Quantcast
Channel: El Aristócrata
Viewing all 689 articles
Browse latest View live

BRAZALETE A MEDIDA Y A MANO POR ANTONIO ENRILE

$
0
0

Dicen que una imagen vale más que mil palabras y este video es la clara muestra de lo cierto de este dicho. Solo les puedo animar a que lo disfruten pues hay un gran trabajo detrás de él. 

Antonio me ha hecho gemelos, zapatos, slippers de casa, de esmoquin, correas, cinturones, carteras… y solo puedo decir que es de los artesanos de la piel más polivalentes que he conocido. Quienes hayan visitado su taller habrán disfrutado seguro con la infinidad de productos que salen de sus manos; algunos auténticas obras de arte.
Aunque me gusta que los relojes conserven su correa original y cambiarla cuando lo necesiten por otra idéntica también de la casa, con este IWC Portuguese (Valjoux 7750), me apetecía darle un toque de color. Y cómo no Antonio lo iba a solucionar. A pesar de estar un poco obsesionado con que no quede espacio alguno visto en el pasador y que quede algo mullida la correa el resultado no pudo ser más satisfactorio.
Para que Antonio te haga una correa a medida es suficiente con cumplimentar una sencilla ficha que te envía. En ella se recogen los detalles necesarios siendo el momento de variar alguna medida sobre la correa que ya se dispone. De esta forma si el cierre no queda centrado o la correa le queda larga o corta, el cliente puede mandarle esas observaciones para corregirlo en la nueva. También suele pedir alguna fotografía del cierre (hebilla o deplo). Para la elección del color y grosor del hilo Antonio asesora mandando fotos de diferentes brazaletes y relojes. Por ejemplo, en el reloj del video los pasadores son curvos en la caja, por tanto su realización es más compleja que la del pasador recto común. Este tipo de pasadores hace que la correa estéticamente siga la línea de la caja.
Hay otros relojes que presentan singularidades como, por ejemplo, los cierres deployantes, cuya correa debe tener exactamente una medida en la zona donde el cierre "pellizca". No solo hace correas de cordovan sino también de lagarto, una excelente opción para relojes vintage.
Una ventaja de hacerse un brazalete a medida es que el nuevo no necesitará 10 agujeros, con tres serán suficiente, puesto que están hechas a medida. Pero permitirme no estropear este maravilloso video y dar por terminada la letra para volver a disfrutar de tan maravilloso trabajo.

¡Gracias Antonio!

El Aristócrata

BESPOKE LXXX: EL ESMOQUIN DE PRIMAVERA, II PARTE

$
0
0
El esmoquin tal y como hoy lo conocemos tiene su origen en una chaqueta de fumar que se diseñó para proteger el resto de la ropa del humo de los cigarros. Esta chaqueta, popularizada por Eduardo VII concluida la jornada de caza, y tratada en esta página en diciembre del año 2016, evolucionó desde su imagen de bata del S. XVII hasta el esmoquin que conocemos hoy. 

No obstante, aquella primera chaqueta de terciopelo nunca se fue – todavía hay clubs donde aguardan la llegada de sus miembros – y hoy se viste como complementaria, que no sustituta, del clásico esmoquin. El conocido esmoquin negro, analizado aquí extensamente en varios artículos, es el atuendo correcto cuando se especifica en la invitación la necesidad de su vestimenta o se acude a un acto mínimamente formal. Ninguna variación de este es bienvenida. 
Dicho esto, el ADN festivo del esmoquin, y hasta gamberro, permite jugar con alguna modificación si la fiesta y el lugar lo permite. Al igual que hacerse un chaqué azul o de raya diplomática es todo un atentado contra el buen gusto – recordemos que este conjunto pertenece al grupo de atuendos formales y se viste en momentos de gran solemnidad donde la tradición juega todavía un importante papel– la informalidad del esmoquin consiente cierta metamorfosis, obviamente siempre y cuando esto se haga con un mínimo de gusto y conocimiento. 
Si en verano y al aire libre el esmoquin de chaqueta blanca cobra un importante significado, en las fiestas menos formales, más alegres y desenfadas la “smoking jacket” puede acompañar acertadamente al aire dandi y canalla de las mejores fiestas de primavera. 
Y precisamente con la intención de divertirnos varios miembros de la Orden Caballeresca de las Nueve Puertas aprovechando la Feria de San Isidro visitaron Madrid y organizaron una gran fiesta en un club de fumadores. Si bien mucho de ellos vistieron de esmoquin igual número prefirió hacerlo con chaqueta de fumar; entre ellos yo.
Este conjunto fue otro de los locos proyectos que he desarrollado con Joaquín (otros fueron el traje más ligero del mundo, la chaqueta vaquera lavada o la chaqueta Bentley) pues entre unas cosas y otras nos ha llevado dos años. Dos años que se fueron en su diseño, especial mención merecen las solapas, la selección y distribución de la pasamanería y las pruebas oportunas. 
Aunque hubiera sido mucho más fácil optar por una chaqueta de terciopelo con botonería estándar esta nunca hubiera sido la mismo. Por ello, aunque nos costó localizar la tela de la pasamanería con la que luego las costureras dibujaron las formas creo que mereció la pena. Con el objetivo de no sobrecargar la chaqueta se dispusieron solo en mangas, bolsillos y cierre central; y en todos los lugares sin abusar de ello. Por supuesto, y al igual que el clásico esmoquin negro, esta chaqueta no cuenta con aberturas traseras y su corte es más tradicional que el del traje de calle. 
Holland & Sherry, casa que trabaja con especial cariño los tejidos de ceremonia, dispone de dos tonos de terciopelo en azul, uno marino muy oscuro y otro, este, bastante más claro. El primero ya lo visteis en el artículo que hablamos del esmoquin de mujer a medida. Siendo el oscuro precioso, este, mucho más atrevido, va más con mi forma de ser y mi concepto de un “esmoquin diferente”. El pantalón, también de Holland & Sherry no es negro, sino azul media noche. Tras sobreponer en la chaqueta los múltiples tonos oscuros que H&S tiene de ceremonia este parecía el que mejor combinaba. El pantalón es de pinzas inglesas y su corte alto. Su boca es más ancha que la del traje, aunque su largo sigue sin descansar demasiado en el zapato. Esta lana tiene una caída magnífica y forma muchas menos arrugas que por ejemplo las franelas o los tejidos de espiga; algo a lo que ayuda, y mucho, el que los calcetines sean de seda.
A la espera de conseguir una camisa de piqué azul claro, para la ocasión escogí una blanca. La corbata de lazo es a medida, venida de Australia, y es del mismo azul media noche que el pantalón. Las zapatillas son del tipo slipper de terciopelo pues, si bien las opera pumps seguro que quedarían también muy bien, estas me parecían que cobraban más sentido con el tipo de chaqueta y con el aire desenfadado del conjunto. Además, el color azul marino creo que acierta más con la imagen del conjunto final. 
Solo me queda agradecer a Joaquín Fernández Prats que una vez más me haya aguantado, así como el esfuerzo que ha puesto en sacar este esmoquin adelante. Muchas son las horas y las chaquetas de fumar dibujadas en papel hasta dar por bueno el boceto que hoy os presentamos. Si el diseño de la chaqueta de conducir Bentley me supuso un gran reto, esta no ha sido más sencilla.
Y para terminar con seguridad lo más importante. Joaquín después de 8 años en Langa ha decidido emprender su propio camino no sin antes agradecer a Don Mariano todo lo que de él ha aprendido y reconociendo belleza en su persona. A partir del 1 de septiembre tendremos la oportunidad de visitarle en su nueva sastrería de Calle Hermanos Pinzón 4 (esquina Castellana 122). Será entonces cuando veremos al verdadero Joaquín. Solo cuando uno está al mando de su propia nave puede llevarla en la dirección que desea. Son muchas las novedades con las que nos sorprenderá y en las que ya lleva unas semanas trabajando. Hasta entonces quienes queráis contactar con él podéis hacerlo en la Calle Miguel Ángel 6, donde sigue trabajando, o en el correo jfp.prats@gmail.com
¡Gracias por todo Joaquín! 

El Aristócrata

EL ARTE DE CUBRIRSE LA CABEZA

$
0
0
Escribía este mes en la revista Gentleman que decía el autor de calle melancolía que “está bien tener sombrero por si se presenta una buena ocasión para quitárselo”. 

Y efectivamente no se equivoca el gran Joaquín Sabina descubriéndose ante su público cuando actuación tras actuación una infinita ovación le despide soñando volverse a encontrar. Precisamente este era uno de los significados originarios de esta prenda atemporal: mostrar respeto. 
Las costumbres cambian y ropa y complementos se reinventan o actualizan buscando servir tanto ahora como entonces al tiempo y a la sociedad que con ellos convive. Hoy el uso del sombrero no distingue clases sociales y, aunque en el ámbito militar todavía se mantiene la tradición de descubrirse ante un superior, hoy es solo un objeto de estética y protección contra el frío, la lluvia y el sol. 

Si en invierno eran los sombreros de pelo de conejo y castor los más recomendables por su ligereza y protección contra las bajas temperaturas, en primavera y verano la paja toquilla toma su relevo. El sombrero ecuatoriano es mucho más que otro sombrero, es moda, elegancia, estilo, practicidad e historia. Y precisamente a la historia debe su extendido nombre de sombrero panamá, país donde se popularizó por el uso masivo que de él hicieron los obreros que trabajaron en la construcción del Canal de Panamá. 
El sombrero ecuatoriano se convierte esta estación en el perfecto compañero sin que para ello tenga que divisarse el mar. Su ligereza y comodidad, así como su natural forma de sujetare en la cabeza, hará olvidar que se lleva puesto. Hay quienes prefieren cambiarlo cada temporada, pero como todas las cosas de calidad, incluido zapatos y trajes, el panamá mejora en aspecto con el uso; sobre todo si este ha sido el correcto. 

Los sombreros de “usar y tirar”, esos que se compran en cualquier tienda de población costera, suelen estar fabricados con fibras muy gordas y tejidos sin más pretensión que dar a dichas fibras forma hasta conseguir la de un sombrero. Sin embargo, ni cuentan con la flexibilidad de los mejores ni su ala consigue una bonita caída. Tampoco transpiran como aquellos pensados en pasar años con nosotros. 
Una de las ventajas del sombrero panamá es que puede vestir todo tipo de estilos y edades. Bastará con acertar en la medida de su ala y en la forma de su copa para transmitir una imagen más dandi o más gentleman. En principio, cuanto más estrecha sea su ala más juvenil será el aire que se consiga, de ser ancha el efecto final será el de un sombrero más serio. Dicho esto, hay ciertas medidas de ala que no deberían traspasarse ni por debajo ni por encima ya que el sombrero perdería todo su encanto. Las personas de reducida estatura agradecerán los sombreros tanto de ala como de copa contenida. Para ellos, la cinta no debería ser demasiado ancha. Se trata, en su caso, evitar aparentar ser más bajo de lo que ya se pudiera ser.  De escogerlo correctamente no hay excusa tampoco en ellos para no disfrutar de su aire jovial y relajado. 

El sombrero ecuatoriano tendría que caer dos dedos por encima de las cejas y el ala frontal insinuarse hacia abajo. Es la cinta que rodea su copa la responsable del mensaje del sombrero. De ser de un clásico negro nunca será incorrecta, aunque tampoco tendremos un sombrero con el que poder jugar en diferentes ambientes. Colores sólidos como el burdeos, el azul o el verde son alternativas a tener muy en cuenta. Si se quiere arriesgar más, se puede buscar una cinta a franjas. De ser este el caso parece recomendable que la combinación de colores no fuera muy llamativa. 
Respecto a su copa las opciones entre las que escoger cada día son más amplias. Aunque la clásica forma del fedora es la más extendida, el trilby es de tamaño más ajustado y consigue un look algo más original y contenido. Los amantes del ecuatoriano seguro que encuentran ocasiones para alternar estos dos modelos con otros menos extendidos, pero, si cabe, más especiales por su escaso número y limitada oferta. Sombreros como el Derby, reconocible por su ala rígida y su copa sin hendidura, perfecto para vestir en ciudad, el Homburg, también formal, de ala rígida, pero de copa con hendidura, o el Havana, mucho más informal, de ala bastante estrecha, con copa hundida en forma de lágrima y con un estilo único, son todos sombreros más exclusivos. Y para acompañar a un buen traje a medida mientras se pasea por la zona premium de tiendas de la ciudad nada como el Óptimo, sombrero que recuerda a los grandes clásicos del cine ambientados en la sabana africana.  

Aunque sea frecuente encontrar en el anverso de muchos de estos sombreros la inscripción 100% Panamá, si lo que se busca es un sombrero de calidad y que acompañe años el haberse tejido en Montecristi o en Cuenca es una garantía. Estos, debido tanto a su alto precio como a la forma en la que está tejida su paja-toquilla, merecen un especial cuidado.
Lo más importante será evitar el gesto habitual de agarrar su punta con la mano a la hora de ajustarlo en la cabeza. Por el contrario, se agarrarán ambas alas evitando así estropear su copa. Pulverizar al empezar el día vapor de agua sobre él, sobre todo en los meses de más calor, garantiza que la paja toquilla no se quiebre y no pierda su elasticidad. Durante el invierno guardarlo en su caja no es del todo incorrecto siempre y cuando el lugar donde descanse no sea muy seco y no nos olvidemos cada determinado tiempo de sacarlo para airearlo y rociarlo con dicho vapor de agua.

José María López-Galiacho

¿DEBEN SER SIEMPRE LOS ZAPATOS NEGROS O MARRONES?

$
0
0
Cierto es que el color negro es adecuado con prácticamente cualquier conjunto, sobre todo con los trajes serios y a la caída del sol. 

Cierto también que el marrón, particularmente los tonos más oscuros, goza de una polivalencia imposible de conseguir con cualquier otro color. Sin embargo, hay otros tonos que no solo no completan a estos dos, sino que añaden un toque especial tanto a los conjuntos de corbata como a los de sport. 
Empecemos por los primeros. El abusar como hoy se hace de los trajes azules y grises exige incorporar complementos de color para no convertir el conjunto en algo aburrido o repetitivo. Y esto se consigue con la camisa, la corbata y cómo no, con los zapatos. 

Hay tres colores para nuestros zapatos que de escoger bien el modelo y el corte del traje pueden representar una buena elección. Por ejemplo, el azul. Esta tonalidad, mejor oscura y próxima al marino, es una magnífica opción para acompañara a los trajes grises. De hecho, un zapato semi o full brogue que utilice dos tipos de pieles, por ejemplo, vacuno y ante, y de azules, el principal más oscuro que el segundo, conseguirá una imagen similar a la del traje gris con zapato marrón pero mucho más especial y menos extendida. 
Otra posibilidad es el zapato gris. El gris oscuro sin ser sustituto del negro es una buena alternativa. Vístase con un traje azul marino de boca estrecha y que toque muy levemente el zapato y el conjunto rezumará estilo y personalidad. Nuevamente será el modelo Oxford con algún tipo de adorno en la puntera el más adecuado al transmitir ese aire desenfado que buscan los zapatos algo diferentes. El burdeos siempre ha estado presente en los mejores armarios. Sin embargo, cada día resulta más difícil verlo por las calles. 

Dejando de lado la extendida pero poco estética imagen del mocasín burdeos con traje azul marino, tanto el derby como el Oxford burdeos son ambos modelos agradecidos para vestir con trajes grises y azules. Hay otro color, más atrevido que los hasta ahora nombrados, que de escogerse tono y modelo de zapato bien merece incorporarlo al zapatero. Este no es otro que el verde. ¿Alguien no se pondría esta primavera con un buen traje a medida azul marino de lino y cruzado el zapato verde que abre este artículo?
Y si con el traje encontramos todas estas opciones, en el sport estas se multiplican. Podríamos enumerar un sinfín de ellas, pero elegir unas u otras solo dependerán de lo atrevido que seamos. En su elección debemos tener en cuenta que no todo vale y de ser demasiado arriesgados existe la posibilidad de traspasar la línea que separa lo vulgar de lo elegante. 

Conseguir un buen resultado estético dependerá básicamente de la elección del resto del conjunto y la facilidad o no de que todo este termine combinando y dando la sensación de ser un solo conjunto. El efecto de que cada prenda y complemento pertenece a un armario diferente es rápidamente apreciable. Solo el estilo de cada persona y cierto gusto puede guiar en la dirección correcta. 
Dicho esto, en primavera y verano introducir un toque de color en zapatos tan propios de estas estaciones como pueden ser los gomminos se antoja muy recomendable. Además de los clásicos marrones y azules marinos, los naranjas, rojos, verdes… son ideales para disfrutar del buen tiempo al aire libre. 

El Aristócrata

CLAVES DE LA CAMISA DE LINO

$
0
0
En plena primavera y con temperaturas cercanas ya a las de verano es hora de disfrutar de la camisa más agradable y cómoda. 

El lino es el compuesto más antiguo que se conoce, mucho más incluso que el propio algodón. En una de las tumbas de la primera Dinastía en Tarkhan, año 3.000 a. C, se encontró la que es considerada la primera camisa de la historia. La planta del lino está compuesta de celulosa, al igual que el algodón, y aunque hoy esta nos evoca al verano, la realidad es que el lino fue muy utilizado para confeccionar prendas que soportaran el frio y la humedad de los campos irlandeses.
El tejido. Es curioso observar la gran disparidad de precios entre unas camisas de lino y otras. Más allá del sitio de venta o la marca que lleven en el interior, la realidad es que en la mayoría de las camisas “gangas” que se venden en chiringuitos o mercadillos el lino aparece mezclado con fibras sintéticas o con el propio algodón. Por lo que si lo que se persigue adquiriendo esta camisa es que esta transmita sus verdaderas particularidades, esto es, ligereza y frescura, se deben buscar exclusivamente tejidos 100% de lino.
El hilo y su trenzado. El hilo de las camisas, también el de la ropa de cama, suele estar formado como mínimo por uno o por dos cabos. Lo ideal sería que se al menos dos hilos aparecieran enrollados entre sí. Esto, además de aportar resistencia al tejido, también garantiza mayor longevidad a la prenda. Estos hilos verticales entrelazados deberían cruzarse con un número igual de hilos tejidos en horizontal. El grosor del hilo, la trama, cuanto más fino mejor, algo que consigue una caída más natural y una camisa más suave. No obstante, tan importante es que sea muy fino como que cuente con el suficiente número de ellos para que la camisa no se transparente.
La hechura de una camisa de lino no puede ser la misma que la de una camisa de sport estándar. El lino pide un look relajado y totalmente desenfadado. Por ello, su hechura es más holgada. Dependiendo de las prendas que la acompañen vestirla incluso por fuera del pantalón puede cobrar cierto sentido estético. Aquellos que quieran llevarla por dentro deberán ser conscientes de que, por lo resbaladizo del tejido, puede terminar saliéndose. La facilidad y lo estético de doblarse las mangas obliga a dejar de lado las de manga corta.
El blanco es su colorpor excelencia. Este es adecuado para prácticamente todas las ocasiones. No obstante, si se piensa vestir esta camisa con traje mejor escogerla de color azul o con algún estampado a rayas. En los momentos más relajados los rosas, marrones pálidos, verdes mate y una amplia gama de azules son todos buenos tonos sustitutos para el popular blanco. 
El cuello puede adquirir diferentes formas y medidas. Desde el clásico, con su entretela, pensado para albergar una corbata hasta el cuello Mao o el estándar pero sin entretela y totalmente desestructurado. No hay uno mejor que otro, todo dependerá del aspecto que se busque transmitir con la camisa.
Y lo mismo ocurre con su pechera. La extendida de botones en todo el frente es una apuesta segura, pero no por ello la que abotona solo hasta la mitad deja de ser correcta con los conjuntos más sencillos.

Es lógico pensar que si además de su aspecto desinhibido se persigue esa frescura extra, se combine la camisa con prendas con un mensaje, y aspecto, similar. Si cuando llegue el verano los conjuntos de camisas y pantalones de lino llenarán chiringuitos y restaurantes, hasta entonces conviene vestir esta camisa con pantalones de otros tejidos. Desde el fresco de algodón hasta un moderno vaquero serán opciones que la primavera, y su calor contenido, agradecen.

El Aristócrata

LA ROPA DE BAÑO Y SUS IMPRESCINDIBLES

$
0
0
A la vuelta de la esquina está el verano y con él, ese temible calor que pone en peligro las normas más básicas de decoro y convivencia. 

La ciudad no es el paseo marítimo del sitio de descanso y no parece una buena idea vestir por sus calles como se hará en el chiringuito de playa. Chiringuito que, por cierto, de ir a él a comer bien agradece un pantalón y una camisa de lino. El traje de baño y el torso desnudo deberían reservarse para la orilla del mar o para justo el momento antes del chapuzón. 
Al bañarse, las gafas de sol carecen de sentido y hacerlo con camiseta no parece tener mucha más lógica. Mejor afrontar con hombría los estragos del invierno e informar con decencia a los bañistas del remojo de nuestros michelines. 

El look blanco total es una alternativa difícil de batir en las islas y perfecta para disfrutar de los momentos culinarios. Precisamente comiendo es conveniente mantener descubierta la cabeza y cubiertos los pies, en la mesa mejor alpargatas que chancletas de goma. 

De vuelta a la arena, evitemos realizar una aparatosa mudanza. Disfrutar de unas pocas horas de sol no justifica la imagen tan española de la familia o el grupo de amigos con sus sillas, sombrillas, transistor, nevera, un gran kit de cremas y un sin fin de productos de los de “por si acaso”. 
Un kikoi, siempre más ligero y estiloso que la popular toalla, una camisa de lino, en su defecto un polo, un traje de baño tipo bermuda corta, unas chancletas de goma y un buen libro es todo lo que se necesita para disfrutar de la playa. Aconsejable dejar para los entrenamientos en la piscina el traje de baño tipo slip y olvidarse de las bermudas tipo surf si este no es el deporte que se esté practicando (que me perdone la mitad de mi querido Zarauz). 

A la caída de la tarde, unas bermudas o un pantalón de lino remangado y una camisa también de lino son una alternativa cómoda para disfrutar de un agradable paseo por la orilla. De hacerlo por la mañana conviene protegerse la cabeza siendo el sombrero tipo panamá la opción más elegante. 
Este sombrero aporta no solo elegancia sino también una nota de estilo al look más relajado de pantalón de lino. La forma en que esté tejida la paja-toquilla hablará de su calidad y será responsable de su longevidad. Juguemos con el ancho de su ala y el color de su cinta consiguiendo un estilo más clásico o juvenil. Los sombreros de paja, los tipo explorador o las gorras de beisbol difícil tendrán competir con la elegancia del sombrero ecuatoriano. 

Dentro de la ropa de baño hay una serie de prendas que no podrán faltar durante las próximas semanas. Aunque los zapatos náuticos son un clásico en estas fechas, los mocasines conocidos como gomminos cuentan con una línea estética que permite usarlos también lejos del mar. Estos se visten sin calcetines, de ahí que de tener los pies sensibles los modelos de piel vuelta resulten más cómodos. 
Las alpargatas siendo menos vestidas que estos, aunque más divertidas y desenfadadas, cuentan con un precio reducido permitiendo tener varios modelos y alternarlos según sea el resto del conjunto y estado de ánimo. Más cómodos serán de haberse cosido a mano, encontrando en Murcia, País Vasco y la Rioja tres de sus principales lugares de fabricación. 

Las gafas de sol son un complemento obligatorio para protegerse del siempre peligroso sol. Serán lo primero que vean de cada uno de nosotros. Recuérdese a la hora de escogerlas que  pocos accesorios hablan más de cada personalidad. 
El traje de baño mejor si es de tipo bóxer terminando siempre por encima de la rodilla. Los modelos slip, aún teniendo un cuerpo escultural no llegan a la discreción y elegancia de éstos. 

La camisa de lino, ya hablamos de ella la semana pasada, es sinónimo de verano y esparcimiento y añade a la ropa de baño  un toque chic difícil de conseguir con una camiseta. Cuello estándar o Mao, blanca, rosa, beis o de cualquier tono veraniego, este tejido sigue siendo el compuesto estrella de la temporada. La polivalencia de esta camisa – mejor de manga larga - permite usarla a cualquier hora del día.  
El polo, por su parte, mejor reservarlo para la mañana que por la noche, momento en el que añadirá un toque de color y frescor al conjunto de baño. 

La clásica  toalla, además de no ser particularmente cómodo su transporte, es pesada y obliga a cargar con ella en la bolsa o en las manos. Sin embargo, el kikoi keniata es muy ligero pudiéndose llevar alrededor del cuello, en forma de falda o liado en la bolsa de playa ocupando un mínimo espacio. 

Una ligera pashmina además de adornar cualquier conjunto veraniego puede hacer las veces de este kikoi. 
Son muchos los que prefieren descansar en el norte a hacerlo en el sur. Sus agradables temperaturas agradecen tener cerca jersey de algodón. Este además de ser muy fácil de transportar puede acompañar a unas bermudas a la caída de la tarde o durante un relajado paseo por la orilla del mar, permitiendo, además, alargar la jornada por la noche. Durante estas fechas mejor decantarse por jerséis de colores veraniegos que por los oscuros propios del otoño. 

De las bermudas resulta conveniente no abusar en la ciudad, aunque su uso en los sitios de descanso, sobre todo cerca del mar, es muy agradecido. Además, al contrario del traje de baño, permiten entrar en una tienda a por esa compra olvidada de última hora.

El Aristócrata

EL ÚLTIMO GRITO: EL CHAQUÉ BURDEOS

$
0
0
A pesar de ser el chaqué uno de los conjuntos más antiguos de cuantos todavía hoy se visten, el conocimiento de esta prenda, y sus complementos, es bien escaso; basta repasar fotos de enlaces conocidos recientes. 

Hay errores que de tanto repetirse podría pensarse que forman parte de la vestimenta de este conjunto, pero nada más lejos de la realidad. Una ceremonia religiosa es un acto formal y por lo tanto hay que vestir a la altura de este. Ni se puede vestir como se haría en un evento cómico ni tampoco como si se tratara de una fiesta de disfraces. Si se viste chaqué hay que vestirlo correctamente, si no, mejor decantarse por un sencillo pero correcto traje de chaqueta. 
Si los novios han pedido vestir chaqué uno no puede presentarse con algo que podría intuirse se tratara de un frac. Tampoco vale combinar prendas de chaqué con otras de traje ni olvidarse los calcetines en casa. No por buscar ser el más rompedor o moderno se es el más elegante o estiloso. ¡Sencillamente se es el más chocarrero! Fallos de bulto aparte, hay una serie de errores que se suceden demasiado frecuentemente y que con el objetivo de no tener con el tiempo que guardar nuestra foto en un cajón conviene evitar.
En las bodas de día no se puede vestir ni esmoquin ni frac. Si el frac se viste por la noche, el esmoquin, con luz y sin ella, solo a los camareros les debería estar permitido. La elección del color es bien sencilla. Caben únicamente dos opciones: el clásico de levita negra y pantalones a rayas grises y negras o, de ser la boda a medio día, el chaqué gris entero (levita, chaleco y pantalón). Todo lo demás es poner en evidencia el desconocimiento que se tiene sobre esta prenda. 
Los chaqués azul marino, burdeos, azul cielo, de estampados Príncipe de Gales, cuadros etc. son sencillamente ridículos, además de nada estilosos. Tampoco lo es romper la seriedad del conjunto con un chaleco de llamativo color o de un estampado que no sea liso. A pesar también de lo frecuente de este detalle, la hechura del chaqué no puede ser la misma que la del traje del diseñador de moda que se vestía en la ceremonia de la FIFA.  Su pantalón no debe dejar adivinar lo musculado de las piernas, como tampoco su levita al abotonarse llenarse de arrugas. El corte debe ser holgado, que no ancho, no apreciándose arrugas ni en el transcurrir del pantalón ni en mangas o frontal de levita. El chaleco debe ligeramente apreciarse de tener la levita abotonada, pero entiéndase “ligeramente” como dos o tres dedos no como un palmo. 
El cinturón está prohibido, como también debería estarlo el estampar una flor, rabillo incluido, contra la solapa. Este, por el contrario, debe introducirse por el ojal dejando a la vista solo la flor elegida. Si carece de sentido vestir cinturón y tirantes simultáneamente no mucho menos lo tiene aparecer con dos relojes, uno de pulsera y otro de muñeca. 
La elección de los zapatos es igual de fácil que la del resto de complementos. Menos, es más. De ahí que unos sencillos Oxford negros lisos sean la alternativa más fácil y segura entre las que escoger. En una boda toca hacer un esfuerzo y guardar las gafas de sol hasta que el chaqué descanse en el armario. Por clásico que sea el modelo este rompe con la formalidad del evento y la prenda. 
El pañuelo de bolsillo es muy bienvenido, pero si no se va a escoger blanco mejor dejar el bolsillo huérfano que acompañarlo de uno de color o con estampado. 
Podría pensarse que todo esto obedece solo a la lógica y que nadie hoy con el fácil acceso a la información del que se dispone caería en tan garrafales errores. Sin embargo, siempre hay alguien dispuesto a demostrarnos lo equivocado de nuestro pensamiento. 

El Aristócrata

HASTA SIEMPRE CHATÍN

$
0
0
Con 90 años nos deja uno de los asturianos más querido: Arturo Fernández. Unas veces insolente, otras descarado, pero siempre galán y elegante, Arturo Fernández fue un personaje imposible hoy de imaginar en la España del buenismo y de lo políticamente correcto. 

Aquel conquistador de “La Chica del asiento de atrás” llegó a millones de espectadores de la mano de la también célebre Lola Herrera ( a ambos les concedimos los miembros de AMITHE el premio nacional de teatro Pepe Isbert ) con “La Casa de los líos” emitida por Antena 3. Si bien fue durante estos años cuando su personaje obtuvo las mayores cotas de popularidad, los amantes del teatro le habrán conocido más a fondo. Estos últimos se habrán preguntado innumerables veces cómo con su ya acomodada vida se seguía subiendo al escenario incluso en sesión doble. Y fue esto precisamente lo que hizo hasta prácticamente el día de su fallecimiento. ¡Eso es amor a una profesión!.
Envejeció como pocos, se mantuvo fiel a su papel de conquistador y nos hizo reír con su sentido del humor cínico. Y no menos importante, hizo oídos sordos a las nuevas corrientes de su profesión y no cambió su manera de vestir por intentar llegar a un número de público más numeroso. Sus esmóquines, obra de Langa, eran protagonistas de muchas de sus obras teatrales. Fácil verlo sin corbata, pero difícil sin chaqueta y pañuelo, su manera de vestir se mantuvo alejada de la de muchos de sus espectadores. 

Ser testigo de su sentido del humor, al menos el que mostraba en público, era un lujo. Recuerdo en Langa ver como se disputaba con la palabra el título de galán de España con Bertín Osborne, otro cliente de Langa. Tras dar uno y otro motivos suficientes para levantar dicho trofeo decidieron ceder el galardón a Julio Iglesias, también cliente de la casa. 

También recuerdo como allá por 2014 fundaba el Club de El Aristócrata y con un año de vida preguntaba a sus socios a quién dar el premio del Aristócrata del año, siendo esto similar a preguntar quién pensaban los socios que era el español más elegante. Con muchos puntos de diferencia sobre el segundo, Arturo Fernández fue el más votado.
DEP Chatín

“No he visto gente más fea que en las manifestaciones”

El Aristócrata

20 ANIVERSARIO DEL FUERA DE SERIE

$
0
0
En un momento donde la prensa de papel lucha con uñas y dientes por sobrevivir el que una revista pueda anunciar su 20 Aniversario es motivo de celebración y esperanza. Y eso es precisamente lo que celebraba Fuera de Serie la pasada semana en el MAN.

No es que no me guste asistir a fiestas, aperturas de tiendas, desfiles o celebraciones. Es, simplemente, que me empiezo a aburrir en ellas soberanamente. O quién sabe, quizás el verdadero motivo es que me estoy haciendo mayor y valoro enormemente mi escaso tiempo libre. Como a ustedes les ocurrirá, muy interesante algo tiene que ser hoy, o muy buena conversación debe esperar en ese sitio para sustituir el mero placer de sentarse en un sofá a leer o disfrutar de una cerveza bien fría (Mahou a ser posible) sin más pretensión que intentar dejar la mente en blanco. Y si además toca enfrentarse al todavía denso tráfico y al calor propio de estas fechas, rechazar amablemente las más variadas invitaciones parece la opción menos arriesgada. ¡Gran mérito tienen las agencias que consiguen congregar a un número importante de asistentes en estos saraos! Aunque de repasar las rostros de los invitados de las más variadas fiestas uno termina llegando a la conclusión de que son siempre los mismos, sea la apertura de una galería de arte o la venta de un nuevo calzoncillo con fines benéficos. Y no piensen mal. Les puedo asegurar que son muy pocos, acaso ninguno, los que cobran por dejarse allí fotografiar. 
Pero asistir a la fiesta de celebración de 20 Aniversario de la revista para la que escribo años me hizo particularmente ilusión. De hecho, este año esta fiesta ha sido, junto a la de la revista Gentleman, la única a la que he asistido. Su director, Iván Martínez-Cubells me entregó hace ya más de seis años una columna en la que dar rienda suelta a mi concepto de elegancia. Y si aquí seguimos publicando una nueva bitácora cada quince días quiero pensar que es porque a sus lectores les parece interesante y la respaldan con su lectura. Iván es una persona muy querida no solo por la industria del lujo, industria a la que va enfocada el Fuera de Serie, sino también por los personajes más variopintas. De hecho, en este 20 Aniversario se dieron cita desde modelos, diseñadores, marcas de relojes Premium, de licores, políticos, empresarios, académicos, escritores y, como también hoy es habitual, diversos vividores conocidos sin oficio ni beneficio. Iván es muy cercano, viste, rara avis en el periodismo, con chaqueta y corbata y lo que es más importante: él nunca es la noticia, la noticia es lo que él escribe. Dudo mucho que un magazín enfocado al lujo y a los sueños hubiera triunfado en un país como España si su persona y trabajo no hubieran estado detrás.
20 han sido los aniversarios que ha visto esta revista pero sin duda este ha sido el más especial. Y no lo ha sido por contar con las barras de degustación, tanto de vinos como de comida, más amplias y exquisitas sino por algo que lo ha hecho única: el lugar de celebración. Creerme si os digo que no hay restaurante ni boutique que ni de lejos se acerque al refinamiento, magnetismo, historia, arte y poesía con la que cuenta el Museo Arqueológico Nacional, obra de Francisco Jareño, 1895, y actualizada en 2006 el edificio y en 2010 la museología por uno de los grandes arquitectos españoles en vida, Juan Pablo Rodríguez Frade, arquitecto que, por cierto, no necesita de aparecer en revistas del corazón o acometer las obras más imposibles para ser respetado y admirado por la profesión. Si bien este museo es un viejo conocido mío, tener la oportunidad de visitarlo nuevamente en visitas reducidas mientras los asistentes terminaban llegar fue el regalo más especial que Iván hizo a sus invitados. Triste observar como los platos de jamón tenían más aceptación que los pases de estas visitas, pero esto es España e intentar entenderlo necesitaría de otro artículo. 

Ver caer el día sobre la fachada del MAN sí que fue algo Fuera de Serie. Y por solo ese momento mágico bien se justifica haber salido de casa dirección Serrano 13. 
Enhorabuena a todos los que habéis hecho posible llegar hasta aquí. ¡Y, además, en papel!. Chapó. 

El Aristócrata

DEL PORQUÉ DEL TÉRMINO FORMAL O POR QUÉ NO SE DEBE VESTIR ESMOQUIN EN LAS BODAS

$
0
0
En vista de la polémica levantada en torno a la ropa más correcta de vestir en las bodas y del porqué el esmoquin no debería tener cabida en ellas, quizás convenga repasar algunos conceptos básicos pero fundamentales. 

Todos los conjuntos de hombre quedan englobados bajo alguno de estos dos encabezados. ¿Cuántas veces hemos escuchado o leído en una invitación eso de “vestimenta formal”, “casual” o “informal”? Aunque en español asociemos el término “formal” con prácticamente toda combinación donde la corbata esté presente, e informal a aquellos donde ésta, o incluso la chaqueta, podría estar ausente, esto no es del todo exacto. 
Estando ya muchos lectores de vacaciones, y con algo más de tiempo para profundizar en los principios básicos de la vestimenta del hombre, cabe mencionar que los términos “formal” e “informal” provienen directamente del inglés y si bien se escriben igual su significado dista mucho en unas latitudes y otras. En el Reino Unido ambos términos, formal e informal, hacen referencia a combinaciones donde la corbata, estándar o de lazo, está siempre presente. En España, en cambio, por “informal” se llega a entender desde una chaqueta con unos chinos hasta un vaquero con un polo. Dicho esto, ambos términos han evolucionado con el tiempo llegando, incluso, a incorporar uno nuevo: el “semi-formal”. 

Así pues, el código de vestimenta más purista británico establece que el chaqué y el frac son atuendos formales, el esmoquin y el stroller semi-formales y el traje de chaqueta una prenda puramente informal. Para el protocolo inglés la diferencia entre ambos términos radica en la longitud de la chaqueta. Mientras que el atuendo formal se caracteriza por contar con una chaqueta con longitud por su parte trasera hasta la rodilla, en el atuendo semi-formal e informal la chaqueta es visiblemente más corta. 
Atrás quedó la época Victoriana y Eduardina donde los hombres vestían chaqué o frac por el mero hecho de que una mujer estuviera presente – el chaqué con luz solar y el frac sin ella.  Solo cuando estas no estaban, y siempre de noche, se permitían vestir sus esmóquines. Y es precisamente por el carácter formal de la boda y el lúdico del esmoquin por el que nunca se debería vestir este en aquellas, algo que sigue hoy tan presente como entonces. 

Desde entonces algunos conceptos han evolucionado. Concretamente si antes de la I Guerra Mundial y en el periodo de entre guerras el frac era considerado como el conjunto a vestirse después de las seis de la tarde, terminada esta el frac se reserva ya a actos de gran solemnidad. Igualmente, el esmoquin empieza a vestirse a la noche en momentos lúdicos convirtiéndose en los años treinta en el atuendo semi-formal más popular. 
Terminada la II Guerra Mundial, el traje de chaqueta reemplaza al chaqué por la mañana y se empieza a vestir incluso por la tarde, momento en que la vestimenta del frac pasa a ser puramente testimonial. 

Es a partir de los años sesenta y setenta, con la llegada de la conocida Peacock Revolution, cuando una juventud deseosa de romper reglas destierra para siempre la forma de vestir de sus padres. Si bien todavía por aquel entonces los sectores más tradicionales seguían prestando atención a la clasificación de atuendos formal e informal, la gran mayoría ya aceptan como “formal” la mera vestimenta de un sencillo traje. 
Y algo similar ocurrió con la evolución del término “informal”. Si el hombre de los años 20 entendía por acto informal vestir traje o esmoquin, el de los 40 asociaba ese término ya únicamente con el de traje. A partir de los 60 los conceptos “casual” o “informal” se asocian con conjuntos donde podría estar presente una chaqueta, pero no ya la corbata. 

La clasificación original de “formal” e “informal” es la que se debería tener en cuenta cuando surgiera la duda o no se tenga claro qué busca el anfitrión en su invitación. Mejor que se equivoque él con el término utilizado que nosotros intentando interpretar sus pensamientos. 
Dicho esto, el relajamiento reciente en el vestir obliga a repensar el significado de ambos términos según el ambiente y el perfil de la persona que invita. Y si invitamos nosotros, no corramos riesgos. Escribamos: “frac”, “chaqué”, “esmoquin”, “traje” o “chaqueta” y omitamos términos ingleses que solo conducen a confusión.  

El Aristócrata

NOS VAMOS DE VACACIONES CON BUENAS NOTICIAS

$
0
0
Parece que por fin llegó el mes de agosto y con él unas semanas de descanso necesarias para evadirse del apasionante pero estresante día a día. Pero este año lo hacemos con una gran noticia.

Por fin, después de tres años y medio, la Enciclopedia del Buen Vestir está lista para mandarse a imprenta. Han sido tres años de editar los mejores artículos publicados en esta y otras publicaciones, la redacción desde cero de otros muchos y la búsqueda de fotos explicativas de los conceptos desarrollados. Esto que aquí se explica en solo dos frases ha supuesto muchísimas horas de trabajo, de investigación y de días y noches frente a una pantalla de ordenador. Veranos, Semana Santas y Navidades a penas disfrutadas para concluir algo que de haber sabido el esfuerzo que conllevaba a lo mejor nunca hubiera empezado. Pero una vez empezado había que terminarlo.
Si bien “El Manual del Perfecto Caballero, Normas Básicas del Buen Vestir” fue y es la obra más completa escrita en español sobre el buen vestir, La Enciclopedia va más allá. Hoy lo más frecuente en nuestro campo es la aparición de libros que más que libros son solo una recopilación de fotos. En estos el escritor se limita a describir la fotografía, y de paso hacer un guiño al sastre o camisero fotografiado con el que probablemente tenga un acuerdo comercial. La Enciclopedia, sin embargo, ha querido dar preferencia al texto dedicándole más de 400 páginas. No es un libro ni mejor ni peor, simplemente diferente. Además, si “El Manual del Perfecto Caballero” adolecía de fotos en color este cuenta con más de 300, hecho que me ha obligado a no publicarlo nuevamente con la editorial Planeta sino hacerlo por mi cuenta.

Algo verdaderamente novedoso e interesante ha sido contar con la colaboración de firmas de primer nivel por todos conocidas, como, por ejemplo, la del zapatero Toni Gaziano de Gaziano & Girling. Aunque la mayoría del libro versa sobre el buen vestir, tanto formal como informal, también hay apartados reservados a esos pequeños placeres que también dan sentido a la vida: combinados, cuidado personal, perfumes, cigarros, hoteles de lujo, deportes etc. Varias páginas con infinidad de consejos a las dudas más frecuentes preguntadas en este blog son también recogidas.
Si bien la segunda y posterior ediciones contarán con tiradas de 5.000 ejemplares, esta primera será solo de 1.000. Y quien lo desee puede reservar los ejemplares que quiera hasta que se alcance este número. El precio de estos primeros 1.000 ejemplares será de 35€ la unidad, no habiendo límite de pedido. Una vez vendidos los 1.000 ejemplares se podrán adquirir más a partir del día 14 de octubre, día en que el libro verá oficialmente la luz. El envío de ser dentro de la península será gratuito y de tenerse que enviarse fuera se sumará a los 35€ su coste. Si alguien quisiera no hay problema alguno en dedicar el libro.

Los interesados en reservar su ejemplar pueden hacerlo en elaristocrata@elaristocrata.com donde se les proporcionará el número de cuenta donde realizar el ingreso y se preguntará la dirección de envío. Tan pronto como sea recibido les será enviado, siempre teniendo como límite ese 14 de octubre. 
Dudo mucho que vuelva algún día a encontrar el valor de escribir esa primera palabra que me obligue a llegar hasta el capítulo de agradecimientos. Aunque viendo como ha quedado esta Enciclopedia, mis ansias de escritor han quedado ya por siempre satisfechas.

Ya solo queda desearos un feliz verano y que disfrutéis de todo aquello que os hace felices. O como digo al final del capítulo introductorio: “Vive, disfruta, baila y besa la vida…”. 
¡Nos vemos en septiembre!

El Aristócrata

RECUPEREMOS EL PLACER DE VOLAR

$
0
0
Estando muchos de los aquí presentes aterrizando de unas largas vacaciones seguro que el avión ha sido para muchos el medio de transporte escogido.  la reciente polémica sobre lo acertado o no de la decisión de Vueling de impedir a una pasajera acceder al avión al considerar su vestuario poco apropiado, toca preguntarse si el hombre lo cuida más. 

Subirse a un medio de transporte público en verano requiere de una valentía y arrojo del que no todos disponemos. Y hoy el avión ya no es una excepción. No hace tanto tiempo coger un avión quedaba reservado a unas cuantas ocasiones al año; era, hasta cierto punto, glamuroso y, dada la importancia del acontecimiento, nos vestíamos para ello. 
Hoy, sin embargo, el uso del avión es una práctica habitual y la democratización de su uso hace que visitar aeropuertos forme parte de nuestras vidas. Se trate de un avión, de un autobús, de un tren o de un barco, habría que tener en cuenta que en todos ellos viajan más personas y no se puede vestir como si nos encontráramos en el jardín de nuestra casa. Y no se puede porque uno es un lugar público y otro privado; tan sencillo como esto. 

Si estamos de acuerdo en que resulta innecesario ir a la peluquería para poder embarcar, deberíamos también coincidir en lo equivocado de hacerlo con chancletas de goma. ¡Ojo!, no saquen conclusiones erróneas, no es tanto una cuestión de libertad sino de mera educación y convivencia. Si nos resistimos en implorar a dicha educación para llevar cubiertos los pies, al menos durante la duración del trayecto, pensemos con algo de buen gusto y decoro. 
Hoy más que nunca se antoja obligatorio unas normas escritas que habiliten al personal de tierra de las aerolíneas a impedir el abordaje a individuos en camisetas de tirantes, con chancletas por zapatos y bermudas o, incluso, traje de baño, por pantalón. Aunque para algunos esto puede significar atentar contra la libertad de las personas, para otros muchos comportaría poner cierto freno a lo indecoroso, y hasta ofensivo, de muchos de los “atuendos” veraniegos, estrellas de la altitud.  

Si el tema estético no resulta motivo suficiente para la redacción de esta normativa, al menos sí lo debería ser el tema higiénico. El llevar parte de la espalda, así como los brazos descubiertos, más si cabe en verano, significa que el sudor que todo ser humano desprende con el calor va directamente al tapizado del asiento, tapizado sobre el que descansará a lo largo de los años no solo esta espalda sino otras muchas. 
Y algo muy similar ocurre llevando parte de las piernas desnudas: el tapizado del asiento recogerá dicho sudor. En definitiva, sentarse en uno de estos asientos es entrar en contacto con todo tipo de bacterias y suciedad. Puestos a minimizar el impacto aromático y visual de ciertos pasajeros, la ventana se presenta como el mejor aliado asegurando que ya solo a un lado podrá sentarse ese intrépido turista ataviado con chancletas, de piel o de goma. Turista, por cierto, cuyos pies podrían incluso abandonar dichas chancletas durante parte del trayecto. 

No mejor viaje nos esperaría si a nuestro lado viaja alguien con sus brazos o piernas descubiertas. La estrechez de los asientos, sobre todo en clase turista, hará que el contacto físico esté garantizado. ¡Claramente toca veranear en el norte!. 
Foto de los años 50

Independientemente de los puntos de vista, no se trata de un tema de recato, moral o libertad, sino de mera salud pública. Si a nadie se le ocurre ir a la piscina vestido con traje de chaqueta, no parece tan disparatado exigir que si se va a compartir un espacio tan reducido como el de una cabina de avión con más de cien personas se piense también en ellas y no solo en nuestro confort o gusto. Además, el verano tiene momentos mucho más excitantes e interesante para quedarse en cueros que hacerlo en una abarrotada e incómoda cabina de un avión. 

¡Bienvenidos!

El Aristócrata

TERMINADO EL VERANO TOCA GUARDAR SU ROPA

$
0
0
El regreso de vacaciones impone enfrentarse al armario con la novedad de que ya no toca escoger entre esta o aquella camisa de lino, sino que vuelve a ser el turno de esas chaquetas de verano que se despedían de nosotros escasas semanas atrás.

Entrado ya septiembre, y de seguir lloviendo así, en breve será el momento de vaciar el armario de verano para llenarlo con el de otoño. Aunque aún quedan por delante días de calor, las prendas de entretiempo son las protagonistas. 

Si somos de los que pensamos que a la larga resulta mejor, y más económico, tener poca ropa, pero de calidad, seguro que guardaremos correctamente los conjuntos de verano hasta el próximo año. Los trajes, camisas, chaquetas y hasta calcetines resulta conveniente tratarlos antes de almacenarlos por meses. Veamos unos consejos que ayudan a alargar la vida a la ropa de temporada. 

No hay mejor porta-trajes que un traje o una chaqueta bien doblada en una maleta dura. Colocando el traje correctamente asegurándose que las hombreras no choquen con nada duro el traje llegará a casa mejor que en el más caro porta-trajes. Por lo que si con nosotros han viajado en la maleta tocará ahora colgarlos y esperar unos pocos días a que pierdan de manera natural las escasas arrugas que se hayan podido formar. 
Ya hemos hablado aquí de lo incorrecto de usar el vaho del baño con este propósito. Mejor acudir a una buena tintorería – mucho cuidado en su elección o la chaqueta nunca volverá a ser la misma que cuando la adquirimos – que se valga de planchas de mano y no utilice productos químicos. 

Lavada la chaqueta meterla en una bolsa ventilada, nunca en la que se entrega en la tintorería, y hacerla descansar en una percha de madera con los extremos suficientemente anchos y redondeados como para que sus hombreras no lleguen a deformarse. 
Siempre que sea posible, evitar agolpar los trajes pues el aire circulará libremente por ellos y se arrugarán menos, además de mantener las solapas su vuelo original hasta la llegada del nuevo verano. 

Las camisas de lino se lavarán y se dejarán secar al aire libre planchándose cuando todavía estén algo húmedas. Planchadas y ya secas es el momento de conservarlas también en bolsas ventiladas. Tengamos presente que si en ellas ha quedado alguna mancha será muy difícil hacerla desaparecer dentro de un año, por lo que no las guardemos hasta que estén totalmente limpias. El jabón Marsella resulta de gran ayuda con las manchas más rebeldes. 
El cuidado de los zapatos de verano es similar al seguido con los de invierno. Sin manchas y con su piel nutrida se almacenarán en sus fundas de algodón. Aunque pensemos que los gomminos y los mocasines más finos requieren de menos atención que los de cordones introducir en ellos hormas de madera alargará también su vida varias temporadas. 

Déjense airearse un par de días desde su llegada a casa antes de protegerlos definitivamente. Custodiarlos con sus bolsas en sus cajas originales ayuda a tenerlos localizados, y cuidados. 
Los polos, trajes de baño, bermudas etc. deben lavarse al mismo llegar, plancharse y sin manchas visibles mantenerlos doblados en cajones. No agolpemos muchas prendas ya que podrían surgir arrugas en cuellos difíciles de quitar al siguiente verano. 

También existen corbatas que o bien por su color, su estampado o su compuesto resultan puramente de verano y no se volverán a vestir hasta la llegada de la primavera. Cuélguense hasta que sus arrugas desaparezcan, enróllense y métanse también en cajones. 
Si se ha disfrutado estas semanas de un buen sombrero ecuatoriano guárdese en un sitio no muy seco y en la caja que con él se nos entregó. Al menos una vez al mes resultará conveniente sacarlo y con un pulverizador con agua humedecerlo evitando así que su paja toquilla se reseque o se vuelva demasiado rígida. 

El Aristócrata

UN RELOJ PARA CADA CONJUNTO

$
0
0
Antes de nada comunicaros que ya tengo los libros en mi poder y esta semana empezaré a enviarlos. Ruego un poco de paciencia pues han sido muchos los pedidos y tendré que enviarlos poco a poco. ¡Ha quedado fenomenal, y la calidad de las fotos increíble!. 

Los zapatos, la corbata y el reloj son los complementos que más hablan de un hombre. Prestando atención a estos tres será fácil hacerse una idea de su gusto e incluso sencillo será adivinar ciertas facetas de su personalidad. Fíjense en alguien con un reloj de grandes dimensiones y con un bisel lleno de diamantes y verán que esta afirmación no resulta tan alocada. 
Aunque el amante de los relojes seguro que dispone de modelos muy diferentes, lo cierto es que dependiendo de cada conjunto hay relojes que combinan mejor que otros. Empecemos por los atuendos formales, esto es, frac y esmoquin. 
En ambos casos solo los relojes de bolsillo deberían tener cabida. Tanto los modelos abiertos como los tipo hunter resultan buenas opciones, siendo, no obstante, el hunter más especial al requerir abrir su tapa protectora para visualizar la hora. 
La leontina debería ser del mismo año que el reloj, mejor no llamativa para guardar una correcta armonía con el corte clásico de ambos conjuntos. Todavía mejor poder adornarlos con un reloj de bolsillo de época – no asustarse si el oro del reloj es de 14 quilates pues era el oro empleado entonces para conseguir mayor resistencia -. 
El esmoquin agradece acompañarse también de un reloj de bolsillo. No obstante, como hemos contado ya aquí, en los comienzos del esmoquin estaba mal visto el uso de todo tipo de reloj al vestirse en ocasiones puramente lúdicas y festivas. Se entendía una falta de educación hacia el anfitrión el consultar la hora cuando él había hecho todo lo posible para que la hora no tuviera importancia y la fiesta se alargara toda la noche. 
Con los trajes de tres piezas los relojes de bolsillo añadirán un toque no solo elegante sino también muy interesante. Las opciones aquí son mucho más amplias y dependerá del tipo de corte de traje. A más clásico, un reloj más austero. Si nuestro tres piezas es de corte menos serio o con un aire dandi los, por ejemplo, relojes autómatas eróticos, muy populares al comienzo del S.XX, reforzarán el mensaje transgresor de nuestro traje. 
Hoy con los trajes de chaqueta lo más frecuente resulta ver todo tipo de relojes. No obstante, los relojes de colores, con brazaletes de caucho e incluso de acero encuentran en otros atuendos mejores lugares para marcar la hora. Con el traje siguen siendo los brazaletes de piel los más adecuados. Parecería lógico pensar que si tenemos la suerte de vestir un traje artesanal nuestro reloj esté a su altura. 
Por ello, olvidémonos de los relojes de pila y sucumbamos al enorme encanto de un reloj mecánico, y a ser posible manufactura; pero ojo manufactura de verdad: Breguet, Patek Philippe, Jaeger-LeCoultre, Lange & Sohne, Vacheron Constantin…y no muchas más. Medidas contenidas que no excedan de los 38mm son adecuadas con estos trajes. 
Con ropa de sport las opciones son innumerables y solo dependerá la elección de uno u otro del gusto y estado de ánimo. Con el sport es el momento de los relojes deportivos de brazalete de acero, aunque por tamaño, diseño del bisel y complicaciones también muchos otros tienen cabida. 
Muchos hitos deportivos importantes están unidos a marcas de relojes. Y es que el deporte ha sido el lugar donde muchas marcas han dado a conocer sus mecanismos y relojes, además de servir de un perfecto escaparate de marketing para su política de ventas. Desde el polo, el buceo, los deportes de motor, la vela y muchos otros encuentran en los materiales más revolucionarios, desde el sencillo caucho hasta el titanio o carbono, los materiales adecuados para aligerar peso o conseguir cajas tan resistentes como para aguantar cualquier situación extrema producida durante su práctica. 
Por su lado los deportes que requieren de medidores de frecuencia cardiaca, contadores de intervalos, distancias y velocidades encuentran en los relojes especializados los relojes más precisos. 

El Aristócrata

SÍ, LA IMAGEN IMPORTA

$
0
0
Todos conocemos la célebre frase de Oscar Wilde: “No hay una segunda oportunidad para una primera impresión". Hoy, en un momento donde la imagen parece no importar lo más absoluto, esta afirmación cobra, si cabe, más relevancia.  

Obviamente, la elegancia masculina la aporta además de la ropa también nuestra forma de ser, actuar y comportarnos en sociedad. Son, de hecho, estas últimas pautas las que determinarán el verdadero grado de elegancia de cada persona. 
No obstante, si atrevido resulta ya enjuiciar la elegancia masculina exterior, temerario sería hacer lo propio con la interior. Seguramente a nadie le resulte ya una novedad lo que los expertos en comunicación llevan afirmando desde hace varios años, esto es, que los primeros diez segundos de conocer a una persona son los responsables de la percepción que sobre ella se tendrá en el futuro. 
Y esa primera imagen que permanecerá en la retina le vendrá dada en gran parte por el atuendo escogido. Según transcurran los primeros minutos de cualquier encuentro la imagen del caballero irá cambiando en aquel que con él comparta su tiempo. De ahí que siempre resulte más fácil afianzar en los demás una buena percepción de uno mismo si esa primera impresión fue positiva. 
El dicho popular de que el hábito no hace al monje y que las apariencias engañan aplica en todos los ámbitos de la vida y en el tema que nos ocupa no deja de ser menos cierto. Sin embargo, un cuidado aspecto puede decir mucho a favor de quien se ha tomado la molestia de que su presencia refinada le distinga. El vestir correctamente no debería ser considerado nunca como una muestra de esnobismo sino también como de deferencia hacia las personas con las que se vaya a compartir el tiempo. 
Conseguir una imagen cuidada no deberá resultar algo complicado. La elegancia es sinónimo de sencillez y saber estar. Evitando prescindir de la corbata con traje, ese botón del cuello de la camisa desabotonado o la fea costumbre de desprenderse de la chaqueta durante reuniones o en restaurantes se estará transmitiendo una imagen más distinguida de la que muchos hombres muestran hoy en día. 
Pensemos por un momento en el desaparecido Giovanni Agnelli. Seguramente la mayoría de los mortales nunca llegó a intercambiar ni una sola palabra con él pero la imagen que recuerdan de él es la de un hombre tremendamente exitoso en los negocios y en el amor. Si nunca habían tenido contacto alguno con él y Giovanni Agenelli no era el único empresario exitoso por aquel entonces: ¿por qué asociaban a él más que a ninguna otra persona el mayor de los éxitos?. Pues sencillamente porque lo que veían en él no era otra cosa que un personaje exitoso, con una indumentaria perfectamente cuidada, de corte exquisito, fabulosamente bien combinada, en definitiva, una imagen impoluta. 
Las diversas investigaciones llevadas a cabo hasta la fecha muestran insistentemente que los seres humanos emiten sentencias firmes sobre las personas de su entorno en solo cuestión de segundos. Así, por ejemplo, Nalini Ambady y Robert Rosenthal, psicólogos de la Universidad de Harvard, grabaron a varios profesores de esta prestigiosa Universidad impartiendo clase. Posteriormente les pasaron fragmentos sin voz de escasos segundos de dicha grabación a personas ajenas a ellos para que los puntuasen. Dichas personas incluso viendo solo dos segundos de dicha grabación emitían idéntica puntuación a aquella que habían apuntado en sus cuadernos mucho más tarde tras ver el video durante varios minutos. Esto les sirvió a Ambady y a Rosenthal para afirmar que esa primera imagen de la persona es la que se suele consolidar incluso con el paso del tiempo.
Y si esto resulta cuanto menos sorprendente más lo es el hecho de que las conclusiones de estas personas ajenas a la universidad quienes solo vieron el video durante unos segundos eran muy parecidas a las que tenían los alumnos tras dar clases seis meses con ese mismo profesor!!.
Esta percepción que se llegar a tener de las personas con las que se entra en contacto por la mera apariencia física ha sido puesta en relevancia en infinidad de estudios. Así, por ejemplo, los profesores Michael Sunnafrank y Artemio Ramírez de la Universidad de Minnesota, analizaron el comportamiento de ciento sesenta y cuatro jóvenes que no se conocían entre sí y que nunca antes habían coincidido. Después de reunirlos en parejas, los dejaron conversar durante escasos minutos y a continuación les pidieron que rellenaran un cuestionario con el objetivo de conocer con qué jóvenes cada uno de ellos tenía mayor empatía. Trascurridos dos meses de relación entre las parejas, el noventa y cinco por ciento de ellas confirmaron la impresión que sobre su compañero de experimento habían asimilado en aquella corta conversación inicial. 
Ambos profesores concluyeron su investigación constatando el hecho de que una gran mayoría de jóvenes pudo determinar a primera vista quienes serían aquellas personas con las que mejor podrían interactuar en el futuro. Esto ratifica la validez de la primera impresión y la importancia de la indumentaria como instrumento de regulación de las relaciones interpersonales.
Igualmente, el profesor Frank Bernieri, jefe del Departamento de Psicología de la Universidad de Oregón y conocido estudioso del comportamiento humano, afirma en varios de sus estudios que a la hora de trasmitir un mensaje “hoy parece pesar más el cómo que el qué. Y no pueden ni imaginarse el impacto que tiene la vestimenta en la primera impresión". Bernieri asegurará que borrar esa primera impresión resulta luego muy comlicado.
Seguramente si un hombre acude al bar de moda en vaqueros, con camiseta y zapatillas no debería extrañarle si no le permiten la entrada. Sin embargo, y a pesar de que ese caballero siga siendo el mismo, de presentarse al día siguiente en el mismo bar con una blazer cruzada, una camisa a rayas y unos cuidados mocasines seguramente la respuesta que encontrará por parte de la puerta sea bien diferente. Como concusión, si a ningún caballero le gustaría que le recibieran con un: "disculpe que no le abriese, es que tenía usted pinta de sospechoso” debería cuidar con especial atención su parte más visible: el atuendo.
Si bien es importante la vestimenta también cuidar el aseo personal resulta de vital importancia. Unas uñas sucias o mal cortadas, un cabello mal peinado, una barba mal cuidada etc., destruirán el buen efecto que un elegante traje haya podido causar.  Si se encuentra en una reunión de trabajo con varias personas desconocidas podrá observar como al comienzo de la reunión, y de forma implícita, se presta más atención a aquel señor que destaca por su indumentaria sobre el resto. El motivo no parece ser otro que si esa persona viste un elegante traje y una camisa bien elegida y combinada, destacando visiblemente sobre la vestimenta del resto de los participantes, intrínsecamente se asumirá que esa es la persona con mayor estatus en la mesa de negociación. Aunque sea todo lo contrario. 
Una buena imagen exterior es la mejor tarjeta de visita. Ir elegantemente vestido y aseado lleva implícito una serie de presunciones como éxito, gusto y posición social que de utilizarlas correctamente pueden ser una gran ayuda de cara a las relaciones personales y profesionales. 
En definitiva, una correcta primera impresión de vital importancia ya que muchas veces no se tendrá una segunda oportunidad para remediar aquella mala primera impresión. Y si esa primera impresión se forma en escasos dos segundos parece obligado que los caballeros cuiden en todo momento y circunstancia su atuendo. Sorprendería observar como un look cuidado puede abrir o cerrar puertas en solo cuestión de segundos.
La tercera remesa lista para enviarse esta semana. 

El Aristócrata

PRESENTACIÓN DE LA ENCICLOPEDIA DEL BUEN VESTIR

$
0
0
Será el próximo 22 de octubre a las 20 horas. La Enciclopedia del Buen Vestir verá la luz una vez oficialmente presentada en el Colegio Mayor de San Pablo.

Fue hace ocho años cuando en el mismo sitio y a la misma hora presentaba “El Manual del Perfecto Caballero”. Quien me iba a decir en aquel momento, lleno de nervios y sin la menor idea de la recepción que tendría este libro, que este vería cinco ediciones y que hoy agotado se vendería en el mercado de segunda mano por más de 150€. 

Soy muy exigente conmigo y mi trabajo y más cuando alguien va a pagar por un libro que no conoce ni su interior ni su calidad. Por ello, he intentado, y espero haber conseguido, poner en el mercado un libro que valga lo que cuesta. Siendo hoy tan frecuente la proliferación de libros de moda que aspiran a poco más que a recapitular fotos y personajes, el haber dedicado años a conseguir no solo fotos sino también una literatura aporta un valor extra a esta obra.

Dicho esto, no voy esta semana a hablar del contenido del libro ni de si es tan bueno como yo pienso o no – para ello están las personas que ya lo adquirieron – sino para invitaros a todos a la presentación. Mentiría si dijera que si alguien me apetece de verdad que venga son mis lectores de esta página. Por ello, no veréis en ningún otro lugar la comunicación ni del lugar ni del día. Ni siquiera en el reportaje que del libro saldrá el próximo fin de semana en Fuera de Serie. Quiero que, como hace ocho años, seáis vosotros, mis mejores amigos y mi familia quien me acompañe. Semanas más tardes habrá otras presentaciones tanto en Madrid como por la geografía española, pero esta primera será la más especial. 

Me encantaría veros a todos allí y saludaros personalmente. Y los que ya recibisteis el libro encantado de saber si os ha gustado. 

PD Para aquellos que no compraran el libro en el tiempo de promoción y terminada la primera edición, el precio del libro queda fijado en 40€ más gastos de envío.

El Aristócrata

LA CHAQUETA INGLESA

$
0
0
El Reino Unido, y más concretamente su campiña del S. XIX, ha sido responsable de muchas de las prendas que hoy, doscientos años después, se siguen vistiendo en medio mundo. 

Sin ser la más célebre la chaqueta inglesa, sí es la prenda más extendida de cuantas todavía hoy perduran. Resulta fácil reconocerla por haber cambiado poco en todos estos años y mantener las características que la hicieron famosa.
Su tejido. Aunque puede confeccionarse con innumerables tipos de telas, la franela y el Tweed siguen siendo las más populares. Recordemos que estas chaquetas se vestían en muchas ocasiones sin abrigo exigiéndolas suficiente protección contra el frio y la lluvia. Estampado. 

Atrás quedó el tiempo en el que las familias se distinguían por el estampado de su chaqueta. Los muestrarios hoy son de lo más variados e imposible no encontrar uno que guste. Los lisos y, sobre todo, los de cuadros son los más característicos. Si nació en el campo, se popularizó a caballo. De hecho, su corte es prácticamente idéntico al original. 
Holgada como para poder vestir debajo un jersey, suficientemente larga como para tapar el trasero y con innumerables detalles pensados para ganar comodidad, combatir el frio y cobijar los enseres cotidianos. Precisamente pensando en la comodidad se le añadieron dos aberturas, aberturas que permitían en sus orígenes colocar el faldón por encima de la silla de montar y hoy evita que al sentarse la chaqueta se desboque. 

De ver una chaqueta con solo una abertura se antoja procedencia norteamericana. Los hoy extendidos bolsillos en diagonal proceden ciertamente de aquel S. XIX. Entonces el caballo era el medio de transporte más extendido y contar con bolsillos inclinados hacía la rutina de meter y sacar objetos más cómoda. Un tercer bolsillo de medida bastante más contenida servía para guardar los fósforos con los que encender los cigarros que protegían las pitilleras de plata. 
Los bolsillos principales no pocas veces albergaban una petaca con alcohol para calentarse frente al frío y años después para hacer uso de ella en los recesos en la caza del zorro. Si los bolsillos de las chaquetas italianas se caracterizan por ser de tipo parche, en la chaqueta inglesa estos cuentan con solapas para evitar que el polvo del campo entrara en ellos. 

Las solapas de la chaqueta terminan en línea recta y no en pico algo que confiere un aire más informal. Si al final de una de las solapas encontramos un ojal, en la otra puede ser posible descubrir un botón. Su finalidad no era otra que en caso de temporal desdoblar dichas solapas, sobreponerlas entre sí y abotonado el botón tener el torso protegido frente al aire y el frío. 
Si en sus inicios con la finalidad de enfrentarse al frio la chaqueta inglesa contaba con tres botones en su frontal, con el tiempo terminó estilizándose. Para ello, o bien mantenía estos mismos tres botones abotonándose únicamente el de en medio (3 para dos) o directamente aparecían dos abotonándose solo el superior. Los botones, tanto estos como los de las mangas eran, y son, de algún material natural. 

Si antes el cuerno era el material más extendido sin tener que ser todos ellos de idénticas medidas, hoy al botón se le da la clásica forma redondeada y se le decora. También hoy el corzo es frecuente verlo en la chaqueta inglesa. 
El interior siempre cuenta con forro y variados y amplios bolsillos para guardar en ellos todo aquello que impida unas manos libres para trabajar o disfrutar del campo. A esta chaqueta de sport - fue utilizada tanto en carreras de coches como en partidos de tenis - se le fueron incorporando detalles como una protección de piel para apoyar la escopeta o un flojo en la espalda para hacer el movimiento de disparar más cómodo. No obstante, estas son ya todas variaciones de la primera chaqueta inglesa. 

El Aristócrata

LAS MEJORES COMBINACIONES PARA EL OTOÑO

$
0
0
El otoño es, junto a la primavera, la estación más interesante y con más posibilidades de disfrutar de la ropa. 

Ambas estaciones rompen de manera clara con sus predecesoras y lo hacen en forma de nuevos tejidos, colores y hechuras. Si setas y caza toman la mesa, los pantalones cremas, los jerséis verde ciprés y los trajes de estambre se convierten en los protagonistas del nuevo armario. 
En otoños pasados hemos hablado de los colores más apropiados para esta temporada y por ello este queremos fijarnos en las prendas más acertadas y en las combinaciones más estilosas. Sabiendo que los colores cercanos a los de su paisaje, esto es cremas, verdes, mostazas y berenjenas, serán, principalmente en la ropa de sport, los más populares, veamos ahora como mejor mezclarlos.

El nuevo otoño, otoño caracterizado por temperaturas muy suaves, se ha convertido en el momento del año para disfrutar de la chaqueta de sport. Aunque los acolchados sin mangas son una alternativa muy agradable, la chaqueta de sport de tejidos abrigados ingleses, de estar bien confeccionada, puede ser igual de cómoda y desenfadada. 
Esta chaqueta, en corte inglés o en Norfolk – hablaremos de ella en otra ocasión – resulta perfecta para afrontar largos paseos tanto por ciudad como por el campo. De dos botones permite vestirse directamente sobre una camisa o si el frío anima con un jersey de pico. Este jersey, en otoño ya de lana, debería combinar en color con la chaqueta, resultando más acertado si su tonalidad es más clara que la de la chaqueta. 

Una camisa a cuadros anchos es el broche a la parte superior del conjunto. De tener cierto estilo el jersey pude ser sustituido por un chaleco de tejido similar al de la chaqueta, pero con distinto estampado. Por su parte, la elección tanto de pantalones como de zapatos dependerá de lo llamativo del estampado de la chaqueta. A menos cuadros o a cuadros poco marcados y a colores más tradicionales pantalones más serios – los grises de cachemira son una opción siempre elegante. 
Con estos botas tipo Chelsea o zapatos marrones de cordones con suela de piel suelen ser la mejor alternativa. De buscar cierta informalidad pensemos en chaquetas verdes, azules o burdeos con cuadros amplios. Con estas, los chinos y hasta los vaqueros parecen opciones más lógicas. 

Los zapatos de piel vuelta o, si se prefiere un toque más especial, las botas Balmoral con suela de goma combinan adecuadamente. Esta temporada verá el resurgir de la pana en las chaquetas. De gustarnos este tejido, y para evitar la imagen rancia de ciertas chaquetas del pasado, mejor optar por una fina y con construcción ligera con, por ejemplo, bolsillos tipo parche. 
El cuadro tipo Harris sigue siendo una opción clásica y atemporal. Bastará conseguir un corte actual para poder combinar esta chaqueta con un sencillo cárdigan verde oscuro o azul marino con un jean. Una bonita, y muy lógica, combinación que todavía no termina de conseguir arraigo en nuestro país es la formada por una chaqueta lisa y un jersey de cuello vuelto, también liso o de algún tejido trenzado. 

Si con un traje cruzado el jersey de cuello vuelto se antoja como un estiloso compañero, con una chaqueta de hilera sencilla se pueden adoptar tantos aspectos, y mensajes, como diferentes sean las combinaciones. Habrá que acostumbrarse a no ver camisa por fuera de las mangas de la chaqueta para vestirlo con naturalidad. 
A pesar del maravilloso encanto del abrigo cruzado todavía es pronto para él. Un tres cuartos ligero de tres botones donde abotonemos solo el central y las siempre livianas parkas resultan más acertadas con estas suaves temperaturas. 

Las gorras inglesas, aunque antaño reservadas para el campo y ciertos deportes, son hoy idóneas con prácticamente cualquier conjunto. Según la seriedad de las prendas escogidas tocará escoger un estampado liso o más marcado. 

PD ¡Nos vemos este martes a las 20h en la Calle Isaac Peral 58 en la presentación de "La Enciclopedia del Buen Vestir"!

El Aristócrata

PRESENTACIÓN "LA ENCICLOPEDIA DEL BUEN VESTIR"

$
0
0
El pasado 22 de octubre se presentaba oficialmente “La Enciclopedia del Buen Vestir” en el Colegio Mayor de San Pablo.

A pesar de la lluvia y los partidos de futbol de los dos principales equipos locales tuve la enorme suerte de ser recibido por un salón de actos prácticamente lleno. 
Como hice hace siete años con la presentación de “El Manual del Perfecto Caballero”, aquí os dejo las notas que el día antes escribí como guion. Los que asistieron seguro observarán algunas diferencias provocadas por el director y por no tener costumbre en ninguna de mis charlas leer papel alguno. 

¡Gracias a todos los que asististeis! 

Gracias Luis por una vez más estar en la presentación de un libro mío. Pero gracias sobre todo por seguir liderando esa tienda multimarca, Santa Eulalia, referencia de exclusividad y buen vestir no solo en España sino en toda Europa. D. José María de usted he hablado en tantos artículos que poco tengo que añadir. Solo agradecerle que siga con la misma humildad defendiendo el bonito y no siempre fácil oficio de sastre. Yolanda, es un placer tener a la periodista referente del mundo de la moda esta tarde aquí. Tu trabajo al frente de Harper´s Bazar, Vogue y Ragazza te abala como la profesional con mayor conocimiento del sector. Gracias al Colegio Mayor de San Pablo, mi colegio, por permitirme volver a la casa donde pasé los cuatro años más felices de mi vida. Solo los que hemos vivido en un Colegio Mayor sabemos lo afortunados que hemos sido por todas las enseñanzas y vivencias que aporta la estrecha convivencia con gente de lo más diferente. Y gracias a todos ustedes por acompañarme en un día tan importante.
Pero antes de entrar a resumir lo que ha sido este libro me gustaría hacer una mención especial a dos personas que estoy convencido que hoy les hubiera encantado estar aquí. En primer lugar a mi compañero de habitación en este Colegio Mayor de San Pablo, Borja Gonzalez Finat. En segundo a mi padre. (Tanto a uno como a otro dediqué unas palabras, pero prefiero no dejarlas por escrito)

Han sido más de tres años los que me ha llevado escribir este libro. Tres años en los que además de localizar las mejores fotos, he recopilado mis mejores artículos, los he actualizado y, sobre todo, he escrito desde cero la mayoría de los que en este libro aparecen.
Esta Enciclopedia no va de modas. De hecho, si buscan tendencias, marcas, o lo último en pasarelas difícil les resultará aquí encontrarlos. Este libro, por el contrario, habla de elegancia, pero de elegancia atemporal; esa elegancia tan válida hace 30 años, hoy y, esperemos, que dentro de otros 30.

Es una elegancia que sabe que el conjunto formal durante las mañanas es el chaqué, que su puesto a la noche lo debe tomar el frac y que pocas cosas hay más feas e incorrectas que vestir un esmoquin en una boda. Porque esta Enciclopedia no es subjetiva. Se basa en un protocolo con más de doscientos años de vigencia. 
Pero no solo de ropa formal habla esta Enciclopedia. También lo hace sobre conceptos mucho más básicos y que nos encontramos en el día a día. Por ejemplo, ¿qué color de zapato debo escoger según sea el del traje?, ¿cómo influye el color del traje según la hora del día o la estación del año en la que nos encontremos?, ¿qué corbata escoger según sea el estampado del traje y la camisa?, ¿Por qué no tiene sentido seguir abusando, como hoy hacemos, de los trajes azul oscuro sea verano, primavera, las 12 de la mañana o las 8 de la tarde? ¿por qué hay abrigos cruzados cuya belleza supera con creces a las chaquetas de moda? ¿por qué no se deberían vestir mocasines con traje? ¿por qué carece hoy de sentido desabotonarse los botones de las mangas del traje?

Si muchos capítulos están dedicados al traje, no menos lo hacen a la ropa de sport. Porque nos guste o no tenemos que admitir que el traje, al menos en su concepción purista, tiene los días contados. Pero una cosa es que el traje no reciba hoy el protagonismo de antaño y otra muy diferente es que lo sustituyamos por vaqueros, camiseta y zapatillas. Por ello, se dan recomendaciones en forma de chaquetas de tweed, abrigos tipo covert, zapatos de campo, jerséis de cachemira, camisas de sport y un largo etcétera. 
Es precisamente en la ropa informal, donde más debemos ser conocedores del impacto que la ropa low-cost tiene sobre el planeta. Ahora que la sostenibilidad por fin empieza a ser entre toda la ciudadanía una preocupación, hay que recordar que la industria textil es la segunda más contaminante del mundo solo por detrás de la del petróleo. De ahí que resulte mucho más aconsejable comprar un jersey de calidad que dure varias temporadas que otro de bajo coste al que a las dos puestas le salgan bolas y terminada la temporada toque tirarlo. La cantidad de agua que se necesita para hacer un jersey de calidad y uno low cost es la misma. Sin embargo, la longevidad de uno y otro es muy diferente. 
Precisamente la ropa artesanal, es decir la ropa que realizan sastres, camiseros y zapateros, ropa a la que más espacio se dedica en este libro, es la que más tiempo dura en el armario, además, de no pasar de moda tan rápido.  

¿Quién podría decir que los trajes de Sean Connery en su papel de James Bond o los del propio Cary Grant en la gran pantalla son menos actuales que los que desfilaban hace apenas tres años por cualquiera de nuestras pasarelas?
Y es que si hay algo atemporal eso es un buen traje o un buen abrigo artesanal. Y si tenemos paciencia y no nos importa esperar algunos meses hagámonos con unos zapatos a medida, ¡pero ojo a medida de verdad!, y disfrutaremos de unos zapatos pensados únicamente según nuestra personalidad y líneas de los pies. 

En un momento donde cada día vestimos todos más parecidos los complementos pueden servir para diferenciar ese traje gris de el de la persona de al lado. Por ello, no faltan tampoco largos capítulos sobre la corbata, la pashimna, los maletines más artesanales, los relojes manufactura o los paraguas a medida. 
El libro termina con un apartado de estilo de vida, un estilo de vida disfrutón del que creo que nadie que se gane la vida decentemente debe avergonzarse. Un coche deportivo clásico, un buen gin-tonic y un cigarro cubano con los amigos, un viaje por la riviera francesa alejados del turismo de masa, una bonita colección de relojes manufactura…

Porque como digo tras el capítulo introductorio: “Vive, Disfruta, Baila y Besa la Vida”.

Muchas gracias
El Aristócrata

UNA FORMA FÁCIL DE ORGANIZAR EL ARMARIO

$
0
0
A pesar de los esfuerzos realizados por multitud de marcas en conseguir ropa de calidad a precios contenidos, la realidad es que la ropa buena no es barata. 

Los materiales que en ella se utilizan y, sobre todo, la mano artesanal empleada lo impiden. Cierto que hoy más que nunca hay prendas de lo más bonitas a precios muy atractivos, pero de diseño y con calidad muchas menos. Por ello, los trajes, camisas zapatos etc., más si han supuesto un importante desembolso, requieren de un cuidado concreto que permita disfrutarla muchos años. 
Precisamente esta es una de las ventajas de la ropa artesanal: de cuidarse adecuadamente perdura muchos años en el armario. Y la organización de este resulta fundamental para alargar la vida de la ropa que en él descansa. "Me gusta mi dinero justo donde lo puedo ver: colgando en mi armario"– Coco Chanel. 

Sin embargo, tener, como antaño era frecuente, una habitación vestidor con suficientes armarios y espacio para cambiarse de forma cómoda y tener a mano chaquetas, camisas, zapatos etc. es hoy un privilegio al alcance de solo unos pocos. Por ello, con un espacio reducido se antoja necesario agudizar el ingenio y contar con los compartimentos necesarios para poder albergar tanto la ropa de trabajo como la de tiempo libre. De hecho, lo ideal sería contar con al menos dos armarios; uno formal y otro de sport para de esta manera tener, dependiendo del momento del día, todo lo necesario a mano. 
La disposición de la ropa es sencilla. Las camisas deben colgarse y no guardarse dobladas. De doblarlas la aparición de arrugas está garantizada. Debería abotonarse el primer botón para evitar que se caiga, el faldón no debería golpear con nada y las perchas de madera aún no siendo tan fundamentales como en las chaquetas y los trajes siguen siendo recomendables. Su grosor será menor, lo que permite contar con un número mayor de perchas. No se colgará más de una camisa por percha y los más exquisitos agradecerán perchas con pinzas para colgar un calzoncillo con idéntica tela al de la camisa. 

En la parte inferior de las camisas, separado por una balda de madera, unos cajones ocuparán el espacio inferior. Estos cajones son necesarios para guardar en uno de ellos los calcetines, en otro, dividido en pequeños cuadrados los cinturones, en otro los pijamas y en el último el resto de ropa interior. La otra mitad superior del armario la ocuparán trajes y chaquetas. Perchas más gordas y anchas en las hombreras serán necesarias para evitar que se terminen deformando. 
Los pantalones de vestir, de ser posible, deberían agarrarse por la botamanga con las pinzas de la percha. De no tener espacio pueden colgarse en la propia percha de la chaqueta. En este último caso la barra cilíndrica horizontal de la percha es conveniente que, además de ser gruesa para evitar se marque donde se dobla el pantalón, también aparezca forrada evitando así que el pantalón termine deslizándose y cayéndose. 

Los cajones donde mantener los jerséis pueden ser abiertos ganando unos milímetros extra de espacio. Lo mejor para las corbatas es conservarlas enrolladas, pero de no contar con suficiente espacio un cuelga corbatas situado al lado de las camisas de vestir hará las veces de aquel. Una caja de cartón será todo lo que necesitemos para tener los pañuelos de bolsillo a mano. 
Encontrar espacio para los zapatos no es tarea fácil. Los zapatos de calidad de cuidarse correctamente pueden durar toda la vida, por lo que lo más normal es que cada día sea más difícil encontrar espacio para cada nuevo par. Lo más recomendable es reservarles un armario para ellos solos. En su defecto, necesitaremos un sitio aislado para ellos en el armario. Unas grandes cajoneras o unas largas baldas extraíbles en los bajos del armario permitirán meter al menos los zapatos que más usemos. 

En su altillo siempre se podrán tener esas prendas que si bien no las utilizamos muy frecuentemente sí de vez en cuando. El armario más cercano a la puerta principal de la casa resulta el lugar más cómodo donde tener los abrigos y sus altillos donde almacenar las maletas y los sombreros, tanto los que usemos a diario como los de temporada. El mejor material para los armarios es la madera. Este es el compuesto que mejor resguarda la ropa de las humedades y olores. 
Si somos afortunados y contamos con armarios de grandes dimensiones, o todavía mejor con un gran vestidor, unas cestas para los múltiples accesorios – bufandas, pashminas, botonaduras etc. – evitarán que aparezcan cosas desordenadas en el interior del armario. Sin embargo, si el espacio es reducido mejor tener pocas cosas, pero de calidad. Esto será un acierto además de por la longevidad de las prendas también por poderlas conservar aireadas. 

Tener muchos trajes o camisas apelmazados solo producirá arrugas e incomodidad a la hora de extraer la ropa del día. Igualmente, pensemos que lo que no se ve no suele escogerse. Por ello, nuestro armario debería estar dispuesto de tal forma que con un rápido vistazo avistar todo lo que hay en su interior. En este objetivo unas luces que se enciendan al abrirse serán de ayuda. 
Un vestidor, también un armario, puede ser un espacio más de decoración de la casa, igual de atractivo que una cocina o una bonita biblioteca, de ahí que hacer un esfuerzo económico en él lo agradecerá tanto nosotros mismos y nuestra ropa como la casa en su conjunto.

El Aristócrata
Viewing all 689 articles
Browse latest View live