de Chesterfield, decía que el estilo era el ropaje del pensamiento y que un pensamiento bien vestido, como un hombre bien vestido, se presentaba mejor. Y con seguridad el hombre de hoy se presentaría mejor de no exhibir llamativos logos, de conocer qué atuendo es el más apropiado para cada acto o de algo tan sencillo como diferenciar el modelo de zapato que mejor combina con su vestimenta. 
Antes de poner el punto final a este prólogo y empezar con el primer capítulo de nuestro diario me gustaría recalcar que la elegancia no es otra cosa, siempre desde mi punto de vista, que naturalidad, sencillez y saber estar. No es necesario sobrecargar absurdamente los conjuntos con infinidad de colores, diseños o complementos. Con un sencillo conjunto de traje y corbata azul marino y camisa azul cielo se puede ser francamente elegante y conseguir algo tan interesante, aunque difícil, como pasar desapercibido pero sin dejar a nadie indiferente. 

El Aristócrata

CONSTRUYENDO LA MARCA ESPAÑA. D. CARLOS FALCÓ, MARQUÉS DE GRIÑÓN

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Fue de nuevo en el Hotel Intercontinental de Madrid donde se reunió el Club de El Aristócrata en la primera reunión del año 2014. En esta ocasión no tuvimos solo un invitado sino caras nuevas: La reciente incorporación de 10 miembros que demuestran que el interés por la elegancia masculina y la excelencia nunca pasa de moda. Además de haber sido la primera reunión del año con asistentes renovados fue la primera en la que se trató acerca de dos productos muy destacados de la gastronomía española: el aceite y el vino.

Y quién mejor para hablar de aceite y vino que el Sr. D. Carlos Falcó. El Marqués de Griñón trajo a España numerosas innovaciones relacionadas con la producción de aceite y vino, y como expuso durante la charla, trabaja constantemente por conseguir que su producto sea de la más alta calidad posible. El club pudo ser testigo de primera mano del apasionante relato acerca de la creación de la marca Marqués de Griñón, su evolución y el afán de mejora del Sr Falcó que hacen que sea un embajador ideal del producto español en el extranjero, lo que nos lleva al tema principal de la charla: La Marca España.

Además de contar con el Sr. Falcó también tuvimos la suerte de disfrutar de la sapiencia de la conocida periodista y escritora Dña. Pilar Carrizosa quien con sus intervenciones hizo si cabe más amena la charla coloquio que sucedió a la ponencia de D. Carlos.

Se habló acerca del mercado del lujo y la predominancia de los productos europeos en el mismo, esto llevó a considerar el papel de nuestro país en el mundo del lujo con respecto a otros países europeos. Esto resulta ser un punto importante ya que Europa tiene un inmenso porcentaje del mercado del lujo mundial. Prácticamente todas las marcas relacionadas con ello son europeas, y seguro que a más de uno le sorprendió saber que todo el vino español factura menos que únicamente la región de Champaña en Francia, lo que nos trasladó a una cuestión que ha demostrado ser clave en toda ponencia que aúna el lujo y el mercado español: ¿Nos sabemos vender los españoles? A pesar de tener marcas sumamente destacables en el ámbito del lujo, en España tenemos muchos productos de primer nivel que no están considerados como lujosos o de alta gama ni por nosotros mismos. En cambio sus equivalentes más centroeuropeos si, cosa en la coinciden muchos de los ponentes que han pasado por el club. 

Independientemente de cada uno de los campos de actuación de los diversos ponentes que han tratado este tema, todos han coincidido con el marqués de Griñón en que en España se fabrican magníficos productos pero no se saben vender como tal. Aducen además a que los españoles no tenemos en alta consideración nuestro propio producto, una falta de autoconfianza que nos impide creérnoslo. Y es aquí donde entra algo que hizo la ponencia verdaderamente destacable: D. Carlos Falcó cree en lo que hace porque le apasiona. Y la pasión que siente por el aceite y el vino, que ha plasmado en su libro Oleum la supo transmitir al club, contando anécdotas históricas acerca de olivos trimilenarios, o como fue a Israel para aprender la técnica de riego por goteo. Y es que, como desde siempre hemos defendido en este blog, la excelencia nace de la pasión, cosa que desde luego no le faltaba al ponente.

Es por ello que trata de introducir constantes mejoras en la calidad y propiedades de su aceite y vino, siendo destacable como el mismo nos informó, su reciente mejora en el aceite que le permite mantener las propiedades antioxidantes del aceite infinitamente mejor que con anteriores técnicas, contribuyendo a que un producto bueno, sea mejorado en muchos aspectos. 

Se trató finalmente, dentro de los temas principales la proyección internacional del mercado del lujo español, las actuales políticas destinadas a ello y la más que conocida idea de marca España. Junto a esto se habló el círculo Fortuny, como funciona y como trabaja también por apoyar el sector de lujo nacional.

Tras la ponencia se abrió un turno de preguntas en la que los miembros del club tuvieron ocasión de exponer al marqués sus inquietudes con respecto a los temas tratados a lo que siguió un vino español maridado con un Jamón Ibérico cortado por un maestro cortador. Fue aquí cuando los miembros del club pudimos tratar personalmente con el ponente de forma relajada y conversar sobre diversos temas hasta entrada la noche. 
Javier Valencia 
Arqueólogo

VITALE BARBERIS CANONICO: CLASSIC WITH A TWIST

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El pasado fin de semana tuve la doble suerte de asistir a la celebración del 350 aniversario del legendario telar italiano Vitale Barberis Canonico. Y digo doble porque por un lado disfrute de una puesta en escena como solo los italianos saben hacer y por otro porque fui el único medio español invitado. 

Aunque sus 350 años le valen a la mítica casa italiana no necesitar presentación alguna, para aquellos que no la conozcan decir que VBC es el telar más antiguo del mundo y el primero también a nivel mundial en cuanto metros de tela producidos. El que exporten el 80% de su producción a más de cien países le convierte también en la casa del sector con mayor presencia internacional. 

Podría parecer curioso el que tras más de trescientos años este telar siga estando en el mismo sitio que lo vio nacer. Pero dicha extrañeza dejar de serlo cuando se conoce que la zona de Biella es la zona de Italia donde el agua es más pura, algo fundamental a la hora de producir las telas. Como nota curiosa comentar que las chicas allí presentes comentaron durante algún momento de los dos días que pasamos en Biella el placer que suponía lavarse el pelo con el agua la ducha. 
Igualmente, otra nota destacable de la casa que está detrás de la mayoría de las telas de Drapers y de una muy buena parte de las de Ermenegildo Zegna es el hecho de que todo el proceso de confección tiene lugar en las factorías de Biella sin que externalicen ninguna parte de este. 

Dicho esto, no es mi intención narrar el proceso de confección de sus telas ni entretenerme en resumir los 350 años de una de las poquísimas empresas que puede presumir estar dentro de Les Hénokiens. Por el contrario, os voy a contar mi experiencia personal como uno de los pocos asistentes a tan interesante evento y el porqué estos señores son únicos cuando de dejar su impronta se trata. 

Desde el momento en que sales de casa y hasta que vuelves todo está organizado milimétricamente y no tienes que preocuparte de nada. Una persona asignada a cada invitado está siempre pendiente de que encuentres todo a tu gusto a tu llegada y de que no te falte de nada hasta tu regreso. 
Muchos antes que yo han dicho que ente lo bueno y lo excepcional la diferencia está en los detalles y yo solo puedo estar de acuerdo con esta afirmación. 

Detalles como encontrarte a la llegada al evento con un mayordomo perfectamente ataviado de chaqué, a medida por supuesto, y cuya misión sea solo acompañarte con un paraguas hasta la entrada ya es una muestra clara de cómo una marca cuyo lemotif es que sus telas se utilicen para hacer trajes a medida cuida su reputación al máximo. 

Una vez dentro del telar la persona que ha organizado todo tu viaje te espera para darte la bienvenida y presentarte tanto a los dueños de la casa como a otros invitados con los que sabe tienes alguna afinidad.
 
En el propio catering te das cuenta porqué los italianos son únicos defendiendo sus productos y porqué por más que nos pese nos llevan muchos años por delante en el posicionamiento de sus marcas. Yo siempre he pensado que de todo el mundo, y de todo, se puede aprender, unas veces para saber qué tienes que hacer y otras simplemente para conocer lo que nunca deberías hacer. Igualmente, soy de la opinión de que siempre es mejor acercarte con humildad y con ganas de aprender de lo que nuestros homólogos hacen. Y de los italianos tenemos, y mucho, que aprender. 

Y digo todo esto porque al contrario de lo que ocurriría en un catering en España donde agasajaríamos a nuestros invitados desde con tartaleta de no se qué, sushi de no se cuantos, milhojas del mar de Cuchunchú etc. etc. los organizadores de este evento se decantaron solo por productos 100% italianos. Infinidad de tipos de quesos, jamón de Parma, diferentes tipos de olivas, pasta etc eran los productos que adornaban los platos de los allí presentes. Ni que decir que los vinos, y hasta las mismísimas ginebras, eran, como no podía ser de otra forma, todos productos nacionales. 

Sin embargo, el complejo de inferioridad del español, mas si cabe el de los de clase más alta, hacen que ya hasta nos de vergüenza ofrecer jamón ibérico, dicen que por lo visto ahora esto es de pueblo, y por el contrario ofrezcamos productos que poco o nada tienen que ver con nuestra historia más legendaria gastronómica. ¿Os imagináis, por otro lado, qué diría tal o tal otra señora de su amiga la Marquesa de Chinchilla si en vez de darle ese champán tan mediocre, pero, eso sí, del grupo LVMH, le ofrecieran un vino espumoso, pero bastante mejor, hecho en Alicante? En fin, que una vez más me toca decir que tenemos lo que nos merecemos y que nos iría mucho mejor si defendiéramos nuestros productos y si nos dejáramos de mirar el ombligo pensando que somos los mejores y que todo lo que hacen los demás triunfa o por su marketing o porque su Gobierno les apoya. 
Otra cosa que me llamó la atención de la familia VBC es que a pesar de su reconocimiento y posicionamiento internacional son personas de su familia y de su gente. Y es que a pesar de las relaciones de esta familia y de sus negocios, el acto estaba claramente organizado pensando en sus familiares y amigos y solo unos cuantos medios muy escogidos al margen de aquellos. 

Al terminar el piscolabis de recibimiento pasamos al departamento donde se custodian los archivos con las telas más antiguas. La pertinente explicación sobre cómo se realizaban las telas hace trescientos años, cuando la maquinaria era francamente rudimentaria y la mano del hombre tenía que suplir sus deficiencias, fue de lo más interesante y entretenida. Su estudio nos develó la infinidad de tejidos que antes se producían. 

Desde los fabricados para atender a los ejércitos y caracterizados por su grosor, impermeabilidad y resistencia, hasta los más delicados de seda hicieron las delicias de los allí presentes. También me llamó poderosamente la atención la enorme variedad de colores, y sobre todo de texturas, que hace doscientos años demandaban los señores de entonces. Solo ver los anuarios dedicados a las telas de abrigo te da una idea de todo lo que nos hemos perdido en este Siglo con la obsesión de homogeneizar y oscurecer la vestimenta masculina. 
Fue entonces cuando a los medios allí presentes, GQ Japan, The Rake, Permanent Style, Parisian Gentleman, y la revista Rolling Stone nos recibieron Francesco Barberis Canonico y Giovanni Barberis Organista. Indudablemente no soy tan ingenuo como para pensar que son fieles lectores de mi página pero lo que sí me consta es que se habían tomado la molestia de haber pasado tiempo con su departamento de marketing para conocer algo de cada una de nuestras publicaciones. Otro detalle que habla de la importancia de cuidar los detalles. 

Concluida nuestra charla Francesco dio unas palabras a todos los allí presentes y brindó por otros 350 años. Al celebrarse el aniversario en el mismo día de San Valentín todas las tartas tenían forma de corazón lo que dio un toque bohemio a la gran fiesta que cerró el aniversario. 

Sin entrar en pormenores, solo quiero nombrar algo que me chocó bastante. Y no fue el hecho de que por cada traje de hilera sencilla hubieran cinco cruzados. Fue más por ese grupo de rock and roll que en uno de los patios abiertos empezó a animar la velada con un tipo de música que dista mucho de mis gustos personales. Y es que tras ese enorme ruido de batería y guitarras eléctricas se escondían tres tipos con cabelleras que ya le gustaría a la mía perfectamente ataviados con trajes a medida además de fenomenalmente conjuntados. 
Y si es que los italianos son especiales la familia que forma VBC es única. 

El Aristócrata

LA CHAQUETA DE TWEED

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Nacida en Escocia, se dice que debe su nombre al rio Tweed, pronto se hizo muy popular entre los trabajadores del campo al ser su compacta lana un tejido muy propicio para combatir las duras condiciones climatológicas del país Scot. Además, aquellos afanosos hombres pronto la hicieron también la compañera indispensable de su tiempo libre incorporando en su ropero otras de colores y diseños más alegres.

Como curiosidad histórica recordar que en 1848 el Príncipe Alberto se hacía con el estado de Balmoral. Aquella presencia animó a muchas familias de la aristocracia a seguir sus pasos y a fijar en Balmoral su residencia de recreo donde explorar su afición por la caza y la pesca. Allí, en el norte de Escocia, las chaquetas de Tweed se convierten en los grandes aliados de la clase más pudiente. Con ellas, esta demostraba su poder económico al combinarla con un pantalón de diseño diferente, algo que constituía un importante gasto al obligar a pedir al sastre dos prendas que no podrían usarse de forma independiente. Aquellas primeras chaquetas de los residentes de Balmoral apenas contaban con diseño alguno y se confeccionaban en colores similares a los naturales del terreno para de esta forma ayudarles a camuflarse cuando salían de caza.
A mediados del S. XIX era ya tal la popularidad de estas chaquetas que muchos nobles mandaban al telar de su zona que les confeccionara un tejido de tweed con un dibujo concreto y único que identificara a los miembros de su familia. Igualmente, cada región eligió una chaqueta de Tweed para que sus ciudadanos se diferenciaran orgullosos entre sí.

Mientras tanto, la clase media de entonces en su anhelo de imitar a la aristocracia hizo suyo también este tejido y empezaron a vestirlo en gran variedad de deportes como el golf, el tenis, la escalada, la bicicleta o incluso en las carreras de coches. Si bien su uso en el mundo rural siempre estuvo muy extendido, estas tardaron bastante más en dar el salto a la ciudad. De hecho, antes hicieron una parada a medio camino para aliarse con la aristocracia británica y acompañarla en sus frías casas de campo durante los fines de semana.
Es precisamente la historia rural de las prendas de Tweed y la terminación algo áspera de sus tejidos lo que hace que todavía hoy sus trajes y chaquetas no sean apropiados para vestirse en la ciudad.

Sin embargo, la relajación de las normas en el vestir y el abanico que abre la vestimenta de sport y de tiempo libre recibe con los brazos abiertos el aire fresco que acompaña a estas chaquetas y que ventila el cargado ambiente de colores azules y grises que domina el panorama actual.

Y es que bastaría con echar un vistazo a los muestrarios de la histórica casa de tejidos escocesa Holland & Sherry para deleitarse con la enorme variedad de diseños y colores entre los que el Gentleman más elegante puede hoy escoger. De todos ellos es el conocido como Harris Tweed, fabricado exclusivamente en las islas de Lewis, Harris, Uists y Barra y hecho con pura lana virgen escocesa, el más genuino.
No obstante, en la elección del tejido aparte los gustos personales es importante prestar también atención tanto al clima de nuestro lugar de residencia como al uso al que se vaya a destinar la prenda. Los tejidos de Tweed no se caracterizan precisamente por su frescura por lo que si lo que perseguimos es vestir nuestra chaqueta con cierta frecuencia asegurémonos antes de que vivamos en un lugar frío. Si a pesar de no hacerlo no quisiéramos privarnos de la elegancia intemporal que aportan estas chaquetas deberíamos buscar un tejido de no más de trescientos o cuatrocientos gramos. Además, cerciorémonos de pedir a nuestro sastre que prescinda en su confección de forros y entretelas de invierno.

De comparar las clásicas telas de algodón con los tejidos de Tweed observaremos que estos últimos son más ariscos; más sobre todo si trata de los Harris Tweed. Por ello, si nuestro deseo es hacer acompañar nuestra chaqueta de una corbata mejor optar por terminaciones Tweed cercanas al Donegal. El resto de tejidos, incluidos el cheviot, el espiga, el Sajonia etc., siempre quedarán más naturales de vestirse con prendas informales.
Si bien el traje completo de Tweed resulta siempre una opción interesante para el campo, la vestimenta de la chaqueta de manera independiente abre un abanico muy grande de posibilidades. Así, los más clásicos la podrán acompañar de un pantalón gris de franela, de molesquín o de cavalry. Podrán, igualmente, optar por una corbata de lana y por unos zapatos marrones oscuros full-brogue, unas botas tipo Jodhpuro unos derbys del mismo color. Por su parte, los más modernos la sabrán combinar hasta con unos vaqueros. Estos preferirán completar su conjunto con un jersey de pico liso de lana o cachemira. Una camisa tipo Tattersall, unos botines marrones full brogue o unos zapatos de piel vuelta acompañarán de forma armoniosa a su conjunto.

Solapas chatas, dos o tres falsos botones, dos bolsillos inclinados y un tercero cerillera, doble abertura trasera, botones de cuerno de búfalo y un elegante pañuelo de bolsillo de lana o cachemira, nunca de seda, pondrán la nota de estilo final.
Si actores de la talla y elegancia de Gary Cooper, Humphrey Bogart o Sean Connery sucumbieron a los encantos de las chaquetas de Tweed ¿no lo vas a hacer tú? Si lo tienes claro a lo mejor hasta te atrevas, al más puro estilo British, por optar también por un chaleco, unos pantalones tipo knickerbockersy hasta por la clásica gorra de Tweed de conducir.

El Aristócrata

LIFESTYLE VI: TODO LISTO PARA LA CAPE ARGUS

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Ya solo quedan horas para que la Cape Argus 2014 eche a andar.

Todo el material revisado y por delante 109 apasionantes kilómetros por la costa de Ciudad del Cabo.


Si todo sale según lo previsto espero poder contados algo más de esta maravillosa carrera.
Un saludo y buen fin de semana.

PD Y todo salió según lo previsto:


El Aristócrata

WWW.ELARISTOCRATA.COM EN LA COPE

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Estimados amigos,

Os dejo un link del coloquio en el que participé hace unos días del programa "Piérdete y Disfruta" de Gestiona Radio (Grupo Cope).

Si alguien estuviera interesado en en escuchar el audio debería pinchar, una vez abierto el enlace de más abajo, el signo de play que aparece arriba de "descargar audio".

http://www.gestionaradio.com/5021-pierdete-y-disfruta-2014-03-03-120000-192kbps-mp3/

Un saludo

El Aristócrata

THE 5 SHOES EVERY MAN MUST OWN

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No es necesario albergar un enorme número de zapatos para dar con el compañero perfecto que permita afrontar con elegancia la mayoría de las ocasiones. Bastará con escoger bien los básicos de nuestro armario, apostando sólo por zapatos de calidad, para poder contar siempre con el modelo adecuado para cada conjunto.

1- Un Oxford liso y negro

Sin lugar a dudas la base de todo armario. Si solo pudiéramos tener un par de zapatos de calidad ese debería ser este clásico inglés. Este modelo además de ser  la opción más correcta para las ocasiones más formales, nos permite acompañar acertadamente a la mayoría de los trajes. 
Es igualmente el zapato más polivalente de cuantos podemos encontrar en la actualidad. Se puede vestir desde con un traje gris marengo hasta con un chaqué.

2- Un Oxford semi-brogue de color marrón oscuro

Este modelo se caracteriza por estar punteado tanto en las costuras como en la puntera. Aún siendo menos formal que su hermano negro liso, es una opción perfecta para la mayoría de los trajes; independientemente de su color. Igualmente, nos permite poder presumir de él por la mañana con corbata y hacerlo también por la noche con ropa de sport.
Dicen los británicos que “brown is the new black”. Si el Oxford negro liso transmite elegancia, el Oxford semi-brogue de tonalidad cercana al coñac aporta estilo. Son precisamente las tonalidades marrones cercanas al chocolate las que consiguen el contraste más interesante, y relajado, con los trajes azules y grises más extendido.

3- Un Oxford full-brogue negro o marrón oscuro

Este zapato, venerado por el icono de la moda masculina, Eduardo VIII, es más informal que los dos anteriores pero resulta una atractiva alternativa para vestirse con ciertos trajes en situaciones desenfadas.
 
Si en color negro se puede vestir acertadamente con un dos piezas, en marrón oscuro combinará muy bien con un traje de tweed o con un Príncipe de Gales. Este modelo se caracteriza por su enorme polivalencia pudiéndose vestir desde con unos chinos hasta con unos vaqueros desgastados.

4- Un zapato de hebilla

Aunque al auténtico British Gentleman no conseguiríamos convencerle, el zapato de hebilla puede ser un buen compañero tanto para el traje como para un original atuendo de sport. Es cierto que el hecho de contar con un elemento metálico le resta formalidad pero, sin embargo, también su hebilla, de no ser muy llamativa, puede conseguir un toque muy interesante.
Este modelo, tanto con una como con dos hebillas, es una buena elección para acompañar al traje en ocasiones no excesivamente formales. Además también combina acertadamente con los conjuntos formados por una chaqueta y un pantalón independientes; opción esta última que incluso podría admitir de buen grado un zapato de hebilla de piel vuelta.

5- Un Monopetzzo

Si bien los modelos Derby son siempre una opción a considerar, el zapato conocido como monopetzzo, zapato de cordones muy similar al Oxford liso pero carente de todo tipo de adorno, es más especial y también más elegante. El no contar con ninguna clase de picado ni en la puntera ni en las palas convierten al monopetzzo en el zapato ideal para las ocasiones más formales. Su austeridad permite jugar con cordones de seda anchos consiguiendo un toque de lo más estiloso. Unos cordones dorados o incluso rojos pueden convertir un zapato inicialmente pensado para acompañar al traje, en otro perfecto para realzar un conjunto casual.  
Hay otros modelos como los mismos Derbys, las botas Balmoral o el zapato por excelencia del esmoquin, las opera pumps, que qué duda cabe completarían muy acertadamente cualquier armario. Con esto nos despedimos hasta dentro de dos semanas no sin antes desear que ojalá el hombre español, y sobre todo aquel que abusa del informal mocasín con traje, supiera de la importancia de escoger correctamente sus zapatos. De saberlo, seguro que entre todos podríamos elevar la más que entredicha elegancia masculina española.

Fotos: Oxfords plain: Antonio García Enrile, Semi Brogue: Gaziano & Garling, Full Brogue: Enzo Bonafe, Hebilla: John Lobb, Monopetzzo/Wholecut: Corthay


El Aristócrata

THE BESPOKE SHOE; MUCHO MÁS QUE UN ANCHO DE PIE

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Esta semana me gustaría dedicar las siguientes líneas al máximo exponente del refinamiento, la comodidad y la individualización, el zapato a medida. Pero antes de entrar en materia queremos dejar claro que cuando hablamos de zapatos a medida no lo hacemos pensando en aquellos donde el cliente se limita a escoger un tipo de horma, una tonalidad de piel o unos cordones de uno u otro color. Por el contrario, nos referimos a zapatos bespoke, auténticas piezas artesanales que se hacen a medida atendiendo a las características individuales de cada pie y en las que un zapatero y un cliente diseñan el zapato acorde a los gustos y personalidad de este último. En definitiva, un zapato único en cuanto a medidas y diseño.

En el verdadero zapato a medida las limas, las ruletas, los zigzags, el yunque o las agujas de pelo de jabalí sustituyen a las máquinas, y el hormero, el diseñador, el cortador, el aparador y el montador hacen lo propio con los procesos industriales.
Un zapato bespoke puede decir de su propietario muchas cosas. Por ello, en su proceso de fabricación el zapatero artesano y el cliente pasarán varias horas conociéndose para intentar que los zapatos resultantes sean una prolongación tanto de la personalidad de ese cliente como de lo que este quiere mostrar al exterior. De ahí que resulte fundamental contar no solo con un buen artesano de la piel sino también con un gran diseñador; facetas ambas que no siempre van de la mano. 

El proceso de confección de unos zapatos a medida es largo y laborioso y se demora de cuatro a seis meses. Empezará con la medición del largo, el ancho y el alto del pie para posteriormente hacer lo mismo con el grosor de los dedos, la altura del talón y la forma del puente, medidas todas estas que quedarán reflejadas en una lámina donde apoya el pie. Y por supuesto, esto se hará por cada pie de manera independiente. Estas medidas son las que le servirán al hormero para crear una horma personalizada de madera, de haya o de carpe, sobre la que más tarde se irá montando el zapato.
Pero todavía tendrá que pasar mucho tiempo para que el cliente pueda disfrutar de ese nuevo par de zapatos. De hecho, lo primero que este verá de sus zapatos será solo una especie de zapatillas de estar por casa confeccionadas eso sí con las medidas de sus pies. Estas zapatillas le darán una idea bastante aproximada de la comodidad del zapato final estando a tiempo todavía de incorporar alguna modificación en su horma.

Desde que se pruebe estas zapatillas pasarán varias semanas hasta que vuelva a ver a su zapatero, momento en que ya estará listo un zapato de prueba. Este será parecido al final que tendrá que vestir al menos dos semanas antes de empezar la construcción del definitivo. Ya con la horma final, el zapatero irá dando poco a poco vida a su creación empezando por la confección de la pala y terminando con el montado del talón. Esto lo hará, a diferencia incluso de las marcas más prestigiosas industriales, cuidando y personalizando tanto el interior del zapato como su propia suela ya que siempre resultará más sencillo reconocer la calidad de un zapato prestando atención al interior y a la suela que haciéndolo solo al exterior. Con seguridad si el interior y la suela están cuidados la piel exterior será excepcional.
Por todo ello, es por lo que insistimos en que se desconfíe de esas casas de zapatos donde se limitan a tomar las medidas de los pies y enviarlas a su casa matriz, mientras el cliente todo lo que tiene que hacer es esperar en su casa a que le llamen para recoger sus zapatos. Además, al auténtico sibarita no le importará involucrarse en todo el proceso para ver el nacimiento de esa pieza única artesanal.

El Aristócrata
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