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Channel: El Aristócrata
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TIEMPO DE DESCANSO/RESTING TIME

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Estimados amigos,

Por fin parece que llega el momento de hacer las maletas y partir para nuestros lugares de descanso. Aunque muchos de los que seguimos esta página estamos ya prácticamente de vuelta, son bastantes los que tienen todavía por delante varias semanas de asueto. Por ello, hemos decidido, como en años anteriores, entregarnos durante unas semanas al disfrute que también supone el leer y dar un respiro al boli y ordenador.

Para los que no estéis lo suficientemente cansados de este que escribe me podéis seguir leyendo durante este tiempo y cada dos semanas en el suplemento del periódico El Mundo, Fuera de Serie, en la revista Gentleman y en la revista ONE, revista esta última con la que empecé a colaborar desde hace unos meses.

Por lo que a mi respecta terminaré las vacaciones como las empecé: disfrutando de mis “chicas”, de un nuevo libro, de largas horas con la bici, la carrera a pie y viendo anochecer a caballo. 

Si hubiera algún tema del que os gustara se hablara a nuestro regreso no dejéis de decírmelo. Intentemos, eso sí, que sea un tema que pueda interesar, no solo a quien lo sugiriera, sino a un grupo importante de lectores.

Felices vacaciones y que las disfrutéis a tope. Nos vemos el 6 de septiembre.


El Aristócrata

LOS MOCASINES, ESOS ZAPATOS TAN ESPAÑOLES

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No es la intención de este artículo volver a insistir en la importancia de unos buenos zapatos con cualquier tipo de vestimenta. Sin embargo, estos siguen siendo la asignatura pendiente de no pocos países entre los que, desafortunadamente, se encuentra el nuestro. 

Si resulta muy difícil encontrar zapatos de calidad acompañando a los conjuntos de sport, no es mucho más fácil verlos junto los conjuntos de corbata. Si cuando los vaqueros o los chinos hacen su aparición se les ve descansando cada vez con más frecuencias sobre zapatillas de paseo, cuando toma el protagonismo el traje, la elección de los zapatos pasa no a un segundo sino a un tercer lugar. Con ello estamos ignorando que, independientemente de lo bonita que sea la corbata, la camisa o incluso lo bien cortado y cosido que esté ese traje a media, si los zapatos no están a la altura del resto del conjunto este quedará deslucido. 
A pesar de contar cada día con modelos de zapatillas más interesantes, todavía resulta difícil que puedan aportar un toque más atractivo que el que imprimen a los conjuntos más informales unos estilosos zapatos semi o full brogue. Y si las zapatillas se están imponiendo incluso entre los hombres que empiezan a disfrutar de una segunda juventud, los zapatos conocidos como mocasines o castellanos parecen haber cautivado el corazón tanto de jóvenes como de mayores. De no estar de acuerdo con ello, bastará con hacer la siguiente prueba: aprovechemos estos días el tiempo de espera en la terminal de cualquier aeropuerto extranjero y fijémonos en aquellas personas que visten con un traje azul marino y mocasines. Sigámoslas y con seguridad nos llevaran a la puerta de embarque de nuestro vuelo de regreso a España. 
Los motivos por los que no se deberían vestir mocasines con traje son varios, destacando entre ellos el puramente estético y el histórico. Si bien pudiera haber personas que defendieran la belleza del tan extendido mocasín, incluso hasta la del afamado Sebago, sobre lo que no cabe discusión es sobre su procedencia histórica como zapato informal. Concretamente, este zapato aparece a finales del S. XIX para aportar una comodidad y ligereza extra a los zapatos de las casas de campo. Sus suelas de cuero además protegían los pies de sus propietarios de los fríos y húmedos suelos en un tiempo donde la calefacción eléctrica no existía. El no contar con cordones aumentaba igualmente la facilidad a la hora de calzarlos al salir de la cama y permitía también desprenderse de ellos de forma rápida para salir de casa. A partir de los años 50 el mocasín se populariza en Estados Unidos, país cuya vestimenta ha obedecido históricamente más a una cuestión de comodidad que de estética, y solo después de los años setenta se pueden empezar a ver en Europa.
Otro sector al que se le debe la difusión de este modelo es al de un grupo de granjeros noruegos quienes en 1930 son fotografiados por una conocida revista de moda en la zona de descanso de su vaquería y cuya foto viajó por los comercios de medio mundo. Hoy los mocasines siguen recibiendo bastante simpatía entre los estudiantes más jóvenes debido a la rapidez con la que se calzan y a la gran ventaja que a esos años supone el olvidar abotonarse los cordones durante todo el día.
Por todo ello cabría pensar que, a pesar de que nuestros políticos y empresarios más conocidos se empeñen con su ejemplo en llevarnos la contraria, no parece muy correcto vestir con traje un zapato que fue pensado como zapatilla de estar por casa, como zapato para ordeñar vacas o como facilitador de la vida en los primeros años de vida estudiantil. Dicho esto, existen algunos mocasines tipo Tassel que tienen una construcción más armada y pueden acompañar acertadamente a los conjuntos de dos piezas, es decir, a aquellos formados por una chaqueta y un pantalón independiente.

El Aristócrata

BESPOKE XXVI: NORMAN VILALTA´S SHOES, DESIGN AND CUTTING

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Como continuación del último artículo sobres los zapatos a medida que me está haciendo Norman (Bespoke XXV), le pedí que me contara un poco en qué consistía el trabajo que vendría después. En vez de narrároslo yo, como de costumbre, he preferido que sea el propio Norman quien lo haga.


Todo tuyo Norman:

1.- Con la información de la primera prueba hice las correcciones en la horma. En primer lugar lo que correspondía al ajuste de las medidas y como calzaba el zapato. En segundo lugar el "estilo" de la horma y del zapato, conforme lo que habíamos hablado sobre que punta te gustaba más. Te adjunto foto de las dos puntas.
2.- Una vez que las hormas están casi a punto, diseñé el modelo sobre la horma e hice los patrones para poder cortar la piel. En tu caso como lleva un "pounching" lo hice a mano.

También he hecho una primera pátina en los cortes porque usamos una piel en "crust", es decir sin el color final que se lo aplico a mano. De esa forma tu zapato azul tendrá unas luces o aguas que harán un muy buen contraste con el ante azul eléctrico de la boca.
Una vez que los cortes estén hechos los premontaré para hacer el "pounching" de tus iniciales y de la flor en la punta como la del modelo que elegiste.

3.- Con la horma lista para montar se cortan las plantillas de cuero. Normalmente son de la parte del cuello, pero en mi caso las hago de otra parte del animal tratada por mi, de una  manera diferente, con ello consigo que tengan mucha más flexibilidad y se moldean más rápidamente con el peso del cuerpo de una forma anatómica (para ayudar a que se logre esto también quito la flor del crupón con un cristal)

Antes de fijar y moldear las plantillas se dejan en remojo para que al "momificarlas" cojan la forma de la planta de la horma y las adaptaciones que le hayamos hecho.
Para fijarlas uso unas vendas de tela (de ahí lo de momificarlas), con las que se envuelve la horma y la plantilla (fijada con 4 clavos a la horma) para que al secarse queden completamente adaptadas al bajo de las hormas.

Una vez que están secas se recorta cuidadosamente el sobrante se lima y se raspará con cristal los bordes para que queden perfectas para el montado, es decir sin bordes que lo  dificulten, o peor que hagan espacio al tirar la piel con las pinzas y luego produzcan molestias.

Los cantos de las plantillas, en mi caso, varían en forma y ángulo de acuerdo a tipo de suela que construiré. En tu caso como los enfranques serán cerrados el ángulo de las mismas será distinto que el de la parte delantera. 
4) Una vez que la plantillas está limitada, cortada, lijada perfectamente para que permita los restantes trabajos (montados, cosidos, etc) se empieza con la construcción del muro donde se cocerá el corte y la vira.

Este trabajo tiene que ser muy preciso, por ello que digo siempre que lo esencial es lo que no se ve, pero si hago una suela con determinada forma o curvas, estas solo tendrán la armonía o belleza que tenga el muro (es decir que la forma de la suela y del tacón solo tendrá la forma que tenga la plantilla). El secreto de un zapato bonito por fuera es la preparación y gran parte es la preparación de la plantilla. Todo es esencial.
Una vez dibujado el muro (hay implicancias anatómicas y funcionales) se corta lija y se hacen los agujeros para la costura con una lezna. La práctica y el ritmo es lo que hace buena a una costura y esto depende en principio de lo que se haga en la plantilla. La altura y grosor del muro tienen que ser constantes y correctas.

En mi caso están hechos de aproximadamente a 6/7 milímetros, lo que me asegura una calidad extrema sin endurecer la estructura del zapato.

A la vez voy cortando los cueros para las punteras y los contrafuertes que se dejan en remojo para rebajarlos a cuchillo.
Ahora ya solo queda esperar que la Gran Margarita me traiga los cortes para montar los zapatos y hacer la nueva prueba en Madrid el próximo día 23.


Norman Vilalta

LOS 5 TRAJES IMPRESCINDIBLES

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Una de las ventajas que tenemos los hombres frente a las mujeres es que no necesitamos contar con un gran número de trajes para asegurarnos de no repetir conjunto. Nosotros tenemos la enorme suerte de aun vistiendo un mismo traje pero jugando correctamente con varias camisas, corbatas y complementos aparentar estrenar un nuevo conjunto cada día. Es por ello, por lo que de escoger acertadamente solo unos pocos trajes podremos disfrutar de un sinfín de posibilidades en nuestra vestimenta diaria.

Si tenemos en cuenta que construir un buen armario es una inversión que requiere de un tiempo considerable y que la adquisición de un traje supone un importante desembolso debemos estar seguros de no equivocarnos en su elección.
Si en los años 60 el conocido diplomático americano Tony Biddle fue nombrado, junto a otros iconos de la moda masculina como Fred Astaire, uno de los hombres más elegante de Estados Unidos con solo siete trajes en su haber, ¿acaso no podríamos nosotros vestir más que correctamente con solo seis? Y es que con solo seis trajes, eso sí bien escogidos, tendremos la seguridad de contar con un armario preparado para enfrentarse a todo tipo de situaciones.

1-2 Los imprescindibles: Un traje azul y uno gris; ambos oscuros y lisos. 
Con estos dos trajes, y más teniendo en cuenta la seriedad de colores que hoy imperan en la calle, se puede acudir bien vestido prácticamente a cualquier sitio. No obstante, es siempre más oportuno dejar el gris marengo para las ocasiones de día y reservar el azul marino para la noche y para ciertas ocasiones formales como bodas o graduaciones.

Dicho esto, es importante recordar que el que sean la base de todo buen armario no significa que en cualquier momento y a cualquier hora del día se deban escoger, como se hace hoy, solo trajes grises o azules. Hay una gran paleta de colores y diseños que en ciertas ocasiones son mucho más recomendables de vestir.

3- Una vez con los cimientos terminados toca empezar a construir el edificio: el traje gris claro y de tejido no liso
Por norma general se pasa más tiempo vistiendo traje con luz solar que de noche. Por ello, deberíamos cerciorarnos de contar con otro traje gris para alternarlo con el gris oscuro. Los trajes grises de tonalidad algo más clara y con tejidos tipo espiga, ojo de perdiz o fil a fil aportan la variedad que necesitamos y nos ayudan a no tener que repetir traje. Igualmente, esta tonalidad clara permite acudir adecuadamente a la oficina y aceptablemente también a una importante comida de trabajo.

4- La raya diplomática resulta indispensable
El traje diplomático es el atuendo por excelencia de las finanzas. Gordon Gekko nos recordaba en los años ochenta que si querías ser alguien en Wall Street mejor no te olvidaras de él. Pero hoy ya no es obligatorio dedicarse a la Bolsa para vestir este tipo de estampado. Estudiando la disposición y grosor de las rayas del dibujo podremos jugar con la imagen que de nosotros queremos mostrar. Escógela más marcada y separada y apostarás por un lookmás de sport. Haz lo propio con otras más difuminadas y cercanas entre sí y el aspecto de tu traje será más serio.

Precisamente por esto necesitaremos dos trajes de raya diplomática de diferente grosor y color. Mi recomendación es optar por un traje gris marengo de línea fina y otro azul marino de raya algo más gruesa y marcada.

5- El quinto traje será un dos piezas que no obedecerá al concepto tradicional de traje
Una chaqueta y un pantalón independientes, es decir, de un color y diseño diferentes, aportará la variedad que reclama un buen y variado armario. Estos conjuntos son siempre menos formales que el clásico traje pero nos siguen permitiendo acudir elegantemente vestidos desde a una exposición de arte hasta a la oficina un viernes. Una blazer azul o una chaqueta de tweed con un pantalón gris siempre será una opción muy elegante.

Si con los cinco primeros trajes se afrontará el día a día de la semana sin necesidad de repetir traje, con el sexto introduciremos cada semana alguna variación y tendremos un cierto margen en caso que tengamos que desprendernos de alguno de los anteriores por tener que, por ejemplo, llevarlo al tinte.

Para asegurarnos de disfrutar lo máximo posible de estos seis trajes escojámoslos de una lana de entretiempo cuyo peso esté comprendido entre 280 y 370 gramos. Por debajo de dicho peso serán muy frescos como para protegernos del frio del invierno y por encima demasiado gruesos para afrontar nuestros calurosos veranos.
Una vez contemos con los “imprescindibles” aquí tratados estaremos en disposición de empezar a completar nuestro armario con trajes menos serios pero mucho más divertidos. Las opciones que encontraremos serán infinitas. Príncipe de Gales, cuadro ventana, sal y pimienta, cuadro Tartán etc. En los tejidos también encontraremos infinidad de posibilidades más interesantes que la lana 100% como es la franela, la cachemira, el bambú, la alpaca o el siempre fresco lino.

Y sobre el corte de los trates podremos jugar igualmente con múltiples opciones. Trajes sencillos, cruzados de cuatro o seis botones, de tres piezas, de dos o tres falsos botones, bolsillos de parche, en diagonal, con cerillera, solapas de pico o chatas, pantalones para cinturón o para tirantes, con uno o dos pliegues, ingleses o italianos, dos pletinas laterales o una trasera central y un largo etcétera nos brindan la posibilidad de vestir además de con elegancia también con personalidad y estilo.

El Aristócrata

LOS TIRANTES, CUESTIÓN DE COMODIDAD Y ESTILO

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Sea por timidez o por considerarse pertenecientes a otra época, la realidad es que todavía a nuestro país le cuesta sustituir su cinturón por los tirantes. Si bien Inglaterra ha sido siempre uno de sus mayores adeptos, ahora es Italia quien ha empezado a sustituir de manera masiva su antes inseparable cinturón y a producir y vestir los más estilosos tirantes. Las enormes ventajas tanto prácticas como estéticas que estos aportan, está haciendo que cada vez sean más los hombres a quienes no les importa rescatarlos de sus cajones.

Una de las reglas básicas del buen vestir, y que a veces se olvida, es que los pantalones de traje se visten en la cintura y no en la cadera. Conseguir esto con el cinturón no se antoja fácil ya que con el paso de las horas estos terminan, por norma general, descansando sobre la cadera. Además de por este motivo, son varios otros los que animan a cambiar el cinturón por unos bonitos tirantes. En primer lugar, no hay que olvidar que el cinturón divide el cuerpo en dos partes, algo que acorta la figura y le resta fluidez. Los tirantes mantienen, además, el pantalón siempre en su sitio dando igual las veces que uno se siente y se levante. Igualmente, el efecto óptico de una raya bien planchada favorece la estética del pantalón, y los tirantes al empujar el pantalón ligeramente hacia arriba consiguen acentuar esa raya.
Si hace unas semanas hablábamos de la poco atractiva costumbre del hombre español de vestir mocasines con traje, otra de las características que definen precisamente también su manera de vestir es su insistencia en llevar los pantalones demasiado largos. Cuando en la tienda nos cogen el bajo terminamos metiendo la barriga y colocándonos el pantalón más arriba de lo que luego hacemos fuera en la calle. Esta práctica hace que ese bajo que lucía perfecto en el probador, lejos de él se traduzca en unas visibles arrugas que se amontonan sin piedad sobre el zapato. 

De la misma forma, resulta bastante antiestético observar como no pocos hombres con barriga incipiente apuestan por el cinturón, descuidando colocarse el pantalón cada pocos minutos. Esto da como resultado el que el pantalón termine colocándose por debajo de dicha barriga exponiéndola de manera llamativa. De contar con tirantes esto no ocurriría al no permitirle al pantalón que se caiga en ningún momento. 
Al igual que ocurre con otros complementos como, por ejemplo, el pañuelo de bolsillo, el poco uso que se hace de los tirantes se debe no a que se consideren  poco estéticos sino a que se siguen viendo como un complemento algo ostentoso. Sin embargo, la realidad es que atrás quedaron los tiempos en que estos solo acompañaban a banqueros, abogados y periodistas y hoy su uso se ha extendido entre todo tipo de profesionales y ocupaciones. Bastará con escoger un color o un diseño determinado para reforzar el look más dandi, el más formal o el más desenfadado y juvenil. 

Aquellos a los que haya convencido de dar una oportunidad a los tirantes, recomendarles también que en vez de utilizar las pinzas metálicas hagan uso de las abrazaderas de cuero o tela que con ellos suelen entregarse. A pesar de que las metálicas estén ahora más de moda que nunca, las de piel además de ser más estéticas reparten el “tirón” de los tirantes a lo largo de toda la cintura del pantalón sin concentrarlo en un punto concreto. 
Si además hemos tenido la suerte de que hayan sido las manos de un buen sastre las responsables de dar vida al pantalón, ya habrá este tenido en cuenta, además de cortarlo diferente por delante y por detrás, también de no coser pasadores en su cintura. Si no ha sido así, asegurémonos de descoser esos pasadores pensados para vestir el pantalón con cinturón. Aunque los tirantes deberían quedar siempre escondidos tras la chaqueta, aquellos que insistan en desprenderse de esta en sus lugares de trabajo deberían escoger para sus tirantes tonos que combinen con los de la camisa o la corbata.

El Aristócrata

LIFESTYLE VIII: LA BICICLETA DE MONTAÑA

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Para dar un respiro a la temática principal de esta página quiero compartir con vosotros otra de mis grandes aficiones y de la que ya me he hecho eco en esta página en alguna otra ocasión: la bicicleta.

Después de haber hecho durante muchos años carrera de fondo a pie, las articulaciones, al menos en mi caso, te terminan pasando factura y los dolores, en mi caso en las rodillas, te impiden ver pasar las horas sobre las zapatillas como hacían años atrás. Sin embargo, la necesidad de seguir disfrutando de todo lo que te aporta el deporte anaeróbico y la naturaleza te anima si no a dejar la carrera sí a complementarla con deportes de menos impacto. Y la bicicleta se presenta como una de las mejores opciones.
Al contrario de lo que ocurre con la carrera a pie donde en poco más de una hora te has cambiado, has corrido diez kilómetros y estás duchado, la bicicleta, más si se trata de la de carretera, requiere de más tiempo; tiempo que difícilmente se puede encontrar fuera de los fines de semana o de los periodos de vacaciones. En contraprestación, la bicicleta te exige grandes esfuerzos durante varias horas, esfuerzos que, al contrario que en la carrera a pie donde nunca se deja de trabajar, son recompensados con llanos y bajadas. Además durante una misma salida te puedes deleitar con montañas, lagos, playas, preciosos pueblos e incluso de salir solo y en una zona poco concurrida también con esa soledad que tanto te recuerda a la que se siente en la carrera a pie de fondo. Todas estas sensaciones hacen que una vez en la ducha te parezca haber vivido en cuatro o cinco horas toda una aventura.
Y si esto es lo que se experimenta en la bicicleta de carretera no son menos las sensaciones que se consiguen en la bici de montaña. Esta, además de requerir menos tiempo te permite alejarte del ruido de la ciudad y de la peligrosa carretera mientras conoces paisajes verdaderamente bonitos. Y todo ello disfrutando del silencio de la naturaleza y de infinidad de pequeñas cosas y sorpresas que de vivir en una gran ciudad se te ha podido incluso olvidar su existencia.

Al termino del verano es, por norma general, cuando uno en mejor forma se encuentra y tener un reto al final del mismo te hace no solo disfrutar diariamente del deporte sino esforzarte más. Cuando se está preparando una maratón que se celebra en primavera esta cita te obliga a ser constante en los entrenamientos y no fallar a pesar del frio, la lluvia o la pereza que da salir a correr sin luz y con frío. De la misma forma, el tener una cita después de verano te anima a levántate pronto y a no exprimir la noche hasta el alba. Y esta cita nosotros la fijamos a finales de septiembre para de alguna forma también alargar esa sensación de seguir hasta entonces estando en verano. 
Y para esta ocasión escogimos la Talajara 2014, una prueba de 125Km de bici de montaña que discurre por la Jara de Talavera de la Reina. Si bien la prueba se puede hacer en su totalidad sobre la bicicleta, sin tener que echar pie a tierra, excepto en un punto muy concreto, las condiciones climatológicas durante los días anteriores a la carrera y durante la propia carrera la complicaron mucho. Los caminos de tierra se convirtieron en auténticos barrizales a los que la lluvia del día de la prueba no les ayudo nada. Esto más allá de aumentar el peligro de caída hizo la prueba más dura al tener que ejercer más fuerza sobre los pedales para no quedarte atascado.

Como digo, la prueba no tiene dificultad técnica y es muy rodadora con un tramo final de subidas y bajadas que ya con muchos kilómetros a las costillas se hace duro. Yo tuve la suerte de rodar con un buen amigo que conservo desde nuestro tiempo en el Colegio Mayor y quien con solo 19 años ya bajaba de las 2horas 45minutos en la Maratón. Fue precisamente él quien me metió aquel gusanillo de libertad y sufrimiento que proporciona el deporte de resistencia que me ha acompañado desde entonces. El tener contigo a alguien muy superior a ti físicamente te ayuda/obliga a dar lo mejor que tienes.
La bicicleta, como cualquier otro deporte, se disfruta mucho más si se hace acompañado. Es la compañía la que hace que se te pasen las horas más rápido charlando de cosas que poco tienen que ver con lo que estás haciendo en ese momento, hablando de tiempos pasados y riéndote mientras intentas coger fuerzas para afrontar la siguiente pendiente. Y es esa misma compañía la que te anima cuando estás cansado, cuando te preguntas qué sentido tiene despertarse a las seis de la mañana para empaparte de agua y meterte durante horas en un enorme barrizal. Y es esa misma compañía con la que luego celebras el haber cruzado la línea de meta mientras disfrutas de un buen almuerzo y empiezas a planear la siguiente aventura.

El agua no dejó de causar estragos en la mecánica y las roturas de cadena fueron una constante durante toda la prueba como también lo fueron los problemas en el cambio al haber el agua secado el aceite del mismo. Nosotros por suerte no rompimos la cadena aunque desde terminamos sin frenos, con el cambio algo maltrecho y con un enorme ruido en la cadena.
Además de mi Canyon CF SLX 29, el responsable de protegerme de la lluvia y el barro fue un chubasquero de Endura, el Assos Campionissimo hizo que llegara medio entero a la meta. El mallot de Specialized conmemorativo Burry Stander fue, junto a los manguitos, el guiño a mi querida África.
 
No dejemos de disfrutar de la naturaleza mientras todavía siga ahí

El Aristócrata

BESPOKE XXV: ¿SOLAPA PICADA A MANO O A MÁQUINA?

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Una de las cuestiones que más polémica levanta últimamente es la referente a si el contar con las solapas picadas a mano da como resultado un traje con mejor aspecto o no. En el debate sobre el mayor o menor grado de artesanía en un traje a medida la forma de picar las solapas siempre intenta balancear el resultado para uno u otro lado. Parece que hay otras variables, a priori como mínimo igual de importantes, que no se tienen en cuenta en la ecuación de la artesanía pero, sin embargo, el picado de la solapa más allá de su dificultad de ejecución siempre parece ser uno de los puntos más recurrentes. 

Igualmente, parece que se olvida que ambas técnicas requieren de una destreza determinada y que de nada sirve hacerlas a mano si no se hace bien. De la misma forma también el picado a máquina requiere de una técnica específica. Además hay que tener en cuenta que no es lo mismo un buen picado a máquina donde cada fila se realiza a mano y por separado que uno donde toda la pieza sale picada de una tras pasar toda ella por una máquina escasos segundos (práctica de la confección industrial). Y tampoco es lo mismo el picado a máquina “aplastado” que otro realizado también a máquina pero con flojo. 
Máquina picado fila a fila

Por todo ello parece peligroso afirmar categóricamente cualquier tipo de afirmación en este campo ya que de hacerlo seguramente una voz más experimentada nos apuntará que “depende”. Y es precisamente el significado de ese “depende” el que esta semana queremos despejar.

Si bien podría contar mi experiencia personal con mis trajes con sus solapas picadas a mano y otros donde han sido picadas a maquina, creo que sería un atrevimiento por mi parte adentrarme en un campo técnico sin haber dado una puntada en mi vida. Aunque hoy todos parecemos ser libres para emitir juicios de valor de prácticamente cualquier tema, independientemente de nuestro grado de conocimiento real, creo que al menos en este campo es mucho mejor escuchar a alguien que conoce perfectamente la técnica de ejecución de una y otra práctica y que sea él como profesional quien nos exponga las diferencias y las ventajas de una y otra técnica.

Máquina picado "one go"

Alberto Calvo de Mora nació y creció entre dedales y tizas de marcar y desde los diecisiete años, hoy cuenta con treinta y siete, sigue los pasos de su padre y su abuelo pero ya en primera persona. Y por nuestra amistad y por tener la seguridad de que él sí conoce perfectamente ambas técnicas quiero que sea él quien en las siguientes líneas nos de su punto de vista y nos despeje a los neófitos las incógnitas que pudiéramos tener sobre el tema.

Alberto Calvo de Mora:

Siguiendo la petición de José María voy a intentar dar mi opinión sobre el picado de la solapa a mano y a máquina así como sus diferencias, sus ventajas y los inconvenientes de una y otra técnica. 
Picado a máquina con flojo

Antes de entrar en materia es importante apuntar que hablar de artesanía en el sector de la sastrería a medida no garantiza, como tampoco lo hace en cualquier otro campo artesanal, que el producto tenga un buen acabado. En esto tendrá mucho que ver el artesano en cuestión. Todos podemos coser un botón y hacerlo de manera totalmente artesanal pero el resultado diferirá mucho de unos a otros. Este punto me gustaría subrayarlo ya que por estar hecho a mano no significa que el resultado sea mejor ni por estar hecho a máquina que sea peor. Al final es la pericia y las manos del artesano que cose la prenda los verdaderos responsables de poder afirmar, o no, que su artesanía es mejor que lo que hubiera conseguido una buena máquina. Y esto hay que tenerlo muy en cuenta al hablar de solapas picadas a mano o a máquina. Son estos cánones de destreza en la ejecución del picado los verdaderos responsables de decantar la balanza para un lado u otro. Porque, en definitiva, de nada sirve un buen corte en un traje si los volúmenes no se aplican en sitio correcto. 
Picado a máquina de ínfima calidad

Pero empecemos por el principio, ¿para qué sirve y en que consiste el picado de la solapa?. De forma resumida podemos decir que el picado sirve para unir la entretela con la tela mientras se da la forma correcta a esta. Y ¿en qué consiste un picado a mano? Pues en coser con un punto de 1/ 2 cm mas o menos paralelo a la línea del quiebre de la solapa. El siguiente punto se daría a 1cm mas o menos hacia abajo o hacia arriba dependiendo de la dirección que estemos siguiendo. Se trata de calar lo menos posible la puntada por el derecho de la tela. Todo esto se realiza con el objetivo de que no se vean las puntadas por debajo ya que es algo que además de quedar horrible no habla nada bien del trabajo del sastre. Este punto arriba y abajo va poco a poco formando una especie de espiga.

El proceso del picado no ha de hacerse de forma plana sino por el contrario enrollando la solapa con la tela por debajo para que vaya cogiendo la forma por si sola. Esto le da a la solapa un vuelo con un claro sello de artesanía imposible de encontrar en prendas RTW. Si se ha hecho bien la solapa no se levantara y se pegará al pecho con una ligera línea curva dando como resultado una bonita solapa. Este proceso se suele alargar una hora. 
Picado a mano

¿Y cuál es la diferencia con el picado a máquina? Antes de ver las diferencias permitirme apuntar que las maquinas que se utilizan hoy en día han evolucionado muchísimo respecto a las antiguas máquinas utilizadas en la confección industrial. Los operarios que las usan también han evolucionado estando hoy capacitados para conseguir que este picado imite de manera bastante próxima al picado a mano. Las máquinas de picar solapas que hoy se utilizan en las mejores sastrerías ya vienen con formas para simular la curvatura que se da a la solapa cuando se pica a mano. El punto va de la misma manera en paralelo al quiebre de la solapa pero al contrario de la hora necesaria para picar una solapa a mano en este caso solo se necesitan cinco minutos. 


¿Cuáles son las diferencias más destacadas entre un picado y otro? La gran diferencia es obviamente el tiempo que requiere una y otra técnica. Una hora frente a cinco minutos. Resulta muy difícil que un ojo no profesional pudiera decir una vez puestas las vitas y con la chaqueta terminada si esas solapas han sido cosidas a mano o a máquina. No obstante, el ojo profesional sí notaría que la solapa picada a mano consigue con un vuelo especial. Pero ese ojo debe ser profesional o estar muy ducho en el oficio.  
Picado a mano de una solapa de esmoquin 

Concluyendo este tema, siempre habrá una diferencia a favor de la solapa picada bien a mano frente a la picada bien a máquina pero, como digo, para eso debe estar muy bien picada y eso no todo el mundo lo sabe hacer. Si no tenemos la certeza de que nuestro sastre está ducho en esta técnica siempre resulta más seguro apostar por una solapa picada bien a máquina. Antes de terminar me gustaría decir que independientemente de que se haya realizado un buen picado, ya sea a mano o a máquina, hay que tener en cuenta que los pasos siguientes del proceso serán igual de importantes que el propio picado. Por ejemplo, si la vista no está bien vuelta con el flojo correcto que permita a la solapa volver el buen picado del que hablamos quedará totalmente arruinado.

En definitiva, artesanía sí pero siempre y cuando sea de calidad.

Muchas gracias


El Aristócrata

GLASHÜTTE ORIGINAL PANOMATICLUNAR

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Seguramente el complemento donde más fácil nos resulta justiciar un importante desembolso es en un buen reloj. La gran mayoría de nosotros seguro que hemos sentido alguna vez si no una gran atracción por estas piezas sí, al menos, una importante curiosidad. De hecho parece difícil entender un buen traje artesanal sin que sea acompañado por un reloj manufactura. 

Aunque como ya hemos dicho en alguna ocasión el más sencillo, y barato, reloj de cuarzo –de pila- consigue una mayor precisión dando la hora que lo que hace el más complicado, y caro, reloj automático, las sensaciones que transmiten uno y otro nada tienen que ver. Por ello, aquellos que busquen precisión y un mero objeto que se limite a darles la hora no dudaran en apostar por los relojes de cuarzo y no se pararan a pensar en el corazón que late dentro de su reloj. Este tipo de comprador prima sobre todo el aspecto exterior del reloj. Los que por el contrario sientan en su interior una inexplicable atracción por el mundo de la relojería en general y de ciertos movimientos en particular, primarán dichos movimientos al aspecto exterior y al material de la caja del reloj. Dicho esto, también hay muchos clientes cuya motivación a la hora de hacerse con uno u otro reloj se basa en otras percepciones. Si todavía hay un gran porcentaje de compradores de “alta relojería” que con su compra buscan el status que da una u otra marca, cada día son más, sobre todo en el mercado asiático y ruso, que apuestan por piezas de materiales preciosos o por relojes joya.
A mi personalmente este último tipo de reloj nunca me han llamado la atención como tampoco lo han hecho los maxi-relojes tan de moda de unos años atrás ahora. Y tampoco las marcas de joyería o de otros sectores que han dado el salto a la relojería me terminan de atraer. Marcas como Chopard, Cartier, Bulgari o incluso otras como Louis Vuitton o Harry Winston si bien cuentan con un gran presupuesto que les permite desarrollar movimientos de gran interés no dejan de jugar, siempre para mi, en una liga inferior. Sí en cambio siempre me han encantado esas escasas casas manufacturas independientes, y sobre todo ciertos movimientos de estas o de los los dos grandes grupos, que son desconocidas para el gran público o que el ojo no entendido no llega a reconocer y pasan totalmente desapercibidas. Por eso, marcas como Jaeger LeCoultre, Lange & Söhne, Blancpain, Journe, ciertos Zenith, Patek etc. son las que siempre más me han gustado.

Con el tiempo y conforme te vas haciendo con esas piezas con las que llevas soñando años subes un peldaño más y dentro de casa buscas ese movimiento o esa complicación que la hace destacar frente al resto. Un doble uso horario, una fase lunar, un horario mundial, un calendario perpetuo, una reserva de marcha etc. son todas complicaciones que sin llegar a la magnificencia de un tourbillon o un sonnerie, aportan un alma al reloj difícil de entender de no ser un apasionado de este mundo.
Quizás el pensar que aunque llegue un día en el que no estemos estos pequeños juguetes serán disfrutados por algún hijo o familiar hace que nos auto-engañemos, nos liemos la manta a la cabeza y cada X tiempo con lo que nos parece una buena excusa nos hagamos con nuevo reloj. Y esta nueva ocasión la encontré con el paso a una nueva década y su correspondiente celebración. Y para esta ocasión ya tenía pensado desde hacía tiempo que por primera vez dejaría Suiza de lado y apostaría por la calidad alemana y le daría la bienvenida a mi primer Glashütte Original; en concreto al modelo PanomaticLunar de acero. Su línea es mi acorde con mis gustos ya que no solo no es ostentoso sino que además no son muchos los capaces de reconocer esta marca o asociar este modelo concreto con una pieza exclusiva.

No quiero aburriros con los más de 165 años de historia de esta casa alemana ni de la importancia de la ciudad de Glashütte en la historia de la relojería mundial ya que a quienes le interese con seguridad ya la conocerán y a los que no solo conseguiría aburrirles. Por lo que me centraré en este reloj en cuestión. El PanomaticLunar cuenta con el calibre 100% manufactura 90-02 –pero manufactura de verdad y no solo porque lo diga el catálogo de la casa- y además de la hora y los segundos, cuenta con una fase lunar y con un “Panomaratum”; una gran fecha a dos niveles.
La fase lunar más allá del agradable efecto estético te marca puntualmente las lunas llenas, algo súper interesante para los amantes de esta complicación. Esta fase presenta una luna y unas estrellas plateadas sobre un suave cielo plateado. La gran fecha de este Glashütte no se reduce solo a una cuestión estética sino que supuso en su día toda una revolución técnica. Al contrario de lo que pasa en las fechas normales que tienen solo de un disco con todos los días numéricos del mes la gran fecha de Glashütte cuenta no con un disco sino con dos; uno para las decenas y otro para las unidades, los cuales van cambiando automáticamente según corresponda. Además, al contrario de otras casas como la propia JlC, la gran fecha de Glashütte no requiere de dos ventanas para mostrar el día del mes, como ocurre también con su hermano mayor Lange & Söhne, sino que lo hace solo en una de amplias medidas. 
Si bien estas son las dos complicaciones más visuales de este reloj, su estética también es muy particular y muy similar a la de la otra gran casa alemana. Al principio no resulta fácil hacerte con ese mini-dial que te marca las hora pero es solo cuestión de días el familiarizarte con él. Además de estas complicaciones hay otras dos dignas de mención. En primer lugar nombrar que solo se necesita de una corona para manejar las diferentes opciones del reloj. No obstante, un marcador aparece en el parte superior de la corona que aparece de manera cuasi-invisible sirve para el ajuste de la fase lunar. Si bien esta manera de manejar las diferentes funciones del reloj no tiene la complicación de otro de mis relojes, el JlC Hometime, quien con solo una corona se maneja la fase dia-noche, el doble uso horario, la hora y también el día, en el PanomaticLunar la sensación de la corona única es similar. 

A pesar de estas complicaciones para mi es el ajuste dúplex cuello de cisne, apreciable en su tapa de zafiro transparente, la más interesante de todas ellas. Hasta hace poco el cuello de cisne, incluso en la marca alemana, era solo individual pero desde hace ya unos años la apuesta por la diferenciación frente a otras marcas de prestigio les animó a incorporar a sus relojes esta importante innovación. Para los que no la conozcan, comentar que el doble ajuste de cuello de cisne, desarrollado enteramente en su fábrica, permite una regulación muy precisa del ritmo y de la velocidad del movimiento.
Su reserva de marcha es bastante justa, escasas 42 horas. Aunque hoy los diámetros de los relojes crecen sin mayor explicación que llamar, siempre desde mi punto de vista, absurdamente la atención, este Glashütte cuenta con “solo” 40mm de diámetro y unos escasos 13mm de altura lo que le convierte en un reloj bastante discreto para lo que se estila hoy. Si el diseño del frontal es de lo más original no menos interesante es su parte trasera. La parte posterior del movimiento, visible a través del cristal de zafiro, muestra el rotor central esqueletado, engastado con una masa oscilante de oro de 21 quilates, tornillos azulados y rubíes así como la trayectoria del rotor, con un acabado decorativo francamente bonito y muy distintivo de esta casa. 28.000 alternancias por hora (sigo quedándome con las siempre más precisas y encantadoras 36.000 de El Primero) cuenta con un mecanismo todo decorado a mano, algo que hace que no haya dos modelos idénticos, un brazalete de aligátor y un ajuste horario de lo más preciso – después de 15 días de uso continuado su desajuste es de unos dos segundos al día –. 

Dicho todo esto, lo que no termino de entender es como un reloj de esta calidad, y precio, no cuenta con un cierre más preciso y seguro. En este modelo el cierre deployante no es doble y la propia rigidez del brazalete hace que salte el débil cierre sencillo con enorme sencillez. Mucho que mejorar tiene Glashütte en este aspecto.
Al parecer el PanomaticLunar está teniendo mucho éxito y fuera por ello o por cualquier otro motivo, la verdad es que me tocó esperar casi dos meses para que me lo entregaran. Este éxito no me cabe duda que se debe, además de todo lo anteriormente expuesto, también a su ajustado precio. Si bien su precio es elevado, 9.500€, si lo comparamos con otros modelos muy inferiores técnicamente, su precio es más que justo. Además Glashütte, al contrario que Lange, hace relojes con cajas de acero lo que se traduce en más o menos la mitad del precio de su hermano Lange. Si este reloj que como decimos cuesta 9.500€ lo quisiéramos en Lange nos tocaría pagar por él al meos 19.000€ al ser la gama de entrada de Lange la caja de oro amarillo.
También es importante tener en cuenta que por el precio del PanomaticLunar son pocas las casas manufacturas que ofrezcan relojes similares y con similares  complicaciones. Por el contrario, hoy el mercado de los relojes está cada vez más dominado por el marketing y esto obliga a hacer grandes desembolsos por los conocidos como relojes-marca con mecanismos ETA y similares o por otros que si bien sí tienen gran calidad se limitan, en este rango de precios, a dar exclusivamente la hora.

El Aristócrata

EL SIN SENTIDO DE LA MODA ESPAÑOLA

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El pasado septiembre tuvo lugar la conocida como “Mercedes-Benz Fashion Week Madrid”. Una vez echado el telón es hora de analizar el verdadero papel de nuestros diseñadores, sus creaciones y el de la moda española en general en el complejo universo de la moda internacional.
De hacer caso a los rankings de las consultoras del sector, hay que bajar bastantes puestos hasta encontrar el nombre de alguna pasarela española en la lista de las de mayor renombre internacional. Las pasarelas de Londres, París, Nueva York o Milán no solo tienen una importante repercusión en su país sino que además también la tienen, y mucho, fuera de él. Son los diseñadores y las creaciones que desfilan en estas pasarelas las que congregan a los medios internacionales especializados, a las mejores modelos, a los personajes más relevantes de este mundo y a los rostros más conocidos. 
Por el contrario, nuestra pasarela no deja de ser una reunión de amigos donde año tras año desfilan prácticamente los mismos diseñadores nacionales y donde si no fuera por alguna mención en algún programa de corazón o en los minutos de relleno de algún telediario la gran mayoría ni nos enteraríamos de su existencia.
Sin embargo, las pasarelas españolas apenas tienen eco internacional, y año tras año terminan pasando con más pena que gloria incluso dentro de nuestras propias fronteras. Igualmente, el divorcio con la calle es palpable no solo a lo que a moda femenina se refiere sino también en lo concerniente a la moda masculina. Bastaría preguntar a la mayoría de nosotros por el nombre de un diseñador o de una marca nacional especializada en ropa de hombre para darnos cuenta de que son muy pocos los capaces de citar un nombre. Sin embargo, si hiciéramos el mismo ejercicio y preguntáramos por referencias internacionales escucharíamos con seguridad el de varias casas italianas.
La moda española debe replantearse su futuro, ya que parece claro que ni los diseñadores internacionales, ni los periodistas más influyentes, ni las grandes modelos, ni tampoco los medios escritos más conocidos incluyen a España en sus agendas. Qué duda cabe que hacer creaciones verdaderamente interesantes sería el primer punto sobre el que trabajar pero hay otros también que habría que considerar. Debemos empezar a pensar en grande y actuar consecuentemente. ¿De verdad es una buena publicidad para nuestra moda que el “front-row” de nuestros desfiles se llene de rostros del mundo del corazón y no lo haga, como sí lo hace en las grandes pasarelas internacionales, de las personas más destacadas del sector y de esos poderosos periodistas que son los que al final consagran a los diseñadores?.
Esto unido a la sin razón de varias ciudades españolas de contar con diferentes semanas de la moda en un país donde precisamente no abunda ni el interés por ésta ni la calidad de sus diseñadores, hace que España no aparezca ni en el más humilde puesto del mapa de la moda internacional.
Nuestros diseñadores se tienen que dar cuenta de la necesidad de abrir nuevos mercados y no les debería importar arriesgar y presentar sus colecciones fuera de nuestro país, aunque esto signifique enfrentarse a un ambiente más competitivo y hostil.
En un país como el nuestro donde todo se quiere conseguir a base de subvención no es de extrañar que no sean pocos los diseñadores que achaquen la nula repercusión de su trabajo fuera de nuestras fronteras a la falta de apoyo de la Administración. Sin embargo, los cocineros españoles nos han demostrado que no se necesita de subvenciones sino de calidad, innovación y excelencia para liderar el también competitivo sector de la alta restauración. Algo que confirmó también el siempre eterno Cristóbal Balenciaga. Con un paseo por su museo de Guetaria sería suficiente para entender por qué Balenciaga siempre será único. Sus creaciones, al contrario de lo que estamos acostumbrados hoy, no buscaban llamar absurdamente la atención sino que perseguían, por el contrario, algo tan simple pero al mismo tiempo tan complicado, como vestir a la mujer de la manera más elegante y sencilla posible. 
Y no solo fue el modisto guipuzcoano quien utilizó su aguja en pos de la elegancia más sublime sino que diseñadoras de la talla de Coco Chanel o Madeleine Vionnet también tuvieron presente que era solo la verdadera belleza de sus creaciones la que tenía que hacer que sus clientas fueran las más admiradas.
Bastará con tener un mínimo de sensibilidad para tras ver las creaciones del guipuzcoano, magnífico sastre también por cierto, entender porqué este genio triunfó como lo hizo y porqué aquellos que se refugian en lo extravagante, llamativo y sin sentido no tienen cabida en ninguna pasarela de prestigio. Y es que buscar y sobre todo conseguir conjuntos sencillos y elegantes no está alcance hoy no está al alcance de la mayoría de nuestros creadores. 
El Aristócrata
Importante: Ninguna de las fotos es de mi propiedad. Si el dueño de las mismas quiere que se retiren solo tiene que indicármelo.

OFERTA EXCLUSIVA DE NAVIDAD PARA LOS LECTORES DE WWW.ELARISTOCRATA.COM

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Estimados lectores,

Al igual que hicimos el año pasado, de cara a las próximas Navidades me gustaría nuevamente ofreceros un producto con el que celebrar, y además haciéndolo de manera elegante, esos días tan especiales.


Si el año pasado tuvimos ocasión de encargarnos corbatas a medida totalmente artesanales con las mejores sedas que existen hoy en el mercado, en esta ocasión tenemos la oportunidad de hacernos con los pañuelos de bolsillo más exclusivos del mundo tanto por su composición como por la calidad de la mano de obra en ellos empleados: los pañuelos de Simonnot Godard

Aunque estos pañuelos sólo están disponibles en las boutiques más exclusivas del mundo como Harvey Nichols, Barneys, Bergdorf&Goodman, Santa Eulalia, Turnbull & Asser o Anderson & Sheppard los que estén interesados podrán recibirlos directamente en su casa y a un precio francamente competitivo. 
Simonnot-Godard se fundó en 1787 y hasta finales del S.XIX estuvo especializado en la fabricación de tejidos de lino para prendas de casa. Ya en el S. XX sus tejidos eran comprados casi en su totalidad por las casas Chanel, Dior, Lanvin, Yves Saint Laurent o Patou siendo los pañuelos de bolsillo una mínima parte del negocio. Sin embargo, es en 1991 cuando Benjamin Simonnot compra al resto de la familia la totalidad de la empresa y decide especializarse en aquello en lo que eran los mejores: los pañuelos de bolsillo.

Cualquiera que haya tenido ocasión de tocar y comparar los tejidos de Simonnot se habrá dado rápidamente cuenta de que la calidad de dichos tejidos y la terminación de estos pañuelos es única . El motivo de esto no es otro que al contrario de la mayoría de las marcas que fabrican o venden pañuelos, los pañuelos de Simonnot Godard no se tiñen sino que cualquier dibujo o color que aparece sobre el resto del pañuelo está cosido. 
Igualmente, como recordarán aquellos que leyeran el artículo sobre el telar de Vitale Barberis Canonico, la calidad del agua empleada en la fabricación de los tejidos es de vital importancia. Por ello, en el año 2002 los telares de Simonnot-Godard se mueven a Lyon pero el proceso de blanquear los linos se concentra en las montañas de Vosges donde se encuentra una de las aguas más puras del mundo. En total cinco meses desde que se fabrica la tela hasta que el pañuelo está listo para la venta.

Aunque la variedad de pañuelos de la casa francesa es muy amplia hemos decidido ofrecer los modelos que para mi gusto son los más fáciles de combinar y con los que resulta muy difícil fallar. Estos pañuelos son los blancos con el ribete a color y los de color sólido con el ribete también a color. Su composición es de algodón y lino donde el algodón es el egipcio de 2/200 y el lino es el conocido como 65 el cual está considerado como uno de los más puros del mundo. El ribete tiene exactamente la misma composición. 
Sus medidas son 33cm x 33cm y el ribete, el cual está enteramente cosido a mano, mide 1cm. Estos pañuelos cumplen con las reglas de oro de los pañuelos hechos a mano, es decir:
  1. El ribete debe contar con 4 puntadas por centímetro y deben apreciarse lo menos posible.
  2. El hilo con el que se cose el ribete dede ser del mismo color del ribete.
  3. La pulcritud de la puntada debe ser tal que no quede ninguna marca, por pequeña o insignificante que sea, de la mano humana en el tejido.
  4. Al doblar el propio pañuelo para formar el rollino este debe quedar lo suficientemente compacto como para que tenga cierto relieve pero sin ser llamativo (para ello la importancia de las 4 puntadas por cm).
  5. Nunca se puede parar el proceso de costura del ribete hasta que se haya terminado por completo todo el pañuelo. Si se deja a medio de coser un lado del pañuelo luego cuando se retoma en el punto donde se dejó no se consigue la misma homogeneidad.
  6. Las esquinas del pañuelo de bolsillo no se pueden cortar sino deben enrollarse en ángulo recto y a mano. Tampoco pueden quedar esquinas cuyos picos queden muy salientes o visibles.
Desgraciadamente desde la casa francesa solo nos facilitan unos pocos pañuelos para esta promoción. En concreto contamos con 25 packs de tres pañuelos cada uno. Por ello, solo se atenderán las primeras 25 peticiones que cumplan con todos los requisitos de la compra (especificar claramente los colores de cada uno de los tres pañuelos que se escoja, mandar el nombre del destinatario y la dirección completa del envío y efectuar el correspondiente pago).

El precio del pack de tres pañuelos es de 90€ envío ordinario incluido en península (aquellos que vivan fuera de la península, en el extranjero o prefieran que se envíen por RMW o similar deberán pagar el coste completo del envío). No es posible encargar ni uno, ni dos, ni cuatro, ni cinco…. Deben ser obligatoriamente 3.

Si tenemos en cuenta que el precio de estos pañuelos es de 60$ en Estados Unidos, de 45£ en el Reino Unido y de 45€ en España parece una gran oportunidad. Además nunca antes se había tenido la posibilidad de elegir entre todos los colores disponibles de la casa; algo tampoco posible ni en las principales tiendas donde se venden. 
Al contar con solo de 25 packs cada lector solo podrá pedir tres pañuelos y de querer un segundo pack de otros tres pañuelos tendrá que hacerlo saber, especificar los colores de los mismos y esperar por si no se hubieran vendido el número total del que disponemos.

Recuerdo a los interesados que deberán enviar un correo electrónico a elaristocrata@elaristocrata.comcon la siguiente información:
  • Color: es necesario especificar tanto el color del cuerpo principal del pañuelo como el del ribete, dejando claro en ambos casos si se trata de azul oscuro, azul claro etc. Esto se debe hacer por cada uno de los tres pañuelos.
  • Nombre del interesado, su dirección postal COMPLETA y email.
El domingo día 2 de noviembre a las 24 horas termina el plazo para mandar los interesados la anterior información. En los días siguientes, del 3 en adelante, se comunicará a todos ellos el número de cuenta donde realizar el ingreso y solo se atenderán las peticiones de los 25 primeros que hagan dicho ingreso.

A continuación se pueden ver las fotos de los ÚNICOS pañuelos entre los que elegir (desgraciadamente no se dispone de fotos con mayor resolución):
PD No se atenderán correos privados. Si hubiera alguna duda deberá realizarse en el apartados de "comentarios" de este artículo.

Mucha suerte a todos.

El Aristócrata

SASTRERÍA DANIEL SCHLEISSNER, PRESENTE Y FUTURO DE LA SASTRERÍA

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Los que habéis estado conmigo todos estos años creo que si os preguntara cuál es la temática con la que identificaríais esta página muchos dirías que con la sastrería artesanal. Y aunque para mi la temática de este rincón son los productos del vestir masculino, en general, más especiales y artesanales es cierto que la sastrería ha ocupado gran parte de este espacio. 

Con el paso del tiempo he tenido la suerte de conocer el trabajo de grandes sastres tanto nacionales como internacionales y aunque no sea de todo el mundo grato de escuchar creo haber llegado a una conclusión; conclusión que conforme pasa más tiempo y más conozco no hago más que ratificar. A nuestra sastrería artesanal le falta estilo pero le sobra calidad de mano de obra. Si bien el primer punto siempre será algo subjetivo sobre el que no cabe discusión es sobre la calidad del trabajo artesanal de nuestros sastres. Y este gran trabajo de nuestra sastrería nacional es ratificado por cuantos sastres internacionales la han conocido. 

Respecto al estilo, es cierto que tenemos un largo camino que recorrer. Basta ver como visten los sastres de primera línea internacionales y como visten los nuestros para comprender que el concepto de estilo de unos y otros poco, o nada, tiene que ver. Y este déficit de estilo personal se termina transmitiendo en mayor o menor medida a las prendas que estos confeccionan. Esto unido a la timidez del cliente español da como resultado prendas con un enorme trabajo artesanal pero sin “punch”, alma, adrenalina, expresión, duende, estilo, o como queramos llamarlo. Y uno de los culpables de esta situación es, siempre a mi entender, la elevada edad de las tijeras nacionales.

Por ello, el artículo que traemos esta semana a nuestra página es de un gran interés al unir lo mejor de los dos mundos: la artesanía en su máxima expresión y la juventud, las ganas y un concepto totalmente actual de la sastrería artesanal. Y si esto fuera poco hemos conseguido sacar de su taller a esa persona que nunca vemos pero que en gran medida es la gran responsable de la prenda que nos llevamos a casa. José Alonso, “el maestro”, Daniel Schleisnner, “la esperanza” y María Alonso, “la ejecución”. 

El limitarse a hacer entrevistas a sastres, camiseros, zapateros etc. no permite enjuiciar si lo que dicen las palabras de los entrevistados concuerda con la realidad. Por ello, solo viendo como trabajan y el resultado final de la prenda final sobre un cliente real, y no sobre un maniquí, desvela la realidad de su creatividad y la verdadera destreza de sus manos.

Aunque un sastre completo no debería tener problema alguno en confeccionar cualquier tipo de prenda, la realidad es que siempre hay una por la que le sienten un cariño especial o con cuya confección disfrutan más. Y es por norma general esa prenda la que traemos a esta página. Y en el caso de la sastrería Daniel Schleisnner escogieron un gabán, y como veremos en siguientes capítulos no cualquier gabán, para llevar a cabo este artículo.  

Debido a lo interesante de estos tres personajes y de todo lo que nos tienen que contar al igual que hicimos con el zapato bespokede Norman Vilalta dividiremos este reportaje en tres capítulos. Un primero, este, donde narraremos la historia de cada uno de ellos, otro donde hablaremos sobre la primera prueba y un tercero donde uniremos la segunda y tercera prueba.

MARÍA ALONSO

Aunque el orden de los factores no altera el producto, empezaremos hablando de María Alonso persona sin la cual hoy las prendas de la sastrería de Daniel Schleisnner no estarían tan bien consideradas como lo están tanto por sus propios clientes como por la propia competencia. 

María, 34, nos cuenta que empezó en el oficio con quince años, concretamente en la sastrería de su padre ayudándole principalmente sobrehilando y cosiendo ojales. Tras seis años con él y ya con un bagaje profesional importante, sabia ya hacer camisas enteras, este la anima a que haga el curso de cortador de la Confianza siendo una de las solo dos chicas de su curso. Y según apunta Daniel, quien compartió aula con ella, fue el mejor alumno de su año destacando en la realización de las láminas (proceso de marcar a escala en una hoja DINA4 toda la prenda como si se hiciera sobre la tela). A diferencia de otros alumnos, ella tiene la suerte de poder poner en práctica lo que aprende en clase en la sastrería de su padre y perfeccionar al mismo tiempo la técnica de costura. Si en la clase aprendía la base del corte en el taller de Pepe picaba solapas, hacía bolsillos de pecho, ojales, pantalones etc.

De aquellos años recuerda la obsesión de su padre con la pulcritud de la técnica y con hacer bonito sobre todo aquellos detalles que no se apreciaban a simple vista. De hecho Daniel apunta que aunque con él trabajan diferentes oficialas es muy fácil reconocer las prendas hechas por María. Terminado el curso, María vuelve a la sastrería de su padre en General Pardiñas especializándose en la realización de chaquetas y en conocer un poco más la técnica de su padre de cortado. No obstante, su padre no deja de insistirle en la importancia de conocer la realización de todo tipo de prendas y la “obliga” a hacer desde fajines para esmoquin hasta corbatas. 

Con el paso del tiempo se especializa en el trabajo de aguja y dedal dejando la parte de atención al cliente y probador a su padre; en parte también porque según nos cuenta hoy sigue siendo todavía muy difícil para una mujer ocupar ese espacio al seguir prefiriendo el cliente un hombre a una mujer. Dicho esto Daniel nos comenta que es de las pocas personas del gremio en vida, y eso que solo tiene 34 años, que podría hacer en su totalidad desde cero y sin la ayuda de nadie desde una camisa o un abrigo hasta un esmoquin o un chaqué. Además como tanto Daniel como Pepe señalan una chaqueta magníficamente cortada pero mal cosida es un desastre mientras que una chaqueta medianamente bien cortada pero bien cosida se puede fácilmente salvar. Y por ello ambos insisten en apuntar que hoy es mucho mas importante tener un buen oficial que un buen cortador; entre otras cosas porque cortadores siempre habrá pero buenos oficiales no.

Cumplidos los 31 años y con 16 ya de experiencia termina el contrato de alquiler de la sastrería de General Pardiñas y sigue colaborando para otros sastres por indicación de su padre y con el objetivo de conocer diferentes formas de trabajar. Concretamente como todavía hoy lo sigue haciendo, compagina el trabajo para su padre colaborando con las sastrería Moisés Córdova y Jaime Gallo de quienes dice que aprende mucho porque la técnica es totalmente diferente de unos y otros. En su día hizo lo propio con Fernando Hervás hasta que se jubiló. 

Esto nos lleva a preguntarla cuál de todos los sastres para los que trabaja o cual de todos los que ha conocido considera tiene mejor calidad de mano. Y su respuesta no le aguanta ni medio segundo entre sus labios: “mi padre, sin ningún lugar a dudas”. “Y si hablamos de estilo: Collado. Para mí el verdadero artista de la sastrería”. “La pasión que tiene mi padre no la pone nadie y ello se ve en la prenda en su perfección, delicadeza, atención al más mínimo detalle y en definitiva en todo el amor que ves solo en ella”. “Mi padre no hace prendas perfectas pero las hace como él quiere”. “Las prendas que entrega mi padre como digo puede que no sean perfectas pero están hechas exactamente como el quiere que estén hechas”. “Además a diferencia del resto de sastres de primera fila mi padre hace él toda la prenda. Es de los pocos que puede decir que esa chaqueta o ese abrigo es suyo y solo suyo. Otros dirigen el proceso pero no son ellos quienes hacen y cosen las prendas”.

Hoy María cada vez hace menos pantalones y camisas ya que los sastres para los que trabaja prefieren utilizarla en prendas o detalles más complicados. Igualmente, y según nos comenta no le compensa hacer camisas porque estas le llevan del orden de 22 horas y un traje, sobre todo si sabe que es para su padre, unas 62 horas. Apunta que ahora también se dedica más tiempo a cada prenda porque las telas son mucho más difíciles de trabajar por su composición y ligereza. Además según comenta hoy el sastre debe ser un experto en telas ya que al planchar una chaqueta la tela puede encoger de tal forma, hasta dos centímetros, que te obligue a tirar la chaqueta. Hay además que saber donde cortar exactamente e incluso, como en el caso del lino. estudiar la mejor cara de la tela ya que puede haber diferencias importantes. 

Esto nos da pie a preguntarla si entonces los sastres de ahora son mejores que los de antes. Si bien señala que ella cree que sí su padre la interrumpe para preguntarnos si podríamos cualquiera de nosotros afirmar si Messi es mejor de lo que era Alfredo di Stéfano. “Cada uno fue el mejor en el momento que le tocó vivir. Y hoy como ayer de haber coincidido, los dos se habrían adaptado al futbol de la época y seguro que habrían sido también los mejores del mundo”. Sobre lo que no muestra duda alguna es sobre qué país tiene mejor mano de obra. Según su experiencia viendo prendas de clientes tanto nacionales o extranjeros que las llevan a las diferentes sastrerías para que se las modifiquen es de la opinión de que como mínimo la mano española está al mismo nivel que la mejor. Sin embargo, también apunta que en marketing, y estilo, estamos por debajo y eso se nota entre otras cosas en la gran diferencia entre los precios que se cobran aquí y los que se cobran fuera.

Sobre qué le deparará el futuro, María nos dice que solo la sociedad lo sabe. Si en unos diez años el cliente de sastrería no tiene reparo en tratar con una mujer a ella no le importaría tener su propia sastrería. Su padre cree que si ella quiere no debería tener ningún problema en conseguirlo ya que tiene mucho amor propio y una afición y destreza con la aguja que no es nada fácil de encontrar al menos en España. De hecho solo considero como alumnos míos a Daniel y a ella. 

DANIEL SCHLEISSNER

Daniel, 43, natural de Madrid al contrario de lo que se suele estilar en la profesión decidió primero cursar la licenciatura de económicas antes de coger las tijeras. Aunque se formó como actuario de seguros, la tradición familiar le tenía guardado lo que sería su futuro desde prácticamente su nacimiento. En concreto, su abuelo Tomás Sánchez ya era camisero y cuando se jubiló le puso una tienda a su madre, la Camisería Sánchez Caro, en la Calle Monte Esquinza; donde todavía hoy se siguen haciendo unas de las mejores camisas de España.

Su abuelo y su madre trabajaron juntos durante cuatro años hasta que fallece el abuelo de Daniel y se hace cargo del negocio su hermano Javier. (“Mariano Langa era amigo de mi abuelo y fue quien inició a mi hermano haciendo camisas”). Daniel por entonces se encargaba de los recados y tras comprobar que no sería feliz como actuario de seguros empieza a cortar camisas en la mesa de la cocina de sus padres mientras ayudaba a su hermano con las camisas que le encargaban Rafael Yuste y Antonio Puebla. 
Daniel habla con su hermano y ven que podrían ampliar mucho los servicios de camisería en Madrid y no duda en ofrecer sus servicios a Alberto y a Manuel Calvo de Mora, Jaime Gallo y a Milford. Al final son Cecilio Serna, Milford y Manuel Calvo de Mora quienes confían en él y le delegan la confección de las camisas de sus clientes.

Estuvo haciendo camisas unos años hasta que entabla una estrecha relación con Manuel y Alberto Calvo de Mora, cuando este estaba en la sastrería Cervantes de Marqués Riscal 5. Manuel Calvo y Cecilio Serna le animan a hacer el curso de cortador de la Confianza. Durante su año en la Confianza comparte espacio con María Alonso quien nos cuenta como anécdota que no hacía más que reírse de él por la poca pericia que tenía con la máquina de coser. Terminado el curso de la Confianza, su hermano se rige como su mejor propaganda y muchos de los clientes de la camisería empiezan a probar con Daniel entre otras cosas por lo competitivo de sus precios. 

Poco después se une a la sastrería de Miguel Framit de la calle Velázquez y este le enseña a probar. Mientras tanto, Manuel también le enseña y le insiste que su futuro será siempre mejor si no olvida basar su trabajo en el “método” (técnica propia de la escuela de la Confección). Por diferentes motivos la sastrería de Velázquez no funciona todo lo bien que les gustaría y Daniel le propone a Miguel Framit irse con él al sótano que había debajo de la camisería de su hermano. Poco después le surge la oportunidad de irse a trabajar con Alberto Reventún quien le perfecciona mucho la técnica de costura.

Estando con Reventún le surge la oportunidad de coger la sastrería de Luis Villaseca en la Carrera de San Jerónimo. A esta sastrería iba por las mañanas mientras que las tardes las dedicaba a su sastrería. De su tiempo con Luis, escaso un año, recuerda con especial emoción el haber conocido al oficial Juan. Tras conocerlo, Juan, Toñi y Mari Paz se van con él a su sastrería. “Esos primeros años en mi propia sastrería fueron muy buenos porque estas tres personas, se convirtieron en mi taller y me permitieron entregar prendas de gran calidad”. 

Ya en el año 2005 se cambia del sótano de la camisería de su hermano de Monte Esquinza a unos número más allá donde permanece desde entonces pero ya con el nombre de sastrería DanielSchleissner . En el 2006 Villegas y Ricardo, herederos de Marín y Lozano, se jubilan, le conocen, compaginan muy bien y le pasan toda su clientela. Esto nuevos clientes, clientes cuyo nivel según Daniel te mantienen fácilmente una sastrería, le permiten coger más oficiales y empezar a hacer un número importantísimo de trajes ya en los años 2007 y 2008.

Hoy la sastrería Daniel Schleissner cuenta con ocho oficiales y su ritmo de entregas le ha animado a coger a dos chavales para irles enseñando (algo muy inusual en el mundo de la sastrería española por el miedo a enseñar a alguien que luego pueda llegar a ser tu competencia).

A Daniel no le importa decir que su especialidad no es coser sino que siempre ha preferido especializarse en la venta del traje, su corte, el afinado y la prueba del mismo. Dicho esto, él es perfectamente consciente de la importancia de una buena mano de obra y por ello no dudó en coger a la que él considera la mejor oficial española, María Alonso, como su oficial de cabecera y de esta forma complementar los conocimientos que él pudiera no tener todavía suficientemente perfeccionados. 

Nos interrumpe Pepe para explicarnos que no hace muchos años atrás, e incluso todavía hoy, los sastres no eran sastres sino mero cortadores. “Antes los sastres se especializaban en figuras como la del cortador porque había trabajo de sobra y no necesitaban conocer otras fases del proceso de construcción de la prenda”. “Normalmente el cortador era quien trataba con el cliente, probaba y afinaba la prenda. Pero era el oficial o oficiala quien la cosía”. “Pocos sastres cortadores en España saben coser y montar una prenda”. Para Pepe un sastre tiene que conocer todos los oficios, debe saber coser, cortar, probar, conocer de telas, de fisionomía; en definitiva ser un sastre global. “Solo haciendo tú la totalidad de la prenda te puedes asegurar que la prenda es el resultado de eso que tu imaginaste cuando vistes por primera vez a tu cliente”.

Cuando le preguntamos a Daniel por los grandes maestros vivos nos responde que en primer lugar y sin duda alguna para él no ha habido nadie como Pepe Alonso. No obstante, destaca el afinado y la limpieza de costado de Jaime Gallo y la hechura de Manuel Calvo de Mora. Daniel define su prenda fetiche como una prenda muy desestructurada, suelta, poco armada, sin plastones y sobre todo cómoda. Cuando le preguntamos por su estilo nos dice que él intenta sobre todo que sus creaciones sean vestibles, estilosas y sobre todo cómodas y que favorezcan la fisionomía de cada cliente. Reconoce que este estilo no siempre es acorde con los gustos de sus clientes de mayor edad pero siempre apuesta por una sastrería minimalista. 

Antes de pasar la palabra a Pepe, este quiere que destaquemos de Daniel sus valores. Aunque en su opinión cree que no debería haber empezado tan tarde en el oficio piensa que su talento y su facilidad para atender a los clientes compensará dicha tardanza. Además de Daniel señala que capta muy rápidamente lo que quiere cada cliente y que está al día de todas las tendencias. Siente que sus precios no se corresponden con la terminación del producto que entrega y le insiste en que debe actualizar de cara al futuro dichos precios para poder seguir teniendo con él a los mejores oficiales.

PEPE ALONSO

José Alonso Romero, 63, natural de Linares y apasionado, además de la sastrería, del flamenco y de las motos empieza en el oficio siguiendo los pasos de un tío suyo. Con ocho años su madre para intentar contener su exceso de energía le lleva a la sastrería donde trabajaba como pantalonera y consigue entretenerle sobrehilando pantalones y pasando hilos. En pocas semanas hace a la muñeca de la hija de una de las oficialas un impermeable el cual crea furor entre las amigas de la niña y Pepe empieza a vender los impermeables y otras prendas de muñeca entre las amigas de esta. Su madre, ante la grata sorpresa de pensar que su hijo tiene un don especial en sus manos, le lleva a ver al sastre para el que trabaja. Este le mandó hacer unas operaciones básicas y el resultado le sorprendió. Pepe Alonso tenía por entonces solo nueve años. A partir de entonces y hasta que cumplió doce años todos los días al salir del colegio iba a la sastrería a jugar con lo que luego se convertiría en su forma de vida. 

Contaba precisamente con doce años Pepe cuando cierran la fábrica donde trabaja su padre lo que les obliga a toda la familia venirse a Madrid. Aprovecha que su tío trabaja en Madrid en el taller Vivo en la calle Canillas, cuyos socios eran Jaime Gallo y Julián Muñoz, hermano de Pedro Muñoz, para presentarse a los dos socios. Tras ponerle a prueba y comprobar como era capaz con solo doce años de hacerse sus propias chaquetas no dudan en hacerle un hueco privilegiado en el taller.

A los catorce años toma dirección para la Calle Menorca para incorporarse, de la mano de Julián Muñoz, a las filas de la casa de Manuel Dositeo López; según Pepe el mejor oficial del momento y un fuera de serie haciendo gabanes y a quien todavía hoy considera como su maestro. Su estancia allí le fue muy provechosa ya que Dositeo trabajaba casi en exclusiva para tres de los apellidos más famosos de la artesanía nacional de todos los tiempos: Collado (Antonio), los Mogrovejo y Retana. Nuevamente, como parece inevitable Pepe se detiene para hablar de Collado y Mogrovejo e intentar que tanto su hija como Daniel entiendan el porqué todavía ambos apellidos tienen tanto peso en la historia de la sastrería española. 

“Los hermano Mogrovejo eran la ortodoxia, el equilibrio, la seriedad, la educación, la cultura, el estilo inglés, el saber cobrar”. “Collado era como dice Luis Enrique Córdoba todo un disparate pero un disparate maravilloso” “Collado era romper con el concepto clásico de sastrería”. “Antonio apostaba menos por el traje de pose y más por la vestibilidad de las prendas”. “Sus prendas podían desbocarse, estar descotadas o incluso no tener los encuentros limpios pero a pesar de todo ello eran únicos”. “Collado ha sido con diferencia el sastre que más ha influido en las generaciones que vinieron después”. “De hecho todos somos un Collado fracasado”. “Desde su desaparición ningún sastre ha conseguido transmitir la imperfección con la belleza y habilidad que él lo hacía”. “A su maestro Manuel Carretero, maestro de maestros, sastre de Alfonso XIII, le debe gran parte de su éxito”. Pepe nos promete contarnos en los próximos capítulos las tres fases por las que pasó el trabajo de Antonio Collado a quien denomina el Goya de la sastrería.

Aprovecha que estamos hablando de Collado para contarnos una anécdota curiosa. Mientras trabajaba en la tienda de Serrano de Pedro Muñoz, de quien dice que es un magnífico sastre aunque desconocido, vieron a un señor al otro lado de la calle y Pedro sin conocerle ni dudarlo le dice a Pepe “Pepe, mira que le quedaba mal ese traje pero me juego un café contigo a que ese traje es de Collado”. A los pocos días el Conde de Mirasol entró en la tienda, le reconocieron y le preguntaron quien era su sastre. La respuesta no podía ser otra: “Antonio Collado”. “Dicho esto y aunque se trata de un perfil muy diferente también me gustaría que se nombrara a Airtiel García Aliste, un sastre de la Calle Mayor que ha hecho por la sastrería española más que nadir y que me enseñó desinteresadamente muchísimo”. 

De los sastres actuales quiere dejar claro que la calidad de mano de obra de cada sastrería no es la del sastre que la encabeza sino de las personas que hay en su taller. Por ello, Pepe es de la opinión de que al hablar de la calidad de mano de esta u otra casa no hay que hacerlo de este o aquel sastre sino de este o aquel taller. Como vemos que no contesta nuestra pregunta le intentamos sonsacar la respuesta preguntándole que si él no pudiera hacerse sus trajes a quien acudiría. Y a eso sí nos contesta: a Manuel Calvo de Mora porque “es un hombre con muchos conocimientos y taller propio”. “Y su idea de vestimenta es muy similar a la mía”. Y tras preguntarle a quién iría si Manuel estuviera de vacaciones nos dice que iría al actual Córdova “porque me gusta mucho ese aire de mangas voluptuosas, con encuentros anchos y mangas camiseras con recorrido. Jaime también es un gran sastre y hace grandes trajes persiguiendo mucho una pose limpia frente al espejo aunque no pensando tanto en la vestibilidad de la prenda”. “Fuera de estos me gusta mucho el estilo de Kiton”.

Con López (Dositeo) permanece hasta los dieciocho años, edad en la que es fichado por los hermanos Mogrovejo y traslada su lugar de trabajo al nº12 de la Plaza de la Independencia. Tras rehacerse al shock que le produjo leer en la puerta el famoso “no se admiten clientes” lo primero que le piden los Mogrovejo para ver si lo admiten o no es que les haga un esmoquin y un abrigo de vicuña. Y con solo dieciocho años Pepe Alonso les hace de tal forma ambas prendas que tras verlas Andrés Sánchez Mogrovejo le dice “esto se puede hacer igual pero mejor no por lo que no olvide que desde ayer trabaja para nosotros”. 

Con los hermanos Mogrovejo pasa tres años y con veintiuno decide emprender nuevos caminos y se une a filas de la casa de Jaime Gallo. Hacemos un paréntesis y nos comenta que Jaime siempre tuvo claro que para tener la mejor sastrería tenía que tener a los más aventajados trabajando para él y por eso nunca dudó en contratar a los que él consideraba los mejores independientemente de lo que le costaran; algo esto último que él mismo comprobó cuando le hizo una más que suculenta oferta económica. De hecho por las filas de Jaime Gallo han pasado sastres del nivel de Alberto Reventún, Manuel Calvo de Mora, Antonio Díaz… (de Alberto Reventún apunta que es uno de los mejores sastres, más listo y con un estilo más actual que él ha conocido).

Cuando Pepe Alonso entra en Jaime Gallo la sastrería todavía conservaba el nombre del tío de Jaime, Hilario Casado. En aquellos tiempos la sastrería Hilario Casado contaba con cuatro de los mejores cortadores del momento: Rafael de Arroya, Alberto Reventún, Jaime Gallo y Antonio Díaz a los que se suma Pepe. (es importante tener presente que en aquellos años la sastrería de Jaime hacía 2.200 trajes al año). Jaime le da la oportunidad de hacer todo, absolutamente todo con lo que Pepe había soñado, desde atender al cliente, probar, coser, diseñar etc.   

Tras pasar tres años en la sastrería de Jaime Gallo, su viejo amigo Julián Muñoz le habla de la tienda-sastrería que va a abrir su hermano Pedro en la Calle Serrano con Lista y se une a sus filas como responsable de la sección de sastrería. De su etapa en Pedro Muñoz destaca todo lo que aprendió de él. Según nos comenta “Pedro a pesar de su inicial frialdad ha sido la persona más inteligente que he conocido”. “Un día estaba poniendo el escaparate más bonito del Barrio Salamanca y al siguiente estaba corrigiendo las medidas de la tienda a un arquitecto”. “Además de ser un sastre con letras mayúsculas me enseño desde los secretos de un buen zapato, como comprar a los proveedores, como tratar a los clientes, como diferenciar las calidades de las telas y muchas otras cosas que no están al alcance de un sastre”. “Además entrar en su casa fue más fácil que hacerlo en la de los Mogrovejo: Pedro solo me pidió que le hiciera un traje diplomático gris con chaleco”. “Tras llamar a su hermano Julián se convenció de que el traje lo había hecho yo y sin ayuda de nadie”. “Esto hay que ponerlo en el contexto adecuado y entender que muy pocos sastres sabían coser. Ni Jaime, ni los Mogrovejo ni otros muchos sastres de renombre sabían/saben coser. De hecho antes había concursos para elegir las mejores prendas del año y mientras yo me presentaba solo el resto lo hacía con su sastrería, y sus oficiales, al completo”. “Y a pesar de ello algún premio gané….como podría corroborar si le preguntas a Reillo que era parte del Tribunal”. 

En Pedro Muñoz está seis años, hasta 1980, y se vuelve con Jaime Gallo pero a la tienda de Serrano, Best. Poco después Bretón abre en Fuencarral cinco sastrerías y tras un breve paso por Best se une a ellos con los que permanece diez años. “En Bretón era tan bestial la cantidad de trabajo que había que no fueron pocas veces las que entregábamos prendas que no estaban bien rematadas”. Después de diez años como responsable de Bretón decide por fin independizarse y se instala en General Pardiñas abriendo la sastrería JAR (José Alonso Romero).

En su sastrería JAR pasa veinte años, hasta 2010, momento en el que expira el contrato de alquiler del local. Empieza a buscar un nuevo emplazamiento y el joven Daniel Schleissner se entera de ello y le propone formar equipo. Tras conocer Pepe a Daniel y su sastrería y comprobar que su idea de hacer no más de cincuenta trajes al año la puede llevar libremente a cabo le dice que sí y se suma a la hasta hace poco conocida como sastrería Sánchez Caro. 

Antes de terminar nuestra conversación al “maestro”, como le llaman algunos de sus compañeros, le preguntamos que nos defina su corte. Nos dice que si bien está todo inventado él intenta hacerse eco de las tendencias pero siempre buscando proporcionar la silueta, que su cliente se vea distinguido y todo con el objetivo de que la prenda sea tan cómoda que no te la tengas que quitar para conducir ni para comer. “Es también muy importante conocer al cliente enfrente del espejo y saber no como viste sino como de verdad le gustaría vestir”. “De nada sirve que vaya vestido como yo creo que debería ir si él no está a gusto con la prenda que le he hecho”. “Y a pesar de esto es curioso porque todos mis trajes se parecen”. “Otra cosa que hago que no hacen la mayoría de mis compañeros es trabajar con maniquís. Yo me ayudo de los maniquís conforme hago la prenda y no los uso, como hacen ellos, solo para poner la prenda cuando esta terminada”.

Próximo capítulo: La Vicuña, toma de medidas y primera prueba


El Aristócrata

EL CHIRINGUITO

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Hace escasas horas volvíamos a escuchar al Telediario anunciar el comienzo de la operación salida y algunos datos, por fin esperanzadores, sobre la ocupación hotelera en los principales destinos de vacaciones.

El verano, o para ser más exactos el calor, es el mayor enemigo de la elegancia. Con su llegada se produce un relajamiento en la manera de vestir que olvida hasta las pautas más básicas de convivencia. Guiados por la peligrosa bandera de la comodidad, nos entregamos a sus caprichos, olvidando que también en verano se sigue viviendo en sociedad. Probemos a dar un paseo estos días por cualquier concurrida calle de nuestra ciudad e intentemos discernir si nos encontramos en la calle de siempre o, por el contrario, estamos en el malecón de cualquier lugar de la costa. Definitivamente no nos resultará fácil llegar a una rápida conclusión, ya que la manera de vestir en uno y otro lugar se antojan muy similares.

Bastará con tomar un avión destino a cualquiera de nuestras islas para comprobar como no son pocas las personas que no dudan en embarcar con bermudas y chancletas de goma, olvidando que los aviones son un medio de transporte público y que, por tanto, no se debería vestir igual que si de nuestra propia casa se tratase.

Y si este va a ser el panorama las próximas semanas en los aviones en España, no menos alentador es el que se puede apreciar a la orilla del mar. La imagen del turista del tupper, la sombrilla, la nevera y la enorme bolsa de playa sigue hoy tan presente como lo hacía hace más de cincuenta años. Añadamos a esta lista el hoy imprescindible tatuaje para darnos cuenta de que la elegancia no debería solo ser una forma de vestir sino sencillamente un saber estar en cada momento y situación. Si bien en el norte todavía quedan lugares donde refugiarse de este peligroso turista, la realidad demuestra que la globalización ha cambiado las costumbres de cada sitio y este viajero y su chiringuito siguen extendiéndose a gran velocidad sin encontrar cura que consiga frenarlos.

El hecho de contar en verano con menos prendas para escoger, no debería ser excusa para no vestir de la manera correcta. Si disponemos de muchas opciones para disfrutar de las placenteras noches, también en la playa podremos leer nuestra novela preferida sin tener que entregarnos al abandono más absoluto. Las camisas de lino de las que hablábamos hace dos semanas pueden acompañar al traje de baño no solo con más estilo que cualquier camiseta sino también con más frescura. Los trajes de baño tipo slip reservémoslos para cuando entrenemos en la piscina, y en la playa demos entraba a trajes boxer sueltos. Disfrutemos de las populares chancletas de goma mientras estemos en la arena de la playa pero guardémoslas a nuestra vuelta. Si necesitáramos protegernos del potente sol hagámoslo con un cuidado sombrero de paja-toquilla pero no con una gorra de beisbol o con el sombrero de paja que la marca de cervezas del lugar nos regaló la noche anterior.

Lejos del mar las opciones se multiplican pudiendo dar entrada desde a un jersey de algodón hasta, si la formalidad del sitio así lo requiriese, a una desestructurada y ligera chaqueta. En ambos casos habrá que optar por un pantalón largo y un zapato algo vestido, siendo los conocidos como “gominos” o drivers una opción más que interesante. Si disfrutábamos en la playa del frescor del traje de baño, al sentarnos en la mesa no abusemos de él. Un pantalón de lino o uno de algodón acompañado de una camisa remangada y de unas alpargatas, siempre será más adecuado para vestir en un sitio cerrado que hacerlo con el informal conjunto de playa.

Si gran parte del turismo que acude a nuestras playas no se caracteriza precisamente por su buen gusto, al menos nosotros hagamos lo posible para no convertir al slip y a la camiseta de tirantes en los protagonistas del chiringuito.

El Aristócrata

ARTÍCULO PORTADA FUERA DE SERIE

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Estimados amigos,

Comunicaros que mañana sábado 12 el artículo de portada del magazine Fuera de Serie que acompaña al periódico económico Expansión""Vitale Barberis, el telar más antiguo del mundo" viene firmado por mi. Igualmente, y como cada quince días, en sus últimas páginas encontraréis mi columna. En esta ocasión esta lleva por título "Elegancia y Estilo, una combinación arriesgada"donde hablo entre otras cosas de la reciente edición del Pitti.

Un saludo y espero que os gusten ambos artículos.

El Aristócrata

LOS 10 ERRORES DEL VERANO Y CÓMO EVITARLOS

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El calor es el mayor enemigo de la elegancia. Con él llega el deseo de desprenderse de todo menos de lo estrictamente necesario para mantener ese mínimo de pudor que exige el vivir en sociedad. Si el calor de los meses de verano puede hacer perder la elegancia y el gusto, resulta fácil conocer las armas para combatirlo sin necesidad de abandonarse y entregarse a los deseos de la comodidad. Y esta semana hemos pensado que quizás pudiera resultar interesante compartir algunas pautas para evitar los diez errores más extendidos en estas fechas:


1-     Pasear con traje de baño y chancletas de goma por la ciudad
A pesar de lo extendido de esta práctica, deberíamos ser conscientes de que la formalidad que exige el asfalto de nuestras ciudades, nada tiene que ver con la que aplica en la arena de nuestras playas y, por lo tanto, no se debería vestir igual en unas latitudes y en otras. Tan poco elegante resulta presentarse en el chiringuito de nuestra cala preferida con un zapato de doble hebilla como hacerlo con unas chancletas de goma en una sala de cine. Intentemos no abusar en la ciudad de las bermudas y reservémoslas para lugares lejanos a esta y, por supuesto, solo para ocasiones de día.

2-     Seguir apostando por los mismos tejidos que en invierno
Es el momento de despedir de nuestros trajes las lanas, las franelas, los melton, las vicuñas y los tejidos más pesados y , por el contrario, apostar por las lanas frías, las alpacas, los linos y los tejidos gabardina.

En el vestir de sport, los jerséis de punto y los pantalones de algodón sustituyen a los más invernales de lana. Las camisas de lino son imprescindibles en verano y su uso resulta muy elegante tanto acompañando al traje como a los atuendos informales. Los calcetines de algodón sustituirán a los lana, tanto cuando se vista de corbata como cuando se haga de sport.

3-     No pasar el testigo a las hechuras y cortes más desestructurados


La relajación de la vestimenta que se da en estas fechas no es óbice para seguir disfrutando de la elegancia que aporta el vestir de traje. Sin embargo, es hora de olvidarnos ahora de los trajes con entretelas de invierno y forros enteros y dar paso a entretelas de verano, medios forros y, en definitiva, a trajes menos armados, menos serios y más ligeros.

El frescor de la noche es el perfecto aliado para disfrutar de las chaquetas de sport más estilosas y desestructuradas. El abanico de telas y diseños entre los que elegir es muy amplio y las chaquetas de colores veraniegos, sin hombreras ni forro alguno y de mangas ajustadas nos acompañarán con carácter en los bares y terrazas de moda.

4-     Continuar vistiendo la misma paleta de colores que en invierno
Si el verano se llena de luz y calor, ¿por qué seguir abusando de los azules y grises oscuros?. Introduzcamos colores claros y alegres, que no llamativos, como linos claros, azules cielos o grises suaves. Sin duda esto diferenciará al Gentlemanmás entendido del que viste traje como si de un mero uniforme se tratara.

En el atuendo de sport demos entrada a pantalones de corte más desenfadado y apostemos por colores más propios de esta estación. Hagamos lo mismo con los jerséis, las camisas y, por supuesto, con los calcetines.

5-     Apostar por camisas de manga corta

Una camisa de manga larga ligeramente remangada resulta más estética que una de manga corta. Vigilemos que no queda el codo descubierto y acertaremos. Si seguimos prefiriendo el frescor de la camisa de manga corta siempre resultará más elegante elegir un sencillo polo. Evitemos que el calor doblegue nuestra voluntad y consiga desabotonarnos varios botones de la camisa. Ni qué decir tiene que las camisetas de tirantes tienen prohibido ocupar espacio alguno en el armario de nuestro Gentleman.

6-     Decir SÌ a los calcetines los negros
Si bien la vestimenta de corbata sigue exigiendo el uso de calcetines, hay que tener presente que si en invierno resultaba muy aconsejable apostar por colores alejados del negro, en verano es sencillamente obligatorio elegir otras tonalidades.

Con ciertos atuendos de sport se puede llegar hasta a prescindir de los calcetines pero cuando se vistan escojámoslos de algodón con algún diseño interesante y de hilo de Escocia si fueran lisos.

7-     No cambiar los zapatos armados y de cordones al vestir de sport
Si bien los zapatos que acompañan al traje en verano poco varían de los de invierno, los ya clásicos “gominos” o las cada vez más conseguidas alpargatas son una opción muy acertada en la vestimenta informal más estilosa. La ventaja de vestir estos zapatos sin calcetines concede después de un abrigado invierno, además de elegancia, también un merecido respiro a nuestros pies.

8-     Mezclar prendas de invierno y verano
Evitemos la extendida práctica de vestir una chaqueta de verano con un de pantalón de invierno ya que rompe la armonía del conjunto. Igualmente, no nos dejemos arrastrar por la reciente moda de mezclar prendas de diferentes temporadas. Seguramente combinar una chaqueta cruzada con unas bermudas sea algo muy fashion pero no es elegante y mucho menos coherente. Vestir un doble hebilla sin calcetines, será muy trendy pero ni es bueno para nuestros pies y mucho menos lo es para nuestros zapatos. Y aunque también cada vez esté más extendido, tampoco resulta elegante acompañar un traje de baño de unos mocasines.

9-     Prescindir de corbata con el traje
Si tenemos que vestir con traje no sigamos la práctica de desprendernos de la corbata en cuanto haga su aparición el calor. Si queremos prescindir de la corbata escojamos antes que el clásico traje, un conjunto de dos piezas, formado por un pantalón y una chaqueta independientes, algo por cierto muy agradecido en verano, y el traje sigámoslo vistiéndolo siempre con corbata.

10-  Escoger los mismos complementos que en invierno
Aunque en la vestimenta formal la corbata sigue siendo imprescindible, ahora es el momento de apostar por las exclusivas corbatas sin entretelar. Igualmente, las de punto tipo tricot sustituirán muy acertadamente a las de seda de entretelas gruesas. Las gorras de beisbol son siempre una buena elección para protegernos del calor mientras hacemos deporte pero una vez ya las zapatillas descansen en el armario resulta más elegante, al igual que fresco, optar por un buen sombrero ecuatoriano, que no de paja, de ala estrecha y badana de franjas a colores. Algo muy importante y que tendría que ser diferente en invierno y en verano es el perfume. Las fragancias más frescas se convierten en las protagonistas de estas fechas sustituyendo a las más intensas de invierno.

Respetando estas diez normas no perderemos nuestra elegancia de invierno y esta seguirá siendo nuestra mejor tarjeta de presentación.


El Aristócrata

UBRIQUE, LA PIEL Y ABSOLUTE BRETÓN

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Desde prácticamente los comienzos de esta página he recibido con mayor o menor frecuencia propuestas de colaboración con diferentes marcas; propuestas que consistían básicamente en llegar a un acuerdo para que me hiciera eco de su producto. La enorme suerte que supone el que esta página sea solo un mero hobby para mí y que me gane la vida con algo totalmente ajeno al mundo de la moda me ha permitido desechar la mayoría de ellas y quedarme solo con un pequeño, pero selecto, número de sponsors.

Uno de los requisitos para seleccionar a un sponsor es que ofrezca un producto exclusivo, con un importante grado de artesanía y que un porcentaje alto del trabajo empleado en su producto esté basado en la mano de obra del hombre y no en horas/máquina; requisitos idénticos que aplican a los artículos que publicamos. Y estos requisitos son sobre los que se ha sustentado la relación entre Bretón y esta página. 
Detrás del Absolute Bretón hay un pequeño taller situado en Ubrique desde donde un reducido número de artesanos fabrican a mano, siguiendo lo procesos ancestrales de trabajar la piel, desde bolsos de viaje, carteras o joyeros hasta exclusivas cajas para relojes; tanto mecánicos como de cuarzo.

Nadie se equivoca si afirma que Ubrique ha sido a la marroquinería lo que Nápoles a la sastrería. El pequeño pueblo gaditano de Ubrique ha sido capaz de conservar su fama como centro neurálgico de la piel a través de varios siglos. De hecho la historia de la que fuera nuestra marca más reputa, “Loewe” sería imposible de entenderla sin los artesanos ubriqueños y sin su conocimiento adquirido generación tras generación en el trabajo artesanal de la piel.

En un mundo totalmente industrializado donde hasta aquellas marcas que se ganaron en su día un importante reconocimiento mundial por su manera de trabajar artesanalmente la piel hoy se han apuntado a la venta masiva industrializada, se agradece que todavía haya lugares donde la idea del taller y el artesano siga siendo una realidad y no solo una bonita foto de venta en un catalogo.
Hoy viajar forma parte de nuestras vidas y los desplazamientos diarios entre ciudades son una realidad. Si bien es cierto que hoy las maletas de viaje han evolucionado mucho y llevarlas consigo apenas supone esfuerzo alguno, estas no tienen el encanto de una vieja maleta de piel o de un moderno y estiloso 48 horas. Y precisamente por los cada vez más frecuentes viajes de un día de trabajo, o incluso de dos, los maletines conocidos como “fines de semana” son una magnifica alternativa a las voluminosas y a veces incómodas maletas. Y además también nos permiten en el día a día llevar desde las llaves, el móvil, el Mac o la agenda.

Aunque es cierto que hay maletines de gran factura y belleza “listos para llevar”, cobra mucho más sentido si este nos lo pueden confeccionar conforme a nuestros gustos personales. Y ese fue el proyecto en el que trabajamos durante varias semanas con Javier Villanueva, CEO de Bretón: un maletín acorde a las necesidades de mi día a día y de mis viajes más cortos. Si bien la gente de Bretón decidió tanto la forma el exterior del maletín como el tipo de piel yo les indiqué como me gustaría que fuera el interior. Para ello les comenté el número de compartimentos que quería y sus medidas. Además de un departamento para el Ipad-mini y el MacBook también hicieron otro para las tarjetas de visita, las de la máquina de afeitar de viaje, las estilográficas y el móvil. De esta forma en el maletín se pueden ver dos grandes bolsillos interiores con su correspondiente cremallera y una carpeta con entrada para documentación. Igualmente, se hicieron otros tres bolsillos para objetos como las llaves o la cartera y otro para el móvil.
Al no haber estado presente en todas las fases de construcción resulta difícil narrar con precisión todo el proceso de confección del maletín. No obstante, intentaremos al menos sí resumirlo:

En primer lugar Javier decidió escoger para el exterior del maletín una piel vacuno negra con un grabado elefante y un interior forrado en napa de cordero con micro-perforación. No obstante, aquellos que lo prefieran podrán escoger pieles de vacuno en color marrón, avellana, rojo, caoba. Si no les convence la piel vacuno siempre podrán decantarse por la de iguana, de anguila o de cordero en tonos francamente interesante como el vino, o el whisky.
Elegida la piel se realizan los patrones y los moldes en un material conocido como texón. Una vez listos los patrones de corte se realiza el corte en los distintos materiales: pieles, forros y refuerzos. Concluido el proceso de corte se procede a la división de las pieles para dejarlas en el espesor conveniente. Posteriormente se realiza el rebaje en la periferia de los platos de piel para que estos puedan ser dobladillados.

Dependiendo del tipo de trabajo a realizar se seleccionan unas fornituras u otras y se procede al montado y cosido de las distintas partes del maletín intercalando en el momento adecuado la fornitura necesaria. Ya cerrado, cosidas y montadas las distintas partes, se procede a la limpieza y rematado de la pieza.
Una de las ventajas de este tipo de maletín es su fácil transporte y manejabilidad por lo que aunque se puede contar con una cincha para colgárselo por el hombreo yo creo que eso solo le recarga y le resta estética. Por ello, si las asas son lo suficientemente fuertes y cómodas no tiene mucho sentido sobrecargarlo con apliques en los costados del maletín para colgárselo.

Aunque el diseño del maletín dependerá de los gustos de cada uno, con lo que todos los clientes de la casa de Ubrique podrán contar será con una gran calidad de materiales. Se prefiera una piel u otra todas ellas son naturales y su calidad está fuera de toda duda. Las fornituras de latón en níquel paladio son otro detalle de calidad. Igualmente, es destacable el reforzado en espuma látex que aparece en el frontal para la protección del portátil. La cremallera central tiene una gran consistencia y en ningún momento da la sensación de que con el paso del tiempo y su reiterado uso se pueda estropear o llegar a romperse. Para terminar hay que mencionar que al contrario de lo que ocurre en la mayoría de los “fines de semana” donde para proteger el maletín al dejarlo en el suelo se añaden en su parte baja unos apliques de metal, algo que afea el resultado final, en Bretón prefieren coser refuerzos de piel del mismo color y piel del maletín que pasan totalmente desapercibidos.
Aunque los productos de Absolute Breton se pueden encontrar en bastantes tiendas de lujo de la capital como Pedro Muñoz, resulta francamente recomendable, de tener la oportunidad, de conocer el taller, ver y tocar todas las pieles, conocer las diferentes posibilidades de colores y terminaciones y hacerse algo totalmente personalizado.


El Aristócrata

LIFESTYLE IX: LOS 3 FAROS DE CÁDIZ, ILUMINANDO LA GASTRONOMÍA MARINERA ANDALUZA

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Esta vez, dando rienda suelta a la nostalgia veraniega, nos dejaremos llevar hacia más al Sur de nuestro país, a la provincia de Cádiz, para considerar tres restaurantes, que por méritos propios se encuentran entre los mejores de la gastronomía andaluza y española. Se trata de El Faro de Cádiz, El Ventorrillo el Chato y El Faro del Puerto.

No los trataré como grupo, ya que cada uno de ellos tiene su identidad propia dentro de una línea común establecida por D. Gonzalo Córdoba y señora, fundadores del negocio familiar en el año 1964, y que sus hijos Mayte, José Manuel y Fernando han sabido conferir a cada uno de los restaurantes, que regentan individualmente, en un ejercicio muy profesional para garantizar la continuidad de esta saga de grandes actores de la gastronomía nacional. 
Los tres restaurantes tienen como denominador común, espacios muy cuidados y confortables, un excelente servicio ofrecido por un personal de sala muy experimentado y una gastronomía marinera basada en los pescados de la costa gaditana con un toque de elaboración, pero sin complejidades. Todos ellos cuentan también con bodegas surtidas con las mejores referencias de caldos nacionales. Esta combinación les ha hecho recibir diversos galardones y buenas calificaciones de guías gastronómicas, donde destacan los 4 soles Repsol que suman entre los tres. 

El Faro de Cádiz se encuentra en pleno centro de la ciudad, recomendándose llegar  a pie, atravesando un casco histórico lleno de casas señoriales de otros siglos y que confieren a Cádiz ese sabor único y especial del esplendor de otra época. El restaurante tiene un sabor señero y define un espacio clásico, acogedor y confortable, características que comparten El Ventorrillo el Chato y El Faro del Puerto. Esta es la casa matriz, que fundó el patriarca D. Gonzalo, siendo en sus orígenes una taberna marinera especializada en “pescao” frito, que traían diariamente los pescadores de la Bahía.
Posteriormente evolucionó hacia el restaurante que hoy conocemos y que, además mantiene una de las mejores barras, no sólo de Cádiz, sino de toda Andalucía. 

El local ha sufrido constantes ampliaciones hasta la configuración actual, un muy clásico restaurante en el barrio de la Viña de Cádiz, que posee hasta 5 salones privados con capacidad para importantes grupos de comensales.   
La visita a El Ventorrillo el Chato merece especialmente la pena por su inigualable espacio.  Se ubica en la playa de Cortadura, en una venta de caminantes construida en 1780, en el espigón que une Cádiz con la Isla. Es de reseñar que fue emplazamiento militar y que alojaba una batería de cañones en la época que las tropas francesas sitiaron la ciudad, que se mantenía como último reducto nacional. A lo largo de toda su activa existencia, ha contado con visitantes asiduos tan ilustres como el Rey Fernando VII. El restaurante conserva el sabor de la época, siendo sencillo imaginar su ambiente original.

El piso inferior está adornado con un pavimento de cristal que deja ver los cimientos originales y que además está decorado con motivos militares de la época, lo que configura un espacio único.
El Faro del Puerto está ubicado en el Puerto de Santa María,  muy cerca de la urbanización de lujo Vistahermosa.  Ocupa un gran chalet señorial convertido en restaurante, con una gran terraza que es ideal para las cenas en el periodo estival, cuando este restaurante acoge una mayor afluencia de clientes. 

En la carta de los tres restaurantes encontramos los reflejos de una filosofía común: excelente materia prima, basada en los mejores pescados y mariscos de la costa gaditana preparados con un moderado toque de elaboración. Esta última es la que precisamente determina sutiles diferencias entre platos con materia prima común, según se prepare en uno u otro restaurante. 
Una magnífica elección de entrada es cualquiera de los excelentes mariscos de la zona, que encontraremos a precios no prohibitivos. Carabineros, langostinos, gambas o cigalas cocidas en su punto o a la plancha serán un perfecto punto de partida.  Especialmente recomendables son los carabineros abiertos al vino de la tierra, el Jerez, en una de esas recetas que podemos considerar magistrales.  

Otros atractivos entrantes, pueden ser la muy sabrosa ensalada de langostinos de Sanlúcar sobre frutas de temporada, frutos secos y una vinagreta de PX, las célebres tortillitas de camarones comunes a los tres restaurantes, así como el tartar de auténtico atún de almadraba perfectamente aderezado, en cada casa, en su propio estilo. 
Otra opción atractiva son los muy diversos fritos de pescado, de entre los que volvimos a decantamos por el marisco, con una refinada témpura de colas de cigalas, plato de sencilla presentación, que esconde este reconocido marisco en un perfecto punto de elaboración con potenciación de todo su sabor.

Un plato original y poco habitual en nuestra geografía: la sabrosísima flor de calabaza rebozada con relleno de marisco, que sorprende por su sabor y textura.
Mención especial merecen los arroces marineros, tanto secos como caldosos, entre los que destaca el arroz del Señorito, un arroz seco con marisco cuyos ingredientes están desprovistos de cáscara para facilitar la tarea al comensal, lo que es de agradecer.

En cuanto a los segundos, la tendencia natural se orienta hacia los excelentes platos de pescado de la Bahía, donde podemos destacar el pargo, la urta, la corvina y el atún de almadraba, si bien existen alternativas del mejor nivel para los carnívoros. 

Optamos por el atún de almadraba a la plancha, preparado de forma que el interior queda poco hecho, lo que da una mayor ligereza al plato, y que en este caso estaba acompañado por una simple pero sabrosa compota de tomate y chutney de mango. 
A veces las mejores opciones son las más simples, aunque en este caso, será obligatorio compartir con otros comensales, si elegimos a cualquiera de los dos grandes protagonistas de la Bahía, la urta y el pargo, pescados de roca de cierto tamaño, preparados a la sal.

Las opciones de platos de carne son muy amplias y también recomendables, los cortes nobles de ternera y de la famosa vaca retinta de la Janda, se encuentran a la altura del resto de la carta. En nuestro caso optamos por un steak tartar aderezado con un toque de brandy de Jerez y presentado en una forma no habitual, casi cúbica.  

La variada carta de postres elaborados será el final perfecto para la comida. En este caso terminamos con unos aparentemente sencillos pero sabrosos hojaldres rellenos de crema, a la canela y merengue al limón sobre nata reducida a la vainilla. 
Y la mejor sorpresa, al llegar la cuenta. Precio medio por comensal 40-45 EUR/pax;  sobre 60-70 EUR/pax si optamos por marisco. Soberbia relación calidad precio.

El Faro de Cádiz: Calle San Félix 15, Cádiz.  www.elfarodecadiz.com
El Ventorrillo del Chato: Vía Augusta Julia, S/N. Carretera S.Fernando-Cádiz www.ventorrilloelchato.com
El Faro del Puerto: Ctra. de Fuentebravía, km 0,5. El Puerto de Santa María, Cádiz. www.elfarodelpuerto.com

M.G.G

MIS 10 FRASES CÉLEBRES DEL MUNDO DE LA MODA

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Desde hace un año todas las semanas subimos la conocida como “The Quote of the Week”; frase normalmente relacionada con el mundo de la “moda”. Aunque para mi todas ellas han sido, y son importantes, si sólo me pudiera quedar con diez estas serían mis 10 frases imprescindibles:


1. No es la apariencia, es la esencia. No es el dinero, es la educación. No es la ropa, es la clase. Coco Chanel

2. La elegancia no consiste en ser notado, si no en ser recordado. Giorgio Armani

3. El lujo no depende de la riqueza, sino de la ausencia de vulgaridad. Coco Chanel

4. Nada tan peligroso como ser demasiado moderno. Corre uno el riesgo de quedarse súbitamente anticuado. Oscar Wilde

5. No es fácil hacer que algo parezca simple. La sencillez es mucho más difícil que la complejidad. Carolina Herrera.

6. El estilo es el ropaje del pensamiento; y un pensamiento bien vestido, como un hombre bien vestido, se presenta mejor. Conde de Chesterfield

7. La calidad es recordada mucho tiempo después de que se haya olvidado el precio. Henry Roice

8. Vestir correctamente es una interesante forma de mostrar tu educación. Desconocido

9. La elegancia real está en la mente. Si la tienes, el resto viene solo. Diana Vreeland

10. La mejor manera de vestir es cuando notan primero a la persona y luego el vestido. Oscar de la Renta

Os animo a compartir con todos esa frase que en algún momento os haya podido llamar la atención.

El Aristócrata

BESPOKE XXVII: NORMAN VILALTA´S SHOES, UPPERS SIT, SOLE AND WELT SEWN

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“Cerdas de jabalí, lino, cera de abeja, aceite de oliva, resina. Tecnología antigua, de la buena, de la de siempre, de la que todo buen zapatero tiene que aprender. Una genialidad de algún ancestral artesano que hacía ya zapatos a medida cuando las colas de hoy no existían”. Norman Vilalta


“Y en esto es lo que pienso cada vez que llego al punto de coser un zapato, sea el emplantillado o el repunte (la suela)”.

Tras la toma de medidas, la realización de la horma, el diseño del zapato, el corte de los patrones, el pounching, las plantillas, la realización de los agujeros para la costura de la suela – todo esto ya narrado en artículos anteriores – es el momento de empezar a montar y coser el zapato. 

Siempre que alguien me pregunta sobre de qué color y qué tipo de corte debería tener su primer traje a medida, al contrario de lo que muchos harían, yo les recomiendo que no sea ni azul y ni de hilera sencilla. El motivo de ello es porque pienso que un traje azul marino si bien no hay duda de que debería ser la primera opción a contemplar, es fácil encontrarlo sin necesidad de acudir al sastre. Por ello para aquellos para los que ese primer traje a medida suponga un importante acontecimiento, como me supuso también a mí, prefiero recomendarles un traje que no sea ni azul o gris, o de serlo que contenga algún diseño, y que sea cruzado.

Y creo que este razonamiento es también aplicable a la zapatería a medida. Si bien no cabe duda de que la comodidad que aporta un zapato a medida no la tiene uno RTW también lo es que de tener un pie estándar se pueden encontrar zapatos negros muy decentes, y con diseños de lo más interesantes, sin tener que acudir a la zapatería artesanal. Sin embargo, en cuanto nos salimos de los colores y los modelos más extendidos se hace muy difícil, al menos en España, encontrar zapatos atractivos.  


Aunque seguro que no me hubiera equivocado de haber apostado por un buen patinado marrón, siempre quise tener unos zapatos azules en dos tonos y, acorde a este “revolucionario” color, también un corte bastante estilizado. Si en capítulos anteriores vimos las diferentes combinaciones posibles de azules hoy ya podemos ver ha quedado la que nosotros escogimos a falta de realizar el patinado.

El diseño es junto a la comodidad extra del zapato a medida sin lugar a dudas lo que hace verdaderamente interesante el optar por la zapatería a medida. El poder contar con tu zapato, y el de nadie más, hace si cabe más especial a la zapatería a medida que a la propia sastrería. En la sastrería si escoges la misma tela y el mismo corte cruzado que otra persona al final los trajes son muy similares. 
Sin embargo, en la zapatería son tantas las variables con las que se pueden jugar que hace a cada para de zapatos una obra única y seguramente irrepetible. Aunque obviamente este diseño puede o no gustar es mi diseño, mi color, mis pieles, mi suela incluso mi brogueado– como se puede apreciar el brogueado de la puntera derecha e izquierda difieren ligeramente; algo que tomé de la costumbre de los zapateros japoneses de incorporar alguna pequeña diferencia entre uno y otro pie -.

Pero para que esto pueda llegar a un buen final hay un largo y arduo trabajo que requiere de muchos años de capacitación y de una destreza especial con las manos; capacitación y destreza que requiere de algo a priori tan sencillo pero en realidad tan complicado como conseguir una buena punta para el hilo de coser. 

“Una de las primeras cosas que aprendí en mi entrenamiento, fue como hacer la punta del hilo. Como cortarlo, como deslizar la mano sobre la rodilla para que la hebra quede escalonadamente desgarrada de una manera sutil para que luego pueda enrollarse en una cerda de jabalí - de jabalí viejo y del cuello - que aunque parezca algo banal es la diferencia entre coser bien o mal”.

En los zapatos artesanales, lo actual depende de lo previo siendo prácticamente imposible modificar una fase anterior. De ahí que si te equivocas, ese error lo arrastras durante el resto del proceso y no hay forma de cambiarlo. Por eso una vez terminado el cosido la vira - la cinta de cuero que con la costura une el corte y la plantilla formando el "alma" del zapato – se hacen los rellenos para cubrir ese  vació o desnivel que queda en la planta del zapato entre vira el muro/vira/ corte. Y según Norman esta es una de las virtudes del emplantillado y una genialidad de aquel que lo creó y de los artesanos que después lo mejoraron. 

Para dar sostén y rigidez al arco que se forma entre los puntos de apoyo, el tacón y la zona de los metatarsos, se creó el cambrillón. Este cambrillón es siempre preferible que esté realizado en madera al ser más ligero. Igualmente, es también más resistente e impide que con las humedades y abrasiones pueda llegar a despegarse. Una vez puesto el cambrillon se le cubre con una pieza de cuero que los zapateros llaman cubre-cambrillón y que sujeta y da estructura a esa parte del zapato. Todo esto consigue cubrir el hueco de que existe en la mitad del zapato.

Por su parte, la parte delantera del zapato se rellena con corcho. Una vez rellenada se pasa a nivelar el zapato; una de las fases más críticas de todo el proceso de montaje. Con la correcta ejecución de este paso se logra que el zapato pise igual que lo haría de forma natural el propio pie. De no hacerlo así, el peso del cuerpo llevaría todo el zapato a la posición natural de este pero forzándolo mucho lo que terminaría deteriorándolo y lo que es todavía más importante haciéndolo altamente incómodo. 

“Para mi la belleza de lo que va  arriba debe ser igual que la de abajo y la de afuera igual a la de adentro. Por eso me tomo mucho tiempo a la hora de diseñar cual será la forma de la suela en el momento en que estoy haciendo el muro de la plantilla (pestaña que se crea en la plantilla de montado). La forma de este muro tiene que guardar la correcta proporción a lo que será la suela final, sino se corre el riesgo de encimar las costuras y literalmente matar el zapato”.

Para ello al cubre cambrillón Norman agrega una tercera pieza de piel que modela para darle un terminado volumen lijándola acorde con las curvas de la suela.

Una vez listos los rellenos, se recortan las viras de acuerdo a como será estéticamente la suela. En el caso de mis zapatos caso los enfranques del zapato serán "cerrados", tanto el interno como el externo, para de esta forma dar la sensación de que la suela desaparece por debajo del zapato. Esto es fácilmente apreciable si se le mira desde arriba. Sin embargo, en la pare delantera decidimos que fueran serán "abiertos" para dar el marco a la punta y a los laterales como si se tratara de un cuadro. 

Terminada esta fase, las suelas se recortan de un crupón - la parte de la culata del cuero vacuno especialmente curtida para lograr la rigidez necesaria pero sin perder la flexibilidad que se necesita en pos de la comodidad -.

Las suelas hay que dejarlas en remojo un día para que se abra la fibra y estén listas para poder prepararlas y coser. A continuación se dejan orear una noche entre papeles para que la suela consiga cierta humedad.

“En tu caso y como los zapatos tendrán los enfranques cerrados, tendrán una forma en media caña que se hace con un hierro de lujar, nunca al devirar el zapato como en la industria, sino al momento de prepara la suela y una vez colada en el zapato. Para ello se tiene que rebajar ciertas secciones de la suela de una manera muy precisas para poder doblegarlas con el hierro de cantos. Las suelas se deben "acentar", es decir, se debe sacarles el agua con un martillo sobre un mármol o un piedra de río. A continuación le damos un "liso", esto es, una dureza en la parte exterior que evitará su desgaste con el paso del tiempo”. 

Estos zapatos Norman decidió coserlos doblemente para de esta forma hacer que todas las piezas - la plantilla, el corte, las punteras y los contrafuertes con las viras y estas con las suelas - quedaran firmemente, pero también de forma flexible, unidas.

Terminado este proceso la suela está lista para pegar e iniciar las costura. Este trabajo es bastante complicado ya que hay que conseguir que los rebajes y los grosores que se hicieron en la suela coincidan con los que se hicieron en la planta del zapato. De no ser así se además de romperse la armonía que se pretendía de la suela o el zapato este pisaría defectuosamente. 

Una vez colado se martilla y pinza para que los dos elementos queden unidos y se frota la suela con una palo de olivo o bosch para alizar la superficie y terminar de compactarla. Con la cuchilla se recortan los sobrantes de suela hasta dejarla prácticamente como estará una vez concluido todo el zapato. Con una lija y con un pequeño vidrio se empareja cualquier arista que pudiera quedar. Igualmente, en la parte de los enfranques se pasa el hierro para darle la forma redondeada que se quiere.

Llegados a este punto solo queda levantar el hendido de la parte inferior de la suela y con una cuchilla bien afilada se hace un corte lo suficientemente profundo para poder alojar el hilo en la costura. Y una vez cosido se volverá a cerrar cubriendo y al mismo tiempo ocultando y protegiendo al hilo; algo esto último obligatorio también en los mejores zapatos RTW. 

“El hilo con el que se cose es de lino y se arma con tantas hebras como requiera el trabajo, 4/6/8  con las puntas escalonadas para poder luego enredarlas en la cerda. De no hacerlo así el hilo se atasca en el agujero y no se deslizan correctamente, por lo que la costura no queda bien tirada y los zapatos frágiles. Yo mismo lo experimenté con los primeros zapatos que cosí en Italia”.

Terminado el cosido es el momento de ponerse manos a la obra con tacón y lijado del zapato para luego patinarlos y lustrarlos. Pero esto lo dejamos para el último capítulo de la serie. 

“Siempre vuelvo al comienzo y a lo que aprendí de otros: cerdas de jabalí, lino, cera de abeja, aceite de oliva, resina. Una genialidad. No hay otro camino”. Norman Vilalta

El Aristócrata 

LIFESTYLE X: PREMIOS FUERA DE SERIE 2014

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Un par de líneas rápidas para dar las gracias a mis compañeros del magazine Fuera de Serie por la magnífica velada que organizaron con motivo de la entrega de premios a los hombre Fuera de Serie de 2014.

Enhorabuena a todos los premiados.

El Aristócrata

LLEGÓ EL MOMENTO DE ABRIGARNOS

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Una de las más placenteras sensaciones que nos trae el invierno es sentir su frío aire en la cara mientras se disfruta del calor de un abrigado jersey de lana y un buen abrigo.

La oferta de abrigos es hoy prácticamente inabarcable pero ni todos sirven para cualquier cosa ni tampoco todos son igual de elegantes. Aunque hoy sea frecuente mezclar diferentes estilos es importante empezar este artículo apuntando que cada vestimenta requiere de un tipo de abrigo y que no puede ser el mismo abrigo el que utilicemos para ir a la oficina que el que escojamos para ir a pescar.
El abrigo a usar con el traje necesita de la misma seriedad que este. Por ello resulta importante acompañar la corbata con abrigos que o bien caigan por debajo de la rodilla o al menos que lleguen a esta. Los modelos entre los que elegir se antojan de lo más variados pudiendo escoger entre abrigos de hilera sencilla, cruzada, con o sin cinturón, con cuello de terciopelo o normal, con pitillera o sin ella, bolsillos en diagonal, rectos o tipo parche etc. Entre todos ellos hay abrigos que han pasado a la historia y que todavía hoy siguen muy presentes en los mejores armarios por su gran belleza y por tener el privilegio de permitirse convertirse en los verdaderos protagonistas de cualquier conjunto. Bastará con cruzarnos con un Chesterfield para entender el porqué de esto.

A la majestuosidad del Chesterfield habría que añadir la polivalencia del Crombie o la intemporalidad del conocido como abrigo tirolés. Y a este el conocido como abrigo Polo además de vestirnos elegantemente con su corte cruzado también nos permite poder meter en sus amplios bolsillos prácticamente cualquier cosa.  Si estos abrigos nos parecen demasiado clásicos siempre podemos optar por el más juvenil covert coat. Este abrigo, al contrario de los anteriormente nombrados, queda ligeramente por encima de la rodilla y su paso del campo a la ciudad, fue concebido como un abrigo de montar a caballo, se ha traducido en un corte ceñido, ligero y mas de sport.
Además, otra de la grandes ventajas de este abrigo es que puede ser utilizado también con ropa informal sin perder un ápice de refinamiento. Los conocidos como tres cuartos si bien no cuentan con la belleza de los clásicos abrigos ingleses sí otorgan mayor libertad de movimientos al ser, además de más cortos, también menos construidos. Independientemente de cual sea nuestra preferencia, al vestir de traje hay que asegurarse que el abrigo cubra por entero la chaqueta, además de las propias mangas de la camisa. Igualmente, es importante tener presente que el cuello del abrigo, al contrario de lo que se suele pensar, debe cubrir por completo el cuello de la chaqueta y de la camisa.

Si los tres compuestos más extendidos son la lana, tanto virgen como meltón, la siempre más exclusiva cachemira y el elegante pelo de camello, los tres colores más populares siguen siendo el gris, el marrón y el azul marino. Aunque cada modelo de abrigo agradece más un tipo de color, de no contar todavía con un largo abrigo azul marino esa debería ser nuestra primera elección. Y de los diferentes cortes entre los que escoger nada como el abrigo cruzado para conseguir aunar elegancia y estilo.
Aunque cualquiera de estos abrigos nos protegerían del frio y de la lluvia, cuando esta última arrecie con fuerza nada mejor que el abrigo de trinchera, como también se conoce popularmente a la gabardina, para asegurarnos llegar secos a casa. Si bien hay muchos más modelos de abrigos la realidad es que la mayoría de ellos combinarían más acertadamente con los conjuntos de sport. Aunque hoy sea frecuente ver abrigos y chaquetas creados para un uso alejado de la ciudad acompañando al traje, estos siempre cobrarán más sentido si los vestimos de manera informal. Un acolchado tiene más sentido verlo en una estación de esquí durante el aprés-ski que en una representación de teatro, una chaqueta de moto seguro que destaca más sobre una Royal Enfield que en un despacho de abogados y una chaqueta de caza seguro que cobra más significado si se utiliza a caballo o en una viña que en una concurrida ciudad. Al final la clave, como ocurre con muchas otras prendas, consiste en elegir el modelo de abrigo adecuado para cada conjunto y para cada momento.

Dicho esto, las normas hoy se han relajado y hasta en cierta manera el código de vestimenta se ha reinventado haciendo que los originales usos de muchas prendas poco tengan que ver con el que hoy se hace de ellos. Si por ejemplo aquellos primeros zapatos de los granjeros irlandeses con agujeros para conseguir una evaporación más rápida del agua hoy se están totalmente admitidos en la ciudad. Y lo mismo ocurre con muchos abrigos. Hoy la antes rústica parca es todo un must esta temporada y los chalecos acolchados llenan las calles de las ciudades de color y calor…y así podríamos enumerar mucho casos. Las chaquetas de aviador, parches aparte, con la ropa más de sport pueden conseguir también un look muy interesante.
Cuando uno se pregunta cuáles son esas prendas imprescindibles en el armario del hombre Gentleman, un buen e intemporal abrigo aparece siempre en los primeros puestos. Resulta difícil pensar que un clásico abrigo cruzado pierda su lugar en el álbum de fotos de la elegancia intemporal al igual que un buen abrigo de piel es difícil que pueda llegar a pasar alguna vez de moda. Ahora solo falta escoger el que mejor combina con nuestro estilo y personalidad. 

El Aristócrata
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