- La atemporalidad del estilo clásico.
- Cómo vencer la timidez de los españoles en el vestir.
- El ocaso del traje y corbata.
- Los retos de vestir de sport.
- Moda barata vs. Sastres y artesanía.
- El gusto por las cosas bellas.
- La atemporalidad del estilo clásico.
- Cómo vencer la timidez de los españoles en el vestir.
- El ocaso del traje y corbata.
- Los retos de vestir de sport.
- Moda barata vs. Sastres y artesanía.
- El gusto por las cosas bellas.
Ahora veremos algunos casos con los que podemos encontremos. Pero antes apuntar que se deberían dejar de lado los botones tipo fantasía, es decir, botones en colores llamativos, formas alejadas a las redondeadas, decorados a mano etc. En definitiva, nunca un botón debiese adquirir demasiado protagonismo; el protagonista es el abrigo o la chaqueta, pero no el botón (quizás por esta misma razón no entienda a aquellos que utilizan un color de hilo diferente para coser uno de los ojales de la manga de la chaqueta).
Las terminaciones más frecuentes con la brillante, la pulida o la de mate. Entre las tres las dos últimas parecen ser más adecuadas, principalmente porque no son pocos los trajes de confección que utilizan botones de plástico, plástico que suele tener terminación brillante. Si vamos a por un traje con mensaje de formalidad, los botones de corozo y de aspecto pulido armonizan acertadamente. Pudiera no ser fácil diferenciar el corozo del plástico a simple vista, pero bastará con morderlos para comprobar rápidamente si se trata de plástico o del compuesto 100% natural de corozo.
Sinceramente, en este punto yo al menos no tengo una opinión tajante. En mi caso, prefiero comprobar el efecto estético del botón sobre la tela que hacerlo pensando en el zapato que con esa prenda vestiré; entre otras cosas porque es más que probable que alterne zapatos de tonos diferentes con la misma chaqueta o traje. Si me fijo en mis trajes veo que casi siempre he seguido la norma, sobre todo con los trajes azul marino, de botones del mismo tono del tejido, si no negros o, aunque en menor frecuencia, marrón oscuro. Dicho esto, lo que sí hay que tener en cuenta es que cuanto más claro sea el tono del botón más informal aparentará ser la prenda a la que acompañe.
No hemos hablado de los botones de los pantalones y no por ello son menos importantes. De ser un pantalón independiente sigamos las mismas normas de las que hemos hablado a la hora de escoger los de la chaqueta. De tratarse de un pantalón independiente pensemos en el uso que le vayamos a dar, más formal o informal, y actuemos en consecuencia. Los puristas lo tendrán claro: siempre nácar en los botones exteriores de la cintura y de corozo, hueso o cuernos en bolsillos y portañuela (los botones por defecto de los pantalones de las sastrerías de siempre británicas).
Para otro capítulo dejamos temas también interesantes como si los botones se deberían tocar, sobreponer, las mangas contar con uno, dos, tres o cuatro botones, su correcto cosido o la conveniencia según sea nuestro físico de contar en el frontal con uno, dos o tres. O de ser cruzada con dos, cuatro o seis.
El Aristócrata
Si hace unas semanas hablábamos de los festivales de belleza donde se daban cita marcas como Zenvo, SuperVettura, MAT, Engler, Aspark o Brabham Automotive, hoy lo haremos de 5 coches pertenecientes al nicho de mercado de los hiperdeportivos y que bien pudieran aparecer en alguna de las estrofas de “Mas de cien mentiras”, una de mis canciones preferidas.
1-Koenigsegg One: 1
2-McLaren P1
3-Pagani Huayra Roadster BC
4-Bugatti Divo
5-Hennessey Venom F5
El Aristócrata
Las modas vienen y van y son muchos los que perecen frente a ellas. Sin embargo, todavía hay personas que tienen una personalidad muy afianzada y hacen caso omiso a sus dictados. A estos hombres no les importa vestir prendas de una época pasada o incluso de otra que todavía esté por llegar. Repasemos diez prendas y complementos que de utilizarse correctamente representan un desafiante atrevimiento a lo que hoy se considera correcto.
El Aristócrata
Sé que el fenómeno Factory es algo implantado en muchísimas ciudades y que en algunas, como NY, las marcas de lujo son bastante más numerosas. Cierto es que estos espacios ponen al alcance de un consumidor productos a precios que de otra forma no podría adquirir. Cierto es también que hay productos, como una chaqueta de piel o unos zapatos, que aún siendo de temporadas pasadas no pasan de moda y el ahorro puede ser considerable.
No sé qué pensáis vosotros, pero en mi caso ver una marca en un outlet supone despojarla de muchos atributos que antes le suponía. Siempre he dicho que uno de los nombres que deben acompañar a la palabra lujo debe ser el de exclusividad. Si algo está masificado no puede ser lujo. Y este, el de lujo, es uno de los atributos más difícil de conseguir pero también más fácil de perder. Ganarlo cuesta muchos años, perderlo solo unos pocos. Coloca la marca en un outlet y desaparecerá inmediatamente.
El Aristócrata
Aunque la vestimenta del frac sea ya testimonial todavía (como dato histórico apuntar que el último presidente en vestir el día de su “puesta de largo” chaqué por la mañana y durante la cena el hasta entonces obligado frac fue John F. Kennedy en 1961) hay ocasiones donde su vestimenta es muy bien recibida. No obstante, sea por la ignorancia que existe sobre las prendas de etiqueta o por el poco uso, la realidad es que muchos de los fracs que hoy vemos se alejan bastante del concepto más purista de esta bella prenda. De tener la suerte de ser invitados a una celebración en que se recomiende su uso se debe tener en cuenta los siguientes puntos relativos a las prendas que lo forman:
* La corbata de lazo. Blanca, de algodón y también en la misma terminación piqué del chaleco debe anudarse manualmente. Only the self-tied bow tie is acceptable as pre-tied bow ties are considered tacky and insulting to the formal nature of white tie. El nudo es del tipo murcielago o semi-mariposa. Importante que la corbata de lazo quede por fuera de los picos del cuello de la camisa.
* Los complementos:
oGemelos y botones. Los gemelos más extendidos son los fabricados en madre perla. Este material debería ser el mismo que el utilizado en la botonadura de la camisa y el chaleco, coincidiendo también en color con los de la camisa. Plata, oro blanco o platino son los materiales preciosos que mejor combinan con el mensaje de este atuendo tan formal. El oro amarillo debería mantenerse lejos de este conjunto.
oTirantes. Aunque nunca se vean, serán de seda blanca, tanto el cuerpo principal como las lazaderas con las que sujetar el pantalón.oSombrero. Será de tipo copa, forrado en seda natural negra o en su defecto de castor. Al igual que ocurre con el chaqué se debería estar muy familiarizado con su uso para no ensombrecer con su uso un buen frac.
oPañuelo de bolsillo. Su uso no es obligatorio, aunque un pañuelo blanco de lino siempre aportará un plus a la elegancia del conjunto. No obstante, en los fracs del S. XIX la norma era que el frac no llevara ningún bolsillo, ni tan siquiera el de pecho, de ahí que muchos amantes, y entendidos, de este conjunto dejen ese bolsillo huérfano de pañuelo introduciéndolo en un bolsillo interior junto a sus guantes. De escoger un clavel o una gardenia ambas deberían ser también blancas.
oReloj. Al igual que con el esmoquin, mejor dejarlo en casa. Si el esmoquin se viste en ocasiones tan alegres que carece de sentido mirar el reloj, el frac se escoge en ocasiones tan formales en las que chequear la hora también carece de sentido. No obstante, de querer llevar reloj este debe ser del tipo bolsillo y de plata, platino u oro blanco.
oGuantes. Pudieran recargar el conjunto, pero de quererse usar que sean blancos y de fina piel o de ante. Lo mismo ocurre con la bufanda, mejor sin ella. Rara será la ocasión que de tener que asistir a un acto en el que se requiera frac se acuda a pie. No obstante, de necesitarse se usará la misma que con el esmoquin: blanca o marfil de seda o cachemira y con flecos en los extremos.
oAbrigo. Nada como un buen Cherterfield o una capa española.
Ni que decir que hacerse con un buen frac pasa no solo por acudir al sastre, sino por acudir a uno muy experimentado en la elaboración de esta pieza.
El Aristócrata
Aunque a primera vista pudiera no apreciarse la diferencia entre un buen sombrero RTW de fieltro y uno hecho a medida, este se trabaja a mano desde la base del fieltro, con forma y medidas acordes exclusivamente a los deseos y fisionomía del cliente final, y ya no atendiendo a estándares. Para ello, entre otras cosas, se tiene que planchar el sombrero sobre las hormas más aproximadas para después adaptarlo con exactitud a la cabeza del cliente.
Para conseguir esta adaptación se utilizaba el «conformador», un aparato similar a un sombrero de madera que contaba con unas piezas verticales, llamadas palillos, para ajustar- se a la forma e irregularidades de la cabeza. Una vez colocado el conformador en la cabeza, se acopla un papel en los extremos de los palillos —donde cada uno dispone de un pequeño punzón— quedando perforado por ellos y marcado el dibujo de la cabeza.
Hoy en día es realmente complicado encontrar un artesano que realice un sombrero de calle a medida. En Andalucía todavía quedan algunos que mantienen la tradición descrita arriba, y siguen ofreciendo un sombrero enteramente hecho a la medida. Estos conservan los útiles y las técnicas de confección del sombrero Cordobés, que por su dureza necesariamente debe adaptarse a cada cliente. Pocas son ya las sombrererías que sobreviven en España, y al encontrarlas comprobaremos que prima el romanticismo sobre la necesidad.
La necesidad de tener que adaptar el sombrero a la cabeza ya no se busca hoy como se hacía en otro tiempo, pero no por ello el amante de este complemento ha dejado de disfrutar de la sensación de tocarlo, de apretarlo al cubrirse, de una determinada caída del ala, la sobreadaptación del sombrero en nuestra cabeza... Y la única manera de conseguir esto es haciendo gran parte del proceso a mano y utilizando solo los mejores materiales.
En definitiva, más allá de una medida o un conformado para cada cliente, se busca realzar su personalidad y espíritu. Este trabajo casi de artista no siempre es valorado, a pesar de representar a una prenda tan complicada como esta, y por ello se intenta potenciar en las sombrererías profesionales desde el consejo, la intuición y el realce de los clientes, algo muy difícil de conseguir en quienes todavía no son usuarios.
El Aristócrata
Abotonada la chaqueta esta empezará a abrirse desde la misma cintura y no más abajo consiguiendo así una mayor verticalidad. Conveniente optar por chaquetas con un solo botón o en su defecto por dos. No obstante, también se podrá elegir chaquetas de tres botones, pero solo aquellas donde el botón superior sea de mero adorno y no se pretenda abotonar (las denominadas 3 para dos). El corte de estas chaquetas hace que las solapas se alarguen mas y se junten más abajo que en las chaquetas de tres botones. Mejor sin aberturas traseras que con ellas.
El traje entero les favorece más que una chaqueta y un pantalón suelto. Esto es así porque ambas prendas dividen el cuerpo en dos partes muy diferenciadas y comprometerían la verticalidad. Por el mismo motivo tampoco es recomendable el uso del cinturón, mejor los tirantes o en su defecto por pletinas. Al vestir chaquetas de sport no queda otra que optar por un pantalón de tela diferente. En este caso, las chaquetas mejor de no tener cuadros o estampados marcados. Las lisas representan la mejor alternativa. Algo que aplicaría también a los pantalones de sport.
El Aristócrata
El Aristócrata
El Aristócrata
El problema no radica en la ausencia de la chaqueta, el verdadero problema lo encontramos en el hecho de que si no se tiene un mínimo gusto y tacto para vestir en estas nuevas reuniones cualquier cosa es posible, desde un correcto jersey hasta incluso, sobre todo en los meses de calor, una informal camiseta. Aunque en el foro que nos encontramos nos parezca lógico, resulta fundamental al levantarse asearse como si se fuera a la oficina. Ducha y el correspondiente afeitado son obligatorios; independientemente de que se vaya o no interactuar con más gente a lo largo del día. Esto es ya no solo una cuestión de higiene sino también de prepararnos mentalmente para el día de trabajo. De quedarnos en pijama o sin afeitar nuestra predisposición para el trabajo no será igual.
Entrando ya en materia, no valen ni camisetas ni sudaderas. La camisa resulta obligatoria. Una camisa Oxford parece una de las mejores opciones con las que afrontar ese día de teletrabajo. Su tejido, si es de calidad, es confortable y de escogerse en azul, con un pequeño cuadro vichy o de finas rayas se podrá con ella mantener muchas reuniones digitales o, de ser conveniente, poderla hacer acompañar rápidamente de una chaqueta.
Aunque con los meses que tenemos por delante ya no será necesario, en invierno aún estando en casa se agradece una prenda de abrigo sobre la camisa. Sabiendo que las sudaderas son cómodas, pero no aptas para responder a una llamada no programada, los jerséis o, incluso mejor, los chalecos o los cárdigan parecen ser la alternativa más confortable con la que sentarnos delante de la mesa de trabajo. De haber escogido la camisa en un azul claro y el cárdigan en azul marino habremos conseguido además de una combinación cómoda también una acertada. Los chalecos, por su parte, tienen ese plus de añadir una enorme comodidad y libertad de movimientos, más si se trata de interactuar con un teclado o con un folio y una pluma.
Los pantalones difícilmente se verán, pero al igual que con los zapatos, debemos buscar que sean cómodos pues van a acompañarnos todo el día. Vestidos torso y pies parece natural que el pantalón combine con ambos. Los chinos, y por qué no también los vaqueros con corte chino, resultan posibilidades acertadas. Sobra decir que ni los estrechos de cintura ni los tipo pitillo parecen buenas opciones pues con el paso de las horas sobre la silla terminarán incordiando.
El Aristócrata
Y entre todas ellas, he escogido cinco relojes o, mejor dicho, cinco movimientos, que a mi parecer fueron verdaderamente notables:
1-Reverso Hybris Mechanica Calibre 185 de Jaeger-LeCoultre
Con motivo del 90 aniversario del mítico Reverso, JlC ha lanzado el movimiento más complicado hasta ahora visto en su famosa caja rectangular. Si en la mayoría de los Reversos son dos caras las que albergan los movimiento, en esta ocasión han sido cuatro en las que se han alojado nada más ni nada menos que once complicaciones. Si podemos apreciar un tourbillion y un calendario perpetuo en la primera cara, en la segunda aparece una increíble sonería con notas graves para el número de horas, combinación de notas graves y agudas para los cuartos de hora y una sucesión de notas agudas para indicar el número de minutos que se sumarán a los cuartos transcurridos. En la tercera vemos tres fases lunares: el ciclo sinódico, el ciclo dracónico y el ciclo anómalo, algo que permite hasta determinar eclipses, solares y lunares, y fenómenos lunares tan poco corrientes como las superlunas. El que las fases lunares del Quadriptyque necesiten únicamente un ajuste cada 1111 años convierte a este reloj en el único jamás fabricado con semejante información sobre los fenómenos astronómicos. En la cuarta cara, la tapa trasera, se muestra una representación de las fases lunares en el hemisferio sur.
2-Vacheron Constantin Les Cabinotiers Armillary tourbillon calendario perpetuo ‘Planetaria’
Con 745 piezas, cuatro años de desarrollo, el movimiento muestra la fase lunar tanto del hemisferio norte como la del hemisferio sur, un calendario perpetuo de salto retrógrado regulado por un tourbillon de doble eje y complementado con una representación tridimensional de dichos hemisferios, hemisferios donde se puede apreciar cuando es de día y cuando de noche. Todo esto consigue unos precisos cálculos astronómicos del ciclo de los días, las estaciones, las fases de la luna y las constelaciones del cielo. Según indica la casa, algo verdaderamente a destacar es su resorte en la espiral cilíndrica y el volante. Algo inventado en 1814 por Jacques-Frédéric Houriet y que mejora el ritmo del tourbillon aportando un perfecto isocronismo con 18,000 alternancias y 65 horas de reserva de marcha. El escape de la pieza cuenta con espiral de silicio y áncora de diamante para reducir la fricción y eliminar la necesidad de lubricación.
3-Lange & Söhne Zeitwerk Repetición de Minutos
Resulta francamente curiosos como con un reloj mecánico Lange ha conseguido, utilizando un movimiento de números saltantes, un reloj con gran parecido a un reloj digital. No obstante, es la complicación de la repetición de minutos decimales haciendo sonar las horas con una señal acústica grave, los diez minutos con una doble y los minutos con una aguda, lo verdaderamente destacable. Todo ello con una perfecta sincronización entre lo que marcan los discos y lo que está sonando.
4-Patek Philippe Calendario perpetuo referencia 5236P-001
Nada o muy poco queda a Patek por inventar. Concretamente con el lanzamiento de este reloj la manufactura ginebrina apunta tres nuevas patentes. Si bien calendarios perpetuos son ya muchas casas las que los realizan, Patek lo lleva haciendo desde 1925. Y el 5236P-001 no es otro más. Su diferencia, y complicación, radica en un movimiento de cuerda automática con un sistema de indicación de la fecha en una sola línea por medio de cuatro discos, algo que ayuda a una lectura rápida y fácil. Los que tengan o hayan visto un reloj con calendario perpetuo estarán conmigo que en la mayoría de las ocasiones se requiere de algunos segundos para adivinar en qué día, mes y año se está, además, todo sea dicho, de una vista privilegiada. Si como vimos en el Lange & Söhne Zeitwerk Repetición de Minutos, el contar con unos discos tan grandes tenía un impacto directo en la duración de la reserva de marcha, Patek ofrece los suyos, pero con un consumo mínimo de energía, llegando su reserva hasta las 48 horas. Para ello ha tenido que añadir cuatro discos y 118 componentes más que en su calendario perpetuo estándar.
5-IWC Big Pilot’s Shock Absorber XPL
Aunque IWC tiene mecanismos manufactura, como casa no se la puede calificar como tal. De hecho, uno de sus modelos más emblemáticos, el Portuguese, monta en sus modelos más corrientes el calibre Valjoux 7750; probablemente algo modificado, pero un Valjoux al fin y al cabo, el mismo calibre que llevan relojes diez veces más baratos.
Dicho esto, también es cierto que como marca tienen el conocimiento, y desde hace años también las ganas, para remangarse y sacar al mercado cosas verdaderamente interesantes. Y hoy aquí el ejemplo. El IWC Big Pilot’s Shock Absorber XPL lleva uno de los sistemas anti choque de aceleración más sofisticados y probados del mercado; de ahí que no sorprenda el que les haya llevado ocho años su desarrollo.
Según indican desde la marca, este reloj puede aguantar fuerzas de más de 30.000G o, dicho de otra manera, un cuerpo humano en una montaña rusa en un giro en forma de O aguanta una aceleración de 3 o 4 G. Recordemos que es muy poco probable que una persona aguante una fuerza de 10 G más de uno o dos minutos. La caja de cerámica y titanio es una de las señas de identidad de la casa de Schaffhausen.
Como parece ser que será lo habitual de ahora en adelante, también IWC ha anunciado que solo hará diez unidades al año de este modelo. La acertada estrategia de marketing de Rolex con su Daytona, Audemars Piguet con su Royal Oak o Patek Philippe con su Nautilus, con una producción a cuentagotas, está creando alrededor de unas determinadas referencias una demanda muy superior a la oferta, algo que eleva a la categoría de “mitos” ciertos relojes. En el caso de este IWC, con un precio contenido de 75.000€ seguro que también será uno de esos relojes que para hacerse con él tocará apuntarse a una lista de espera.
PD En el video de la semana podéis ver el resto de los grandes lanzamientos
El Aristócrata
El hombre francés viste bien, pero en términos de estilo masculino resulta difícil identificar unas figuras claras o rasgos globales típicos como los que se suelen atribuir a la sastrería italiana o a inglesa. Como pasa con la sastrería española, la francesa cuenta con profesionales excelentes y de gran prestigio, pero al no haber creado históricamente un estilo propio ha tenido que crecer entre los dos grandes países de referencia, vivir a su sombra e inventarse un estilo con el que definir su sastrería.
Otro detalle que hoy se considera propiedad de la sastrería francesa es el cran de solapa que los sastres parisinos han ido desarrollando a partir del diseño de Joseph Camps. Español originario de Vic, provincia de Barcelona, Joseph Camps se estableció en Francia después del final de la segunda guerra mundial, siendo desde entonces uno de los sastres más influyentes del país. En 1969, se asocia con Mario de Luca, sastre de origen italiano, para crear Camps de Luca que, hoy en día, sigue siendo una de las mejores sastrerías de París y, seguramente, de todo el mundo.
También las famosas Maisons Lanvin o Arnys - hoy Berluti -, Max Evzeline, André Guilson (que dedicó muchos esfuerzos en desarrollar la escuela de formación de sastres en Paris) o Jo Kergoat siguieron la tendencia. La nueva generación de sastres artesanos, Maison Sirven, Maison Brano, Kenjiro Suzuki, Maison Pen o Ardentes Clipei, apostaron por mantener estos detalles y seguir expandiendo por medio mundo la idea de la existencia de una sastrería francesa. La idea de algo propio sigue siendo incluso hoy imposible de pensar en la sastrería española, empeñada en defender las características de cada sastrería, pero no como nota común de todas ellas, impidiendo esto que la sastrería española vuele más allá de nuestras fronteras.
Son estas características, visibles, que no llamativas, las que permiten hablar de un cierto estilo francés. Este se puede definirse como una búsqueda del corte perfecto, afinando la figura sin perder confort y marcando su estilo en unos pocos puntos concretos claramente apreciables. El resto difiere del sastre que se haya escogido, aunque por lo general es frecuente ver una clara influencia de guiños tanto ingleses como italianos, de hecho, por ejemplo, algo tan particular como suele ser el ojal de la solapa en la francesa se apuesta casi siempre por el tipo "milanese".
Cierto que cada sastre tiene su manera de trabajar e incluyen detalles en sus prendas que pueden, en un momento dado, diferenciar su trabajo de el de sus compañeros internacionales. Sin embargo, difícil sería de ver un traje artesanal español fuera de nuestras fronteras afirmar con seguridad que es español como si se podría hacer de ver uno napolitano o incluso inglés.
La sastrería española experimenta hoy una evolución similar a la inglesa. Si bien la sastrería napolitana prácticamente desde sus comienzos ha mantenido la misma idea de lo que debería transmitir un traje, la española e inglesa están en pleno proceso de adaptación a los nuevos tiempos. Si cogiéramos prendas de sastres recientes, pero ya jubilados o desaparecidos como los hermanos Mogrovejo, Antonio Collado, Pedro Muñoz, Hilario Casado, etc. nos deleitaríamos con modelos de prendas que hoy ya no se ven, pero también comprobaríamos el poco uso que hoy se les podría dar. Prendas increíbles pero pesadas - tejidos de peso superior a los 340 gramos -, armadas, con prominentes hombreras, entretelas gruesas, excesivamente cosido y agarrotado, etc. Todo en pos de un traje prácticamente indestructible pero cercano al traje regimental británico. Hoy, por el contrario, mirándose en la sastrería italiana y más concretamente en la napolitana, la sastrería española busca prendas más frescas, más sueltas, con un toque “chic” y, sobre todo, acordes a la nueva climatología y a lo que la juventud reclama. Estúdiese una chaqueta de verano de un sastre de prestigio español y observaremos una terminación muy similar a la de una chaqueta a medida napolitana.
Dicho todo esto, si bien todavía es difícil hablar de un estilo claramente español, no lo es hacerlo de algo que diferencia a los mejores sastres españoles: su cuidada mano de obra. Esta es de una gran calidad, en algunos casos tan buena como la que más internacional, y muchos detalles que en sastrerías conocidas inglesas se rematan a máquina en España se hacen a mano. Basta coger una prenda de fuera de nuestras fronteras y ver su rematado, tanto de fuera como de dentro, para apreciar y dar valor a nuestra mejor sastrería nacional. Igualmente, de desmontar la prenda se observaría que las partes que quedan ocultas han sido tratadas de manera más cuidada que en muchas sastrerías admiradas a nivel mundial.
Si tener una de las celebres chaquetas safari de Cifonelli debería ser algo casi obligatorio para el amante de las cosas únicas, el disfrutar de un esmoquin de Manuel Calvo de Mora, más si se es español, debería estar en los primeros puestos de la lista de deseos.
El Aristócrata
1.Primero elige el traje, luego la camisa, después la corbata y finalmente el pañuelo de bolsillo. El traje marcará el color y diseño de la camisa, está la de la corbata, y todos en su conjunto el del pañuelo de bolsillo.
2.Busca cierto contraste en los colores. Para ello prescíndase de repetir los colores de la camisa en la corbata o, de hacerlo, intentar que el color predominante en la camisa no sea el protagonista en la corbata. Es decir, si la camisa tiene franjas granates, escójase una corbata con algún motivo en este tono, pero asegurándose siempre de que el color principal de la corbata sea diferente, y además sea más oscuro.
4.Elíjase un diseño para la camisa y otro para la corbata. Asegurarse de que el diseño de cada prenda es de una escala similar ayuda a no equivocarse en la elección. Por ejemplo, si se quiere combinar una camisa de fuertes rayas hágase con una corbata de marcados lunares.
6.Lo más seguro: la camisa y corbata lisa. Aunque es algo aburrido puede ser una alternativa difícil de batir.
8.Las camisas de cuadros son para el campo. Lo mismo aplica a las corbatas de lana.
9.El nudo de la corbata debe cubrir el espacio que dejan los picos de la camisa.10.Si bien todas estas claves ayudan a la hora de escoger la mejor combinación de camisa y corbata, el gusto de quien las elige y ese primer flechazo al ver la corbata superpuesta sobre la camisa suele ser la mejor consejera.
Otro rápido paréntesis aquí para animar a aquellos que se dejan llevar por el marketing o la “marquitis” a que apuesten por las alpargatas españolas de “toda la vida” y no caigan en la tentación de hacerse con modelos que parecen haber sido fabricados lejos de nuestras fronteras. Muy probablemente también esas alpargatas habrán salido de alguna de nuestras fábricas del País Vasco, Murcia o de la Rioja. Además, una alpargata es, y así creo que debería seguir siendo, una alpargata, es decir, un calzado de gran sencillez, con una loneta y su característica suela de esparto, elaborado a mano y sin mayores pretensiones. Es decir, carece de sentido pagar por ellas lo que hoy empieza a ser norma. Si a alguien le interesa aquí dejo un link con una reflexión que escribí hace tres años sobre los productos más famosos que se fabrican en España y que pudiéramos no ser conscientes.
Con todo ello presente, no resulta del todo sencillo encontrar un zapato para vestir en el tiempo libre y que aúne comodidad, frescura, cierta elegancia y que sea relativamente vestido. Quizás uno de los pocos que podría darnos todo ello sería el tipo gommino o, también, los mocasines de piel blanda. Los gominnos tienen la particularidad de contar con pelotas de goma – conocidas como gomminos - en la suela, algo que no los hace aptos para todos los públicos. Algunos podrán achacarles que no son particularmente cómodos y otros que su uso intensivo pudiera terminar desgastando dichos tacos de goma y hacer a zapato inservible.Como usuario de ellos no he llegado nunca a desgastarlos tanto como para no poderlos usar – cierto que tampoco es que los maltrate mucho -. Respecto a la comodidad, requieren acostumbrarse a ellos ya que al no pisar con la totalidad de la planta del pie pudieran no resultar los mocasines más cómodos. No obstante, a quienes no les gusten los gomminos pueden encontrar este mismo zapato con suela estándar. Aunque no resulta difícil acostumbrarse a su pisada, en lo que todos los que los vestimos estamos de acuerdo es en que a pesar de haber podido nacer para acompañar a los pies de los conductores, no son, ni de lejos, la mejor opción para ello al no poder tener fijado el pie ni al suelo ni poder pisar con seguridad los pedales.
Además de los gomminos encontramos otros zapatos con corte de mocasín de fina piel que básicamente actúan como un guante para el pie. Su elaboración es bastante más sencilla, así como su aspecto. Seguro que todos recordareis, y hasta vistáis, los mocasines internacionalmente famosos de Jesús Canovas, mocasines vestidos desde por Julio Iglesias hasta por Favio Briatore o George Clooney. Este tipo de mocasín, no solo los del zapatero ilicitano, destaca por su enorme ligereza y su piel extrafina lo que los acercan más a una alpargata que a un zapato mínimamente armado.
El Aristócrata
El proceso de un zapato bespoke comienza con la toma de medidas y se termina con el producto final. Es el cómo está hecho, quién lo ha manufacturado y los procesos internos de cada casa lo que determina el resultado final. Durante la toma de medidas no se recogen únicamente unos números relativos al tamaño del pie, sino que se tienen en cuenta otros elementos. No es lo mismo un pie graso y poco sensible que uno huesudo. El primero fácilmente puede introducirse en un zapato relativamente prieto sin complicaciones, mientras que un zapato en un pie huesudo resultará doloroso debido a la mayor exposición de partes sensibles.
Para ser zapatero hay que ser también escultor. Un buen zapatero es quien toma las medidas y quien también esculpe en madera la horma - el bloque de madera que representa no solo el pie del cliente sino sus gustos en forma de silueta - para asegurarse de que el ajuste sea perfecto. Esto equivale a ser medido por quien va a cortar el traje. No son solo números, sino que se conoce al cliente, qué le gusta y cómo le gusta, siendo esto de elevadísima importancia. Un ordenador o un escáner 3D puede tener absoluta precisión, pero no entienden de huesos, gustos, ni tienen concepto de esbeltez en la proporción. Esto hace que la mejor forma de esculpir una horma para un zapato a medida sea usando las manos, un cuchillo y mucha paciencia.
Una vez está la horma finalizada, se fabrica un zapato completo también con cuero desechado. Pero esta vez, en vez de una suela de corcho, se utiliza una de goma. El cliente utilizará este zapato varios días o semanas para poder tener una idea exacta del calce del zapato, pero, sobre todo, la evolución de este, ya que, siendo el cuero un material flexible, evoluciona cuanto más se utiliza. De ser esta última prueba satisfactoria, se procederá a hacer el zapato final.
Una vez el zapato se ha terminado, se envía al cliente para que pueda “domarlo”, y tras unas semanas de uso se enviará de vuelta a la casa para fabricar los pernitos, también enteramente artesanales. La razón de esto se debe a que el zapato, una vez utilizado, no tendrá nunca la forma de la horma original, y de estar hecho el pernito a partir de la horma no estirará el zapato adecuadamente. Al fabricarse enteramente a medida y a mano, los pernitos pueden también personalizarse a gusto del cliente, pudiendo tintarlos de numerosos colores, hacerlos en tres piezas, con bisagra o numerados para que siempre estén en el zapato adecuado.
Lo que uno obtiene a cambio de mucha paciencia, y un importante desembolso, no es otra cosa que un zapato en el que se han cuidado absolutamente todos los detalles, en el que el tacón seguirá a la perfección la línea marcada por el talón en todos sus planos, formado por finos estratos lijados hasta alcanzar una completa horizontalidad, unidos entre sí por una mezcla de pegamento, clavos de madera, y clavos metálicos. El cuero tendrá puntadas de refuerzo en las que el hilo ha sido trenzado a mano, las hebillas del zapato de hebilla se habrán buscado expresamente según el gusto del cliente e incluso es posible que se hayan añadido alzas interiores para dar unos centímetros de más al portador, o para corregir una diferencia en la longitud de las piernas.
Muy populares son los diseños hechos con clavos de latón de diverso grosor en la cintura, permitiendo llevar iniciales, fechas o dibujos completos. También lo son los diseños a medida del brogueado, perforaciones con las iniciales de los hijos, las propias, o un diseño personalizado propio del cliente. La elección de todos y cada uno de los elementos que conforman el zapato, tanto estéticos como estructurales será aquello que el cliente pida. También quedará siempre la posibilidad de encomendarse al artesano.
El Aristócrata
COSAS A HACER:
•Caliente ligeramente el pie del cigarro antes de encenderlo.
•Retire la banda o anilla después de encender el cigarro. En cuanto el cigarro está caliente esta se puede retirar sin mayor dificultad.
•Sostenga el cigarro entre su dedo índice y el pulgar, no entre el índice y el corazón.
•Deje que el cigarro se consuma con una muerte digna; después de haberse consumido la mitad el resto no mantendrá la forma de esa primera mitad.
•Cuando lo haya terminado deséchelo discreta y rápidamente.•Espere al menos 15 minutos entre cigarros, ya que de no hacerlo podría parecer que no fuma por placer sino por necesidad.
COSAS A EVITAR:
•Utilizar una navaja para cortar o perforar el extremo del cigarro.
•Encender un cigarro debe ser una experiencia personal; uno debería llevar su propio fuego evitando tener que pedirlo.
•Encender el cigarro demasiado despacio o demasiado rápido.
•Disfrutar del exhibicionismo, ya sea que esté encendiendo o ya fumando el cigarro.•Volver a encender el cigarro si menos de una cuarta parte de él es hoja.
•Poner el cigarro en la boca para volver a encenderlo.
•Apretar el cigarro entre los dientes.
•Mojar el extremo del cigarro. No masticarlo ni babearlo.
•Fumar demasiado rápido.•Siempre usar un porta cigarros.
•Meter un palillo o cerilla en el extremo del cigarro para ayudar a mantenerlo en la boca.
•Sumergir el cigarro en oporto o brandy, un hábito atribuido a Winston Churchill.•Fumar mientras se trabaja.
•Sostener el cigarro entre el dedo índice y medio; siempre entre el pulgar y el dedo índice.
•Fumar mientras se camina en público.•Fumar más de la mitad del cigarro.
•Apagar el cigarro triturándolo al cenicero. Hay que dejar que el cigarro muera poco a poco de manera natural.
•Fumar un cigarro tras otro.PD En esta página somos conocedores de los efectos perjudiciales del tabaco sobre la salud y recomendamos encarecidamente no fumar. Pero si lo vas a hacer, hazlo con estilo.
T&A cuenta con dos fábricas propias, una dedicada exclusivamente a la confección de corbatas y otra a la camisería a medida, donde trabajan cerca de treinta costureras. Si bien sus camisas son lo más demandado, lo que poca gente conoce es que son sus calcetines y, sobre todo, sus jerséis de cachemira las otras dos prendas estrellas de la casa. Si los calcetines se los hace Pantherella hasta en seis tallas diferentes, dos materiales y dos largos, son los jerséis, con un precio de hasta 1.200 libras, los más queridos por el cliente joven, cliente que como veremos más adelante es testimonial en la casa.
Javier recuerda preguntar el porqué de la edad tan avanzada de la clientela y no olvida la respuesta de su responsable James Cook: “No nos importa no tener clientes jóvenes. Estos jóvenes ya envejecerán y entonces empezarán a valorar lo artesanal e intemporal, pasarán de marcas y modas y vendrán a nosotros. Así ha sido siempre y así seguirá siendo. Quizás por ello la media de edad del cliente de T&A esté más cerca de los 70 que de los 50.
Tanto en la fábrica de corbatas como en las de camisas hay más mujeres que hombres cosiendo. Y son sus manos las que guían a las máquinas que las cosen, proceso que se produce enteramente dentro de sus premisas. Pocas cosas diferencian -excepto los cuellos desmontables y el corte- la camisa de T&A de principios del S.XX de la que hoy se confecciona, quizás solo cierta atención en la utilización de tejidos y materiales, como los botones, más sostenibles. Tan poco han cambiado las cosas por Jermyn Street que hoy un chaval de 20 años podría mandarse a confeccionar la misma camisa que su padre se hizo veinte años atrás. T&A tiene un fondo de telas y diseños propios que siempre mantienen en stock.
A este fondo de armario, T&A incorpora todos los años cerca de 30 nuevos tejidos que una vez acabados no vuelven a fabricarse. Si las primeras telas corrían a cargo de Thomas Mason, hoy, ya bajo propiedad de Albini, las telas que Albini confecciona para T&A solo las hacen para los ingleses, basándose en diseños del equipo creativo de la casa.
T&A ofrece a sus clientes tres tipos de camisas: RTW, MTM y Bespoke. La diferencia entre el RTW y el MTM es que en estas últimas el cliente puede elegir el largo de manga, el tipo de puño y cuello y siempre solo entre las telas propias de T&A (las de Thomas Mason). Ambas están, al igual que las bespoke, confeccionadas 100% a máquina – solo los bordados se cosen a mano. Si el precio de las RTW empieza en 195 libras, pudiendo llegar a 450 libras si están confeccionadas en seda, a las MTM habría que sumar 50 libras sobre su homologa de RTW.
El tercer tipo, las camisas bespoke, se diferencian por poderse confeccionar con cualquier tipo de tela, de cualquier muestrario existente en el mercado. Obviamente, estas se realizan después de tomar dieciocho medidas al cliente, escoger uno de los veinticinco cuellos disponibles – o confeccionar el suyo propio-, realizar un patrón y una camisa de prueba que se repite cuantas veces sea necesario. La mano de obra empleada es exactamente la misma que en las camisas RTW. Dicho esto, en palabras de Javier, su hechura es magnífica y si bien son a máquina tienen detalles mucho mejores que muchas camisas artesanales que él ha visto. Su precio entre 325 y 500 libras. Todas las camisas, tanto las RTW, las MTM como las bespoke se realizan en su totalidad en su fábrica.
Las camisas de T&A pueden ser fácilmente reconocibles de escoger alguna de sus telas a rayas. Estas suelen ser de colores vivos y de grosores generosos. “Si en España pudieran resultar informales, en el Reino Unido son toda una seña de identidad. No obstante, hay tejidos, como los que usa el Príncipe Carlos, menos llamativos y más conservadores”. “Sus telas, al contrario de lo que ocurre en la mayoría de las camiserías artesanales, solo pueden ser de gran calidad, siendo la tela de entrada un algodón egipcio 100%. Es también frecuente ver en España e Italia camisas con una magnífica mano de obra, pero con algodones nacionales de justa calidad o, incluso, con tejidos con mezcla. Esto es algo impensable en T&A”.
“Dicho esto, lo que más nos llamaba la atención a los que allí trabajábamos eran esos clientes que te traían sus camisas hechas a mano para presumir de ojales y costuras artesanales con sus cuellos termofijados. Ninguna, absolutamente ninguna camisa a medida en T&A se hace con un cuello termofijado. ¿De qué vale que tu camisa esté cosida a mano si luego le plantan un cuello con pegamento?”. En T&A Hay dieciocho tipos de entretelados para el cuello y también los puños se cosen siempre con entretelas flotantes. Al cliente de T&A claramente no le importa que sus camisas no estén cosidas a mano, pero sería imposible venderles una camisa con un cuello termofijado.
Wil Whiting es de los pocos camiseros británicos que goza del respeto y admiración de los cortadores de T&A. Reconociendo que sus camisas son el “non plus ultra” también apuntan que sus precios duplican los suyos y que si bien en mano de obra son toda una obra de arte, su hechura no supera la de T&A. “Hay que tener en cuenta que T&A lleva haciendo camisas desde 1885 y saben perfectamente cómo va a evolucionar cada tela, cada cuello, como variarán los colores con los diferentes lavados. Y todo ello está hoy informatizado pudiendo rápidamente añadir medio centímetro a un cuello o a un largo aún cuando el cliente así no quiera.
Saben que cuando esa camisa de prueba tras ser lavada tres veces vuelve a la sastrería para verla cliente y cortador y así asegurarse que quedará exactamente como el cliente quiere. Y esto no hay camisería en el mundo que lo haga, que yo sepa” cuenta Javier quien también admira el trabajo de Wil Whiting. “Nosotros hemos visto camisas suyas en cuyos ojales hay que fijarse mucho para no afirmar que están hechos a máquina. No hay una camisa tan bien hecha como las suyas. Juega en otra liga”.
El pedido mínimo de T&A son cuatro camisas, no mucho tiempo antes eran seis. Con uno de los tejidos escogidos se te hace la camisa de prueba, se te manda a casa y, como ya hemos comentado, el cliente debe pasar a probársela por la tienda después de al menos tres lavados. Entonces las cuatro camisas, con el patrón definitivo, se mandan a coser a su fábrica – la camisa de prueba se desecha. No habrá sorpresas, la hechura de las cuatro camisas será idéntica. Si no se indica lo contrario estas llevarán dos pinzas en la espalda. En seis semanas las camisas están listas para vestirse.
El cliente T&A es muy estándar. Persona de elevada edad, normalmente por encima de los setenta años, muy inglés, “old money”, más aristócrata que empresario y con profesiones tradicionales. Poco árabe y ruso y más inglés que lleva toda su vida haciéndose sus camisas en T&A. “En el día a día raro es que no pase a la tienda un miembro de la cámara de los Lores o de la Casa de la Reina”. Y a todos ellos les atiende James Cook quien desde el año 94 es el responsable de la tienda. Y es James Cook quien mejor representa la filosofía de la casa.
Volviendo sobre el cliente nos sigue contando Javier que resulta francamente difícil cambiar las colecciones pues el cliente T&A está muy fidelizado y busca siempre lo mismo. No le gustan los cambios, ni en los tejidos, ni en las colecciones ni siquiera en la propia tienda. “Busca lo que llamamos el ADN de T&A: aire clásico, colores atrevidos y la máxima calidad de los tejidos”. Son personas que están por encima de cualquier moda.
“La gente joven no paga dinero por prendas como las de T&A. Si se gastan dinero en ropa, que ya es mucho decir, será en algo que lleve un logo o que está de moda”. “El secreto de T&A es mantenerse fiel a su producto estrella y a su cliente tipo dejando moda y creatividad para las casas pasajeras”. Quizás por ello lleven más de cien años trabajando con muchos de los proveedores de sus primeros años. No insertan publicidad en revistas ni trabajan con influencers. Por el contrario, prefieren esforzarse en el trato con el cliente. Por ejemplo, cuando alguien compra una corbata de lazo y no sabe hacerse el nudo, se le enseña en la tienda a anudarla sobre la pierna para de esa forma que el nudo de su corbata sea el suyo y el de nadie más.
Curioso es también que la camisa de Daniel Craig sea la menos vendida de James Bond, y esto lo es por su cuello. Tuvieron que hacerle unos picos muy largos pues al tener un trapecio tan musculado o los picos se alargaban para que tocara su torso o terminaban volando. Casino Royale fue la última película en la que se pudo disfrutar de las camisas de T&A.
Espero que os haya gustado
El Aristócrata
3. Corbata de medallones o dibujo corbatero grande. Esta corbata comenzó a ser muy popular durante la primera mitad del siglo XX. De hecho, era habitual llevarla a los actores de la época dorada de Hollywood. Se considera un must dentro de las prendas «vintage». Debido a su estampado siempre debe ir combinada con camisas lisas o falsa Lisa. Por otro lado, el traje que mejor combina es el confeccionado con tejidos sin apenas fantasía para no recargar el conjunto.
Para terminar esta lista es preciso evocar a la diseñadora francesa Coco Chanel. «Las modas pasan. Solo el estilo permanece». Tal vez estás corbatas no sean las que representen la moda en un momento determinado, pero seguramente marcarán el estilo del hombre durante toda su vida.
El Aristócrata