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LA SOBRIEDAD EL NUEVO LUJO

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Hasta no hace tiempo muchos ricos, casi todos de nuevo cuño, mostraban poderío económico a través de todo tipo de excesos. Jets, coches deportivos, grandes mansiones, ropa, complementos de caras marcas y un sin fin de ayudas con las que buscaban que su opulento bolsillo no pasara desapercibido. 

Y no conformes con disfrutar de todo esto, se hacían eco de ello en las redes sociales. Hoy, en cambio, las cosas están cambiando y el lujo visible deja paso al oculto. El rico, al menos el de verdad, ya no busca enseñar riqueza, por el contrario, prefiere invertir en bienes inmateriales o en materiales, pero sin presumir. 
Sea una universidad americana de prestigio, un cuadro, una semana en una clínica anti-estrés o anti-envejecimiento, una atención médica privilegiada o unas vacaciones anónimas, lo que parece claro es que ya no busca lucir el más conocido reloj suizo o conducir el último deportivo italiano.

A esa educación privilegiada se unirá una cuidada seguridad privada y más que probable será que a una valiosa fotografía la acompañe la figura de un conocido escultor. Y también la ropa experimenta este cambio. Sobre todo, la ropa femenina apostando ahora las más pudientes por conjuntos no sexualizados que empatizarán con los de muchas mujeres de clases económicas más modestas. 
Estos nuevos looks discretos serán la nueva moda y huir de cualquier símbolo de estatus externo será una virtud. Ahora se trata de mezclarse entre la multitud. La ostentación empieza ya a considerarse de mal gusto asociándose con gente de dinero, pero de escaso nivel cultural. 

La austeridad, en algunos casos llevada a extremos - con millones asegurando llegar a fin de mes vestir camisas con cuellos y puños rozados no es de ser austero, sino de miserable -  empieza a imponerse entre aquellos que saben que están muy por encima, en dinero y en cultura, de quienes se valen del lujo exterior para mostrar estatus. 
Por otro lado, el término “köpskam”, “vergüenza de comprar”, y más de artículos conspicuos, empieza a calar no ya solo en ese reducido porcentaje sino en la sociedad en general. El gran impacto sobre el medioambiente de la industria de la moda, la segunda más contaminante solo por detrás de la del petróleo, hace que nos empecemos a acercar a ella, sobre todo a la “low cost”, con otros ojos. 

Si bien esta concienciación es ya un hecho en países nórdicos, todavía en España no ha terminado de calar; quién sabe si es por haber sido uno de los mayores propulsores de ella. No obstante, cada día más gente es consciente del impacto que tiene el que la moda sea la responsable del 20% de los tóxicos que se vierten en el agua. 
Aunque hoy parezca difícil de creer, son varios los estudios que apuntan que esta nueva moralización hará que en solo unos años la compra de ropa de segunda mano duplique a la de estreno. Por su parte, el lujo ya no será tan visible. Aunque los jóvenes más acaudalados hayan crecido viendo en sus garajes coches de infarto, estas nuevas generaciones prefieren moverse como hacen muchos de sus amigos: compartiendo coche o alquilando patinetes y motos. 

Huyen de los restaurantes pomposos que frecuentaban con sus padres y prefieren las cadenas populares de cierto nombre, pero accesibles a cualquier bolsillo. La necesidad de exhibir cosas materiales es cada vez menor entre su círculo de amistades y el disfrute de ellas empieza a ser más importante que poseerlas. 
La marca deja paso a la carga cultural de la elección y de ahí que muchas de las marcas que triunfarán en solo unos años todavía ni hayan nacido. Estas se popularizarán al margen de revistas y medios clásicos y se adquirirán sin necesidad de acudir a las tiendas físicas que hoy conocemos. La gran mayoría de ellas incluirá en su etiqueta alguna alusión a su composición y fabricación sostenible. 

En definitiva, un lujo invisible, discreto y cultural que tomará sus decisiones pensando en el medio ambiente y en la austeridad, una austeridad que busca que su ropa pase lo más desapercibida posible. 

El Aristócrata

10 RELOJES DE PELÍCULA

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Muchos de los que leemos esta página también sentimos debilidad por los relojes, algunos por los digitales, aunque la mayoría por los mecánicos. 

El cine ha sido el medio del que se han valido casas de automóviles, motos, ropa etc. para desde promocionar nuevos modelos hasta para relacionarlos con una forma de vida, peligrosa, divertida, exitosa…

Rara es hoy la película moderna donde su protagonista no vista un reloj que en algún momento del rodaje queda a la vista de todos los espectadores. No obstante, han sido las que abajo aparecen, entre otras, las que más repercusión han tenido:
1.Dr. No. Si ha habido una película, o mejor una saga, cuyos relojes hayan tenido una enorme repercusión, esa ha sido James Bond. Quizás la más mítica fuera “Dr. No” donde Sean Connery vestía un Rolex Submariner Ref. 6538. Pero han sido en total 26 los relojes que se han visto en la muñeca de 007 y en la de los muchos villanos que querían acabar con el mundo.  Digitales, analógicos, con correa de caucho, piel o metal, un sinfín de modelos que llenaban antes, durante y después de la película revistas, escaparates y, finamente, muñecas de los más fervientes seguidores de la saga.  

Después de Seiko y Rolex, Pierce Brosnan toma el testigo del agento secreto más famoso del mundo con Omega, concretamente en “Goldeneye” en 1995, y con el modelo Seamaster Professional - de cuarzo, con brazalete de acero, cronómetro y bisel giratorio. Pero fue en la siguiente película, “El mañana nunca muere” cuando Bond cambia, muy acertadamente, el cuarzo por el automático. Seguramente sea este último el reloj que mas se asocia todavía hoy a 007.
2.Le Mans. Inspirada en la mítica carrera de resistencia 24 Horas de Le Mans aparece el Porsche 917 más famoso de la historia. Se trataba de un coche de carreras con el que la marca alemana ganó las 24 Horas de Le Mans en 1970 y 1971 con un motor de 5 litros y 12 cilindros, refrigerado por aire, con 4.907 cm3 y 600 caballos. Steve McQueen dijo varias veces: "Tengo una pasión, el motor, y dos grandes aficiones: los coches y las motos". Corrió con ambas en algunas de las mejores películas de motor, había huido de los nazis con una Triumph en "La Gran Evasión" e inauguró las persecuciones urbanas de automóviles con "Bullit". "Le Mans", rodada en escenarios reales de Francia está considerada una de las mejores películas de carreras, aunque fuera luego un fracaso de taquilla. Si bien la película se estrenó en 1971 el famoso Tag Heuer Monaco que vestía su protagonista exitía ya dos años antes. Fácil reconocible por un diseño que incluía esfera azul metalizado, agujas en rojo y azul celeste, caja cuadrada, corona a la izquierda… y dos innovaciones técnicas: la primera, caja cuadrada hermética al agua, y el primer movimiento cronógrafo de cuerda automática.
3.Top Gun. Sin tener nada especial, se trata de un movimiento Lemania 5100, bastó para que lo vistiera Tom Cruise para que aquel reloj Porsche Design Orfina 7176s adquiriera una enorme popularidad. Aunque pudiera haber gente que piense que el Top Gun de IWC fue el escogido en la película no es así y solo coincide con él en el nombre de la película. Como curiosidad mencionar que este Porsche era propiedad antes incluso del rodaje del propio Tom Cruise, reloj que también llevó en “Días de Trueno”. 
4.Apollo 13. Aunque en 1995 Tom Hanks vistió un Omega Speedmaster en en dicha  película, el Speedmaster más famoso fue el que llevaron en sus muñecas los astronautas Buzz Aldrin, Neil Armstrong y Michael Collins para el aterrizaje lunar del Apolo 11 el 20 de julio de 1969. Probablemente el Omega Speedmaster sea el reloj que más gente sea capaz de asociar a un acontecimiento. Desde aquel año 69 todavía hoy se puede leer en las traseras ciegas de este modelo la famosa inscripción: “firts watch worn on the moon”. Este reloj tiene la particularidad de ser manual lo que obliga – para muchos ninguna obligación sino un placer – darle cuerda cada determinado tiempo. Es uno de los relojes aprobado por la NASA para sus diferentes misiones.  
5.American Psycho. La película protagonizada por Christian Bale cuenta la historia de Patrick Bateman, un yuppie neoyorquino a quien a pesar de llevar una vida plenamente exitosa, ésta no parece motivarle en lo más mínimo hasta que descubre un inexplicable gusto por la sangre lo cuál lleva a Bateman a convertirse en un asesino serial con la coartada perfecta gracias a su estatus social. A pesar de que el protagonista de la trama es una persona con un alto poder adquisitivo y económico, muchas marcas se negaron a aparecer en la película como parte de la vestimenta o accesorios de Patrick Bateman debido a la posible asociación que pudieran hacer entre el sanguinario asesino y la marca. Finalmente fue Rolex, un Datejust de 36 mm en oro y acero el que accedió a los condicionante de la controvertida película.
6.Diamantes de Sangre. Breitling ha basado sus campañas de marketing en el espacio. Dicho esto, en esta película Leonardo DiCaprio se adentra en el conflicto de Sierra Leona para derrotar a los señores de la guerra en la búsqueda de unos de los diamantes rosas más difíciles de encontrar. El Breitling Chrono Avenger emana robustez allá por donde se mire y parece ser una elección muy lógica para Danny Archer. Sus 44 mm, correa de cuero marrón y esfera negra le dan la sensación de ser indestructible. 
7.Casino Royale. El que para mi es el peor 007 de la historia, Daniel Craig, escogió un Omega Seamaster Professional que aún siendo un reloj ya muy conocido - Pierce Brosnan usó un Omega Seamaster en Golden Eye - lo hizo si cabe más deseable. Recordemos que. Daniel Craig llevó dos Omega Seamasters, el Seamaster Diver 300M Co-Axial y un Planet Ocean 600M Co-Axial en Casino Royale. Merece la pena recordar la escena de cuando Bond se encuentra con Vesper Lynd (Eva Green), ella lo mide, mirando su reloj y le dice: “El MI6 busca hombres jóvenes desajustados que piensan poco en sacrificar a otros para proteger a la reina y al país. . . Ya sabes, antiguos tipos de SAS con sonrisas fáciles y relojes caros. ¿Rolex? —Le pregunta ella, mirando su reloj. “Omega”, responde Bond.
8.Batman. No todo van a ser Rolex y Omega. Interpretado por Bruce Wayne eligió un Jaeger-LeCoultre Reverso, un reloj que curiosamente choca con lo moderno y futurista de los gadgets del superhéroe. Christian Bale fue un paso más allá utilizando tres JlC en las películas de la trilogía Dark Knight dirigidas por Christopher Nolan. Para The Dark Knight Rises, JlC realizó una edición especial Grande Reverso Ultra-Thin que tenía el símbolo negro de Batman en el fondo de la caja que al darle la vuelta se podía usar como la cara. Llegado el turno de Ben Affleck en Batman contra Superman de 2016 usó un Breguet Tradition Fusee Tourbillon 7047PT en platino. Si bien fue un cambio bastante radical parece una opción acertada para un héroe de acción disfrazado de un filántropo multimillonario.
9.Drive. En el libro que dio origen a la película se dice que su protagonista solo tenia un reloj, su único reloj heredado de su padre y una de sus posesiones más apreciadas. Quizá por ello se decidió que Ryan Gosling apareciera con una atemporal Patek Philippe. Sin embargo, en la película por el riesgo de ciertas escenas no aparece ningún PP original y son réplicas o relojes que pueden hacer recordar a un Patek Phillipe clásico de correa de piel. Probablemente por ello la chaqueta que viste el protagonista quizás sea hoy en día más recordada que su reloj. 
10.Aliens. Ripley llevaba un reloj que se ajustaba a su desafiante personalidad: el Seiko Giugiaro 7A28-7000. Muy acorde con la estética de este tipo de películas este reloj analógico contaba con unos pulsadores que transmitían la imagen futurista de la película. Es el reloj de la lista con precio más asequible y aunque se ha revaluado, como también han hecho todos los relojes anteriores, todavía sigue siendo barato. Quizás fuera por la imagen de “mazacote” de muchos Seiko, Arnold Schwarzenegger escogería otro Seiko, el Driver 150m Chrono H558-5000, en “Deprerador”. Fue el primer ejemplar de buceo híbrido (analógico y digital) del mundo que portaba alarma y cronógrafo. A pesar de su nombre este reloj siempre se conocerá popularmente como Arnie o Arnold
Dicho todo esto, si ha habido una marca que estará por siempre unido al mundo del cine, aunque sea solo por las más de 500 películas en las que ha aparecido, esa será Hamilton. Un reloj con muchos diseños atemporales y elegantes cuyo mecanismo es el mismo que el que albergan modelos de relojes de precios diez veces superior. 

El Aristócrata

ERAMOS FELICES Y NO LO SABÍAMOS

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En cualquier otro momento no me haría eco, no en esta página, de las líneas que escribí a petición del presidente de la Sociedad Bilbaína a sus socios. Creo que carece de interés pero a lo mejor parte de ella infunde ilusión y reflexión a algunos de vosotros:

Me llamo José María López-Galiacho González. Aunque soy de Albacete vivo en Madrid, dos lugares donde el coronavirus está actuando sin piedad. Apenas nos conocemos. Solo he tenido ocasión de compartir tiempo y espacio con ustedes una vez. Sí, solo una vez. Pero una vez muy especial. Tan especial como puede ser la presentación en sociedad del libro al que dediqué varios años. Y no en cualquier sociedad, sino nada más ni nada menos que en la Sociedad Bilbaína. 

Mi familia política se divide entre Bilbao y Hernani, aunque seguramente por el matriarcado imperante en el norte hasta mi suegro se toma el Txakolí ya en copa. Bromas aparte, siempre he tenido un especial cariño a Bilbao. De aquí es mi mujer, y de ella, a pesar del encanto de mi querido “Nueva York de la Mancha”, que diría Azorín, se sienten mis dos hijas. 

El ser de una capital de provincia pequeña te anima, y hasta te obliga a salir fuera para ver ese maravilloso mundo desconocido. Recuerdo visitar casi niño, de la mano de mis padres, amantes eternos del teatro, el Teatro Arriaga, pasear por la señorial Gran Vía y colarnos por las aulas de Deusto, aulas de las que muchos años después saldría licenciada quien hoy es mi mujer. Nacido en casa torista, Bilbao siempre fue cita obligada. Hasta el año que murió mi padre, tanto él como otros miembros de la peña albaceteña “Los Cofrades del Buen Almuerzo” reservaban en el calendario esos días para disfrutar de una de las mejores hospitalidades del mundo, del toro grande y del buen comer tradicional de muchos de los emblemáticos restaurantes de esta ciudad. 

Recuerdo estar hablando con mi suegra, bilbaína de pro, sobre la presentación de mi libro en la Bilbaína y cómo me insistió sobre la enorme responsabilidad que tenía por delante. A pesar de haber dado ya bastantes conferencias, ella hacía oídos sordos para terminar con un autoritario “la Bilbaína es la Bilbaína”. Mi mujer, por el contrario, me hablaba de las galas de Navidad, las Nocheviejas… y de lo bien que se lo pasaba en las fiestas de juventud. Antes de entrar en el cuidado salón casi bicentenario donde se iba a celebrar la presentación, Iñigo Antón Pérez-Iriondo, Iñaki Picaza, Íñigo Olaizola y Mikel Uribe-Etxebarria me dieron un paseo por esas magníficas instalaciones haciéndome sentir como parte de ellas. Si difícil será olvidar esa magnífica biblioteca y esa distinción atemporal del bar inglés, más lo será dejar de recordar la elegancia de aquellos jugadores de billar ocultando sus corbatas por dentro de sus camisas. Quizás solo por ello mereció la pena el alegato que se hizo de la corbata en el turno de preguntas. 

Pero si algo tendré siempre presente será el cariño que durante la firma de los libros me brindasteis muchos de los socios que asististeis. Con humildad, sin aires de grandeza, con esa elegancia que solo la cuna aporta, me sentí arropado y con ganas de que aquel día no terminara. ¡Gracias de corazón! 

Éramos felices y no lo sabíamos. Cierto es. Pero no menos cierto es que en solo unas semanas volveremos a tener una nueva oportunidad para serlo. Qué duda cabe que las cosas al principio serán diferentes, pero me temo que las aguas terminarán amainando y solo de nosotros dependerá volver a la locura del día a día anterior del coronavirus o seguir el sendero de un nuevo camino. Será el momento de ser conscientes de lo efímera que puede llegar a ser la existencia. De cómo nos quedamos en la oficina largas horas sin ser conscientes de que lo importante se sienta en la mesa a cenar, y nuestro lugar una vez más queda vacío. De las horas que desperdiciamos mirando al móvil o enganchados a todo tipo de series. De cómo nos malhumoramos escuchando a políticos o por ver a nuestro equipo perder. De lo absurdo de buscar defectos o errores en aquellos a los que se supone que deberíamos querer. Solo si nos damos cuenta de cómo hemos malgastado nuestra libertad estaremos predispuestos para ser su único dueño de ahora en adelante. Llega el momento de disfrutar de ese gin-tonic con nuestro querido amigo sin mirar al teléfono, de pasear saboreando todo aquello que alegra nuestro paso, de meditar, de pararnos a oír a los pájaros, de descubrir las pocas cosas materiales que se necesitan para seguir despertando y respirando cada día. En definitiva, de ser felices y de hacer un poco más feliz a quien la vida ha puesto a nuestro lado. Y por qué no, también de volvernos a encontrar con nuestra querida Bilbaína en un encuentro pausado, moderado, lleno de lectura y de amigos donde el sonreír, el humor, el compadreo y el quitar importancia al tiempo pase a ser la prioridad.

Un abrazo para todos.

El Aristócrata

LOS CLUBS PRIVADOS MÁS EXCLUSIVOS DE ESPAÑA

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Si hace 12 años escribíamos sobre los clubs ingleses de más renombre, el White´s, el Boodle´s y el Brook´s, hoy toca hacerlo de los patrios. Aunque los clubs privados surgieron como sitio donde hospedarse los comerciantes de las zonas rurales alejados de tentaciones – el que las mujeres tuvieran la entrada prohibida hacía más fácil obtener el correspondiente permiso para alejarse de casa varios días – hoy son lugares donde las personalidades más destacadas e influyentes de la sociedad cultivan sus aficiones y comparten ocio, buena mesa y, en muchos casos, también deporte.

La semana pasada mientras subía el artículo que escribí para la Bilbaína me puse a recordar esos clubs de España en los que tan buenos momentos he pasado. Por ello, esta semana quería compartir con vosotros mis impresiones de los primeros cinco. En entrega futura lo haré de otros cinco. He escogido estos cinco clubs porque los conozco de primera mano, de dos de ellos soy socio, y porque creo que son más que dignos representantes del club tradicional inglés. Aunque recientemente han surgido clubs privados por casi toda España, muchos en Madrid, distan mucho en historia, instalaciones, motivo de fundación y perfil de socios con los que a continuación se nombran.
1.Real Club de Andalucía. Conocido como “El Aero”, fue fundado en Sevilla por pioneros de la Aviación sevillana en el año 1928, convirtiéndose en 1940 en un Club de recreo. La sede del Club está situada en el centro de Sevilla, concretamente frente a la Catedral, sitio privilegiado para ver el paso y de las cofradías en la Semana Santa. Ha tenido como socios de honor al Rey Alfonso XIII, Felipe VI, el Rey Guillermo de Holanda, el príncipe de Ligne o el archiduque Karl de Habsburgo. Es junto al Nuevo Club el club de la lista que cuenta con las instalaciones más modestas, pero posiblemente sea junto también al Nuevo Club el más elitistas de los cinco. En el caso concreto del Aero la limitación de sus instalaciones no es un gran problema para sus socios pues muchos de ellos son también miembros del Real Club Pineda, club de referencia en la ciudad para la práctica del golf y la equitación, así como de esparcimiento para los más jóvenes. 
Dicho esto, ni la majestuosidad de los edificios de los otros clubs ni los salones y dependencias de aquellos se encuentran aquí, tampoco cuenta con habitaciones, y no por ello deja de ser uno de los más difíciles para convertirse en socio. Quizás por dichas limitaciones se tenga la intención de dejar la sede actual de la avenida de la Constitución y trasladarse a unas nuevas dependencias, también en el centro de Sevilla, concretamente en el emblemático edificio de almacenes Peyré, en la calle Francos. El traslado permitirá a sus socios disponer de ochocientos metros de superficie en la planta baja de las antiguas galerías comerciales, doscientos más de los que tiene actualmente y, sobre todo, más ventanas a una de las vías más cercanas a la Catedral por la que pasan numerosas cofradías de Semana Santa. Además, se contará con un sótano de 500 metros que se destinará a un salón de actos para los eventos sin ya necesidad de pasar por las dependencias principales.
A pesar de los nuevos tiempos, las tradiciones se mantienen prácticamente inalteradas en el Aero desde sus orígenes y la corbata es requisito para acceder a sus instalaciones, costumbre que también comparte con el Nuevo Club, de hecho, ambos clubs tienen correspondencia. En una ciudad donde se celebra la Feria más conocida de España, la Feria de Abril, los socios del Aero tienen la suerte de contar con la que sin lugar a duda es la caseta más elitista.  Allí, previa reserva, sin agobio alguno y con el correspondiente traje se citan tanto para comer como para cenar sus socios. Las amistades son bienvenidas, aunque para guardar la privacidad y la comodidad de los socios cada socio debe solicitar con antelación la correspondiente invitación y pagar por la entrada de su acompañante. El número está limitado por socio – además deben ser de fuera de Sevilla - y tiene un coste elevado buscando precisamente evitar que se llene la caseta de desconocidos. Sus cuidadas tardes de flamenco son el colofón perfecto para la sobremesa. El servicio es excepcional y las maneras, cofia de por medio, de quienes lo sirven difícil de encontrar en cualquier otra caseta. 
2.La Sociedad Bilbaína. Con 180 años a sus espaldas es el club más señorial de todo el norte de España. Situado en Bilbao y calificado en el año 2000 como bien cultural con categoría de Monumento por el Gobierno Vasco, cuenta con una de las fachadas más impresionantes y señoriales de la ciudad. De puertas adentro su decoración y mobiliario recuerda al de los clubs ingleses de la época. Como club con solera, y a diferencia de los de nuevo cuño que surgen en pisos, cuenta a lo largo de sus estancias y cuatro pisos con pinturas, muebles y esculturas de gran valor artístico. Los salones son de enormes proporciones y la madera es abundante. Techos altos y vidrieras rematan muchas de sus dependencias. En el vestíbulo principal además de poder charlar con otros socios mientras se toma café, también en él se celebran las fiestas de sociedad más conocidas de la ciudad. 

Como la mayoría de los clubs ingleses los socios pueden cortarse el pelo en su peluquería mientras leen la prensa diaria, prensa no solo nacional sino también internacional que se deposita en la biblioteca de manera diaria. Mención especial requiere esta biblioteca, verdadero tesoro de la Bilbaína. La disposición de las estanterías, sus lámparas de época, sus sillas y un respetuoso silencio protegen una de las mejores colecciones privadas literarias. 35.000 obras distintas distribuidas en diferentes secciones entre los que destacan 6 incunables y unos 1.000 impresos del siglo XVI, catalogados como fondos antiguos. Pero la mayor parte de su fondo la ocupa monografías modernas en diferentes idiomas, especialmente del siglo XIX. En cuanto a la hemeroteca cuenta con cerca de 700 títulos de revistas y prensa diaria.
A las conferencias de personajes de la cultura hay que sumar su club de esquí, el club de los amantes de los automóviles clásicos, la sección de caza, el coro y el club de villar. Este último goza de unas magníficas instalaciones en el propio club con amplios salones de madera no dejando de sorprender ver a los jugadores con sus corbatas ocultas por dentro de la camisa jugando rodeados de un gran silencio. El resto de las instalaciones se completan con la sala de saunas y masajes, gimnasio y frontón. Igualmente, cuenta con su propia sociedad gastronómica y un local-restaurante donde los socios, como manda la tradición, pueden reunirse y ellos mismos cocinar. 

Al contrario que el Aero o el Nuevo Club, en la Bilbaína los fines de semana (viernes, sábado y domingo), festivos y fechas especiales no es necesario el uso de chaqueta ni corbata, aunque sigue sin estar permitida la camiseta sin cuello. Aunque las habitaciones agradecerían cierta actualización, otras dependencias como el bar inglés, donde no se necesita corbata, es de una gran belleza. En el restaurante se puede comer a diario y los hombres deben vestir chaqueta y corbata. En todo el club del 1 de junio al 30 de septiembre no es necesario el uso de la corbata, aunque es imprescindible utilizar chaqueta americana o chaqueta de punto. Los menores de 14 años pueden acceder al restaurante los sábados, domingos, festivos, fechas especiales y durante los meses de julio y agosto.
Como club de prestigio tiene correspondencia con más 50 clubes nacionales y casi con un centenar de extranjeros. Esto, también común al resto de los clubs aquí nombrados, permite a sus socios dormir en sitios céntricos y emblemáticos de las principales capitales europeas, norteamericanas y latinoamericanas. Y, además, a precios irrisorios. Al igual que la mayoría de los clubs de esta semana la edad media de los socios es superior a los 40 años. Esto personalmente pienso que es una pena pues en sitios como estos se puede disfrutar no solo de un interesante ambiente cultural sino también de mucha privacidad con tus amigos y de tranquilidad en todos esos momentos donde lo que te apetece no son solo copas y bullicio sino disfrutar de tus ellos, sin novias ni amigas que rompan la confidencialidad del momento. 
3.El Círculo Ecuestre. Situado en pleno centro de Barcelona y en otra contra fachada de referencia se funda el 26 de noviembre de 1856 por un grupo de ilustres barceloneses aficionados a la hípica que deciden constituirse como club privado para compartir su afición. Hoy, más de ciento sesenta años después, es uno de los clubs privados más influyentes y elitistas de toda Europa y en cuyas emblemáticas instalaciones descansan del ajetreo del día a día las personalidades más destacadas de la vida social y cultural catalana.

El círculo ecuestre probablemente sea el más completo de todos los de la lista. Por un lado tiene el señorío de la Bilbaína o el Real Círculo de Labradores en cuanto a edificio, salones, mobiliario, pero por otro lado el concepto de club es el que más está en concordancia con los tiempos actuales. A pesar de esos 160 años se nota que sus instalaciones están en constante renovación. Basta como ejemplo sus habitaciones, habitaciones más parecidas a las de un hotel de lujo que a las de un club centenario. La conservación y limpieza de sus cortinas, sillas, sillones, tapizados e, incluso la vestimenta del servicio y camareros es nuevamente más propia de un exclusivo hotel que de un club privado centenario. El mismo restaurante es otra prueba de ese aire contemporáneo. Decorado casi como un restaurante moderno los salones privados están más cerca de un restaurante de diseño que de uno tradicional. Si lo que busca el socio para él o para su acompañante es un ambiente todavía más informal dispone de una terraza cubierta a la que se puede acceder sin corbata. Esta terraza, con su propio chef, se convierte en uno de los lugares más privilegiados de Barcelona para cenar por la noche durante el verano. 

Probablemente sea esta nueva forma de entender el club tradicional por su actual órgano de gobierno lo que haya conseguido que el Círculo Ecuestre cuente con 1.565 socios de los cuales 400 tengan una edad inferior a los 40 años. 

Este aire más contemporáneo quizá sea una de las cosas que más lo diferencia del también barcelonés Círculo del Liceo. Sin entrar a valorar lo acertado o no de esta concepción, sí es cierto que el Ecuestre es en este sentido el más diferente de los cinco. Igualmente, es uno de los clubs con más movimiento, no solo en lo referente a charlas y encuentros de todo tipo sino también en cuanto discurrir de gente. Si los otros cuatro clubs están pensados para el disfrute prácticamente en exclusiva de sus socios, en el Ecuestre se realizan múltiples encuentros empresariales, conferencias donde además de los socios puede acceder gente externa, cesión de su auditorio para jornadas etc. Claramente la intimidad es algo menor, algo que pudiera verse por los socios con antigüedad como un inconveniente. 
Los salones vuelven a recordarnos esa mezcla entre lo tradicional y lo moderno. Si las dependencias principales nos recuerdan el señorío inglés de los clubs de la época con pinturas, tapices y maderas de gran belleza, en sus salones podemos encontrar ambientes diferentes. Si, por ejemplo, el salón veneciano Gris o el salón Dorado mantienen su aire burgués, el salón Espuela está más pensado para realizar reuniones o presentaciones disponiendo de todo tipo de avances informáticos. 

Salvando su majestuosa escalera de piedra, quizás sea el bar coctelería el entorno donde se encuentra uno de los lugares más especiales de todo el Club. De aspecto inglés, pero con un toque chic cuenta con unos taburetes de madera por si en la propia barra quieres disfrutar de tu aperitivo - obligado es su Mint Julep. Si prefieres hacerlo relajadamente leyendo el periódico también podrás hacer uso de sofás más que confortables. Aunque tiene su biblioteca privada esta no es lo más destacable.
La vida interior del Ecuestre es de las más activas de los cinco clubs y quizás eso sea uno de los motivos por los que sea uno de los clubs con más correspondencias: 180
4.Nuevo Club. En Madrid, al contrario de lo que algunos pudieran pensar, los Clubs privados, al menos en su concepción más purista, no han tenido ni de lejos el mismo arraigo que tuvieron en Barcelona. De hecho, exceptuando La Gran Peña, en la capital no existe ningún club similar en tamaño, historia, edificio e instalaciones al Ecuestre, al Liceo, a la Bilbaína o a Labradores. Quién sabe si es por el hecho de que en el S. XIX la actividad empresarial, tuviera a Barcelona y Bilbao como sus dos puertos más importantes. 

El Nuevo Club situado en la calle Cedaceros 2 – el local de la camisería Burgos es propiedad suyo – es, uno de los dos Clubs, junto a la ya mencionada La Gran Peña, de referencia en la capital. Aunque el edificio no nació como el club que es ahora fue a finales del siglo XIX cuando constituida como sociedad se compra el edificio en el que ahora se ubica. Concretamente, fue fundado en 1870 por hijos de familias nobles madrileñas. A finales del siglo XIX se constituyó la sociedad “Casa del Nuevo Club”, como una escisión del Veloz Club, un club de carácter deportivo que reunía a la alta sociedad aficionada a los velocípedos. Con aire y enfoque similar al Aero de Sevilla el perfil de sus socios es menos variopinta que el de Labradores o Ecuestre siendo principalmente un lugar de encuentro de empresarios, abogados de postín, banqueros y aristócratas. Sus instalaciones no están al nivel de Labradores, Ecuestre o Bilbaína, aunque cabe destacar el maravilloso edificio donde se encuentra. Club centenario es importante recordar que si bien la zona de Cedaceros hoy esta un poco en decadencia, en el S. XX, sobre todo durante la primera mitad, la calle Cedaceros era una de las principales calles de Madrid. Solo unos números más allá se encontraba la sastrería donde más trajes a medida de alta calidad se han cortado de España: López Larrainzar. 
La puerta de acceso al Club es de las más bonitas e históricas, puerta donde el socio es recibido, recogido su abrigo y acompañado a un ascensor, también centenario, que puede llevarte directamente al comedor o a esperar a tu acompañante en el bar del club. Pero si no te importa dedicar unos segundos a subir un par de pisos podrás disfrutar de una ancha escalinata circular de hierro forjado. El bar tiene claro aire inglés con pinturas y amplios sofás donde disfrutar de una copa de manzanilla mientras esperas la llegada de tu visita. Hay tanto salones donde celebrar una comida privada como salones donde leer o disfrutar de una agradable conversación; todos ellos con unas vistas privilegiadas. Aunque sus dependencias respiran un señorío similar al del resto de los clubs no los alcanza ni en pintura, esta es sustituida por fotografías que repasan lo que fue el S.XX de España ni tampoco en mobiliario - ni en cantidad ni en calidad. Sin ser tan amplios sus salones, y apreciándose en algunos de ellos el inexorable paso del tiempo no están concurridos y son más que suficientes para buscar un momento de paz entre el caminante variopinta de la zona. Tanto estos salones como los reservados disfrutan de unos los típicos techos altos de las edificaciones señoriales de la época. El restaurante es, con diferencia, el más bonito y especial de los cinco y donde mejor se come de todos ellos. Los huevos poché son todo un espectáculo y dicen los que disfrutan del cocido que este no tiene igual en todo Madrid. La vajilla y la cubertería, así como la forma de servir, bajo la supervisión del siempre sonriente José Antonio, es la más cuidada de los cinco clubs.  
Las tertulias, así como diferentes actividades animan un club donde la edad media de sus socios es elevada. Si bien cuenta con su propia biblioteca carece de instalaciones deportivas y de los grandes salones presentes en el resto de clubs. No obstante, quizás la diferencia más importante con el resto de los clubs sea que el socio de Nuevo Club no acude a él para disfrutar de sus hobbies (caza, golf, automoción etc.) sino principalmente para comer, descansar o encontrarse con un amigo en la sobremesa. Dicho esto, tanto por el tipo de socios como por su propio número el Nuevo club es, como ya hemos apuntado, junto a El Aero es el más elitista y privado de los cinco. Impensable es ver, como frecuente es, por ejemplo, en el Ecuestre, acceder a él a alguien sin corbata y perfectamente vestido. Igualmente, mantiene la consigna de que las mujeres aunque pueden utilizarlo no pueden ser socias.
5.Real Circulo de Labradores. Con 160 años a sus espaldas se encuentra en pleno centro de Sevilla. Fue Convento de Agustinos bajo la advocación de San Acasio para posteriormente ser sede de la Academia de Bellas Artes. Tras convertirse en edificio de Correos fue adquirido por el Círculo en el año 1951. Por concesión de S.M. el Rey D. Alfonso XIII, ostenta el título de Real. Si llamativa es su fachada, todavía lo es más su interior teniendo un patio francamente impresionante rematado con una vidriera igual de llamativa. Distribuido rodeando el patio y en diferentes galerías se encuentran los salones, el restaurante, el bar salón de actos, los comedores, salones de descanso, tertulia, bar-cafetería, sala de lectura, biblioteca, sala de exposiciones y peluquería. Cuenta al igual que la Bilbaína y el Ecuestre con habitaciones.  

Su biblioteca posee un fondo bibliográfico de 10.000 volúmenes de diferentes temáticas, como Historia, Arte, Literatura, Religión, Ciencias Sociales o Derecho, datando algunos libros del siglo XVIII. Con el previo permiso, no socios pueden acceder a ella a consultarlos. Su concepto y vida interior guarda mucha similitud con la Bilbaína, club con el que tiene correspondencia, no guardando sus socios un patrón tan definido como en otros clubs. Al igual que en la Bilbaína el paso de los años se puede apreciar en sus instalaciones y queda lejos de la pulcritud del Ecuestre. Los salones están decorados con pinturas, retratos de históricos socios, tapices y mobiliario noble. Los salones centenarios con sus enormes sofás son ideales para descansar estando el silencio garantizado. La peluquería, en estas semanas con servicio a domicilio, está siempre abierta para los socios. Su vida interior es más relajada que en otros clubs apreciándose esto, por ejemplo, en la permisividad en la vestimenta – no se requiere corbata para acceder – o en el uso informal del bar. Igualmente, muchos de los conciertos de música clásica, charlas, exposiciones etc. que se celebran en su patio están abiertos a personas externas al Club. 
Sin embargo, si en algo no tiene parangón este Club es en su vida deportiva contando con las mejores instalaciones, y de lejos, de los cinco clubs. En 1962, el Club  inauguró en la margen derecha del Guadalquivir unas magníficas instalaciones deportivas. 15.000 metros cuadrados donde los socios pueden disfrutar de salón de tenis de mesa, sala de pesas, pistas de baloncesto y futbito, pistas de paddle y casa de botes. Además, cuenta con un edificio social dentro del cual hay un restaurante, bar-cafetería, salones de estar, de estudio, salas de juego, otra peluquería, salones para celebraciones, solárium, un salón de chimenea, terraza de verano y amplias piscinas. La importancia del deporte en Labradores va mucho más allá compitiendo en remo, piragüismo y tenis de mesa a nivel nacional e internacional. Aquellos que no quieran llevar su pasatiempo a estos niveles siempre pueden disfrutar de los edificios del Club a pie del río y resguardarse del calor del verano sevillano en un ambiente distinguido y con unas increíbles vistas a los más importantes monumentos de la ciudad.

La vestimenta en las instalaciones deportivas debe ser estrictamente correcta y para mantener la tradición y buen nombre de la Sociedad, durante los días de Semana Santa, y cuando por razones de protocolo así lo determine la Junta Directiva, se exigirá chaqueta y corbata para los hombres y vestuario adecuado a las señoras. Queda terminantemente prohibido acceder al edificio social en pantalón corto o en ropa deportiva. Se autoriza la estancia a socios y beneficiarios en la zona de barra del bar-cafetería en ropa deportiva adecuada (pantalón largo), durante la temporada de invierno. Otro de los privilegios que tienen los socios del Real Círculo es poder disfrutar de una gran caseta en la Feria de Sevilla. Situada a solo unos metros de la del Aero, sin contar con la exclusividad de esta, tiene una zona reservada para los jóvenes y disfruta de más metros cuadrados. La corbata, aún siendo obligatoria a partir de las 9 de la noche, está presente en la caseta todo el día. La tradición taurina de la ciudad hizo que el Real Círculo de Labradores mantenga cedido onerosamente un Palco en la Plaza de Toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla a disposición de sus socios y beneficiarios.
Espero poder haber transmitido con este artículo el que ninguno de los cinco clubs es mejor que los otros sino diferente. Cada uno destaca en algo y son muchas más las cosas que los acercan que las que los separan. Además de disfrutar de lugares maravillosos en el centro de nuestras ciudades uno puede hospedarse y disfrutar de magnificas correspondencias en medio mundo. Importante es recordar que no conviene confundir rancio con tradicional, que estos clubs no reciben subvenciones, los pagan los socios, y que, además, no hacen daño a nadie. Igualmente es importante recordar que, aunque alguien pueda pensar que estos clubs están alejados de los tiempos modernos, en todas las ciudades importantes del mundo encontramos clubs similares. Clubs donde se mantienen ciertas tradiciones y se abre la puerta a personas con inquietudes culturales. Clubs donde se disfruta de la presencia de personajes destacados de la cultura, la política, la empresa, la música, la aristocracia, el arte o la literatura. Clubs donde sus miembros acuden movidos por un interés alejado del puro negocio y con el único objetivo de relajarse entre amigos o dedicarse un rato solo a ellos alejados del bullicio – entendiendo bullicio mucho más allá que decibelios – sin que nadie les moleste ni perturbe su paz. 

El Aristócrata

EL SECTOR DE LA ROPA ARTESANA EN LA ÉPOCA POST COVID

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El profesional que piense que en cuanto vuelva a abrir la puerta de su sastrería o camisería todo volverá a ser como antes del Covid  se equivoca. Nada volverá a ser como antes – al menos no en el corto medio plazo. En el largo quién sabe…

El negocio de la artesanía (sastrería, camisería, zapatería etc.) no difiere en lo básico de otros negocios. Partiendo de la máxima de que las empresas quiebran por la caja, se trata de que a final del día quede un euro más en la caja de lo que ha salido. Tan sencillo o difícil como eso. Cierto que hay otros indicadores como BAI, EBITDA etc. que ayudan a entender las finanzas de una empresa. Pero no nos engañemos. Sin caja la empresa, antes o después, desaparece.  
Viene una época difícil para todos, no solo para los negocios artesanos. Todos, sin excepción, se verán impactados económicamente por una disminución en sus ingresos importantes. Esperando equivocarme he aquí mi análisis de la situación y las soluciones que pudieran mitigar el problema:

1-Ser conscientes de la realidad. Engañarse no vale de nada. Hay que afrontar el problema. En situaciones de crisis las cosas son más probables que empeoren a que mejoren. Aún cuando en junio se pudiera volver a la calle las compras y el gasto en ropa poco se parecerá al de junio de 2019. Porque a pesar de volver a la “normalidad” habrá dos cosas que serán muy diferentes a entonces: la moral y la situación financiera de todos nosotros. Sí, de todos, tanto de ricos como de pobres. Aunque no es lo mismo perder un 30% sobre millones que sobre miles, el efecto psicológico es parecido. Tan pobre se siente el que ha perdido 20 de sus 100 millones como el que ha visto esfumarse 2.000 de sus 10.000 euros. Pudiera ser difícil de entender para muchos de nosotros, pero es una realidad. Y ante esta realidad el encargarse ropa a medida, teniendo el armario más o menos lleno para afrontar el inminente verano y otoño, ya no es prioridad. Además, el teletrabajo ha demostrado que muchos de los trabajos que hasta la aparición del Covid se hacían presencialmente en oficina se pueden hacer desde casa – con el consecuente ahorro para las empresas de alquiler de metros de oficina. De ser así el metro cuadrado de oficina también bajará por la menor demanda, pero esto aquí no es lugar de tratarlo. De la misma manera, parece que la actividad social durante el verano bajará en gran medida no necesitando ya tanta ropa.
Superado el Covid consumir ropa será secundario. Toca tapar agujeros. Tanto el de los 100 millones como el de los 10.000€, cada uno los suyos. No olvidemos que una de las peores cosas de las crisis es que se sabe cuando empiezan, pero no cuando acaban. Y solo por esto la tendencia será esperar a ver cómo se desarrollan los acontecimientos en los próximos meses – seguramente un año - antes de emplear nuestros ingresos en algo que no deja de ser un capricho. Igualmente, la moral/ilusión no es la misma. Probablemente algunos de nosotros de haber seguido todo bien a estas alturas ya nos habríamos encargado alguna chaqueta o traje para este verano. Sin embargo, cuando salgamos a la calle es muy probable que tengamos tantas cosas pendientes por hacer que la visita al camisero pueda esperar, si es que llega a producirse. 

2-Si tu sastrería, camisería etc. luchaba antes del Covid por llegar a final de mes ahora no lo conseguirás. Por duro que resulte hay que ser realista y tomar decisiones duras, aún cuando estas signifiquen emprender un nuevo camino. Mejor ingresar 0€ a perder euros todos los días. Si algo nos enseñó la crisis del 2008 es que aquellos negocios que llegaron resfriados a ella se endeudaron o perdieron su vida pocos meses después.
3-Confiar en que el Gobierno haga algo es solo una perdida de tiempo. El Gobierno tiene infinitos frentes abiertos que requieren de nuestros exiguos ahorros. Aunque todos pudiéramos pensar que nuestros negocios son prioritarios para la economía del país seguro que hay otros todavía que lo son más que el nuestro. Pensemos por ejemplo en el enorme paro que este virus va a generar o en el gran bajón de la hostelería, el turismo o las compañías aéreas. Cualquiera de estos sectores es más importante, en términos de generación de empleo, que el artesanal. 

4-No habrá temporada verano 2020. Y seguramente tampoco otoño 2020. Sin plena seguridad de volver a nuestros puestos de trabajo antes de verano, carece de sentido salir de compras. Muchas de nuestras sastrerías y camiserías también ofrecen a sus clientes complementos y ropa de confección. Desgraciadamente la mayoría de esta ropa fue encargada y pagada por ellos antes del encierro. Esto significa que no les queda otra que al mismo abrir la tienda sacarla con enormes descuentos para intentar darle salida lo antes posible. Quien piense que todavía tiene meses por delante para intentar venderla a su precio normal antes de dar entrada a las rebajas ya no la venderá. Vivimos una situación totalmente anómala y como tal deben ser nuestras acciones. 
Diagnosticada la enfermedad toca estudiar las soluciones. Y me temo que si bien hay soluciones que pueden hacer mejorar la salud del enfermo, no le devolverán, al menos en el corto-medio plazo, la salud de la que gozaba antes de enfermar. Dentro de estas soluciones se me ocurren (ojalá podáis vosotros añadir alguna más) las siguientes: 

1-Durante el tiempo de confinamiento ofrecer promociones a sus actuales clientes. Esto es algo que ya deberían haber hecho aunque me temo que no ha sido así. Si tú sastre, camisero o zapatero cuentas con el patrón de un cliente llámale y ofrécele empezar a confeccionarle una nueva chaqueta, camisa o zapatos mientras se levanta el encierro, así una vez levantado la tendrá prácticamente lista. Sé imaginativo y piensa que si no ofreces algo extra a ese cliente posiblemente prefiera ir él mismo a tu tienda a elegir la prenda por su propio pie cuando ya se pueda. Ofrécele un descuento importante y envíale un muestrario donde él poder escoger la tela. Puede que no ganes lo que ganabas antes con esa prenda, pero al menos estarás ganando algo y tu negocio seguirá funcionando.
Debemos ser conscientes de que para sobrevivir habrá que pasar una ola muy alta que se nos viene de frente con toda su fuerza. Para conseguirlo mejor ingresar un euro todos los días que esperar a volver a ingresar los 5 euros que se ingresaban antes del covid. Puede que de esperar a ver esos cinco euros la ola ya nos haya pasado por encima y nos haya llevado con ella. Estoy convencido que a muchos clientes de sastrería y camisería si su sastre o camisero les hubiera llamado con un ofrecimiento similar se hubieran encargado más de una prenda. 

2-Si tú sastre vas a sufrir también tus empleados, proveedores, arrendador etc deben hacerlo contigo. Todos deben ser conscientes de que de aquí si no sale adelante el dueño tampoco lo harán los trabajadores. Toca apoyar el hombro. El trabajo va a escasear y los gastos todos sabemos que no se verán reducidos en la misma proporción. Por ello, los empleados deben admitir reducciones de jornadas, flexibilidad de horarios, reducciones en el salario… Igualmente, el arrendador debe repensarse subir o, incluso, mantener la renta del local. Si no lo entiende toca cambiar de local; precisamente en una situación como esta empezará a haber bastantes libres y los precios serán más que competitivos. Los proveedores de telas también tendrán que hacer un esfuerzo y abrir cierta flexibilidad en cuanto a las fechas de pago. El sastre por su parte debe hacer sus números pensando que el precio pre covid no puede ser el mismo. La situación que ahora empieza será, sencillamente, diferente y muy complicada. 
3-La salvación puede pasar por la unión. Aunque a ningún sastre le guste la idea, si quiere sobrevivir puede que no le quede otra que unirse con otro sastre. Salvadas las diferencias entre uno y otro deben pensar en lo que ganan. Y lo que ganan puede ser algo tan fundamental como sobrevivir a esta crisis. Uniéndose, ambos conservan sus actuales clientes. Los pedidos de estos si bien pueden llegar a suponer la mitad de antes del coronavirus seguirán estando ahí. Uniéndose se paga solo un alquiler, solo un taller, solo una factura de luz etc. En definitiva, si bien los ingresos pueden reducirse a la mitad también lo hacen los gastos. De seguir cada uno por su cuenta, los ingresos serán la mitad pero los gastos seguirán siendo los mismos que siempre, es decir, los gastos pueden superar a los ingresos y consecuentemente será cuestión solo de meses el que la sastrería /camisería termine cerrando. 

4-Buscar nuevos caminos. No me gustaría que nadie pensara que no tengo esperanza en estos oficios centenarios a los que tanto muchos amamos. Pero como dije al principio toca ser realista y afrontar la situación como viene sin pararnos a llorar por lo que pudo ser pero no fue. Pocos profesionales serían tan buenos de cara al público aconsejando a clientes como sastres, camiseros y zapateros. Los que ya estuvieran resfriados antes del Covid pueden encontrar un buen cobijo hasta que pase la tormenta como responsables de las secciones de sastrería o camisería de los grandes almacenes. ¿Se imaginan a un zapatero artesano al frente de la sección de zapatería de estos almacenes o de alguna tienda especializada tanto en España como fuera de nuestras fronteras? Finalmente, las grandes marcas de moda han incorporado secciones bespoke que aunque pudieran no tener la gran calidad de las sastrerías artesanas seguramente cuenten con mayor musculo financiero para pasar la crisis. Y un profesional experimentado siempre es bienvenido. En definitiva, creo que toca tener plan B, y estar trabajando ya en él, por si la ola que acecha es mucho más alta de lo esperado. 
Indudablemente, también se abren oportunidades para quien quiera verlas. Telares en situaciones financieras complicadas, tiendas artesanas míticas con gran pasivo, traspasos etc. que aquel que disponga de visión y medios podrá adquirir por precios de lo más competitivos. 

El Aristócrata

BOLSAS ÚNICAS PARA VIAJAR EN COCHE

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Hubo un tiempo donde viajar era un placer, no una necesidad. Tiempos donde no se elegían las maletas según su número de ruedas o su peso; sino por su belleza o por lo acertado que combinaban con el coche. Tiempos donde la poca utilidad de estas poco importaba pues había alguien encargado de acoplar esas maletas en el coche y alguien que las sacaba a la llegada a su destino. 

Si eres de los que buscas practicidad, estas maletas no son para ti. Son bastante más caras que las de aluminio y bastante más incómodas para mover. Pero de buscar practicidad tampoco, seguramente, comprarías o tendrías un coche clásico. El mantenimiento de los coches clásicos es elevado y sus prestaciones están muy alejadas de las de coches mucho más baratos y modernos. En cambio, si buscas belleza auténtica es muy probable que prefieras tanto los deportivos clásicos como las maletas y bolsas de piel que más realzan sus mensajes. Aparcar en Cortesin un Ferrari 500 Superfast del 64 como el de la foto inaugural del artículo y sacar de él unas maletas Rimowa no parece lo más adecuado. Mejor hacerlo con las maletas a medida que en la misma foto vemos acompañando al mencionado Ferrari.
Desde que existen los coches se han fabricado maletas a medida de sus maleteros y espacios. Unas veces lo ofrecían los propios constructores y otras los mejores artesanos de la piel – ambas cosas siguen ocurriendo hoy. Hablar de maletas o bolsos por artesanos sería muy extenso pues habría bolsos del miso artesano que nos gustarían y otros que no, no solo depende del buen hacer de este sino también de quien lo encarga. Basta echar un vistazo a las creaciones de dos de los artesanos más laureados en lo referente a maletas para coches, el francés Laurent Nay o el norteamericano Taris Charysyn, para llegar a esa conclusión. 

Por ello, aquí os dejo una lista de cinco bolsos que se pueden comprar sin necesidad de encargarse y que de ir con la filosofía del coche seguro que le aportan un toque todavía más especial. Tengamos en cuenta que los dueños de los coches clásicos, más si son coches joyas, no usan estos para largos desplazamientos sino para viajes cortos y, normalmente, de no más de una o dos noches. De ahí que estos bolsos cumplan perfectamente con la finalidad de contar con todo lo que pudieras necesitar ese fin de semana. 
1.Valextra Portofino Travel Holdall. Valextra es una de esas casas que esperemos nunca cambie. Sin ser una marca tan conocida como la mayoría de las de esta lista, su nivel de terminación, de calidad artesanal y de pieles la convierten en una de esas opciones de quien sabe lo que compra. Si buscas no pasar desapercibido esta no es tu bolsa. Desde que Giovanni Fontana abriera en Piazza San Babila en Milán en 1937 para atender a la aristocracia milanesa nunca se ha querido que sea un estampado el que identificara sus creaciones. Ni en esta bolsa ni el resto de sus productos encontrarás, de hecho, iniciales o estampados; pero la calidad de mano de obra y de materiales está totalmente garantizada. 
2.Loewe Amazona 48 horas. Poca presentación necesita la que fue nuestra marca más internacional. Aunque los derroteros que su ropa de confección empezó a tomar al ser adquirida por LVHM rompieron con el pasado tradicional de la casa, su línea de marroquinería no ha sufrido tantos vaivenes. De hecho, su mítico bolso Amazona, sigue en gran medida muy parecido al que se diseñó en 1975. Aunque se puede encontrar en negro, es su color oro el más especial. No solo por ser este color más delicado, también el hecho de no contar con forro hace que merezca un cuidado superior al resto de bolsos de los de la lista. 
3.Moynat Holdall 24H. Otra casa histórica, fue fundada en 1869, pasó a ser propiedad de LVMH en 2010. No obstante, al igual que ocurrió con la marroquinería de Loewe, el gran grupo francés respetó su tradición y su forma de interpretar el lujo de la piel. Pensada solo para pasar una noche su piel es exquisita y el bolsillo exterior echa una mano por si hubiera que sacar la documentación o la cartera en alguna de esos maravillosos restaurantes que brindan las carreteras comarcales españolas. De preferir un tamaño mayor, su modelo Limousine Voyage es igual de práctico y especial. 
4.Hermes Birkin 55cm. Si hay un bolso famoso en todo el mundo ese es el Birkin. Si ya de por sí es una inversión y no resulta del todo fácil conseguirlo, poseerlo y disfrutarlo es una suerte. Es de esos pocos bolsos que están más bonitos con el paso de los años y aunque se puede ya comprar envejecido de segunda mano resulta todavía más interesante que sean tus propios viajes, y nos los de otros, los que lo hagan. Lo hay en diferentes tipos y colores de piel. Y es el de 55 centímetros el más apto para viajar y de disfrutar por los hombres. El más caro de la lista, pero también el más icónico. 
5.Berluti Jour Off. Otra marca del grupo LVMH pero que conserva su personalidad. – es curioso como siendo los productos de Louis Vuitton de tan justita calidad, el grupo posee marcas que defienden conceptos antagónicos a la casa madre. Si bien siguen siendo sus zapatos lo más identificativo de la casa francesa, el trabajo que empezaron a hacer sobre la piel de complementos lo hizo, si cabe más reconocible. Sus patinas en los zapatos, así como el tratamiento de la piel en sus maletines, carteras o bolsas de viaje hacen sus productos fácilmente reconocibles por el ojo curioso. Sus cremalleras, la calidad de la piel, los remates etc son de una enorme calidad; calidad que asegura que cuando envejezca nuestra bolsa estará, si cabe, más bella. 
Hay muchas más bolsas que estas hoy enumeradas. Pero de lo que podemos estar seguro es que las aquí expuestas cuentan con una calidad, una artesanía y un nivel de acabados difícil de encontrar entre las marcas más populares. Ahora solo falta un poco de gusto para entender el concepto de nuestro coche y hacerlo acompañar del juego de bolsas correcto.

El Aristócrata

CONSEJOS SOBRE CÓMO VESTIR AL VOLVER A LA OFICINA

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Si la corbata estaba tocada de muerte quién sabe si esta crisis supondrá su defunción definitiva.

La corbata no gozaba de gran salud antes del Covid y todo apunta que esta no va a mejorar. La cuestión es si seguirá disminuyendo su popularidad poco a poco hasta prácticamente desaparecer o directamente pasará a vestir ya solo a ciertos conjuntos ocasiones formales como bodas. 
Vivimos tiempos confusos, no solo por los múltiples efectos de la pandemia, sino por un cambio drástico de costumbres, valores, aficiones etc. Los chavales de hoy ya no sueñan con una motocicleta o con una guitarra eléctrica, sus hermanos mayores no sufren por no haber ligado con la guapa de la clase, los libros son sustituidos por todo tipo de series, las conversaciones prohibidas con los amigos se cambian por horas frente al ordenador con el último videojuego y muy pocos piden un reloj al terminar su licenciatura. 

Y lo peor de todo: nadie ahorra para a la mínima llenar una mochila de espalda y salir a recorrer el mundo sin importar lo correcto de la decisión o lo que perderán frente a los que se quedan ampliando sus estudios o como becarios en su primer trabajo. Solo la ilusión de descubrir nuevos paisajes, culturas, personas, historias llevó a generaciones pasadas a aventurarse durante seis meses o un año a descubrirse a ellos mismos. Y si algo me han enseñado los años es saber diferenciar a la persona viajada de la simplemente leída. Y para mi no hay color, me quedo claramente con los más viajados: sus conocimientos no hay libro, ni carrera, ni máster que pueda enseñarlos.
En este escenario pensar que la corbata nos sobreviva solo puede ser calificado como ese sueño del que toca antes o después tristemente despertarse. Una visita al loft de un buen amigo que había cosido sus sillas y cojines con las camisetas de culto de sus grupos de música de los 80 preferidas me dio la idea. Aunque me resisto a sentarme sobre la seda que, en tantos momentos, tristes y alegres, me ha acompañado, al menos sé que hacer con ellas si la cosa se pone francamente mal. 

La vuelta al trabajo va a ser muy dolorosa, también para la corbata. Muchos volveremos con los termómetros marcando temperaturas veraniegas y otros lo harán a las puertas del nuevo horario de verano. Es decir, que si nadie está pensando en enfundarse su mejor traje cruzado el primer día de trabajo, menos están repasando su corbatero para la ocasión. Entonces, ¿cómo vestir de nuevo en la oficina? Aunque obviamente depende de muchos factores, generalizando me atrevería a adelantarme y dar alguna recomendación:
Si no vas a llevar corbata, olvídate del traje. Nuevamente, pocas cosas hay menos estéticas que un traje sin corbata. En su lugar escoge un conjunto de dos piezas, tan formales o relajadas chaqueta y pantalón como sea tu personalidad o, incluso mejor, como sea el ambiente y las personas con las que te relaciones en tu trabajo. Dicho esto, no olvides quien eres y no te dejes arrastrar por el rebaño. Una rubia rodeada de morenas siempre destaca más.
La chaqueta, aunque no me extrañaría que también termine llegándole su momento, todavía hoy sigue siendo obligatoria. Si estás pensando en hacerte tres trajes para esta temporada mi recomendación es que en su lugar escojas cuatro chaquetas.
En los pantalones está la clave. Quienes vistan a medida combinando chaquetas y pantalones artesanales estarán conmigo que si bien con la chaqueta bien merece la pena entregarse al placer de la medida, con los pantalones no siempre ocurre lo mismo. Sea porque los sastres o, mejor dicho, sus pantaloneras estén acostumbradas a cortar el clásico corte del pantalón de traje, la realidad es que a veces en pantalones se busca un estilo que lo proporciona más la confección industrial que la artesanal. 
Si vas a vestir de manera informal asegúrate que la ropa sea de calidad. Las marcas visibles y la calidad tienen solo una cosa en común: que ambas saltan a la vista muy rápidamente. Una chaqueta de algodón, como una camisa de lino, ambas a medida, infunden un toque claro de calidad y distinción. Infinitamente mejor que esa distinción venga por la calidad que por el tamaño de un logo en la chaqueta o camisa. 
Si la calidad del tejido será rápidamente visible para el entendido, la hechura lo es para todo el mundo. Basta fijarnos en los hombros, en cómo cierra esa chaqueta, en cómo caen los pantalones, en las arrugas de la camisa para saber que ese conjunto es el nuestro, y el de nadie más. 
Sal del azul y el gris. Nada en contra de una buena “blazer” azul y un pantalón gris. Pero el sport, más si cabe el de verano, agradece más colores. Olvida los jeans y, si la ocasión lo permite, disfruta de chinos con corte actual. Ojo, no olvidar hacerlos acompañar también de chaqueta. 
Que las prendas se hablen. Si la chaqueta es de corte serio así debería ser el pantalón. Si nos hemos dado el gustazo de hacernos una chaqueta desestructurada, con bolsillos en diagonal, bolsillo cerillero, corta, de algún estampado atrevido o con solapas diferentes, escojamos un pantalón tan informal como ella. 
La camisa siempre es importante, pero ahora todavía más. Sin corbata y sin necesidad de llevar la chaqueta abotonada, la camisa queda más expuesta. Olvídate de coser tus iniciales – seguro que tienes tu propia lavadora, conoces tu nombre y no necesitas recordártelo constantemente -. Detalles como la forma, tamaño o rigidez de cuello cobran mucha más importancia. Evita igualmente las camisas de puño doble sin corbata. Aunque mejor evitar los cuadros en ciudad, si no puedes pasar sin ellos asegúrate que combinan tanto con el estampado de la chaqueta como con el mensaje del pantalón. Cuidado con la moda de las camisetas sin cuello debajo de las chaquetas. Si no eras David Gandy quizás mejor dejarlo para las noches relajadas de verano. 
Los zapatos son obligatorios siendo las zapatillas solo un posible sustituto de estos en los momentos más informales del tiempo libre. Difícil se me hace pensar en un zapato negro que combine mejor que uno marrón con un conjunto informal de dos piezas. Tanto de cordones, como de hebilla o mocasín – siempre con calcetines - el marrón oscuro es probablemente la opción más segura. No obstante, hay infinidad de creaciones de zapateros que se salen de los modelos más populares y que encontrarán en los nuevos tiempos el momento y el lugar donde erigirse como uno de los protagonistas del conjunto.  

Con todo esto presente es importante recordar que hay que saber cuando es mejor vestir el traje entero acompañado de corbata que hacerlo de sport. Mejor pecar por exceso que por dejadez. 

El Aristócrata

10 TIENDAS QUE VISITAR ANTES DE MORIRSE, PRIMERA PARTE

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Aunque cada vez resulta más difícil encontrar tiendas donde disfrutar tanto del producto como de la propia tienda y que no pertenezcan a LVMH, Richemont o Kering, todavía hoy es posible disfrutar de auténticos paraísos del buen vestir. Tiendas cuya historia, producto y sabor van un paso más allá que aquellas.

Si bien existen muchas tiendas con una larga historia, o bien son monomarca o bien su oferta es reducida. Por ello, esta semana hemos querido recordar aquellas tiendas cuya visita es obligada, aún cuando nada se compre, para el amante tanto de la ropa como del savoir-faire. Y lo es tanto por la calidad de la ropa como por el propio concepto, diseño de la tienda y variedad de modelos y marcas entre los que elegir.

1-Santa Eulalia, Barcelona. Aunque los españoles somos muy dados a pensar que todo lo de fuera es mejor que lo de dentro, en España debemos estar orgullosos de encontrar una de las mejores tiendas multimarca de Europa. Más de 175 años repartidos en 2.000 m2 donde poder disfrutar de la mejor zapatería, camisería y ropa de sport de las casas internacionales más prestigiosas.
Mención especial merece su zona de sastrería y camisería a medida, y no solo por la enorme cantidad de tejidos entre los que escoger sino por la belleza de sus dependencias. Y aquí es donde radica otro motivo por el que Santa Eulalia bien se merece ser miembro de esta lista: por la gran belleza de la tienda que William Sofield concibió. Para aquellos que quieran saber más de la historia de nuestra tienda más internacional pueden leer aquí el reportaje que escribimos sobre ella hace nueve años.

2-Degand, Bruselas. Calificada por los más diversos medios como la tienda más bella del mundo dedicada al hombre, está enclavada en un fantástico palacete de aire francés en el 415 de la Avenida Louise. La Maison Degand cuenta también con 2.000m2 repartidos en tres lugares: el Degand Tailleur infinidad de salones pensados solo para el hombre con las marcas más premium, el Degand Business et Sport con productos más juveniles y algo más asequibles y el Degand Souliers con una increíble variedad de modelos de los mejores zapateros artesanales.
Solo para que nos hagamos una idea de lo especial de este sitio contar que posee con un salón solo para sombreros, otro para chubasqueros, otro para solo jerséis de cachemira, otro para perfumes, otro para batas y pijamas y hasta uno para bastones y paraguas, así como otro para cigarros cubanos y vinos. Y cómo no hasta su propia barbería.
A estas tiendas bien podían unirse Oger en Amsterdam o Braun en Hamburgo, sin embargo creemos que el diseño de estas tienda no está a la altura de estas dos primeras y, además, creemos que esta primera entrega agradece también la entrada de tres tiendas que aún siendo más pequeñas en metros y marcas ofertadas resultan muy personales y auténticas.

3-Wilhelm Jungmann & Neffe, Viena. Abierta en 1886 no cuenta ni con la variedad ni con la belleza de instalaciones de Santa Eulalia o Degand, pero rezuma sabor. En un edificio clásico, el Sacher, con una decoración más próxima a un club inglés y con un aire algo decadente, puede presumir de exponer más de 1500 telas para que sus clientes no tengan que limitarse a escogerlas de los muestrarios de los fabricantes, telas muchas de ellas que se encuentran fuera del circuito habitual.
Si bien dichas telas pudieran ser lo que más llamara la atención de la tienda por la gran superficie que ocupan, son los complementos lo que convierte a esta casa en lugar obligado de visita. Sus corbatas de lazo, pashminas, paraguas, corbatas, pañuelos de bolsillo, bastones etc. son únicos e imposibles de encontrar fuera de aquí.


4-Eredi Chiarini, Florencia. Fundada en 1894 conserva el aire clásico en sus colecciones dejando claro la influencia que en ella tuvieron siempre las mejores sastrerías inglesas. Aunque con el paso de los años ese estilo serio ha quedado impregnado del estilo italiano, no ha sucumbido, como han hecho muchas de las casas de la ciudad, al aire más vanguardista con que el Pitti ha llenado la ciudad. Al igual que el resto de las casas aquí presentes, Eredi Chiarini es una de esas tiendas donde puedes vestirte de arriba abajo sin necesidad de buscar nada fuera de ella. 
El que cuente con infinidad de marcas, muchas de ellas italianas pero de fabricantes independientes, te permite vestirte con prendas que muy difícilmente las verás de vuelta a casa.  Seguro que muchos recordaréis a la mítica tienda Best. Pues Eredi Chiarini es ese Best italiano pero con muchos más metros cuadrados, más variedad y con productos actualizados.

5.Dell´Oglio, Palermo. En 1890, año de su creación, Palermo era una de las ciudades más boyantes de Italia y es al pequeño establecimiento de Dell´Oglio donde acudía la nobleza a recibir recomendaciones sobre guantes, sombreros o telas. Aunque en los años 50 se mudan a la que hoy son sus dependencias principales, en los años 30 estuvieron en los bajos del palacio Mazzarino, algo que le valió para ser considerada como una de las tiendas más bonitas de toda Italia.
Con diseño más moderno, tanto en producto como en tienda, Eredi Chiarini puede presumir de contar con una enorme variedad de marcas y con muchísimos metros cuadros donde disfrutar de nuestra pasión.  Da gusto pasear por sus muchos metros cuadrados con una atención que en ningún momento te hace sentirte presionado o extraño.
Continuará…

El Aristócrata

BESPOKE LXXXII: LA CHAQUETA DE PRIMAVERA

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Aprovechando que con cita se puede retomar la visita al sastre, fuimos a probarnos una chaqueta que se nos quedó a medias y que queríamos haber disfrutado desde el comienzo de la primavera.

Con todas las medidas que exige Sanidad entramos en la sastrería Fernández Prats donde antes de pasar al mostrador el propio Joaquín nos enseñó la ropa que le acababa de llegar de esta temporada. Si bien Sastrería Fernández Prats abrió las puertas heredando las marcas con las que él mismo había trabajado en épocas anteriores, ahora, animado por sus socios, ha dado un paso importante en calidad y cuenta con marcas premium. Mención especial merecen los polos de algodón y seda, las chaquetas safari o las camisas vaqueras. Los amantes de Crockett & Jones también pueden disfrutar de sus modelos más populares. Un soplo de esperanza fue comprobar como el último pedido de corbatas Marinella había volado. 
Después de ponernos al día, me enseñó la marcha de un pantalón de corte moderno que me está haciendo para acompañar a la chaqueta que aquí os muestro. Incluso después de ver la prueba de hilvanes sigo pensando que es difícil que un sastre de con el corte y hechura de los pantalones de sport de ciertas marcas premium de confección. A este pantalón le coseremos bolsillos de parche en ambas piernas y pasadores laterales para cinturón. Habrá que verlo terminado – lo mostraré aquí más adelante – aunque al ser la mayoría de los tejidos usados en sastrería de fibras naturales su caída parece que terminará estando más próxima al de un pantalón de vestir que al de uno informal. OS lo mostraré en próximas semanas para conocer vuestra opinión.
Con los termómetros ya por encima de los 30ª y todavía recluidos en casa, me presenté en la sastrería de Joaquín de aquella manera. Aunque al no pensar en esta chaqueta acompañando al traje la ausencia de corbata no era ningún hándicap. Mientras me probaba tanto esta chaqueta como la de campo que dejamos a medias y el pantalón nos conectamos vía Instagram durante una hora con muchos de sus seguidores. Una hora de video donde todo el que quiso vio a Joaquín contar todos los pasos de una chaqueta a medida, el proceso de la prueba y yo hablaba de las enormes ventajas de vestir de sastre y de la suerte que tenemos en España de disfrutar de grandes profesionales. Aprovecho nuevamente para saludar a todos aquellos lectores latinoamericanos de esta página que nos acompañaron durante todo el programa.
El tejido de Lanificio f.lli Cerruti es de una lana de 250 gramos. Es de justicia reconocer que los tejidos italianos cuentan con diseños que siempre van un paso más allá en estilo. Aunque este es bastante clásico, por lo general arriesgan algo más y con ese gusto tan suyo consiguen estampados de lo más interesantes. Y cuando se trata de incluir una nota de diferenciación y finura casas como esta van un paso por delante. 
Con esto del confinamiento la alimentación ha sido más sana y el rodillo más presente, notas ambas que se observaron en los varios ajustes que se tuvieron que hacer en la prueba. El corte es el típico de Joaquín. Solapas redondeadas, tres para dos, poco armada, entallada, hombros redondeados y cierto redoble en la costura de los hombros. Aunque Joaquín en las chaquetas de sport es partidario de dejarlas algo cortas, yo las prefiero algo más largas y por ello en la última prueba veréis esta chaqueta con dos centímetros más de longitud. El cuello se subió un centímetro, así como los hombros. 
La forma en la que está cortada esta chaqueta, como debiese ser en todas, te permite total libertad de movimientos y es tanto o más cómoda que un sencillo jersey. De hecho, abotonada se mueve contigo y en ningún momento tienes la tentación de querértela desabotonar. Aunque en fotos sea imposible apreciarlo, entre la chaqueta y yo bien entraría un jersey o dos kilos más. Precisamente, es una buena hechura personalizada la que nunca conseguirán las chaquetas de confección, sean de 100 o 3.000€. El no sentirla al moverte, el ver como las solapas discurren si abrirse por tu torso, el que los cantos se abran de manera natural sin levantarse o sentir la sisa alta es algo que la confección siempre tendrá vetado. 
Una licencia muy personal fue el forro. Si en condiciones normales hubiéramos dejado la espalda prácticamente sin forrar para hacerla más ligera y disfrutar de unos vivos a mano, esta vez me permití esta licencia. Las motos, sobre todo las Harley Davidson, han sido una de mis pasiones desde que era bien niño. Aunque son estas de las que más disfruto cuando la mente necesita despejarse, son muchas las motos que me gustan; y las tipo café racer son una de ellas.
Por ello, escogí para la chaqueta un forro de algodón con modelos míticos de motos y que por color no desentonaba con ella. Esto añadirá calor, pero también hará que sea mi chaqueta y la de nadie más. El sector de los forros está evolucionando mucho y ya es posible encontrar modelos que van mucho más allá que los de color liso o los excesivamente llamativos.
En un próximo artículo os compartiré el resultado de esta chaqueta y la de campo, dos conceptos muy diferentes, pero igual de especiales.

¡Feliz semana!

PD La luz de la sastrería no refleja la claridad de los colores, por lo que para hacerse una idea más cercana os recomiendo que os fijéis en el espejo.

El Aristócrata

DIFERENCIANDO UNA MARCA DE LUJO DE OTRA PREMIUM

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Louis Vuitton es una marca premium pero no de lujo; lo es Hermes. Rolex es una marca premium pero no de lujo; lo es Patek Philippe…

Diferenciar una marca premium de otra de lujo no siempre resulta fácil. Dependerá de los atributos que a ambos conceptos les supongamos. Dicho esto, tampoco podemos meter a todas las marcas de gama alta en el mismo saco o dar por hecho que son todas iguales o muy parecidas. De las definiciones que de “lujo” da la RAE quizás la que más se acerque al tema que aquí nos ocupa sea la de: “Elevada categoría, excelencia o exquisitez que posee algo por la calidad de las materias primas empleadas en su fabricación, sus altas prestaciones o servicios, etc.”. A partir de aquí podemos sumar aquellas que para nosotros sean más importantes. Os cuento a las que yo doy más importancia:
Para mi lujo en un producto (coche, reloj, zapatos, camisa etc) va unido necesariamente a un precio elevado, carácter exclusivo– difícil de ver en el día a día -, una excelente materia prima y un componente de fabricación artesanal alto. Un producto de lujo debería tener al menos estos componentes. 

Con esta definición estarán conmigo que BMW, Audi, Mercedes, e incluso Porsche, son marcas premium; pero no de lujo. En cambio, McLaren, Bentley o Pagani sí son marcas de lujo. ¿Significa esto que BMW, Audi, Mercedes o Porsche son entonces malas marcas? ¡Para nada, de hecho pocos coches existen tan versátiles y duraderos que un 911!. Significa solamente que son grandes marcas, pero no poseen ni el precio, ni la exclusividad, ni la materia prima ni el componente artesanal de Rolls Royce o Bugatti. ¿Es Omega o Rolex un mal reloj? Quien tenga un Rolex sabe de sobra que no, pues ningún otro reloj mantiene mejor su precio, envejece con más salud y aguanta todos los avatares del día a día como hace Rolex. Sin embargo, relojes que venden cerca del millón de ejemplares difícil resulta considerarlos como exclusivos. ¿Quién no conoce a alguien que no tenga un Rolex? o ¿quién no ha podido descubrir no uno sino varios modelos en el bar o restaurante de moda?
Y así podríamos seguir enumerando casos de muchas otras marcas. ¿Cuántos Porsches se ven circular por la Castellana un día normal? Unos cuantos, ¿verdad?. Y ¿cuántos McLaren?. Menos, ¿verdad?. Claramente la exclusividad de uno y otro modelo se reflejan en el número de unidades circulando por nuestras carreteras. Recuerdo cuando era niño gritar a mi padre cuando pasaba o estaba aparcado un Porsche a nuestro lado. En cambio, hoy ya ningún niño lo hace pues se ha acostumbrado a verlos por todas las esquinas de su ciudad. Sin embargo, la misma excitación de entonces la experimentan hoy los niños a los que les gustan los coches al encontrarse un Ferrari, un Lamborghini o un McLaren. 

Además de las cualidades que la RAE presupone al concepto lujo hay, como acabamos de apuntar, algunas otras, tanto subjetivas como objetivas. Dejemos de lado las subjetiva pues cada uno tendremos las nuestras y fijémonos en las objetivas. Y una de estas cualidades objetivas es el tiempo que lleva hacerse con una y otra marca. Pensemos por ejemplo en un traje de Caraceni. De no ser cliente es muy probable que de conseguir que nos haga un traje debamos esperar entre que nos den hora y nos entreguen el traje no menos de seis meses. En cualquier sastrería española o europea premium nos podríamos presentar cualquier tarde, esperar a ser atendidos, y salir de allí con nuestras medidas cogidas y la tela escogida. Esto es sencillamente porque Caraceni representa el lujo de la sastrería y la inmensa mayoría del resto, como mucho, el sector premium. En cualquier concesionario Mercedes podremos configurar nuestro coche y tenerlo listo en dos o tres meses. Por el contrario, de querer hacernos con un Pagani el periodo de espera será muchísimo más largo.  
Alcanzar el cenit también lleva su tiempo de maduración. Nunca un Rolls suele ser el primer gran coche, en cambio un BMW puede serlo perfectamente. Tampoco es normal comprarse un Lange como primer buen reloj, pero si un Cartier o un Rolex. A las marcas de lujo se llega después de ir escalando en la pirámide de las marcas premium. Pensemos en zapatos. A una buena marca local, le sigue la elección de la mejor marca nacional, luego alguna italiana, posteriormente una inglesa o francesa, luego unos Crockett & Jones o unos Alden y más tarde unos Edward Green o unos Gaziano & Girling. Después, los más esquistos, prueban la zapatería a medida, esta con su propia pirámide. Es el tiempo, y el dinero disponible, el que va definiendo el paladar y la elección, así como situando en nuestro subconsciente la base y la cúspide de dicha pirámide. Y es aquí donde reside el encanto del lujo frente el premium, el premium lo adquieres, el lujo lo sueñas. Y con los años ese lujo puede terminar convirtiéndose en una realidad, una realidad a la que se llega como compra meditada y soñada. De ahí que sea mucho más normal que un amante de la relojería tenga un Rolex antes que un Patek y no viceversa. O una cartera Louis Vuitton antes que una Hermes. 

Imposible es hacerse con unos Lazlo Vass en España. En cambio, en la mayoría de las capitales de provincia encontraremos una tienda donde adquirir unos C&J. Este es otro distintivo de las marcas de lujo. No están en todos los sitios y están orientadas al entendido, y no tanto al comprador estándar. De querer comprar un Bentley tendrá que desplazarse a Barcelona, Madrid o Marbella. De buscar un Audi no tendrá que recorrer muchos kilómetros. ¿Cuántas capitales de provincia venden Rolex? Casi todas. ¿Cuántas FP Journe? Muy pocas. 
El lujo te hace sentirte diferente, especial. Sin entrar a analizar dichos valores intangibles, lo cierto es que conducir un Bugatti te diferencia de la gran mayoría del resto de los conductores, sencillamente porque tu producto también es diferente. Nadie se siente diferente con una bolsa de Gucci, pues son cientos las personas que la tienen igual. En cambio, muchísimas menos son las que viajan con su bolsa Valextra. 

Otra diferencia entra las marcas premium y las de lujo es que las premium se limitan a poner en el mercado productos que saben que se venderán solos pues es lo que demandan sus clientes. En cambio, las marcas de lujo sacan al mercado conceptos revolucionarios que no cuentan con la aprobación a priori de sus clientes. Son estos clientes los que se encuentran el nuevo Pagani y trabajan con su conscientes para enamorarse poco a poco de él. Similar concepto es el que ha utilizado Richard Mille con cada uno de sus nuevos revolucionarios modelos. Sacaron un modelo que rompía con los estándares admitidos y sus clientes se terminaron haciendo a dicho diseño; y e manera muy fiel. Los diseñadores de las marcas de lujo no buscan el coche o el reloj agradable. Es su pasión, su creatividad, su propio concepto de la belleza lo que les mueve a sacar un nuevo modelo. Su modelo. Si en las marcas premium el cliente viene lo primero, en las de lujo solo viene después. 
El precio de las marcas de lujo suele ser normalmente, mucho más alto que las premium, si no muchísimo. Pero lo es porque también su valor lo es. Lujo es calidad de mano de obra. La inmensa mayoría de los productos artesanales también cuentan con un componente importante industrial pero siempre menor que las marcas premium. Imposible comparar la manera de trabajar de la fábrica Porsche con la de Bugatti, la de Cartier con la de Breguet o la de Armani con la de Brunello Cucinelli. En las marcas de lujo el producto resultante ha tenido un contacto físico con las manos humanas mucho más intenso y con más sentimiento que el de las máquinas que trabajan las marcas premium. Eso por no hablar de la cualificación que a esas manos humanas se les exige para poder trabajar con las marcas más exclusivas. 

Me podría extender en la búsqueda de todas esas características que diferencian un sector de otro pero me despediré con dos que considero fundamentales. El proceso de compra y el servicio postventa. Comprar lujo debería es toda una experiencia en sí. Sin embargo, acudir a Louis Vuitton supone ser parado en la puerta por un dependiente que IPAD en mano toma nota del interés concreto en un producto, te da tiempo de espera aproximado y amablemente te indica donde esperar hasta entonces. Seguramente la enorme demanda de su marca impida personalizar más el servicio, pero estaremos de acuerdo que esto es un servicio premium pero no de lujo. Y la misma espera y el mismo trato, siempre agradable pero poco personal, se recibirá en cualquier concesionario de coches premium. Sin embargo, bastará solo interesarnos por un Bentley para poder molestar a nuestro vendedor durante uno o dos meses hasta hacer, o no, la compra final. 
Muy valiente habrá que ser para gastar el tiempo de un dependiente especializado en Rolex si en esa misma visita la venta no se ejecuta. Eso por no hablar de los conocimientos de los que dispone un vendedor de McLaren o Rolls de su producto comparados con los de un vendedor de una marca premium.  ¿Alguien se imagina que llegado el momento de la revisión de tu Mercedes se presentara en tu casa un mecánico para llevárselo al taller y devolvértelo él personalmente una vez realizado el cambio de aceite? En las marcas de lujo forma parte del funcionamiento diario del taller. Y esto, y no lo que ofrecen las marcas premium, es servicio postventa.

El Aristócrata

BESPOKE LXXXIII: LA CHAQUETA DE CAMPO, SEGUNDA PARTE

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La principal ventaja de la sastrería artesanal es la hechura. Pero no hay que olvidar todas esas posibilidades de personalización que igualmente brinda. Y en este artículo hablamos de ellas. 

Muchos clientes que acuden a la sastrería industrial lo hacen por efectivamente esos detalles. Además de poder escoger un tipo de corte – cruzado, sencillo, boca de pantalón etc – y una tela en concreto, disfrutan añadiendo detalles a su prenda en forma de personalización. Una tapeta de color, un ojal de color diferente al resto, un forro divertido, unas iniciales escondidas…, detalles todos superficiales pero importantes para ellos. Seguro que muchos de nosotros recordamos también alguna cadena de camisería – hoy casi todas ya cerradas – donde se era feliz escogiendo una tela, un tipo de cuello, unos puños y unas iniciales. 
Sin embargo, la personalización de la que hoy hablamos nada tiene que ver con un ojal a color o un tipo de botón. La personalización de la que hablamos va mucho más allá y propia no de la sastrería industrial sino de la artesanal. Un sastre experimentado no tendrá inconveniente alguno en incluir ningún detalle a nuestra chaqueta, pantalón o abrigo y aunque puede llevarle más tiempo no encontrará mayor problema técnico que las horas a dedicar en el taller.

Lo que ya no es tan común es encontrar a un sastre que lo reciba de buen agrado o que incluso, como es este caso, te acompañe en el proceso de diseño y, basado en su experiencia, te anime a incorporar detalles que consigan una prenda verdaderamente única.
Recordar rápidamente el porqué de esta chaqueta. Esta chaqueta de campo se concibe como una prenda irrompible, enormemente duradera y pensada para ser disfruta en el campo bajo la lluvia e incluso afrontando el viento en el pescante del coche de caballos. Como la intensidad del frío seguro que agradece más prendas de invierno, está cortada para albergar debajo de ella un grueso jersey de lana. De ahí, que no se busque que quede tan ceñida como las chaquetas de calle y que sea lo suficientemente amplia, que no grande, como para movernos con ella con la misma libertad, o mas. que si lleváramos un Barbour.  

Muchos son los sastres que disfrutan cuando un cliente escoge una tela diferente o un abrigo poco común. Y también los hay, menos pero los hay, que no tienen problema en recoger todas las peticiones diferentes de ciertos clientes y darles forma. Y Joaquín siempre ha sido uno de ellos. Aunque de entrada puedes observar en su rostro alguna mueca de desaprobación, termina aceptando. Fuera la más loca chaqueta vaquera nunca realizada, la chaqueta para conductores Bentley o el traje más ligero conocido, la realidad es que siempre está dispuesto a hacer cosas diferentes. Y lo está porque no tiene inconveniente en corregir las veces que haga falta hasta conseguir el resultado perseguido.
Nunca me han gustado los detalles superficiales en la sastrería industrial – ojales o tapetas a color, iniciales etc. En cambio, incorporar detalles sartoriales me encanta. Por ejemplo, este cinturón (todavía pendiente de coserse) reminiscencia de las chaquetas Norfolk, creo que si bien se pudiera prescindir de él tampoco pasa nada por incorporarlo; es más, pienso que favorece el estilo campero de la chaqueta. Un cinturón que va al aire y no está cosido, algo fundamental si efectivamente queremos que nos recuerde a los cinturones con que se cerraban inicialmente a aquellas chaquetas.

Los bolsillos, además de su efecto estético, tienen una clara finalidad práctica. El espacio aumenta considerablemente con el uso del fuelle, algo fundamental cuando los vas a usar continuamente y vas a llenar de todo tipo de objetos. El bolsillo de pecho tiene dos vivos, lo que lo hace más especial. Por la parte trasera, además del ya nombrado cinturón, encontramos también fuelles en ambos extremos. Su finalidad no es otra que ganar en libertad de movimientos y podernos mover con más comodidad sin sentir que tira en ningún momento la chaqueta. 
Recordemos que esta chaqueta, como seguramente deberían hacer todas, estará siempre abotonada y si vas a correr con ella, subir, bajar, agacharte etc. esos centímetros extra en los brazos son muy bienvenidos. Aunque el movimiento sea más apreciable al mover los brazos a la altura superior de la espalda, el fuelle se alarga hasta el cinturón. Los botones puede que no sean del gusto de muchos de vosotros pero a mi su aspecto rústico y hasta “de otra época” me parecieron la mejor opción para este concepto de chaqueta. El forro, con la finalidad de abrigar, es entero y sin mayores pretensiones más allá de estar cosido a mano. Ahora sí cobra sentido el picado de refuerzo en los extremos de los bolsillos, pues pudiera ocurrir que de meter y sacar cosas terminara rompiéndose.

Realizamos un video de esta y la chaqueta de primavera que lo compartiré en semanas próximas. 

Esperando os haya gustado, tened una maravillosa semana. 

El Aristócrata

EN MEMORIA DE DON ARTIEL GARCÍA, MAESTRO DE MAESTROS

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Hace solo unos días nos dejaba Don Artiel García, uno de los sastres más carismáticos de nuestro país. Tuve el placer de conocerlo hace bastantes años y disfruté de su presencia en la presentación de mis dos libros.

Según cuentan era la última enciclopedia viva de sastrería, a quien acudían los compañeros cuando les surgía una duda. Un revolucionario de su tiempo que ha enseñado desde La Confianza a la mayoría de los sastres que hoy ejercen el oficio. Escritor empedernido siempre estaba leyendo o escribiendo – me chivan que cuando fue llamado del Cielo para coser el traje a algún Santo caprichoso se encontraba en plena redacción de un libro sobre los oficios de Madrid. Su “Tratado de Sastrería” es de lectura obligada para aficionados y profesionales. 

Con motivo de su pérdida la periodista de ABC, Laura Peralta, recuperaba la entrevista que le realizó solo unos días antes de su partida. Esperando la disfrutéis, vuele desde aquí un sentido abrazo a la familia de quien como buen torero se permitía el uso indistinto de ambas manos para marcar su trabajo.

“Artiel nunca quiso ser sastre como su padre y su abuelo. «Yo quería ser electricista —asegura con gran orgullo y rotundidad—, pero mi padre decía que eso de "juntar cables" era una tontería, así que no me quedó más remedio que seguir la saga familiar y formar parte de la tercera generación de sastres en mi familia», explica Artiel, de 91, e ingresado en la Unidad de Cuidados Paliativos del Hospital de Cuidados Laguna.

Hasta este lugar llegó derivado del Hospital Universitario de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid por una leucemia grave. «Aquí me encuentro fenomenal. Estoy encantado. ¡Como en un hotel de cinco estrellas! —afirma muy animado—. Me despierto, me ducho me cambio, desayuno... Todo yo solo aunque hay unas enfermeras estupendas que me tratan y me cuidan con mucho cariño. Estoy muy tranquilo y entretenido. Tengo muchas cosas por hacer. De momento ocupo muchas horas releyendo y editando un libro que he escrito "Tratado de sastrería" y que se va a publicar en varios idiomas. Se trata de un conjunto de indicaciones sobre patronaje y otras cuestiones que durante muchos años expliqué a los 3.500 alumnos que tuve en la Academia Superior de Sastrería».

Pero no es el único libro que ha escrito, cuenta con al menos otros diez manuales y, como amante de la lectura, quiere donar su extensa colección de libros y revistas al Museo del Traje, «de eso se encargará una de mis cinco hijas». Explica que en su casa de la calle Mayor de Madrid tiene dos bibliotecas. «Es una casa muy grande donde aún conservamos el taller de costura, los probadores... Por eso aquí me encuentro más recogido, con todo más a mano. Mi mujer y mis hijas me traen lo que necesito cuando vienen a verme cada día».
«¡Un día nos van a echar de aquí!», apunta su mujer Isabel. «No para de pedir que le traigamos cosas de casa. El otro día su ordenador para poder seguir haciendo cursos que ve en internet y, hoy, la guitarra». «¡Me encanta la guitarra!», añade él mientras le indica a su hija que la saque de su funda.
Artiel la agarra y no duda en ofrecerse en medio de la entrevista a deleitar a todos con unos acordes. Mientras se dispone a hacerlo para un momento y se disculpa: «mis dedos ya no me dejan tocar igual que cuando era joven». Aún así, prosigue orgulloso y se lanza por unos instantes. No duda en apuntar que se trata de una guitarra de gran valor fabricada en 1923, «toda una joya que también donaré cuando ya no esté en este mundo», confiesa.

Artiel no tiene miedo a la muerte. «Viviré todo lo que Dios quiera mientras me dé salud. Aquí estamos de paso. Tener miedo es de tontos. El problema es que hay gente a la que le gustan mucho las cosas materiales y temen perderlas. Reconozco que yo tengo fe en Dios y eso me ayuda, pero no hay que engañarse porque todos sabemos que estamos de paso. Eso sí, me quiero ir al otro barrio con todo bien organizado, sin dejar cosas pendientes. Tengo cinco hijas y cada una sabe lo que debe hacer cuando yo no esté: Ana, encargarse de la biblioteca; Amanda, de los papeleos y el notario...».

Al final de la entrevista confiesa muy ilusionado que le queda un sueño por cumplir. «Vestirme muy elegante con un traje que tengo precioso, que venga mi hermano "el pijo" con su coche descapotable y me lleve a dar una vuelta en avioneta para ver Madrid desde el aire y así despedirme de la ciudad. Yo me lo paso bomba volando y, además, me río mucho porque a mi hermano no le gusta nada volar y lo pasa fatal, lo que me hace más gracia —bromea—. Y si no puede ser una vuelta en avioneta, pues en globo», añade sin reparos.

Sin embargo, Artiel no pudo dar la última puntada a su vida con ese viaje en avioneta o en globo. Falleció al poco arropado por el amor inmenso de su familia. En ellos ha dejado la gran lección de vida de vivir con esperanza, ilusión y optimismo hasta el último suspiro. Un regalo que se teje poco a poco, pero que perdura en la eternidad”.

El Aristócrata

DIEZ PRENDAS PARA TODA LA VIDA

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Para algunos demasiado clásicas, pero si lo que queremos es tener un armario que dure años sin necesidad de cambiarse cada temporada tengamos presente que lo clásico siempre envejece mejor.

1.Una chaqueta azul marino. Mucho tienen que cambiar los tiempos para que esta prenda deje de ser una imprescindible. Si cruzada podría resultar más estilosa, es su versión de hilera sencilla la más polivalente. Decórese con botones que la diferencien del resto, de corozo, plata o con un grabado especial, y podrá vestir cualquier conjunto informal de manera rápida, elegante y sencilla. 

2.Unos oxfords negros. Tanto lisos como en su versión semi brogue no ha existido tendencia que haya acabado con ellos. Desde la aparición del traje moderno este modelo de zapato ha compartido protagonismo con la bota Balmoral. Quedando esta última reservada a actos formales o a conjuntos como el chaqué, el modelo Oxford es el protagonista atemporal del zapatero del hombre. 
3.Un abrigo cruzado. Tanto largo tipo covert como tres cuartos modelo Pea Coat, este abrigo es válido para acudir tanto al trabajo como a la ópera. Incluso, con un mínimo de estilo y de no sobrepasar la rodilla puede acompañar a conjuntos informales. En beis válido para las horas de sol, pero en azul oscuro tanto para el día como para la noche. 

4.Una camisa blanca de lino. En nuestro país las altas temperaturas están aseguradas. La camisa de lino en sus diferentes colores, pero sobre todo la blanca, con sus múltiples cuellos y botonaduras aguanta el paso del tiempo como una prenda de plena actualidad. Tanto por dentro como por fuera del pantalón, con chinos, jeans o traje de baño, su aire desenfadado acompaña con gran frescura las horas de asueto de los meses de más calor.
5.Un conjunto dos piezas de chaqueta azul y pantalón gris. Sin ser siempre correcto, se puede vestir menos en las ocasiones más formales. Con corbata o sin ella, con zapato de cordones o mocasín, sus posibilidades son muchas y dependerá de qué complementos escojamos para determinar la seriedad o informalidad del conjunto.

6.Un esmoquin. Con frac y chaqué reservados a momentos puntuales, el esmoquin es la única prenda de ceremonia que aguanta el paso de los años con buena salud. Sus líneas no han cambiado desde sus orígenes y no parece, debido a su actual gran belleza, que lo debiera hacer tampoco en el futuro. 
7.Una camisa a rayas azul para corbata. Modas y preferencias aparte, la camisa de traje se diferencia de la de sport por no contar con botones en los picos de su cuello. Una camisa sin ellos, con o sin puño doble, y a mil rayas azules es el modelo por excelencia de vestir con traje, tango gris como azul. 

8.Una corbata regimental. Solo la corbata lisa azul marino puede competir con esta en tradición e historia. Presente desde el último cuarto del S.XIX, servía para diferenciar los diferentes regimientos británicos. Con la corbata en extinción será de las pocas que aguante el paso del tiempo.

9.Unos semi-brogue marrones. Algo menos formal que el Oxford negro liso, pero iguales de clásicos y con posibilidad de vestirse tanto con traje como con conjuntos de sport. Aún siendo el modelo Oxford más polivalente, unos derby semi-brogue cordovan seguro que durarán toda la vida y cada año parecerán más especiales. 
10.Un traje gris marengo. Si bien se pudiera pensar que de solo poder escoger un traje ese debería ser el azul marino, lo cierto es que el gris oscuro es igual de clásico y sus posibilidades van mucho más allá de las del azul. 

Recordemos que, aunque estas diez prendas nunca pasarán de moda, si queremos que envejezcan bien, escojámoslas de telas y pieles que sin tener que ser las más exquisitas sí sean las más longevas.

El Aristócrata

CÓMO GUARDAR LA ROPA DE INVIERNO

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La ropa de calidad perdura. Es precisamente esta calidad y unas líneas no demasiado modernas las que aseguran que los mismos jerséis, pantalones, camisas y chaquetas duren muchos años. Vislumbrando el verano toca, si no se ha hecho ya, guardar hasta bien entrado octubre la ropa de invierno.

No obstante, cuando más sufre la ropa es cuando se guarda esperando la llegada de una nueva temporada. Con ya prácticamente solo dos temporadas en el año, verano e invierno, conservar correctamente la ropa resulta más sencillo al no requerirse de espacio para las cuatro. Dicho esto, lo cierto es que por más armarios que se tengan siempre parece echarse uno más de menos. 
Aunque el polvo y las apreturas son los mayores enemigos de una correcta conservación, dependiendo de lo protegida que esté la casa también los insectos pueden sumarse a la lista. Antes de ponernos a guardar la ropa debemos ser honestos con nosotros mismos y ser conscientes de que vamos a guardar bastante ropa que probablemente nunca más volvamos a vestir. Por supuesto, no la tiremos. Regalémosla a alguien a quien pueda gustarle o a quien le asegure una segunda vida. La última, pero muy buena opción, es reciclarla. 

Encontrar un lugar fresco y seco se antoja recomendable pues el calor y la humedad, además de ser foco de polillas, acaban con las características de las fibras naturales. Las fundas de traje son siempre bienvenidas, no solo para trajes y chaquetas, también para camisas y pantalones. Obviamente, dependerá del espacio de que se disponga, pero por norma general la ropa se conserva mejor colgada que amontonada. Como ya hemos comentado en alguna ocasión, las fundas deberían contar con ventilación. 
Tengamos presente que el calor del verano dura más semanas que lo que marca el calendario, suele hacer aparición en abril y no nos suele dejar, al menos no en el centro y sur de la península, hasta bien entrado octubre. Por ello, resulta muy recomendable guardar toda la ropa de invierno lavada. Esto es particularmente importante en la ropa de punto y en los trajes. Si con la primera se podrá hacer en casa, los trajes sería bueno acercarlos, aún cuando algunos no se hayan usado o se hayan usado muy poco, a una tintorería especializada.

De contar con unas buenas perchas el pantalón se mantendrá todos los meses de espera sin arrugarse – bastará asegurarse que al colgarlo no se formen arrugas a la altura de la barra de dicha percha. De contar con suficiente altura en el armario, siempre se podrá pinzar el pantalón por su bajo y colgarlo en toda su extensión. Conviene dejar de lado la antigua costumbre de llenar los cajones y las bolsas de la ropa con antipolillas o bolsas perfumadas, el olor puede llegar a impregnarla tanto como para arrastrarlo meses después de recuperarla. 
Al igual que la ropa, los zapatos convienen guardarlos limpios y sin polvo. Bastará, una vez lustrados y secos, meterlos en sus fundas de viaje y guardarlos en sus respectivas cajas. Los jerséis convienen conservarlos juntos en cajas y sin que queden muy apretados entre ellos. Aunque ahora podamos tener claro que hay dentro de cada caja es muy probable que llegado octubre lo hayamos olvidado. Por ello, una etiqueta con el nombre de su contenido puede hacer que no nos volvamos locos meses después encontrando unos guantes o una bufanda en concreto. Si el sitio es fresco y seco las cajas de cartón son, ecológicamente hablando, la mejor opción. De ser húmedo conviene asegurarse de la calidad de dicho cartón, pues no siempre mantiene alejada la humedad o el calor. Otra opción antes de optar por cajas de plástico es aprovechar las maletas que no vayamos a usar, algo que además ahorra espacio. 

Todo dependerá del espacio del que se disponga, pero de contar con buenos y amplios armarios también los pantalones de sport descansan mejor colgados que tumbados. Lo mismo con las camisas, las cuales, al contrario que con las chaquetas, deberán conservarse abotonadas. Los abrigos largos no deben tocar el suelo y de poder conviene airearlos al menos un par de veces durante su descanso estival. El sitio más frio de la casa se les debería dedicar a ellos y a los sombreros. En su defecto estos últimos mejor mantenerlos en su caja y alejados del calor. 
La ropa interior, al igual que los pijamas, mejor guardarlos en bolsas de tela y estas introducirlas en cajas de cartón con su respectivo rotulado. Los calcetines no los doblemos sobre ellos mismos pues los elásticos pudieran terminar dando de sí. Mejor estirados. La ropa de más batalleo puede conservarse al vacío. No sufre y, además, ocupará poco espacio. 

Polos de manga larga, camisetas interiores y otras muchas prendas a priori poco importantes más adecuado guardarlas al menos dobladas, y siempre lavadas. Con un mínimo de cuidado, en su uso y en su conservación, tanto esta como nuestra ropa más especial nos acompañará varias temporadas sin dar la sensación de estar vieja o usada.

El Aristócrata

IDEAS PARA VESTIR ESTE VERANO

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El verano llama a la puerta. Y con él las altas temperaturas que ya no darán tregua. Termómetros cercanos a 40 grados convierten en no fácil tarea vestir con un mínimo de pudor.

No obstante, no queda más remedio y vestirse cada mañana para ir al trabajo sigue siendo una obligación para muchos de nosotros. Seguro que la noche concede muchas licencias, prescindir de la chaqueta puede ser una de ellas, aunque esto no significa que se debería vestir como si estuviéramos en casa lejos de miradas ajenas. No son pocos los que por los motivos más diversos deciden disfrutar de su gran ciudad aprovechando el escaso tráfico de estas fechas, la gran oferta de terrazas y restaurantes y la tranquilidad de sus calles.

Cierto que este calor que padecemos en gran parte de la península anima a escoger del armario la misma ropa que vestiríamos de estar en una remota playa. Sin embargo, conservar algo de decoro se antoja obligatorio para vivir en sociedad. De no tener que asistir a una reunión donde una corbata pudiera ser bienvenida, ella, y consecuentemente el traje que la debe acompañar, puede descansar en el armario hasta la llegada del otoño. 

Aunque prescindir de la corbata fuera considerado años atrás como un gesto poco respetuoso, hoy está admitido en verano en casi todos los entornos. Eso sí: si se prescinde de la corbata hágase lo propio con el traje. Pocos conjuntos hay menos estéticos que el de un traje sin corbata. 
Pero vayamos por parte, ¿qué podemos ponernos para ir a trabajar con cierta dignidad sin tener que sudar la gota gorda? La respuesta la encontramos tanto observando lo que se estila en nuestro lugar de trabajo como atendiendo a nuestros gustos y personalidad. 

Cinco recomendaciones pueden ayudar:

1- ¿Es el entorno laboral formal o casual? Parece lógico pensar que no se debería vestir igual se esté frente a clientes en una gran firma de abogados que en una redacción de un periódico online. Si en el primer caso una chaqueta de lino desestructurada azul, verde o cereza con un pantalón de fina lana beis o gris representa una apuesta segura, en el segundo unos chinos o, incluso, unos modernos vaqueros cubrirán con creces su misión de mantenernos tapados. 
2- ¿Qué tipo de zapato escoger? Los entornos más serios siguen agradeciendo, aun cuando no sean particularmente frescos, los zapatos de cordones. Dicho esto, tanto por la informalidad de los conjuntos de dos piezas como por su, normalmente, más cómodo calce, los mocasines resultan una opción más interesante. Por su lado, en los lugares de trabajo más relajados se verán desde náuticos hasta zapatillas. No obstante, el calzado es conveniente siempre cuidarlo y si se busca frescura y comodidad los gomminos o los mocasines de piel flexible consiguen dicho propósito y, además, con elegancia. 

3 - ¿Puedo prescindir de los engorrosos calcetines? En nuestro despacho de abogados mejor escoger un calcetín de algodón y, si así se desea, con algún dibujo o color veraniego, pero no se prescinda de él. En la redacción del periódico los pinkies pueden ser el sustituto del calcetín largo anterior. Solo de escoger un zapato concebido únicamente para vestirse sin calcetines se debería prescindir de él. 
4- ¿Camisa, polo o camiseta? La camisa sigue siendo la prenda estrella de cualquier lugar de trabajo, aunque su tejido cambie en esta temporada. El lino, o de no entender sus arrugas el popelín, es un tejido de gran frescura y que transmite cierto aire relajado. En los ambientes más desinhibidos, quizás de vez en cuando un polo o una camisa sin cuello pudiera funcionar. Para las camisetas mejor a la conclusión del horario laboral. 

5- ¿Alguna prenda prohibida? Sí. ¡Las bermudas!

Con la satisfacción de haber dado lo mejor en nuestro lugar de trabajo, llegó el momento de disfrutar del tiempo libre y de las innumerables distracciones que brindan las largas noches de verano. Sin olvidar que allá donde vayamos compartiremos espacio con más personas toca elegir prendas cómodas que dejen saborear la ansiada llegada del frescor y la conversación con amigos o compañeros. 
Nada mejor recién salido de la ducha que elevar el ánimo con el olor de un perfume fresco. Aunque en nuestro país no haya gran cultura de perfumes cada estación agradece una intensidad y profundidad aromática. Y el frescor es el del verano. 

¿Aplican los mismos códigos de vestimenta que en el trabajo?: 

1- Empieza por la camisa y luego define el resto del conjunto. Una camisa remangada, ya no lisa ni de rayas sino con algún motivo más desenfadado tipo amebas, es un buen comienzo. Por fuera o por dentro del pantalón, según se busque una imagen más seria o desenfada, con cuello italiano o Mano, o de botonadura completa o media… todo ello es admisible. 
2- ¿Algún pantalón mejor que otro? Mejor si es fresco para evitar que el calor termine pegándolo a nuestra piel. Los chinos entallados e informales combinan con las camisas más desordenadas. Ni colores chillones ni negros de invierno. De boca estrecha, remangados o ligeramente cortos. 

3- Adiós al Oxford. Ahora sí que toca sacar a pasear las alpargatas más sencillas o, si se prefiere, las realizadas para alguna marca premium. Es el momento de relajarse por lo que tanto con estas como con los mocasines más suaves y con suela de goma mejor prescindir de calcetines. 
4- ¿Y qué hay de los complementos? Sin abusar de ellas, una pulsera trenzada de piel o una sencilla de tela puede resultar divertido. Un liviano reloj con diseño alegre y brazalete de caucho de color complementará acertadamente el look de las divertidas noches de verano. 

5 - ¿Algo a evitar? Ni camisas de manga corta ni zapatos náuticos en ciudad. 

El Aristócrata

BROOKS BROTHERS SUSPENDE PAGOS

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Beverly Hills, Londres, Milán, Tokio… eran solo algunos de los lugares donde podía adquirirse un estilo que ha marcado la forma de vestir de generaciones. Cuando cierra un pequeño comercio cierta tristeza se apodera de nosotros, pero cuando una de las tiendas más emblemáticas del mundo se ve obligada a suspender pagos el mensaje es francamente preocupante.

Durante la pandemia del Covid tanto en esta página como en medios especializados se hablaba de un cambio de hábitos. Todos los análisis se podían englobar en uno: “la ropa ya no es prioridad”. O al menos no lo era como antes de la llegada del virus.  
Hoy, a las puertas de la salida de aquella situación, aquella afirmación parece que vino para quedarse. Y hasta la mismísima Brooks Brothers, toda una institución en EEUU, lo ha tenido que admitir e intentar recomponerse antes de echar el cierre definitivo. La gente, sobre todo el hombre, aunque también la mujer, ya no visten para sentirse guapos frente a ellos o frente a los demás. Lo hacen por necesidad, pero sin mayor interés en la ropa escogida. Cualquier cosa parece valer. Ni a quien la viste ni a quien la contempla parece importar mucho.
Las prioridades cambiaron con el encierro y este demostró que con muy poco se podía afrontar el día a día de la oficina desde casa. Meses después se volvió escalonadamente a la oficina física, pero el concepto de arreglarse había cambiado. Al ya entonces imperante relajamiento en el vestir se le unió cierta dejadez, dejadez admitida y compartida cada vez por más gente. Y hoy es el día que mientras vayas aseado el qué se vista no importa mucho. 
Y esta nueva forma de entender la vestimenta no parece que vaya a revertirse golpeando directamente en todo tipo de comercios, grandes y pequeños, artesanales e industriales. La sociedad ha terminado dando por bueno la dejadez en el vestir y dicha dejadez ha pasado incluso a ser tendencia, si entendemos tendencia como algo seguido de manera muy importante por un gran sector de la población.
El que Brooks Brothers tenga que replantearse su futuro puede en España tocarnos de lejos, pero su mensaje es bien cercano. Si la tienda que ha vestido a más de 40 presidentes de Estados Unidos y que ha sido una de las más emblemáticas del mundo ya no despierta interés ni en su país natal, qué va a ser de otros comercios especializados o de dimensiones e historias más humildes. La increíble tienda de cinco plantas de Valentino de la Quinta Avenida de NY busca fórmulas a contrarreloj para salirse de un alquiler al que le quedan varios años de vigencia. Primark, empieza a echar números pues no le salen…
Dice el refranero español que cuando las barbas de tu vecino veas cortar pon las tuyas a remojar. Y es que en España también tenemos muchos Brooks Brothers. Un paseo por Serrano, Ortega Gasset y demás calles premium de Madrid alertará de la multitud de tiendas que permanecen cerradas o de locales que se alquilan. Y esto no es exclusivo del mercado premium, para ejemplo el de Primark.
También la facilidad que tanto grandes como pequeñas marcas dan para comprar vía página web hace que las visitas a nuestra tienda física cercana disminuyan. Cierto que años atrás era difícil plantearse comprarse una camisa o unos zapatos sin ni siquiera probárselos. Sin embargo, hoy todos hacemos compras vía internet, y también de ropa. 
Y es que si a esta nueva sociedad que da la espalda a cuidar el vestir se unen los nuevos hábitos la situación para el sector es preocupante. Nos referimos concretamente al teletrabajo. Esta fórmula de trabajo remoto no hará sino aumentar. Demostrado estos meses que funciona, las empresas han visto una manera interesante de ahorrar en metros de oficina. Cierto que las reuniones presenciales seguirán produciéndose, pero, con seguridad, cada vez con menor frecuencia. Consecuentemente la necesidad de contar con un amplio y cuidado armario cada vez será menor. 
Quienes tengan la oportunidad de entrevistar a recién licenciados habrán comprobado como su escala de valores ha cambiado respecto a la de los que veinte años atrás nos incorporábamos al mercado laboral. Sus preocupaciones pasan más por conocer flexibilidad de horarios, teletrabajo, ambiente laboral y otras cuestiones no tan importantes en nuestra época. Y esto solo irá a más.
Cierto que otras crisis se han superado, pero en esta además de sobreponernos a la crisis financiera hay que hacerlo a la de valores. El cambio está siendo muy rápido pero seguro que varios de nuestros comercios preferidos aguantarán todavía unos, esperemos, años antes de llenar sus metros cuadrados de una otra ropa o de cualquier otro producto con el que salir adelante.
En definitiva, la nueva sociedad tiene unos valores, preocupaciones o intereses diferentes y en su manera de aproximarse a la ropa también esto se nota. Toca admitirlo lo antes posible e intentarse adaptar a estos nuevos tiempos. Nuevos tiempos que, mejores o peores, llevan intrínseco un enorme cambio en la forma de entender el vestir.

El Aristócrata

BESPOKE LXXXIV: HORA DE DISFRUTAR DE LA ARTESANÍA

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Quería esta semana haber compartido con vosotros el proceso de confección de las cosas que todavía esperaban de cara al verano. Desgraciadamente, el tiempo no me lo ha permitido. Sin embargo, os escribo rápidamente algo sobre las tres prendas más especiales que esperan.

En primer lugar, el traje que abre el artículo. Aunque habrá un extenso artículo sobre él antes de marchar de vacaciones, os cuento que está confeccionado con una tela de 280 gramos de Holland & Sherry y que busca ser vestido de mañana, con corbata y solo en verano. Su color es bastante más claro que el que se adivina en las fotos y su corte ceñido, pero de medidas no tan arriesgadas como en otras ocasiones. Con los años me he ido dando cuenta que los trajes que más se terminan vistiendo son aquellos con los que por sus medidas más cómodos nos sentamos y por sus líneas más clásicas mejor envejecen. De hecho, en este verano que en lo que se refiere a la vestimenta de traje ya se acerca a su fin, ha habido trajes y chaquetas que yo al menos ni siquiera me he llegado a poner. 
La raya diplomática y el gris resultan una combinación perfecta para cualquier día de oficina. El corte cruzado no hace más que añadir un toque diferente al conjunto. Cuanto menos se vea el cruzado, cada día más escaso en España, más personal y especial resulta (los gomminos de la foto obviamente no están pensados en acompañarle). El corte no puede ser más clásico, aunque con medidas y guiños actuales. Bolsillos estándar, forro entero y caída muy natural; el corte de la casa Reillo. D. José María consigue ese corte que sin llamar la atención por lo moderna de sus formas, está más cerca de un traje ligero y desinhibido que de uno armado. Lo poco armado de la chaqueta, sus hombros naturales, con hombreras, pero muy finas, y su exquisita mano de obra le han conseguido ganarse el aprecio de una clientela cada día más joven. Aunque en Madrid hay opciones de una enorme calidad, D. José María representa ese punto medio en el que Aristóteles situaba la virtud. 
Que me gustan los coches y las motos, los que suenan y transmiten sensaciones de verdad, no es ningún secreto. Con muy pocos años por delante para disfrutar de motores de combustión, dar un paseo por la revirada geografía española mientras se para a tomar fuerzas en alguno de sus múltiples templos gastronómicos es, para mi, uno de los mayores placeres que tenemos todavía a nuestro alcance.
Los coches modernos ofrecen, además de una gran comodidad, infinidad de ayudas electrónicas, pantallas táctiles, programas de conducción, equipos de música de ensueño…No obstante, al que le gusta conducir, o sentir la conducción en su versión más pura, todo esto le resta encanto a su pasatiempo preferido. Hoy cualquier deportivo actual es fácil de conducir y cada vez es menos importante la pericia del conductor. Ellos lo hacen ya todo por nosotros; hasta son capaces de obedecer nuestra voz y aparcar por nosotros. 
Por ello, el conducir coches que prescinden de todo esto y donde el protagonismo recae en el motor, una amortiguación de las de antes, aceleraciones y frenadas de infarto y sonido-melodía que te catapulta al más allá es hoy todo un privilegio. Y si todo ello puedes disfrutarlo al aire libre, sin radio que te distraiga y teniendo solo como guía el cuentarrevoluciones es fácil entender cómo estos tipos de coche nunca pasarán de moda. Aprovechemos el tiempo que les quede de vida pues en muy pocos años iremos todos subidos en aspiradoras que nos permitirán hasta ir leyendo mientras ellas se encargan de llevarnos a nuestro destino. Emocionante para algunos, triste para otros.
Conducir al aire libre exige cubrirse la cabeza para evitar, más en estas fechas, los estragos del sol. Nada tiene de malo hacerlo con la típica gorra de béisbol, aunque en mi opinión una gorra inglesa inspirada en las de época de conductores míticos como Jackie Stewart me parecen una alternativa más interesante. Y quién mejor que Benet Pluvinet para darle forma. Con un tejido también de Holland & Sherry y totalmente confeccionada a mano Benet ha conseguido, después de varias pruebas, la gorra con las líneas que buscábamos. Los grabados no pueden haber tenido mejor resultado. También hablaremos de cómo lo consiguió en próximos capítulos.
Y por último, el verano no podía empezar sin ponernos delante un reto artesanal. Si ya en su día conseguimos el traje artesanal más ligero del mundo, esta vez nos hemos propuesto bajarle unos gramos y, además, hacerlo en un traje cruzado. Como no podía ser de otra manera, será Joaquín Fernández Prats el encargado de intentarlo. Como adelanto, decir que para este fin nos hemos valido de una tela de lana y seda de solo 170 gramos de la casa italiana Scabal.
Solo tocarla es un disfrute. Ahora toca al taller de Joaquín meter la aguja a una de las telas más ligeras del mundo. Y a Joaquín intentar que una tela tan ligera no haga muchas arrugas. Si lo conseguimos dar por hecho que también os lo contaré.

El Aristócrata

LA MALETA DEL VERANO

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A pesar de que muchos preferiríamos veranear fuera de temporada, cada vez resulta más difícil conseguirlo, siendo agosto el mes de asueto por excelencia. 

Habréis leído en esta página, probablemente todos los meses por estas fechas, que el calor es el mayor enemigo de la elegancia. Ojalá no lo haga el año que viene, pero viendo lo que ya pasea por nuestras calles este al menos toca volverlo a hacer. Con los trajes esperando nuestro regreso, es el momento de hacer la maleta con ropa cómoda que ayude a relajarnos y a disfrutar de cierta libertad; cierta porque este verano muchas cosas serán diferentes y porque quién sabe si el virus nos obligará a adelantar nuestro regreso.
Yo os animaría a ser positivos y a disfrutar, con precaución, pero a disfrutar sin esperar en casa que ocurra, o no, el peor de los pronósticos. En el próximo artículo os contaré lo que tengo pensado hacer, pero os adelanto que no pienso cambiar mis planes por si hacer esto o aquello pudiera conllevar coger el virus. Se vive una vez y no quiero pasármela esperando a que llegue un nuevo confinamiento. Toca, con mucha precaución, vivir este verano como si fuera el último. 

Nunca he sido de camisetas – quizás sea por eso que nos decía un buen amigo en plan broma “desconfía de aquel que con traje lleva mocasines y en su tiempo libre viste camisetas -. Guasas aparte, lo cierto es que no termino de verme con ellas. Si con las camisetas con cuello ya me cuesta, con las primeras me es francamente difícil. En cambio, las camisas de lino son perfectas para todo el verano. De ser de calidad, algo no siempre sencillo de encontrar, el tacto con la piel es muy agradecido. Si bien un buen algodón es igual de agradable, la ligereza y frescura del lino son únicas. ¡Ojo con las guayaberas de nuevo corte, empiezan a perder ese tufillo demodé y en colores cercanos al azul marino, rojo pálido etc., son una interesante alternativa para relajarnos leyendo a la caída del sol! 
Conviene dar cierta lógica a la camisa de lino obviando los pantalones vaqueros o los chinos de invierno y optando por de tejidos de algodón o incluso de lino. Aunque pudieran parecer menos vestidos, son los compuestos que mejor combinan con las camisas de lino. Sin embargo, añadir también una chaqueta de lino podría sobrecargar el conjunto, siendo mejor combinar esta última con pantalones de lana fría. De ser la chaqueta artesanal y sin forro podremos remangárnosla junto con la camisa ganando un aspecto muy relajado, además de vestido. Quienes por motivos profesionales deban seguir en la ciudad, el traje completo de lino, tanto en azul como en beis, representa la opción más elegante con la que combatir el calor – siempre con calcetines.

A quien no le gusten los pantalones blanco de lino siempre podrán cambiarlos por unos jeans de este color. El blanco es una opción difícil de batir en verano. De ser de lino, unas alpargatas combinarán muy bien con ellos – los estampados y los modelos de alpargatas es hoy casi infinito. De preferir un blanco de otra tela tanto las alpargatas como los conocidos como gomminos son alternativas igual de acertadas. De hecho, muy vestido debería ser el sitio al que acudamos a comer para no poder ir correctamente vestido con cualquiera de ambos zapatos. Por el contrario, las chancletas de goma deberían quedar reservadas a la playa – ni siquiera deberían tener cabida en el chiringuito. De tener planeado navegar, los náuticos pueden acompañar hasta el puerto deportivo. 
Los que prefieran el mar a la montaña no se habrán olvidado del traje de baño. Este, sobre todo si no se es el futbolista titular de algún equipo de renombre, mejor que no sea del tipo Turbo (obviamente esto no aplica a los amantes de la natación en aguas abiertas). El tipo bóxer resulta más fino y, sobre todo, conveniente si no se luce un cuerpo escultural. Incluso con este cuerpo, el tipo bóxer, por encima de la rodilla, es más elegante. Sea por mi amor a África o porque no me gusta transportar cosas en las manos, la toalla conocida como kikoi resulta más práctica por su ligereza. Este año el kikoi 2x2 metros será el protagonista de las playas más “chic”. 

Tanto en la playa como en la calle el sombrero ecuatoriano es ya más que una cuestión de salud que de estilo. Si no lo hemos aireado desde el verano pasado antes de ponérnoslo conviene darle algo de agua con un vaporizador, evitando que sus fibras se partan por la sequedad acumulada durante el invierno. De no tenerlo, seguro que se acertará comprándonos uno de calidad. Duran años y de ser la paja toquilla fina será fresco y el ojo educado lo identificará como un verdadero “Panamá” y no uno de esos de mercadillo callejero. Recordar al calarlo hacerlo desde las alas y no del frontal; se evitará que se termine rompiéndose en esa zona.  
Las gafas de sol, como también los relojes, son muy personales. Quizás sea el momento de disfrutar de los relojes de brazalete de caucho recordando lavarlos si se han metido en el mar. También los de acero son una buena opción, dejando los de piel para cuando la piel deje de sudar. 

El Aristócrata

TOCA REÍR, ES AGOSTO

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Otro año más, y van 12 +1, llegó agosto y con él el mes donde leer gana la mano a escribir. Agosto significa e implica cosas diferentes permitiéndome disfrutar de mis amigos y mis pasatiempos preferidos sin mirar el reloj.

En el campo profesional, agosto significa descansar, recargar la batería, pensar en ideas nuevas o en soluciones diferentes para los problemas que quedan esperando nuestro regreso. En el personal va, si cabe, mucho más allá. Para mi el mayor placer del mundo es el hecho de ser dueño de tu tiempo, saber que puedes enfrentar el día de 8 a 8 como te plazca, sin compromisos ni obligaciones. Quizás por ello no me guste veranear en lugares donde conozco gente, resulta muy difícil ser dueño de este tiempo y de tu espacio. En cambio, poder decidir sobre la marcha lo que hacer en cada momento del día es un privilegio que agosto concede.

Aquellos que por los motivos que sean viajamos ya lo suficiente durante el año enfrentamos agosto teniendo presente que ni los aviones ni los hoteles son bien recibidos. Los que no lo hacen encuentran, sin embargo, en agosto el mes donde conocer nuevos destinos. Ambos, no obstante, con los años nos entregamos al placer que aporta el no hacer literalmente nada de importancia; para hacerlo ya están los otros once meses del año. 

Despertarse y salir con la bici sin necesidad de mirar el reloj es uno de esos regalos de agosto. También lo son las largas sobremesas con la familia o con los amigos, pero con esos de siempre, los que no buscan de esa comida salir con nada más que unas sanas risas, la barriga llega y la lengua entrecortada. Es el momento de meditar, de hacer deporte, de exprimirnos al máximo físicamente, de disfrutar de los placeres terrenales, de gastar, de leer, de navegar, de trasnochar… y, sobre todo, de huir de compromisos y buscar cierta paz interna, en definitiva, de ser felices. 

En un año tan atípico como este, toca ser conscientes de lo efímero de las cosas y de los momentos. Hay que disfrutar de este agosto como si fuera el último. Con precaución, pero sin límites. Vivir con miedo no es vivir y lo que tenga que ser, me temo que terminará siendo. Aprovechemos el tiempo con la familia y con los amigos de verdad. Más allá de los primeros casi nada existe y está fuera de nuestro control el que un día dicho disfrute no dependa ya solo de nosotros.

Metámonos en los personajes y en las épocas de nuestros libros, veamos anochecer con un libro y nuestro espirituoso preferido. Desayunemos escuchando al mar y despidámonos del día en lo alto de una montaña. Bajemos dicha montaña de la mano de nuestra amada y riamos con ella hasta que vuelva a amanecer. 

Porque si solo una cosa pudiera pedir a este verano sería reírme, reírme y volver a reír.

Hasta septiembre.

El Aristócrata

COMIENZA EL AÑO. ¡A POR ÉL!

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Estamos de vuelta. Unas semanas de descanso que sirvieron para desconectar y, sobre todo, para recargar unas pilas que van a hacer falta de cara a afrontar con éxito las idas y venidas de un año bastante atípico. 

Antes de volver sobre nuestra temática habitual y deseando que vuestro verano os haya traído también bastante paz interior os cuento algo del mío. Me cuesta entender cómo hay gente que decide pasar sus vacaciones con las mismas personas con las que ha compartido prácticamente todo el invierno. Para mi las vacaciones se tratan de desconectar, de conocer cosas nuevas, gentes, lugares y, sobre todo, alejarse, aunque sea solo unas semanas, de aquello que te espera a tu regreso. El ser dueño de tu tiempo es uno de los mayores privilegios y suertes del mundo. 
Despertarte y decidir solo tú sobre cada minuto del día es algo que aporta una paz y felicidad increíble. Recuerdo a mi amigo Placido Díaz cuando me decía: “las próximas dos horas me las reservo para mi”. ¿Os imagináis poder ser dueños de nuestro tiempo todos los días del año? Aunque para la mayoría imposible, sí deberíamos intentar dedicarnos a nosotros al menos los pocos días de verdaderas vacaciones que tenemos en el año. ¡Qué gran placer es despertarte y saber que las próximas 24 horas son solo para ti y para lo que te surja que quieras sobre la marcha!
Y eso es lo que yo intento, no siempre con el mismo éxito, las semanas de descanso de verano. Despertarme, salir a andar en bici, correr por la montaña o decidir quedarme ese día leyendo disfrutando del paisaje. Un aperitivo con la familia o esos amigos a los que quieres pero que no ves todo lo que te gustaría es otra de las suertes de ser dueño de tu tiempo. Una comida y una larga sobremesa con los tuyos sin pensar en lo que harás el resto del día es otro de esos placeres del verano. 
También en el verano toca disfrutar de hobbies que por el tiempo que conllevan no puedes hacer durante el invierno. Y precisamente hobbies, y muchos, tenemos los que leemos esta página. Y este que escribe no es una excepción. De ahí que use el verano para dar rienda suerte a algunos de ellos: además del deporte, la buena mesa, los coches deportivos y los hoteles fuera de los circuitos populares son fuentes inagotables de placer. Amante de la conocida como nueva cocina siempre escapo unos días a recorrer alguna región de España y visitar sus restaurantes Michelin. Aunque con cada visita me asaltan más dudas sobre los verdaderos motivos para que un restaurante disfrute de una, dos o tres estrellas (algunos de una no se la merecen, hay dos que debería ser tres y tres y dos que deberían bajar un escalón), hay que reconocer que la creatividad que se encuentra en ciertos menús es increíble. 
Apuntar en el mapa una serie de restaurantes, permite conocer lugares, pueblos, rutas, hoteles y productos locales de una manera súper gozosa. Este verano ha sido el turno de La Rioja y Guipúzcoa – provincia esta última que todos los veranos vuelve pues requiere de varios de ellos si se quiere dar buena cuenta de una mínima parte de su gastronomía -. Han sido bastantes los visitados, aunque si ha habido uno que me ha llamado la atención ha sido Kiro Sushi, restaurante con solo diez sillas donde se elabora auténtico sushi japonés; nada que ver ni con el pescado ni el arroz que incluso en los mejores restaurante japoneses que podamos conocer dan. El tiempo que dura el servicio te permite además conocer de la mano de Felix innumerables curiosidades de la cultura japonesa. Obviamente, en todos los restaurantes visitados ha habido platos y experiencias difíciles de olvidar, pero sin duda esta barra japonesa de sola una estrella ha sido la gran sorpresa.
Tanto yo como mi grupo de amigos más cercanos además de la cocina disfrutamos de los coches. Si el año pasado aprovechamos un largo puente para recorrer con deportivos la Costa Azul y terminar el viaje comiendo en Mirazur, el de este se está ya cocinando – posiblemente una manufactura que a todos nos gusta pero que no todos hemos visitado. Pero hasta que llegue el dichoso puente este verano hemos disfrutado de nuestras maravillosas carreteras y muchos de los placeres que esconden sus pueblos más recónditos, entre ellos el de la gastronomía. 
Los deportivos, los de verdad y no los gran turismos que solo aparentan serlo, no son cómodos para largos viajes y son en las carreteras comarcales donde verdaderamente se disfrutan. No se trata de correr, de hecho, raro será ver un Ferrari o un McLaren en carretera abierta a altas velocidades. El disfrute viene por el lado del sonido, de su belleza, de su historia, de su exclusividad y de todas esas sensaciones que transmiten a quien tiene la suerte de conducirlos. Indudablemente, hay coches que aún no siendo deportivos encierran tal lujo que, como el Bentayga, les dejamos que nos acompañen (en algún sitio hay que meter las maletas).

Aunque ya en Madrid varios días, este fin de semana ha servido para poner definitivamente el punto final al verano con escapada gastronómica rápida, pero muy intensa, a Valladolid y Salamanca.
Ojalá todos los que nos leemos estemos empezando este nuevo año académico con salud, trabajo y optimismo. ¡Feliz vuelta!

El Aristócrata
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